jueves, 25 de febrero de 2016

CIRCULAR PANTICOSA IBÓN DE BRAZATO INFERIOR (Raquetas)

Día 20 de Febrero de 2016
Nos vamos a la montaña, ¡ha nevadooo!.
       Con las raquetas recauchutadas (clavos nuevos), nos vamos con los D´Esbarre, camino del norte, a ver si en este suave invierno la meteorología se viene a bien regalarnos un palmo de nieve. Los del tiempo nos han dicho que sí, que la borrasca de estos pasados días, ha pintado de blanco las cumbres pirenaicas. Y como no podía ser menos, el asunto ha ejercido un efecto magnético sobre los aficionados al esquí y -"amante coge el coche que nos vamos a Formigal"-. Resultado: Lo mismo que el gusano de la procesionaria en estas fechas, los otros gusanos, los de hierro y plástico, todos en fila, más parados que andando, nos dirigimos al Pirineo.
Los Baños de Panticosa.
        Tras cuatro horas de viaje, por fin llegamos a nuestro punto de partida para la de hoy. Estamos en el Balneario de Panticosa con su lago helado, testigo que es de la historia de estos baños. Ya los romanos, en sus idas y venidas por las vías que unían Hispania con las Galias, remojaban el trasero en lo que serían las termas.
      Pero fue en el Renacimiento, época en que surgió el interés por las aguas mineromedicinales, cuando los Quiñón de Panticosa, firmaron un contrato con los albañiles de Lanuza para comenzar a construir el primer edificio.
Remando en el lago.
        Tras varios arrendamientos, el Balneario de Panticosa se convirtió, a lo largo del siglo XIX, en uno de los mayores y prestigiosos de España. De arquitectura de montaña con influencias francesas, la estética y el porte del Balneario, en su conjunto era de auténtico lujo, que supieron apreciar muy bien los personajes más ilustres de la época y los representantes de la alta burguesía aragonesa, catalana, vasca y de Madrid, como: Niceto Alcalá Zamora, Perico Chicote, Zarra, Irondo, Panizo y otros importantes personajes. Un especial recuerdo se guarda de la estancia de D. Santiago Ramón y Cajal que pasó por allí un tiempo de curas, mientras practicó su gran afición favorita: la fotografía.
Grandezas del ayer, penas de hoy.
       Ya, a principios de este siglo, tuvo la desgracia de caer en manos especuladoras y, pese a que se han rehabilitado algunos hoteles, el aspecto de abandono es palpable.
      Arrancamos con las raquetas recogidas, pasamos por la puerta del Gran Hotel, a la derecha caen con fuerza las aguas del Barranco del Brazato, que atravesamos por un blanco puente.
     La senda discurre por un agradable bosque de pinos y abetos que, poco a poco, la nieve cubre con capa más gruesa. Unos antes y otros después, calzamos las raquetas para atacar una fuerte subida que su trazado en zigzag la hace llevadera.
        Pronto desaparecen los árboles y las vistas pasan a protagonizar cada uno de estos momentos que nos regala la montaña. Abajo va quedando el balneario. El lago, prácticamente helado en su totalidad, refleja la majestuosidad de las montañas que se apoyan en él: Argualas, Garmo Negro, Pondiellos, Infiernos..., casi todos ellos superando los 3000 m.
Añadir leyenda
Por el bosque.
       Es un día primaveral en un invierno que no tardaremos en olvidar por las altas temperaturas registradas. El calor es inusual, incluso un carbonero entona sus cánticos a nuestro paso. El personal sube con ánimo, además hoy se nos ha sumado Danielle que, hace unos días, se quedó a un suspiro de coronar el Aconcagua.
        Llevamos ascendidos cerca de seiscientos metros, atrás parece que alguien no va bien, por la emisora nos comentan que Maite anda algo indispuesta y que tiene que volver al balneario. Sabia decisión la suya, lógicamente retrocedo y la acompaño. Efectivamente, parece ser que el calor ha hecho mella en ella.
Antes de...
      La temperatura ha reblandecido la nieve y en el primer tramo de bajada, en su punto de más desnivel, comienza a perder estabilidad, lo que dificulta caminar en el descenso. Pero, una vez más, aparece Doña Prudencia que nos acompañará hasta la Casa de Piedra, viejo refugio que se salvó, por los pelos, de la piqueta. Maite ya se ha recuperado, nos pedimos unas cervezas y comemos el bocata.
           El resto del grupo tardará en bajar y damos un paseo, la tarde invita a ello. Poco a poco van apareciendo, cuentan que ha sido una excursión circular, que una vez en el Ibón inferior de     Brazato, han bajado por el valle del Tablato, que, como nosotros, han pisado por nieve inestable y que el paso de las aguas del Barranco del Brazato ha sido ¡divertido!.
          A la vuelta, nos detenemos en Senegüé, unas cervezas, cafés o lo que cada cual dispone, y despedidas, aquí se apean los jaqueses.
         Siento no poder reflejar la totalidad de la jornada, lo siento sobre todo, por no haber podido acompañar a estas gentes "esbarrianas", pero ¡lo primero es lo primero!.
En desagravio, por esta vez, dejo la página repleta de bellas imágenes.

