lunes, 26 de agosto de 2013

POR LAS MONTAÑAS DE ESLOVAQUIA



Prólogo

                Los Cárpatos están situados en el este de Europa. Estas montañas forman una de las cadenas más grandes de este continente. Esta formación tiene en sus faldas ciudades como Bratislava, Cracovia, Bucarest y Belgrado.
                   Su formación pertenece al movimiento Alpino y junto a los Pirineos y los Alpes son las tres grandes cadenas montañosas de Europa formadas en la orogenia alpina. Este movimiento tuvo lugar en la era cenozoica en el periodo terciario hacia unos 65 millones de años y se prolongó durante 27 millones de años. La orografía de los Cárpatos abarca a 6 estados, Hungría, Eslovaquia, Republica Checa, Polonia, Ucrania y Rumania por la que transcurre en gran medida y la divide literalmente en dos partes.
               Si limitamos los Cárpatos poniendo su inicio en Bratislava y acabando en las Puertas de Hierro, la longitud de estos es aproximadamente de unos 1.300 km. Para tener una aproximación del orden de magnitud, los Pirineos tienen unos 450 km de largo. Esto nos da por lo tanto una primera idea de la extensión de esta cadena montañosa. Donde los Cárpatos no destacan, es en las altitudes de sus cumbres que pocas veces superan los 2.500. En este caso, las formaciones de Alpes y Pirineos lo superan ampliamente con picos de hasta 3.404 m como el Aneto la cima pirenaica más alta y queda muy superado por las cotas como la del pico Montblanc el gigante alpino de 4810 m. En el caso de los Cárpatos sus cimas mas altas se sitúan en la parte mas occidental en los Montes Tatra, aunque también encontramos alturas de hasta 2.500 en los Alpes de Transilvania. En los Tatra encontramos el Pico Gerlachovsky que se alza con 2.654 m y está dentro de territorio eslovaco convirtiéndose en el techo de los Cárpatos.
Altos Tatras.
               Un viaje de ida y vuelta pero, que caray, más paisajes y experiencias cargadas en nuestra "vieja mochila". Ahora ya de vuelta, es cuando uno añora los días pasados en Eslovaquia, un país que a pesar de encontrarse situado en el centro de nuestra castigada Europa, me parece tan distinto al que yo resido (omito escribir lo "del mío", en mi opinión, nadie es dueño de su tierra), que hasta sus piedras graníticas parecen estar mas pulidas, y sino que se lo pregunten al trasero de alguna estalentada. Es una parte del mundo desconocida para la gran mayoría de aficionados españoles a la montaña y puedo asegurar que vale la pena pasear la mochila por esas cumbres, esos lagos y esos floridos valles. Ánimo.
            Antes de  comenzar con el día a día, tengo que valorar a quienes nos han ayudado a que hayamos pasado estas jornadas con comodidad, seguridad y ratos divertidos: Benito de Aragón Aventura ha sido todo un lujo de  guía hispano, nos ha instruido en el andar por la montaña, ha ejercido de intérprete experimentado, ha velado por nuestra seguridad (y para que el vino y la cerveza consumida fuera de gran calidad); Ondrej de Rajec, guía eslovaco que ha tenido la paciencia de conducir a "os estalentaos" por sendas y veredas y que en todo momento se ha mostrado abierto a responder cualquier duda; Marian (nombre eslovaco de Mariano), fornido conductor del microbús amarillo que maneja tan bien el volante como la conversación (no dejo de hablar al copiloto Ondrej, aunque lo hizo en eslovaco ¡que pena!); Peter, otro conductor que nos realizó los traslados largos y que su simpatía es proporcional a su conocimiento de los lugares por los que pasábamos; y como no a "Os Estalentaos" de Esbarre, Stadium Casablanca y Mayencos, que una vez más hemos compartido los esfuerzos y gratitudes de la montaña (y los castillos) Los presento:
De izquierda a derecha: Luis Lasala, Ondrej, José Luis (yo), Lola, Chema, Piedad, Maite, Benito, Luis Casao y Javier. Agachado: Fernando

