miércoles, 26 de septiembre de 2012

BISAURIN AND PETRECHEMA

BISAURÍN (24/9/2012)

En otro reportaje anterior, ya comentaba que nos íbamos a ir unos días al Pirineo, a calentar motores y eso hemos hecho.
Eso sí, con nosotros también ha subido al monte, el cambio del clima y hemos tenido que acortar en unas jornadas, nuestros deseos de disfrutar más tiempo de nuestra afición. Los picos que pisamos ayer, hoy están nevados, lo cual nos alegra y por ende a los paisanos de los pueblos de la montaña, que como nos decían, no había llovido en todo el año.
Al Bisaurín, yo  había subido hace tres años cuando hicimos el trekking de la Senda de Camille, pero Maite, que en una ocasión, por lo peligroso de hacerlo con nieve no lo ascendimos, lo tenía pendiente. Además, faltaba la prueba de fuego de su esguince. La paso con un 10 de nota.
Llegamos a Siresa el domingo y esa misma tarde caía una buena tormenta, de esas que casi uno ya no recordaba.
El lunes salimos  todavía lloviendo, hacia el refugio de Lizara, para una vez allí valorar si subíamos al Bisaurín o nos dedicábamos a la contemplación.
El mazacote del Bisaurín no se veía por la niebla, pero hasta el collado de Lo Foratón se podía subir y allí ya valoraríamos que hacíamos.
Poco a poco y a ritmo cómodo, y con una espesa niebla que salvamos, ayudados por la tecnología, alcanzamos el collado.
El paisaje no era ni bonito ni feo, simplemente, no   existía.
Miramos hacia arriba y decidimos continuar y si la visibilidad no era buena, pues ya se sabe: a dar media vuelta.
Pero no. Conforme fuimos ascendiendo, comenzó a soplar el dios Eolo, al que le estamos muy agradecidos por dejarnos ver la majestuosidad del Bisaurín y la dura pedrera que nos quedaba por salvar.

Poco a poco, lo que antes era 1º: lluvia y 2º: niebla, se tornó en una de la mas bella de las panorámicas que se pueden disfrutar en la montaña: "el mar de nubes".

Nos quedaba poco para coronar y Maite se quedó como extasiada por el cambio que se había producido en el lienzo que la naturaleza estaba pintando.








Ya en la cumbre y con ayuda del trípode, pues no había nadie que lo sustituyera, nos hicimos la foto de rigor y dimos buena cuenta del contenido de las alforjas.












En el descenso y con un excelente día, pudimos contemplar, a nuestras espaldas, la montaña que ya había acabado definitivamente, con el "esguince del tobillo de Maite".









PETRECHEMA (25/9/2012)

Las predicciones climatológicas para este día, eran de lluvia a última hora de la tarde, así que rápidamente cogimos el coche y tras parar en la Villa de Echo a comprar pan y tomarnos un café, nos dirigimos a Linza, nos calzamos las botas y p´arriba.
De momento la mañana era buena y como debe de ser, pese a lo extenso del Pirineo, el ganado equino prefiere descansar en el centro de los senderos. Como los invasores somos nosotros, damos un pequeño rodeo y "todos amigos". No es broma, cuando regresamos por el mismo sitio, la estampa era justamente la misma.
El ascenso, nada tiene que ver con el anterior, si bien los desniveles son más o menos parecidos, este es mas cómodo.
Lo único que lo incomodaba era el viento, que poco a poco fue ganando en velocidad y en la cresta que precede a la cima, había que sujetarse 
fuerte a los bastones. Ya en la cima , nos hicimos la foto (una cada uno), esta vez sin trípode y    protegidos del vendaval. 



Ante la posibilidad de que el "frente húmedo" se adelantara, realizamos el descenso veloz, aunque prudentemente. En cuanto le hice a Maite la sugerencia de tomarnos unos huevos fritos en el refugio, se puso delante de mí. Me llevaba como "perro por rastrojo".
Y, desgraciadamente, las predicciones se cumplieron, toda la noche lloviendo, hoy ha amanecido igual, anuncian semana de precipitaciones, así que cogemos los bártulos y para casa.
Ponemos la tv y ¡oh cielos!, he rejuvenecido. He vuelto a mis tiempos dieciochoañeros. La policía golpeando con las porras a los ciudadanos, disparando pelotas de goma a bocajarro, trabajadores con la cabeza abierta. A lo mejor, en el telediario de esta noche se nos aparece Carrero Blanco.