Todas las rosas son blancas...

...tan blancas como mi pena...

...y no son las rosas blancas...

...¡que ha nevado sobre ellas!

Antes tuvieron el iris...

También sobre el alma nieva.

La nieve del alma tiene...

...copos de besos y escenas...

...que se hundieron en la sombra...

...o en la luz de quien las piensa.

La nieve cae de las rosas...

...pero la del alma queda...

...y la garra de los años...

...hace un sudario con ellas.

¿Se deshelará la nieve?...

...¿O después habrá otra nieve?

¿Será la paz con nosotros?...

Gracias Federico.

Hasta pronto.

Haz clic aquí, si quieres ver todas las fotografías.
Dejo un pase de diapositivas aquí. (clic)
Datos:
En amarillo: Maite y yo (ida y vuelta)
En azul: El grupo (circular)
Distancias: amarillo, 6,2 Km. azul, 7,9 Km.
Desnivel positivo: amarillo, 596 m. azul 716 m
Desnivel negativo: lo mismo.

martes, 23 de febrero de 2016

VEN A NEPAL

Entre unas y otras, dejo un pequeño lugar de Vieja Mochila para animar a mis queridos amigos a recordar, a través de estas voces de alpinistas de lo más cualificado, que ¡Nepal existe!.


Hasta pronto

miércoles, 17 de febrero de 2016

GR-1 (MESÓN DE LIGÜERRE A PALO)