Día 1 de agosto de 2013
                    Dos horas y cincuenta minutos de la mañana. Sin dormir salimos en autobús dirección a Barcelona. Nuestros nuevos y pesados petates los transportamos en las viejas espaldas, en la faraónica estación de Zaragoza los carros porta-maletas están reservados para quienes viajan en tren.
               Con las legañas luchando contra el sol de madrugada, desembarcamos en la estación de Sants para coger un tren (tampoco hay carros) que nos llevará a la terminal 1 del aeropuerto con el fin de coger una lanzadera (seguimos sin carros), que a su vez nos llevará a la terminal 2, ¡uff! (Es más fácil volar a Katmandú, lo aseguro).
                 El vuelo es corto, en poco más de dos horas llegamos a Viena en donde me viene a la mente aquella película del turiasonense Paco M. Soria de "La ciudad no es para mi": ¡media expedición extraviada por el aeropuerto vienés!. Reunido el ganado, y con los equipajes rescatados por los mas avezados, nos dirigimos a la salida en donde nos esperan Odrej y Peter para trasladarnos a Bratislava, ciudad de la que estamos a tan solo unos 70 Km.
           Nuestros anfitriones nos llevan a comer a un acogedor restaurante en el centro de una ciudad, que Maite y yo habíamos visitado hace unos años.
              Por primera vez, probamos la Urquell que tantas veces íbamos a ingerir y que, además, la sirven en generosos vasos.
          Con un calor achicharrante para la latitud a la que nos encontramos (algunos termómetros marcan 36º C), visitamos algunos sitios de la ciudad.
         El Castillo de Bratislava, se alza en una colina sobre el casco antiguo. La primera referencia escrita acerca de la ciudad aparece en los Anales de Salzburgo de 907 asociada a una batalla entre Bávaros y Húngaros. La colina del castillo fue poblada ya en la Edad de Piedra tardía y sus primeros habitantes conocidos fueron los Celtas, que fundaron aquí un asentamiento fortificado llamado “Oppidum”. Tras subir tropecientas escaleras damos una vuelta por sus murallas para dirigirnos al centro histórico de la ciudad.
Castillo de Bratislava.
Maite, Lola y Piedad con el famoso trabajador.
            Pese a la hora, sus calles están transitadas por muchos turistas. Pregunto a Andrej por las famosas estatuas de bronce y me dice que las inundaciones pasadas del Danubio, han afectado a algunas de ellas. Solo vemos un par, una de ellas es el famoso trabajador asomado a una alcantarilla.
           El platillo volante que adorna la torre del nuevo puente, el de hierro, el Teatro de la Ópera, el de la Orquesta Filarmónica y otros edificios llaman la atención de lo que por el lugar transitamos.
            Como a la vuelta de los Tatras está programado pasar un día en Bratislava, un paseo por la zona y unos helados nos llevan a los vehículos que nos trasladan al hotel que se encuentra en las afueras de la ciudad y que dará descanso a nuestros fatigados sentimientos físicos, hace un montón de horas que nuestros ojos permanecen abiertos y hay que darles descanso.


Día 2 de agosto de 2013
             Hoy es día de traslado, vamos de Bratislava a la zona de Poprad, concretamente a la bella ciudad de Novy Smokovec.
              Ya descansados y con los cuerpos como nuevos, partimos en dirección noreste en dos micros conducidos por Ondrej y Peter.
El Danubio a su paso por Bratislava.
           Cruzamos el río Vah, que desde los Tatras, riega fértiles tierras ricas en cereales que en estos momentos se encuentran en plena faena de verano, el maíz y el girasol, tendrán que esperar. 
          Una vez cumplida su misión, el Vah vierte sus aguas en el impresionante río Danubio, el segundo río más largo de Europa, tras el Volga. Nace en la Selva Negra alemana, fluyendo hacia el sureste a lo largo de 2.888 km hasta el mar Negro, en Rumanía, donde forma el delta del Danubio, una región de marismas y pantanos poco poblados, aunque de gran valor ecológico. El río fue frontera natural del limes romano durante la época imperial. En las veces que he visto este río, sus aguas siempre me han parecido ser de un color marrón, aunque la música del río Danubio siempre será de color azul, y en su aroma y sabor siempre hay rastros de turrón, mazapanes, peladillas, algo de cava y tostadas en almíbar. La culpa la tiene Johann Strauss hijo, autor del célebre vals.
En Vlkolínec
            Seguimos el viaje por valles de montaña en los que el abeto es el rey de esta impresionante jungla. Benito nos va leyendo una guía de la zona con un tono de voz que unida al vaivén de curvas y contracurvas, provoca el sopor de los viajeros (creo que en algún momento, no le escuchamos nadie).- ¡Perdón Benito!-.
          Llegamos a Vlkolínec (el eslovaco gasta pocas vocales). Es uno de los diez pueblos de Eslovaquia que tiene el estatus de reserva monumental de arquitectura popular, además Vlkolínec fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1993. Está situado bajo el pico Sidorovo en Veľký Fatra (Gran Fatra).
Con una de las muchas esculturas de madera.
          El pueblo es un ejemplo de la arquitectura popular en Eslovaquia. Se compone de más de 45 casas de madera, un campanario de madera del siglo XVIII y una fuente de madera. Las casas numero 16 y 17 se convirtieron en el Museo Etnológico con todos los instrumentos de la vida cotidiana y las herramientas de trabajo de la época. La primera mención escrita de la aldea es de 1376. Su nombre probablemente derivó del eslovaco “vlk” (lobo), y se refiere a la existencia de lobos en los alrededores del pueblo.
            Lo recorremos bajo un calor de esos que te dejan el cerebro, así como hirviendo.Vemos las múltiples esculturas que algún artista ha tallado sobre la madera y que repartidas por sus calles, embellecen más si cabe, esta abarrotada aldea. Comemos en un establecimiento de carretera y seguimos el largo viaje. Benito vuelve a la carga con la guía y...zzzzzzzzzzzz..., a nuestra izquierda ya tenemos los Vysoké Tatry (Altos Tatras), la vista es impresionante, desde una inmensa llanura nacen grandes montañas.
Entre flores.
             Por fin y tras un agotador viaje, llegamos a Novy Smokevec, y más concretamente al que va a ser nuestro cuartel general durante varios días: la Penzión Reitmayer
           Un lujo de establecimiento que lo definiría, más que rodeado de flores: "caído del cielo en un jardín". Impresionantes y cómodas habitaciones, comida y bebida de lo más selecto que se puede probar en la montaña y unas atenciones al límite de lo exquisito. ¡Vamos!, que "os estalentaos", cada vez somos más pijos.
        Toma de posesiones, acicalamientos, paseo por la población (Urquell incluida), cena y a dormir. Llega el primer día de treking y "hay que descansar..para que mañana podamos madrugar" (se puede cantar). Buenas noches.