Por último, una reflexión:
Como ya sabemos, estos días se ha producido un accidente en el Himalaya, concretamente en el Manaslu. De este hecho ya dan cuenta los medios.
Algunas personas de las que nos rodean, lógicamente, se preocupan por la salud de los que vamos a la montaña. Efectivamente, existe cierto riesgo, no mayor que en la mayoría de las actividades cotidianas y cada cual y más a nuestra edad, hacemos lo imposible por volver a casa y coger el teléfono para hablar con los hijos y nietos.
Lo menos agradable viene de aquellas persona que constantemente te sueltan: ¡¿que se te habrá perdido a ti por allí?! - ¿no vayas! - ¡estás loco!, etc.
Uno sube a la montaña, siempre en compañía de gente a la que quieres,  con su "vieja mochila" para vaciarla de odio, tristeza, malos recuerdos, personajes ingratos, etc. y llenarla de esperanza, paz, frescor, 
luz, brisa, música, etc. Si esto es estar loco, estas lineas, por una vez las firma...
...Un loco

Y por favor, a esas personas les pido, que no me den la tabarra.














miércoles, 19 de septiembre de 2012

TREKKING POR NEPAL (Previa)




Pues sí, el tiempo vuela y ya estamos en vísperas de embarcarnos para Nepal, una decena de "jóvenes" de los que en estas páginas ya hemos hablado y que más abajo, presentaré. Volaremos el 6 de Octubre. Alguno, ya no cumple los setenta años y la mayoría, los sesenta.  Ya estamos con las mochilas a medio cargar para emprender un viaje que nos llevará por paisajes que hasta ahora, solo habíamos contemplado en los "documentales de la dos".
Bien guiados por Fernando Garrido de Aragón Aventura, vía Qatar, volaremos hasta Kathmandú, capital de Nepal.
Tras descansar, adaptarnos al horario nepalí y disfrutar de la ciudad y sus gentes, una avioneta nos trasladará hasta Lukla, cuyo pequeño aeropuerto es famoso por la destreza con la que lo afrontan los pilotos de las aeronaves.


Seguro que en más de una ocasión, nos van a deleitar con el plato típico de Nepal: el Dal Bhat. Se trata de un plato a base de arroz y lentejas, con una guarnición, llamada tarkari, algo especiada y acompañado de alguna verdura y en alguna remota ocasión, de carne. 
(dal=lentejas, bhat=arroz)   


Dal Bhat



Tras pasar un par de noches en Namche Bazar, aclimatándonos por la zona, ascenderemos por el valle del Gokio, cuyos lagos y glaciares, tendremos la suerte de plasmar con nuestras cámaras. Saludaremos al Monte Everest y solo eso, lo saludaremos, ya que ascenderlo, los dejamos en manos de esas gentes preparadas para tan arriesgada empresa y no me refiero a los que son subidos prácticamente en parihuelas con el fin de sacarse la foto y colocarla en su despacho de Wall Street, sino a renombrados alpinistas, que no me cansaré de admirar.
                                                                        Panorámica desde el monte Gokio Ri

Desde el Kala Patar (5550 m.), que ascenderemos, si las fuerzas lo permiten, tendremos una bella panorámica del Everest y del prodigioso Nuptse.
Al fondo, el Monte Everest y a la dercha el Nuptse

Varios serán los monasterios que visitaremos, como el de Tengboche, gompas como la de Pangboche, estupas, monumentos, etc, cruzaremos espectaculares puentes colgados como el de Larja.

Puente de Larja

En muchas ocasiones, observaremos la huella dejada por Edmund Hillary. Amante de la montaña y del lugar que le proporcionó fama mundial, Sir Edmund viajó con frecuencia a Nepal, donde creó la Himalayan Trust, una fundación benéfica dedicada a mejorar la calidad de vida de los sherpas, que gracias a esta organización, han visto como se han creado escuelas, hospitales, puentes, aeropuertos y otras infraestructuras esenciales para el desarrollo de esta parte del planeta.
Cerraremos el círculo, descendiendo el Valle del Khumbu, cuyo glaciar nace en las mismas entrañas del Everest, no sin antes haber plasmado en nuestras retinas (biológicas y digitales), picos tan espectaculares como el Lhotse, el Ama Dablam, Pumori,...
A fin de descargar nuestras "vieja mochilas" (léase: espaldas), nos acompañaran varios porteadores y un guía nativo que a forma de GPS humano, nos conducirá por las sendas adecuadas.
Finalmente, con los medios empleados en la subida, volveremos a Kathmandú.
Durante todos estos días, si las comunicaciones, salud, cansancio, etc., lo permiten y con la colaboración del conjunto de expedicionarios, intentaremos plasmar en estas páginas el devenir de lo andado. En caso contrario, a la vuelta nos veremos.
Mientras tanto.  presento al grupo de los "jóvenes destalent2"(en aragones: estalentaus)