Día 13 de Febrero de 2016
       Seguimos en el recorrido del GR-1 a su paso por tierras del Sobrarbe o Supra Arbare (Arriba del Arba), comarca que lo es, y reino que lo fue, para defenderse de la invasión árabe de la península en el siglo VIII, que había llegado hasta Huesca, donde salían pequeñas tropas de bereberes que saqueaban e incendiaban las aldeas y caseríos. Pero unos 300 hombres de la pequeña nobleza goda se parapetaron en la cueva de los Paños (monte Oroel, Jaca) y vencieron a los moros. Ahí comenzó a fraguarse el Reino de Sobrarbe-Ribagorza, sobre el año 716.
En Mesón de Ligüerre.
        Pero de eso ya daremos cuenta en otra ocasión, hoy toca darle al calcetín y disfrutar de la etapa que nos han preparado las "heads of Stadium Casablanca".
         En el Mesón de Ligüerre, pequeño núcleo con camping y restaurante, nos calzamos las botas para iniciar la marcha. Ha llovido toda la noche, la senda se encuentra embarrada pero no hay barro que detenga este batallón de una treintena de curtidos soldados.
Embalse de El Grado.
         Con las suelas reforzadas por el barro adherido a ellas, aterrizamos en Ligüerre de Cinca, propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que por acuerdo con el sindicato Unión General de Trabajadores, hoy es un centro de vacaciones ubicado en un lugar privilegiado a orillas del Embalse de El Grado. El topónimo sufrió variaciones, se llamó Ligüerri.
       En 1380, el infante Juan (futuro Juan II) dio Ligüerri a Rodrigo de Mur, y en 1610 era de Juan de Latrás. En el pueblo encontramos el palacio fuerte, que era la residencia de los señores del lugar. Es una sólida casa con la torre aspillerada, que no parece anterior al siglo XVI.
Ligüerre de Cinca.
      Por la misma época se construyó la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Perteneció al arcedianato de Sobrarbe y al obispado de Huesca, hasta 1571 que pasó al de Barbastro. Tiene una nave y ábside rectangulares, crucero y dos capillas laterales, del siglo XVI al XVIII. La puerta la encontramos a los pies bajo tejadillo y la torre se levanta sobre la capilla derecha del crucero. En el interior hay pinturas murales que representan la Coronación de la Virgen de la Trinidad, y la Humanización del Espíritu Santo, entre otras. 
       Dejamos, Ligüerre, ahora el sendero desciende hasta, casi, la orilla del embalse, sendero que nos lleva a la carretera que va a La Fueva y que abandonamos al cruzar el puente sobre el río Cinca para, a la izquierda, adentrarnos en un tramo de esos que elevan las emociones por encima de lo políticamente correcto.
Niebla en el Entremón.
         Es la zona del desfiladero de Entremón, las aguas del río Cinca, tras ser represadas en el embalse de Mediano, se encajonan en el fabuloso estrecho. Durante millones de años los agentes erosivos han modelado la montaña caliza, dando lugar al cañón que recorremos.
       Sobre nosotros se alzan los escarpes rocosos de la peña Picatiecho.
         En la ladera orientada al sur se encuentra la Cueva de la Miranda. Dada la dificultad de acceso y su necesaria preservación, por el momento no es posible visitarla, pero sí merece la pena saber de su existencia.
           La presencia de aves asociadas a los roquedos es constante durante todo el camino, entre las que se encuentran buitres leonados y, aunque de momento no las vemos, también alimoches, águilas reales o quebrantahuesos.
Desfiladero del Entremón.
       La primera parte del sendero atraviesa el tramo más estrecho de el Entremón. Aunque las laderas presentan una gran verticalidad, no impide que prospere el carrascal y diversas especies propias de ambientes mediterráneos, como el boj, el enebro, el lentisco o el durillo, entre otros. 
   Pronto comienzan las dificultades, el suelo está mojado y, excepto algún que otro clavo que alguien ha puesto en la roca, no hay sitio seguro para echar las manos, pero sí que nos agarramos a "doña prudencia" y uno a uno vamos salvando este tramo. Hoy no toca caerse al Cinca.

Cueva de las Palomas.
    Una primera mesa de interpretación nos informa de la Cueva de las Palomas, situada frente a nosotros. Desde este lugar se contempla el impresionante farallón rocoso sobre el que se levantó, en el siglo XI, el conjunto defensivo de Samitier, formado por castillo e iglesia que, efectivamente, observamos al levantar la vista.
         A partir de aquí el sendero se estrecha y discurre por un tramo excavado en la roca.
    A medida que avanzamos, el congosto va ganando amplitud al mismo tiempo que aumenta la presencia del carrascal y algunos quejigos.
Piedad, entre Soria y Toledo con los pies en la Media Caña.
       