Día 3 de agosto de 2013
                     Cuatro de la madrugada, ya amanece y pronto entra el sol en la habitación. La persiana es un invento más propio del Mediterráneo y la ausencia de ella en estas latitudes, impiden conciliar el sueño si has abierto el ojo a esas horas. Eso sí, el ritmo de vida no va parejo a la luz y el desayuno lo sirven (negociando) no antes de las 7:30 h.
                 Marian nos conduce en menos de 30 minutos (a una velocidad de 70 palabras por minuto) a Biela Voda, lugar del que, con ritmo lento pero continuado, comenzamos a caminar. Lo hacemos ante un paraje desolador. Recientemente, un tornado ha arrancado varias hectáreas de un bosque castigado por un insecto que, bajo la corteza de las coníferas, va minando al árbol. En este punto hace calor, pero conforme vamos ganando altura, la temperatura se va suavizando. La subida es relativamente suave hasta que en un giro hacia el oeste, nos comemos rapidamente las curvas de nivel hasta alcanzar el Zelené Pleso (Lago Verde), hemos ascendido algo más de 650 metros, y un bonito refugio nos ofrece, previo abono, unos vasos de la dorada joya del país. 
En el Zelené Pleso
            El lago se encuentra en el fondo de un impresionante circo coronado por varios picos entre el que destaca el Lomnicky Stit de 2632 m. con su repetidor de TV. El resto de montañas que nos rodean (que no voy a nombrar por la dificultad de su escritura y memorización), se elevan por encima de los 2200 m.
       Tras el descanso reglamentario, seguimos la ruta; ahora giramos hacia el norte para alcanzar otro lago más pequeño: el Velek Biele Pleso (Lago Blanco). El sitio ofrece a los excursionistas unas mesas de madera, ocupadas todas. Pero "Os Estalentaos", ojo avizor, alcanzan la primera que queda libre para dar cuenta de los bocadillos que nos han preparado en la penzión y que las mochilas están deseando ofrecer. Comenzamos a ser reconocido como "el grupo de españoles" y es que el personal que anda por estos parajes es eslovaco o de nacionalidades limítrofes, eso sí, se les ve muy jóvenes, lo que comparándolo con los que pateamos el Pirineo, nos causa relativa envidia. Además, nos dejamos sentir.
Paisaje florido
                     El camino empieza a descender, ahora en dirección este, y para deleite nuestro lo hace por unas praderas tapizadas con unas bonitas flores amarillas y moradas formando una alfombra digna de ser exportada al paraíso.
Belianské Tatry
        Frente a nosotros se encuentran los Belianské Tatry (Tatras Blancos, color que adquieren por ser de naturaleza caliza). 
            Llegamos a Chata Plesnivec, un refugio en el que, dado el calor que hace, nos vemos obligados a realizar una consumición (tienen que reponer el barril), no somos los únicos, está plagado de personal y de moscas, así que, al terminar la faena, nos ponemos en marcha bajando por un bosque, animados por las canciones que magistralmente nos ofrece Chema y a las que nos sumamos el resto (realmente, se han oido coros mejores).  
                     Marian nos esta esperando en Tatranska Kotlina para llevarnos a la penzión en la que, nada más llegar, Ondrej nos comenta la etapa de mañana.
                Cenamos (mucho y bien) acompañando las viandas con buen vino. El buen humor reinante en el grupo, encubre el cansancio del primer día. El sueño, poco a poco, va cerrando el telón de una jornada sorprendente... buenas noches.
                   Hemos andado (con nuestras piernas, aquí no alquilan otras) 19,5 Km. Hemos subido 823 m. y bajado 969 m. 

Día 4 de agosto de 2013
Esperando al tren.
             Hoy, para la aproximación al punto de salida, subimos en un tren que recorre poblaciones y lagos a los pies de los Altos Tatras. Nos apeamos en Tatranská Polianka, aquí nos esperan un par de todoterrenos que nos acercarán hasta el hotel Sliezsky Dom. 
           Tras unos ejercicios de calentamiento, partimos desde el lago Velicke Pleso, entrada natural del valle del mismo nombre. 
           Un cómodo y empinado camino empedrado (y nuestras garras), nos va acercando al Dihe Pleso (Lago Largo). Desde este punto divisamos, allí arriba, el Polsky Hreben (Collado de los Polacos).
Subida hacia el collado.

         A nuestra izquierda, tenemos el Gerlachovský Štít (2656 m ), la cumbre de los Altos Tatras; a nuestra derecha el Bradavica (2476 m.); ambos nos escoltan el fuerte y granítico ascenso hasta alcanzar el mencionado collado a 2175 m.
             Nuestro objetivo queda todavía un poco más alto. Pequeñas trepadas por bloques de granito nos llevan al pico Vychodna Vysoka (2428 m.), cima en la que a duras penas cabemos de pié, anque no sea mas que por la sana con intención de fotografiarnos el grupo.
           Nada que este puñado de amigos no pueda superar.