 De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Benjamín, Luis Casao, Javier, Fernando José, Lola, Luis Lasala, Maite, Piedad , Fernado Sancho  y yo.
Hasta entonces, a ver si Maite se recupera totalmente de su esguince y nos vamos unos días al Pirineo a subir y bajar cuestas para ir calentando estos cuerpos salados.
Hasta otra





lunes, 17 de septiembre de 2012

SIERRA DE ALGAIRÉN

Bueno, ya parece que el esguince que nos ha tenido medio enclaustrados en la gran Zaracity, va pasando a mejor vida y para hacerle la prueba de calidad al tobillo de Maite, nos hemos acercado a dar un garbeo por la Sierra de Algairén.
Dentro del Sistema Ibérico, esta sierra se extiende desde el puerto de Paniza, hasta Morata de Jalón y dada su cercanía, nos ha animado a disfrutar del paisaje y de quienes nos han acompañado: Piedad y Luis. 
 Esta vez hemos traído a nuestro perro Atos. Si volviera a nacer, le llamaría "Garmin" y es que con sus 12 años, su pata derecha, más torcida a la que la mano de John Wayne antes de desenfundar, es capaz de llevarnos a nuestro destino sin dudar. Eso sí, como puede verse en la fotografía, si hace calor, a la sombra.
 Es una ruta, la PR Z-43, que en su casi totalidad discurre por bosque de arces, roble, pino, carrasca, rododendros y que su sombra se recibe con mucho agrado en este caluroso día de final de verano. 
Comenzamos a andar desde una zona recreativa, "El Raso de la Cruz" con la alegría que nos caracteriza.
Para los cinco senderistas, esta cuesta "no es ná".

 Cuando llevamos 450 m. subidos, nos encontramos con la Nevera de Cosuenda.
Esta nevera o pozo de nieve se encuentra a una altitud de unos 1.186 metros. Es una obra civil de mampostería que, antaño, servía para almacenar la nieve que caía en esta zona. En su interior se compactaba en capas alternas de nieve y paja para venderla posteriormente en los pueblos cercanos. Actualmente, el techo está desplomado y en ruinas, pero todavía se puede imaginar que se cerraba con una elegante bóveda de piedra. La puerta lateral inferior servía para entrar a compactar las primeras capas de nieve.


Una vez que llegamos a la pista de la Falaguera, decidimos acercarnos a la cumbre de la Sierra para disfrutar del paisaje y de un pequeño refrigerio. 
Se trata del pico de Valdemadera de 1273 m. de altura y que hoy, se encuentra sembrado de antenas de comunicaciones.
Charrando de asuntos varios, volvemos por donde habíamos llegado, por la pista que nos llevaría al mirador de La Falaguera.
Como se encuentra vacío de personal, le dejamos la cámara a Atos y nos saca tan espectacular retrato. Bueno, es broma, es un disparo automático.

Desde el mirador se tiene una perspectiva impresionante. Hacia el sur el valle que riega el río Grío y cuyas poblaciones de Codos, Tobed, Santa Cruz de Grío son testigos de los duros inviernos de la zona. Mirando hacia el norte, el paisaje es otro: una inmensa llanura dominada por el campo de Cariñena que junto con Aguarón, Cosuenda, Almonacid, Alpartir, Alfamén, etc., impresiona desde este espectacular mirador. A lo lejos se adivinan otras comarcas, así como los cientos de molinos de La Muela.



Ya de bajada, pasamos por una cueva, bajo la Peña de la Tía, en la que un nacimiento colgado en la rocosa pared, llama nuestra atención.












Finamente, pasamos bajo la majestuosa Peña del Gallo, que nos conduce al punto de partida.
Ha sido una caminata circular, que pese a su sencillez, nos ha dejado un buen sabor de boca, un tobillo bastante mejorado y otro buen sabor  que nos han dejado esos huevos fritos que acompañados con viandas de cerdo varias, nos ha servido el personal  de "La Casa del Huerto de Cosuenda"






Hasta otra
José Luis