      Pronto llegamos al punto más espectacular del día, el "Paso de la Media Caña", protegido en sus inmediaciones por una sirga que facilita agarrarse a la vida por parte  de quienes sufren vértigo. El nombre del lugar viene dado por la forma de semitúnel excavado en la roca.
         A este le sigue un nuevo paso, pero ahora unos peldaños metálicos y unos agarraderos anclados en la roca facilitan salvar el último de los obstáculos.
       Gracias a la humedad y frescor de este lugar, prospera la oreja de oso (Ramonda micony), planta rupícola de hojas gruesas y peludas.
Orejas de oso.
Maite y Piedad superando las gradas metálicas.
       Tras superar este tramo de tanta belleza, al mismo tiempo que emocionante, el sendero prosigue hacia el norte. Las aguas del río Cinca siguen remansadas por el embalse del Grado, inundando el fondo del congosto. Bajo la presa, esperamos que lleguen los últimos valientes "hombres y mujeres araña", un cartel anuncia el final de la ruta ornitológica.
     El Entremón, era temido por los navateros del Cinca cuando descendían camino del Ebro para dejar la madera en el mismísimo Mediterráneo. Esta tradición se rememora en el domingo más próximo al 22 de Mayo de cada año.
Puente del Diablo.
     Un puente unía ambas orillas del Cinca, tenía nombre similar al de otros ríos: "Puente del Diablo" .Y como todos los puentes con igual definición tiene su leyenda, que la amiga Caco ha tenido a bien comentarnos en Ligüerre. Dice:
       "Allá por el siglo VIII, cuando los musulmanes intentaban conquistar el Pirineo, el rey del lugar estaba atemorizado pues la única salida que tení­a este pueblo era un barranco con el rí­o Cinca abajo.
           El paraje era tan inhóspito que, se decí­a, ni el propio diablo podrí­a cruzar. Y fue el diablo el que se apareció al rey del lugar. Se ofreció a construirle un puente que cruzase el Cinca y que pudiesen escapar de los musulmanes. 
       A cambio le darí­a las tres jóvenes más guapas del lugar (dos de ellas eran hijas del rey). Al principio este se negó, pero luego comprendió que era preferible que se perdiesen tres que no todo el pueblo.
            El trato fue que en una noche el diablo hiciese el puente. Deberí­a concluirlo antes de que el primer gallo cantase. 
¿Canta el gallo?
       Lo primero que hizo el diablo fue matar a todos los gallos. Y empezó a construir velozmente el puente. La gente estaba atemorizada y los novios de las jóvenes se recorrieron media sierra buscando un gallo. Cuando lo encontraron acudieron pero el gallo se negaba a cantar. Mientras tanto el demonio estaba concluyendo la obra, así­ que cuando felizmente iba a colocar la piedra definitiva se oyó el canto de un gallo.
       El demonio palideció al comprobar su derrota y huyó del lugar. Quien habí­a cantado no fue un gallo sino una de las hijas, atemorizada de ser llevada al infierno con Lucifer".
        ¡Uf, qué historias!, pero como decía, estamos al pie de la presa y hay que alcanzar su coronación, para lo que salvamos una fuerte pendiente que la última vez que estuvimos por aquí había que hacerlo por un incómodo pedregal, ahora encontramos que un sendero facilita salvar estos metros. El paso por unos túneles y tan solo queda subir una escalera metálica y ya estamos arriba, bueno en el embalse.