Alcanzando la cima del Vychodna Vysoka.
"OS Estalentaos" en la cima.
               En el descenso, recogemos a Maite y Luis Casao que, prudentemente, se han quedado a esperarnos en el Collado de los Polacos. Bajamos hasta el Lago Largo para disfrutar de un merecido descanso, y de la ingestión de las ricas viandas de la tierra que, gentilmente, nos han preparado en el cuartel general.       
                Como el reloj no se para, seguimos bajando hasta el hotel de partida en el que nos tomamos unas birras, que, ¡leches! bien las hemos ganado. Con el cuerpo jotero, seguimos bajando (esta vez a pata) por una senda que atajando la carretera de subida, nos deja en Tratanská Polianka. 
Autobús de Mariano (Marian, en eslovaco)
            Allí, puntual como un reloj, nos espera Marian con su bus amarillo.
          En la "penzión": duchas, coladas y, como no, una Urquell que tan bien entra y mejor sienta.
          Hoy para cenar tenemos: una sopa que entra de rechupete, un queso de la tierra rebozado y acompañado con unas pequeñas patatas asadas y mojadas con salsa de no se qué. Como es costumbre ya, todo esto acompañado con un buen vino (no digo cual, me da vergüenza) y un dulce postre. Alguien ha comprado un licor de miel que probamos en el apartamento que compartimos los dos matrimonios (adivínese quienes somos). 
          Finalmente conseguimos echar del lugar al personal invasor para... Buenas noches.
                 Hemos andado con nuestros pies (y a ratos con manos) 12,3 Km., tirado p´arriba 776 m. y   p´abajo 1450 m. (pobres tabas) (estaba previsto más dureza en la etapa, pero Mariano... ––san Mariano) 

Día 5 de agosto de 2013
Escoscados
         
El submarino amarillo (bus de Mariano), nos traslada hasta el impresionante Pleso Strbské (¡a ver quien lo pronuncia!), lago y centro de turismo de montaña en el que destacan dos trampolines de esquí, que en alguna ocasión ha albergado pruebas del mundial de saltos.
          Mudados, lavados, peinados, ¡vamos!, escoscados del todo, realizamos nuestra habitual sesión de estiramientos musculares en los que alguna articulación suena  a carracla, los años no perdonan pero, pese a todo, ¡podemos!. La mañana nos anuncia que la temperatura de hoy va a ser calentita.
Pista desolada hacia Popradské Pleso.
           Con las mochilas cargadas de buenas viandas y de suficiente cantidad de agua, vino y mucha, mucha alegría, comenzamos caminando por una pista asfaltada entre abetos, castigados por el bichito, pinos y algún alerce. 
         La aproximación hasta el próximo punto se hace un poco larga, andar por asfalto es para vehículos.
            Por un puente, cruzamos el río Poprad, que remontamos por una y otra margen.
          Por fin llegamos al Propradske Pleso (Lago Poprad).
Barril de...preparado para ser porteado.
             Aquí, la pista desaparece y un cruce de varias sendas remontan mi pensamiento al espíritu de Octubre del años pasado (Himalaya). En el suelo, varios paquetes de víveres y utensilios esperan ser cargados por porteadores (en esos parques nacionales, no permiten animales domésticos) para ser llevados al Chata (refugio en eslovaco) Pod Rysmi, base para la ascensión de varios picos, entre los que destaca el impresionante Rysy, compartido por Eslovaquia y Polonia.
            Pero no, no estamos en el Valle del Khumbu. estamos en el centro de Europa y aquí se anda sin mal de altura, así que a seguir.
Maite y Luis, abriendo camino.
           Maite y Luis Casao, nos van marcando el "paso diesel", lento pero seguro que, primero por un denso bosque y segundo por una senda marcada por piedras de las que aquí abundan (granito), vamos ganado altura. El calor aprieta e lo lindo y las gotas de sudor van regando nuestras curtidas pieles, bañándolas de un brillo propio de zagales de juventud constatada, las cremas protectoras hacen el resto.
          Varios pequeños lagos (plesa, en eslovaco) que no voy a nombrar para no volver loco al lector, nos anuncian la proximidad del siguiente.
Velke Hincovo Pleso.
        El Velke Hincovo Pleso (1950 m.), el mayor lago de alta montaña de Eslovaquia se nos muestra imponente y una vez más sale a flote el comentario: ––¡en mi (otra vez el posesivo) tierra son más grandes!, ¡que si el Cregüeña!, !que si el Certascán está represado!, ¿que si...! ––, pero este es majo, a mí me gusta, y su ubicación, en una olla, lo hace atractivo. Conforme vayamos subiendo apreciaremos la majestuosidad del pleso.
          A nuestra izquierda, al oeste, contemplamos la senda a seguir, una lazada por una pared con un terreno sujetado por maderos artificiales a fin de conservar la horizontalidad del camino. 
             La subida es respetable, pero los diesel nos marcan el paso y en  tan solo 20 minutos alcanzamos el collado Vysne Koprovske Sedio (2150 m.)
           Los que gastan más talento deciden quedarse en el collado, el resto de "estalentaos" tomamos un trago de agua y, salvando algunos pasos gasta-manos y cierra-culos, por una cresta de granito, alcanzamos el pico Koprovsky (con acento en la "y", mi teclado no lo acepta) de  2363 m. La cima es impresionante, aquí sí que no cabemos, a duras penas nos sacamos las fotos correspondientes. Abajo, el Velke Hincovo se ha quedado pequeño, un poco mas allá, al este, el Rysy (2450 m.).
Subiendo.
En la cima, con los banderines de Esbarre y St. Casablanca. Mayencos lo dejó en casa pero ellos sí están.
 
Lección aprendida
         Cima tras cima seguimos disfrutando del esfuerzo que a ellas cuesta subir y de la satisfacción de recoger ese aire fresco para, una vez bajadas, retomar el día a día con más calma y comprensión de lo cotidiano.
       Iniciamos, con suma prudencia, el descenso. Los que en el collado habían quedado, nos esperan en el lago para comer, cosa que hacemos una vez estando todos reunidos.
          Benito, como es costumbre en él, instruye al grupo: ––¡Para descender sin bastones, las manos hay que ponerlas en nuestro centro de gravedad, justo encima de...!––
Refresco en el pleso (lago).
            Con la lección aprendida, retomamos el descenso, el calor es propio de estas horas y hasta que lleguemos a la zona de bosque no tendremos sombra.
         Es asombrosa la disciplina de "Os Estalentaos". Bastones en las mochilas y manos en posición, enfilados hacia cotas más bajas, van bajando con un semblante alegre y ¿juvenil?. 
    Claro, cuando pasamos por el Popradske Pleso, en uno de los establecimientos que allí se encuentran, aparece la tan amada Pilsner Urquell.
          El sitio es neo-paradisiaco, el reflejo del bosque en el agua ayuda a refrescar el resto del cuerpo que la birra no abarca.
Popradske Pleso.
               Estamos la mar de bien en este sitio, pero las moscas nos recuerdan que hay que seguir el camino hasta el punto de partida en el que Mariano, una vez más, nos espera y nos traslada a nuestro cuartel general en Novy Smokovec.  
              Una vez cumplidas nuestras obligaciones de aseo, coladas, etc. repasamos la etapa de mañana y, tras copiosa cena, nos vamos cada uno a nuestro nido nocturno. Buenas noches.
              Hemos gastado nuestras botas durante casi 18 Km. El desnivel que hemos subido es de 1200 metros y los mismos hemos bajado, que sino aún estaríamos allí. (Hoy, no nos han regalado nada).

Día 6 de Agosto de 2013
Iglesia de S. Jorge en Spisská Sobota.
          Hoy es día de descanso, bueno, más que de descanso, de turismo cultural. Lo digo porque, aquí el menda, se cansa más con esta actividad que con la de montaña. 
       El "yellow bus", como siempre, nos viene a recoger al cuartel general. En primer lugar nos lleva a Poprad, capital de la región, más concretamente a su parte histórica: Spišská Sobota.
       Es la puerta principal de entrada a los Altos Tatras. Spišská Sobota es una joya de monumentos arquitectónicos y artísticos de la región Spis. Conserva edificios góticos, renacentistas y barrocos. La mayor parte proviene de los siglos XVI y XVII. Muchos de ellos ofrecen servicios de restauración y hospedaje; algunos se encuentran en las instituciones culturales y públicas. El más valioso monumento arquitectónico es la iglesia de finales del románico (1273) de St.George (S. Jorge). Fue reconstruida en estilo gótico en 1464. El altar mayor gótico es de 1516 y procede del taller del Maestro Pavol.
              Toda la zona urbana de Poprad fue, en 1950, declarada área de conservación urbana.
Iglesia Evangélica de Kezmarov.
             Dejamos Poprad y nos dirigimos a Kezmarov. A nuestra izquierda, los Tatras nos acompañan en este tramo de carretera.
        Visitamos la iglesia evangélica, patrimonio de la humanidad, construida toda ella en madera y revocada con yeso. El interior es sobrio como corresponde a una iglesia protestante. Un órgano, del S. XVII, sigue sonando en la actualidad. Las ventanas son redondas emulando a las de los barcos, la construcción duró tres meses y tiene forma de cruz latina. Nos cuenta Ondrej que su capacidad es de 1500 personas (¡a mí que no me cuenten!).
Maite y Lola ante el castillo Kežmarský
       Tras tomar un café, (mejor dicho un helado de café, pues habíamos pedido un café con hielo) nos dirigimos, por la sombra hacia el castillo Kežmarský. Este era propiedad de una familia eslovaca pero a falta de recursos económicos (esto me suena a actualidad), emparentaron con los zares que, enamorados de la zona emprendieron la labor turística en los Altos Tatras. 
         Paseamos por una calle de casas bajitas (ver fotos) que fueron granjas y que hoy, muy coquetas, son establecimientos de hospedería.
       El conjunto, es una bonita ciudad para aquellos que les seduzca la tranquilidad.
        Algo apartada de las rutas turísticas convencionales, cerca de los Tatras, pero no en plena montaña, la ciudad de Kezmarok parece vivir a su propio compás, ajena al business del turismo.
          Llegamos a Levoca. Lo primero que hacemos es ir a comer, ya es hora, luego un paseo nos conduce por sus calles en las que encontramos el ayuntamiento. El edificio se une a una torre renacentista, construido entre 1656 y 1661 como un campanario. Hay algunas exposiciones del Museo de Spis en la primera planta del Ayuntamiento. Frente al edificio se encuentra "la jaula de la vergüenza". Trata del siglo XVI y fue utilizada para castigar a los morosos.
           En este entorno también se encuentran la Cámara de Comercio, el Teatro Municipal y la iglesia en obras de San James.
Iglesia de S. James
La iglesia de San james es de estilo gótico de tres naves (S. XIV.). Encima de los bancos se encuentra el coro con arcos en forma de estrella. En el siglo XVI, se añadió una biblioteca. Sin embargo, la torre de la iglesia no es tan antigua. Varios incendios dañaron notablemente la torre original, por lo que los ciudadanos de Levoca decidieron construir una nueva. Fue terminada en 1858. En el interior destaca el altar mayor. Gracias a su tamaño, es uno de los más altos del mundo. Se trata de 18,62 m de altura, realizado en madera de tilo en el taller del Maestro Pavol (al maestro no le faltaba trabajo)
Castillo de Spiss
          Nos vamos hacia el Castillo de Spiss. Construido en el siglo XII sobre el emplazamiento de otro anterio; fue centro administrativo del condado de Szepes. Se trataba de un castillo románico de piedra con fortificaciones, dos palacios y tres basílicas construidas a mediados del siglo XIII. Se erigió una segunda muralla exterior durante el siglo XIV. El castillo fue reconstruido completamente en el siglo XV. En 1470 se añadió al conjunto una capilla gótica. A mitad del siglo XX fue parcialmente reconstruido, realizándose una intensa labor arqueológica en la zona. Las partes de la casa reconstruida se convirtieron en el museo de Spis. En su patio central, bares, tiendas y demás servicios, ofrecen sus productos al turista.
            Tras tan ajetreado día, iniciamos el viaje de vuelta, no sin antes detenernos en un centro comercial de Poprad. Es una petición de las componentes del grupo que piden ir de tiendas pero son las 18 h. y aquí el comercio cierra pronto, ¡que le vamos a  hacer! .
            Como todos los días, cenamos y a ñoñón.  zzzzzzzzzzzzzzzzz...Buenas noches, estoy agotado.