         Ante nosotros tenemos el Embalse de Mediano del que emerge la torre del pueblo del mismo nombre que las aguas inundaron en aquella oscura época en que " había que inundar todo" (hasta la libertad).
Embalse de Mediano.
        Al fondo asoman, cumbres blancas, las montañas que, sin piedad, atraen una y otra vez la vista de los que en ellas, alcanzamos a ver que, lejos de lo que se nos presenta en mil y un noticiarios, también existe la paz. Como telón de fondo de este espectáculo (sin taquilla) se alza el macizo de Monte Perdido y la Peña Montañesa.
        A partir de aquí, una agradable senda nos conduce por la margen izquierda del embalse, que a nuestro recorrido, poco a poco, va dejando de ser embalse para convertirse en río: el Usia, cuyas aguas unen, a través de un profundo desfiladero, las tierras de La Fueva con las de L´Ainsa.
Cotiella.
Tierras de La Fueva.
          La senda rodea la montaña que alberga la ermita de Santa Bárbara hasta girar en dirección Sur. Al fondo asoman las casa de Palo, destino de nuestras andadas por hoy y mirador inmejorable del Valle de La Fueva.
       Ya en Palo, algunos suben a visitar otra de sus ermitas, la de San Clemente. del más puro estilo románico, datada del s XII. Félix me facilita algunas fotos y, en consecuencia, me informo de que esta iglesia es una construcción cuyo aparejo es de sillarejo dispuesto en hiladas regulares y reforzado con sillares en las esquinas. Cubre con losa a dos aguas. Consta de nave única, tramo presbiteral y ábside semicircular orientado al E.
Ermita de San Clemente.
         Por el exterior el elemento más destacado es la decoración de tipo lombardo en el presbiterio y en la cabecera: lesenas prolongadas hasta el suelo unidas en la parte superior mediante arquillos ciegos de medio punto (cuatro en la parte central y dos en las laterales, así como en los tramos del presbiterio), coronados en la zona del ábside por un friso de dientes de sierra.
       La parte superior del muro Sur de la nave presenta una hilera de huecos cuadrados dispuestos alternadamente a modo de ajedrezado, para los que se ha señalado una verosímil función de saneamiento de las cubiertas.
         Hay dos puertas de acceso, una en el muro S y otra en el de los pies, ambas muy similares entre sí: en arco de medio punto, presentando al interior dintel monolítico coronado por tímpano hueco que abarca toda la superficie del arco. La puerta de los pies pudo estar cegada temporalmente, con un cierre del que se conserva actualmente la parte inferior.
       Al interior, la cabecera se cubre con bóveda de cuarto de esfera, y el presbiterio y la nave con bóveda de cañón, encontrándose el presbiterio delimitado por dos arcos fajones; el fajón que lo separa de la nave es doble.
Palo.
      Ya, junto al autobús, comienzan a caer las primeras gotas de una lluvia que nos ha respetado dejándonos una ventana abierta para que el sol nos haya acompañado en una buena jornada de "senderismo de aventura".
          Tras una parada en El Grado para dar buena cuenta del barril del establecimiento hostelero, vuelta a Zaragoza.
   El bus, nos deja en las proximidades de la histórica Puerta del Carmen, aquí sacamos de la mochila una prenda que no hemos utilizado en todo el día: "el impermeable". Parece que, definitivamente, llega la lluvia, la nieve, el frío de este invierno primaveral.
Hasta pronto.