Día 7 de Agosto de 2013
El árbol caído.
        Con sol radiante (dicen los del lugar que no es normal tantos días sin llover), comenzamos una etapa circular que comienza y termina en el, ya nombrado, lago Strbske (veo que no lo pronuncias bien).
          Los primeros compases los hacemos a la sombra de unos castigados abetos que, presos del insecto que ya nombré, caen uno a uno y son reemplazados por una especie de pino tapizante (¿?).
        El bosque desaparece y se abre el telón de el espectáculo alpino que ya va haciendo mella en nuestras botas (a la vuelta a Zaragoza, habrá que proceder a recauchutar).
Pasando por el Vodna Plocha.
        Sí, las suelas sufren el desgaste de andar por suelos de granito, suelos que albergan los lagos que, uno tras otro, vamos captando en nuestras retinas.  El sol que hace horas que asomó en el horizonte dibuja sobre las olas, que la brisa produce en la superficie del agua, un sinfín de brillantes destellos.
       Os Estalentaos, poco a poco, vamos ganado metros. El cámara Luis Lasalspilberg sube y baja tomando los mejores ángulos para que el resultado visual de la jornada sea perfecto. Hay que valorar en su justo precio a estos amigos que sacrifican su imagen en pro de la del resto de personas.
Vodopad Skok (Cascada Vodopad).
          Dejamos, a nuestra derecha, el lago y nos encontramos una bonita cascada de 50 m., la Vodopad Skok, que el río Mlynica vierte por encima de la cubeta. Este río es el que da nombre al valle por el que ascendemos. Salvamos el salto por la izquierda de nuestra marcha. Superamos los 1800 m y otro lago, el Pleso Nad Skokom nos recibe con el mismo brillo del anterior. No es el último, otro y otro y ..., hasta que ya superados los 2000 m. el Capie Pleso nos indica que miremos allá arriba hacia el oeste.
          Una subida de "aquí te espero" hacia el collado, cumbre de hoy.
Bystre Sedlo.
        Como el paso del Bystre Sedlo (2314 m.), cuya traducción según Ondrej es "collado del cab...", esta dotado de cadenas, algunos se colocan los arneses por eso del "canguelis". El ascenso, en principio es cómodo por bloque de granito.  La subida se convierte en un estrecho paso en el que un padre y sus dos hijos, intentan descender salvándonos a nosotros, Benito les ayuda. Unos nos agarramos a las piedras, otros a las cadenas, pero en un momento, el conjunto de "jóvenes estalentaos" estamos bajando la otra cara, no menos empinada,  de ese encrestado collado. Un poco más abajo, una pulida piedra, da con las nalgas de Maite en el suelo.
El joven Luis Casao, tirando  del grupo "p´arriba".
           Y ahora una curiosa foto de lo que no debe ser: Esta señorita ha realizado la misma ruta que nosotros, y mucha gente más, pero lo ha hecho con unas azules chancletas a juego con el color de las uñas, de su camiseta y de la de...
Love in blue.
Vysne Wahlenbergova Pleso
Vysne Wahlenbergova Pleso
           Ante la presencia de la niña, sacamos los útiles de comer. La medida de la pipeta que Benito saca de su mochila coincide exactamente, con el diámetro de la boca de la botella de vino.
          Debajo, a unos 100 m. tenemos otro impresionante lago, el Vysne Wahlenbergova Pleso, que espera a que lo pasemos por la izquierda. Así lo hacemos y una vez rebasado, una fuerte bajada nos va introduciendo poco a poco en el valle por el que transitaremos a continuación, el Furkotsky Dolina. 
         De nuevo aparece la vegetación, primero los pinos rastreros, después la flor de color rosa que tanto abunda por estos lugares y posteriormente el bosque de coníferas. La flor es:
Epilobio de hojas estrechas (Epilobium angustifolium)
Strbske Pleso.
          La bajada es larga y calurosa, en el cruce de una pista forestal paramos a descansar un momento. Seguimos bajando; ya se ven los trampolines del Strebske Pleso.
        Tomamos un atajo y ya estamos a la orilla del lago. Se adivina, por la cantidad de construcciones, que este es un importante centro de vacaciones para el turismo de montaña, tanto de verano como de invierno.
         Eslovaquia no tiene mar y es por eso que este tipo de turismo lo tienen muy desarrollado; eso sí, cuidando el medio, pues estamos en parque nacional y ni tan siquiera el ganado está permitido ¿será por eso que no hemos sufrido la picadura de ninguna garrapata de las que pululan por el centro del viejo continente?
Con Maite en el Strbske Pleso.
         Tras rodear parte de este enorme lago, buscamos el establecimiento más adecuado para que, en la sombra, nos metamos en el cuerpo unas jarras de la cerveza que hoy nos hemos ganado, y ha sido fuerte el esfuerzo (más que el de levantar la jarra).
     Como siempre, Mariano (el chofer "mudo") acude a nuestro encuentro en el sitio y hora previstos, vamos, un lujo.
      En la cena, varios somos los que, vía WhatsApp, nos comunicamos con las familias. Luis Casao recibe uno anónimo de una persona que firma "La cuarta mujer"; nos desea buen trekking. No sabemos de quien se trata. Tras los postres, el otro Luis, saca un licor que ha comprado en la ciudad, está fuerte de narices.
               Con la satisfacción del deber cumplido, nos vamos a dormir. Buenas noches.
              Hoy hemos andado (y gateado) un poco más de 15 Km. y subido 1066 m.  Pa bajar después, 1098 m.