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El track de la ruta, está aquí.
Datos técnicos:
Recorrido

Perfil.
Distancia: 13,9 Km.
Desnivel ascendido (incluido S, Clemente): 931 m.
Desnivel descendido ( incluido S, Clemente): 715 m.

lunes, 8 de febrero de 2016

VALLE DE ARÁN 2016

     El hecho de que, como si fuera una tradición, volvamos a el sorprendente Val D´Arán con las gentes del Stadium Casablanaca, no es excusa para recluirme en la más absoluta de las acomodadas dejadeces y remitirte a entradas de años anteriores.
          Dos cosas he echado de menos, la nieve de otros años y algunos compañeros de viaje, por el contrario gente joven y buen ambiente han conseguido que este fin de semana quede grabado en el recuerdo de estas páginas.
Días 6 y 7 de Febrero de 2016
Puente de Montañana.
   Son las seis de la mañana cuando el autobús de rigor encara el morro en dirección al Norte, es muy temprano, algunos nos ponemos auriculares y nos dejamos caer en los brazos del dios Morfeo.
    La Vecchia zimarra (casualidad, por lo de Vieja Mochila) de Puccini, que suena en los auriculares, y el paso por las curvas de Benabarre me llevan a descubrir que ya ha amanecido en esta parte del mundo, mitad de aquí, mitad de allá. A nuestra derecha queda la fábrica de chocolate artesano, muy conocido por su calidad.
      Pronto estamos atravesando la localidad de Puente de Montañana, perteneciente a Aragón, pero con algunas casas en territorio catalán. Independientemente de la presencia de estúpidas fronteras, Puente de Montañana es un bonito pueblo, con sus calles de indudable trazado medieval. Además, esta población es, año tras año, punto de encuentro de "Os Estalentaos" para, con un par de huevos cada uno, iniciar alguna que otra semana de trekking por estas tierras ribagorzanas y aranesas.
Vielha.
      En Arén, nos detenemos a estirar las piernas, desayunar y aliviar nuestros desechos celulares. Alguna vez habrá que visitar esta localidad, también de origen medieval, con sus descubrimientos paleontológicos de restos completos de hidrosaurio, datado de hace más de 70 millones de años. Pero hoy no toca, lo que toca es atravesar los trece túneles de la serpenteante carretera que, tras superar el de Vielha, se nos abre la estampa de una valle menos blanco que en otras ocasiones, pero igualmente espectacular. Es el Val D´Arán, singular por su división administrativa dividida en seis términos denominados "terçons". De este tema ya hablé en estas mismas páginas en la edición de 2013 (puedes verla haciendo clic aquí).
A la derecha, el Montardo.
Por el Pla de Beret.
       Atravesamos, uno tras otro, los diferentes pueblos del valle a los que le une una característica, sus iglesias del más puro estilo románico.
        Dejamos atrás el valle. Por las cuestas curvadas de la carretera vamos ganando altura lo que nos hace observar, por un lado, el horrible gusto con que se construyeron los edificios en Baqueira, y por el otro, la belleza de aquellas montañas que vemos al fondo: "Las Maladetas y el Aneto". Más cerca tenemos el Montardo, Ratera, Monestrero, los Besiberris, etc.
        El Pla de Beret, que vierte sus aguas a mares diferentes, está animado. Como cada año, el primer fin de semana de Febrero, se celebra la Marxa Beret de esquí de fondo, esta es su edición 37ª, en la que participan algunos de nuestros amigos del Stadium. Además hace un día excelente.
         El manto de nieve es escaso, pero lo suficiente como para ponernos las raquetas. ¡Que leches!, ¡para eso las hemos traído!.
Recorrido
   Y nada, la de casi siempre -¡nos vamos a Montgarrí!-, excursión tradicional, no sé si a contemplar el santuario o a probar la sidra vasca con que acompañar los bocadillos que cada cual ha preparado, ya hace muchas horas.
  Son unos once kilómetros de ida y vuelta en los que echamos de menos el paisaje blanco de otras ediciones, aunque el paso de algunos trineos tirados por perros nos hacen soñar con lugares más nórdicos. Pero pronto despertamos, cuando una tras otra, son las motos de nieve las que nos dejan su recuerdo  de CO2 en nuestro pulmones. ¡Que horror!.