Día 8 de agosto de 2013
Saliendo de Podlesok.
            Aunque de vez en cuando seamos un poco trastos, en el fondo somos buena gente y nuestro futuro se encuentra en el Paraíso.
         Pues sí, hoy, con el copioso desayuno de Reimayer, metido entre pecho y espalda, partimos hacia el Parque Nacional Slovensky Raj (Paraíso eslovaco).
         El amigo Mariano nos deja en Podlesok, otro de los lugares de turismo de montaña.
            Aunque en principio vamos por un amplio prado, pronto disfrutaremos (como niños) de una bonita ascensión por el barranco de Sucha Bela, un itinerario equipado con escaleras, cadenas, pasarelas, estrechos en roca, etc. Tramos en los que débilmente entra la luz, y la humedad reinante es la única dificultad al encontrarse el equipamiento mojado. Resumo en fotos.
Pasarela de madera.
Escalera
Pasarela con cadena.
Estrecho (me refiero a la grieta).
Luis Casao "Y la luz se hizo"
Por la pista.
          Salimos a una pista en la que se ve más concurrencia y es que en esta zona hay multitud de itinerarios y barrancos debidamente señalizados, vamos, un paraíso para el senderista.
        Vamos en dirección S. hasta que en un collado giramos hacia el NE. Siempre por pista y algún atajo llegamos a un concurrido establecimiento hostelero, junto a unas ruinas (creo que el sitio se llama Klastorisko) en donde paramos a comer (y beber).
          Unos cafés dan por finalizada la parada y con la mayor parte de la ruta efectuada, nos dirigimos por una pista, y sus fuertes y resbaladizos atajos, hacia el punto de partida. A nuestra derecha adivinamos otro de los barrancos, pero la espesa vegetación nos impide verlo. Llegamos a Podlesok, esta vez tenemos que esperar a Marian y, mientras, nos tomamos (por esta vez) un refresco.
           Como hemos acabado a buena hora y pasamos por Poprad, hoy sí, hoy paramos para ir de tiendas y comprar algún regalo o recuerdo.
            En la cena se nota que ya hemos pasado el ecuador y por culpa del WhasApp, sale la conversación de la situación en España: ––que si la corrupción, que si el paro, que si el tocayo de nuestro chofer debería dimitir, que si la ley electoral, que... -¡Horror!––.
              Mañana cambiamos de alojamiento, así que nos despedimos de Susana (así la llamamos), la camarera que nos ha atendido con tanta amabilidad en las cenas.
                Y como siempre, a dormir. Buenas noches.
             Por caminos, sendas, escaleras, pasarelas, hoy hemos caminado  13,5 Km. y hemos subido y bajado unos 550 m. ¿que son pocos? a ti te quisiera ver con nuestros años.

Día 9 de agosto de 2013
Despedida.
         En el desayuno averiguamos quién se esconde bajo el seudónimo de "4ª mujer": La nordic-caminante Emilia.
         Por la mañana cargamos el equipaje en el maletero del bus y nos despedimos de la dueña de Reitmayer y de su perrita Nikita (de la mujer nunca supimos su nombre pero sí de su agradable personalidad).
          Hoy dejamos los Altos Tatras y nos dirigimos a los Tatras Orientales, lo que supone algo más de una hora e carretera.
            Un gran aparcamiento nos recibe, aquí hay una estación de esquí, nos ponemos las botas y Chema nos dirige unos estiramientos de sentimientos muy profundos.