     El último tramo que "alcorza", dejando la pista para bajar al refugio-santuario de Montgarrí, se encuentra con una pequeña capa de nieve helada y pone a prueba al personal, de la destreza del manejo de las raquetas y de la maniobra de dar con las nalgas en el suelo.
   Hasta aquí hemos llegado, aquí estamos moviendo la mandíbula bajo las paredes del Santuario de Nuestra Señora de Mongarri, edificado en el 1117 en la margen derecha del Noguera Pallaresa. Consta de varios cuerpos que forman una planta cuadrada, destaca su alto campanario, de torre octagonal con ventanas en el cuerpo superior. Es una construcción que contaba con hostal, iglesia, rectoría y administración, y corral con pajares. Los tejados de pizarra tienen una fuerte inclinación apropiada a las condiciones climáticas.
Montgarrí, 2016.
Montgarrí, 2014.
Camino de Montgarrí.
      Comienza a levantarse un ligero viento, ¡hay que mover el...! y volver hacia el Plá de Beret, ya hace un par de años que tuvimos que salir por piernas a causa de la fuerte ventisca, hoy la cosa es diferente y regresamos tranquilamente al autobús para que nos baje a Salardú, ubicado en la parte alta del Naut (valle) Arán, cuartel general de este ejército sin fusil.
   Tomamos posesión de los dormitorios del Albergue Era Garona, nos aseamos y, algunos pasamos, una vez más,  a contemplar esta joya de Salardú que es la Iglesia de S. Andreu del Románico Gótico del s. XII - XIII. Cuenta con un campanario del s. XV y restos de las murallas y del castillo.
Crist de Salardú.
     Tenemos suerte, no siempre ocurre, así la iglesia se encuentra abierta y en el interior, podemos contemplar la impresionante talla del Crist de Salardú, obra maestra del siglo XII y atribuida al taller d'Erill-la Vall, al que se le atribuye, también, la ejecución del Cristo de Mijaran. La talla muestra la imagen de un Cristo sufriendo, con la sección triangular de las piernas y los rasgos característicos de la iconografía religiosa románica. De especial belleza son el ángel turiferario y la imagen de resurrección que se hallan por encima y debajo de la talla del Cristo, esta última de sugerente ejecución. La escasa iluminación del interior, no nos deja admirar los frescos del siglo XVI, recordamos la vez que, Maite y yo, los observamos con la luz de un día de verano. 
          Y como cada año, antes de ir a cenar, toca animar la tarde con el típico vino caliente que nos sirven en la Pensió Montanha. No tardamos en vaciar una gran olla en la que debutantes tratan, como si fueran expertos enólogos, averiguar la receta de tan apetitoso y no menos peligroso caldo. Y como si de rogatorias para que caiga la nieve se tratara, bellas canciones de no muy buena interpretación caldean este establecimiento que siempre nos acoge con simpática paciencia. Afortunadamente, Félix, como en otras ocasiones, nos interpreta la canción "S'ha feito de nuei" que pone la carne de gallina a más de uno.
Vino caliente.
       La cena en el albergue, como siempre, es abundante y animada. Tras los postres, ya en el salón, nos reunimos de tertulia, algunos suben a los dormitorios y bajan con montañas y más montañas de chocolates, galletas, etc. ¡vamos!, potenciadores de "lorzas varias".
        No hemos caminado mucho, no hemos superado grandes desniveles pero los efectos de la gula, bendita gula, ya en las literas, nos sume en el más profundo de los letargos.
     Por la noche, en un espectacular rapel, desciendo del catre superior para..., ¡leches!, se han cumplido los deseos de las mal interpretadas rogatorias del Montanha, ¡nieva!.
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En la ribera del Unhóla, 2016
Es domingo, desayunamos temprano para...-¡pues no!-. Teníamos programada la subida a los lagos de Baciver, pero las condiciones climatológicas y nuestra amiga "Doña Prudencia" aconsejan cambiar de planes. Los esquiadores, cada vez más escasos, montan en el bus para participar en la Marxa Beret, el resto nos quedamos en Salardú. Algunos, una veintena, decidimos subir a la ermita de Santa Margalida.
       Por el momento no hacen falta calzar las raquetas, aunque sigue nevando la capa es poco espesa y caminamos "a pelo".
   Por las calles de Salardú, nos dirigimos hacia Unha, población separada de la primera por unos metros. Pero Unha la dejamos a nuestra izquierda para adentrarnos en la ribera del Unhóla, que aunque blanca, nada que ver con la de otras ocasiones.
Por la ribera del Unhóla, 2015.
San Feliú de Bagergue.
       Pronto aparece Bagergue al que accedemos por la puerta de su iglesia, dedicada a Sant Feliu, de líneas primitivas románicas, con varias reformas y ensanchamiento en 1524, con campanario de torre cuadrada. Inicialmente románica del siglo XIII, que tuvo transformaciones, se sustituyó el ábside semicircular original por un presbiterio cuadrado y se añadieron dos capillas, una sacristía y un campanario. Como siempre, se encuentra cerrada pero me permito repetir lo publicado en otra ocasión: "En el interior de la nave encontramos un Cristo muy primario del periodo gótico de transición que expresa mucho dolor en el rostro, con la cabeza coronada de espinas y el cuerpo flagelado. También encontramos una estela funeraria prerrománica de gran importancia".
En la ermita de Santa Margalida.
      Atravesamos las coquetas calles de Bagergue para seguir ascendiendo por la margen izquierda del Unhóla. Poco a poco, el paisaje va viéndose más blanco y no tardamos en divisar, allí arriba, en una pequeña colina, la Ermita de Santa Margalida a la que cada 20 de Julio suben en romería los habitantes de este valle. Ya en la colina, a las puertas de la ermita, un breve descanso y el viento nos invita a descender hacia Bagergue, he telefoneado al Seixes y nos aguardan unas birras de lo más fresco. Y así es, como siempre Montse y Carmen nos atienden como si fuéramos de la familia. Algunos recordamos la noche que pasamos en el Seixes durante el trekking de Setau Sageth, la copiosa y gustosa cena, el no menos apetitoso desayuno, y "aquellas vistas" desde las ventanas de las habitaciones, vistas que hoy son imposibles, las nubes lo impiden. Sale Carmen a saludarnos y nos invita a hacer una foto en el exterior, pero ha de ser como ella, como si fuéramos chicarrones del norte: ¡en manga corta", algunos procedemos de tal guisa. (A fecha de hoy, no tengo conocimiento de que alguien haya sufrido ninguna pulmonía)
Con Carmen en la puerta del Seixes.
Unha.
     Nos despedimos de estas dos encantadoras mujeres y, por la ribera del Unhola, descendemos hasta Unha. Este pueblecito es uno de los que mejor ha resistido el paso del tiempo y testimonio de ello es su iglesia románica dedicada a Santa Eulalia, con una bellísima torre octogonal, que se alza sobre el armónico conjunto de casas aranesas, entre las que destaca la de Basteret. En esta casa de 1580 se ubica actualmente el interesante Museo de la Nieve, y en su iglesia se descubrieron los frescos de un maravilloso pantocrátor en los años noventa.
Camino de Gessa.
    Como es buena hora, tras atravesar las calles de Unha, seguimos el camino en dirección a Gessa, al que llegamos, los unos por su parte más alta y el resto por la baja.  Este pueblo se encuentra a orillas del río Garona, en su margen derecha. Y como no, posee su iglesia de estilo románico, la de San Pedro cuya imagen, en el centro del retablo del altar mayor, es una de las mejores tallas policromadas del Valle de Arán.
  Una vez todos reunidos, decidimos dar por finalizado "el paseo", de 11 Km, con desnivel de 460 m., y volver a Salardú, a escoscarnos, esperar a los esquiadores, comer, y regresar a la "heroica y siempre leal ciudad de Caesaraugusta".
Recorrido del domingo.

    Con el Ebro a nuestros pies, Caco agarra el micrófono del autobús para felicitarnos de lo buenos chicos y chicas que somos, para felicitar, también, por encima de todo, a los participantes en la Marxa Beret, que han competido dignamente y, para anunciarnos "la próxima".
     Ha sido este, un fin de semana que, aunque de programación repetida, el buen ambiente reinante entre los participantes ha primado sobre lo demás. Los unos recién salidos de la adolescencia, otros recién aterrizados en la bella tercera edad; algunos, expertos en esto de las montañas, otros debutando en ellas. Los responsables del Stadium, tienen bastante culpa de ello. Gracias majos.
Hasta pronto.

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Video de Jesús Cisneros, aquí.