Puente de madera.
              Con el cuerpo estirado y el alma a reventar, partimos por una pista asfaltada que, entre hayas, pinos y abetos, se abre paso por lugar umbrío.
      Asoman algunas de las nubes que hoy van a ser protagonistas. En un cruce, tomamos una pista a la derecha, la que dejamos será transito de vuelta.
      Cogemos un sendero que sube y sube sin parar, el suelo está polvoriento y pide agua.
        Llegamos a la cascada Rohácsky Vodopád (no es necesario aprenderse los nombres)

Con Luis Casao en la cascada.

           Aquí paramos a captar el sitio con las cámaras, comer y beber e incluso hay quien se echa una calada de humo al pecho.
         Volvemos a la senda que habíamos dejado y sigue estando igual de empinada.
          Lo espeso de la vegetación arranca con rabia el sudor en nuestros cuerpos, el grado de humedad es alto y las moscas están pesadas ¿por qué será?.






Saludando-me.
             Desaparecen los árboles y cuando creemos llegar a la cota más alta del día, como siempre... ¡está mas arriba".
        Zigzagueando por un prado, el grupo va ganando altura, casi tanta como la que demuestran día a día estos maduros chavales amantes de las montañas.
        Maite y Luis, inmediatamente detrás de Ondrej, nos marcan un paso de subida que, lamentablemente, no podremos llevar de bajada.




Primer Rohacske Plesa.
        Y es que, nada más tocar techo, en el primero de los Rohacske Plesa (recuerdo que pleso es lago y plesa el plural), comienza lo anunciado.
           En este bello lugar donde las cumbres y el agua son protagonistas, es esta última la que comienza a caer.
          En principio no acaba de romper, es un quita y pon de capas, chubasqueros..., pero tal y como vamos bajando de lago en lago, la tormenta rompe y los truenos nos invitan a acelerar la bajada, manteniendo distancia entre uno y otro de nosotros.

Uno de los lagos.

Bajamos en tiempo record.
                Ya en la carretera, cerramos el bucle, bajamos por la pista que antes habíamos subido. Como no hemos podido hacerlo antes, comemos en un bar que se encuentra en el aparcamiento y además, la chica que lo atiende habla castellano lo que facilita mucho la cosa  a la hora de pedir ¡una Urquell!.
        Con el bus, nos trasladamos al nuevo cuartel general, el Chata vo Vyhnanej (Albergue Vyhnanej), en la pequeña población de Stefanova ubicado en el corazón de la Malá Fatra (pequeña montaña). El sitio es único, una edificación rodeada de bosques que hoy como consecuencia de la lluvia, se encuentra precioso. El albergue no es del lujo que hemos dejado, pero en peores camas hemos dormido

Chata vo Vyhnanej.
                Una vez acomodados, bajamos a cenar en un concurrido comedor, el día ha sido largo y nos subimos a los dormitorios a disfrutar del merecido sueño.  Buenas noches.   Llueve
          Pues hoy hemos recorrido 13,5 Km. Hemos subido y bajado 723 m. y nos hemos mojado...mucho.

Día 10 de agosto de 2013
Último servicio de Marian (Mariano)
         Esta noche ha llovido a cantaros, hoy amanecemos con el cielo cubierto por unas nubes que casi las podemos tocar. 
          La salida prevista para esta jornada no se puede realizar, es en cotas altas y con pico incluido. Para no aburrirnos, Ondrej nos prepara una intensa jornada. Por la mañana una excursión por el barranco Diery y por la tarde veremos un castillo.
          Hoy, Mariano nos llevará al punto de salida por último día, nos despedimos de él; cuánto vamos a echar de menos su conversación (que no entendemos) y su fortaleza... ¡adiós, Marian!
Hacia el Cañón del Diery.
         El buen hombre nos deja en la acceso del cañón, junto a un hotel. De momento no llueve, aunque el suelo está húmedo y anticipa que alguno resbalará.
      Aquí, la vegetación es exuberante, el abeto y los pinos dejan caer por sus finas hojas, gotas de lluvia en forma de lágrimas. Lágrimas como parece adivinarse en el rostro de ellos y ellas, es el último día de salida al monte y parece que no apetece mucho terminar esta experiencia.

¿Cabremos?
       Este barranco, es más cerrado que el Sucha Bela y aunque es algo más corto y con menos artilugios de seguridad. El espesor de la vegetación lo hace bello. A duras penas pasa la luz y disparar la cámara de fotos para que se vea claro, se hace una tarea casi imposible.
         Y como dije, "alguno y alguna miden la distancia que separa la parte más baja de la espalda y el suelo en centésimas de segundo". Y es que el suelo está resbaladizo.
Solitarios.
         El sitio y la climatología han hecho de esta caminata, una jornada tranquila en la que somos los únicos visitantes del cañón.
          Salimos a un bosque en el que las hayas se suman a esta verde sinfonía. Aprovechamos el momento para escuchar el concierto que nos está ofreciendo el bosque: el cantar de los pájaros, el murmullo de ramas y hojas bailando un vals en lo alto de los árboles, el otro murmullo, el del río que allá abajo acaricia las piedras como el arco acaricia las cuerdas del violín. Y todo esto acompasado por el caminar de "Os Estalentaos" que hoy sí, hoy hemos disfrutado del "sonido del bosque en Eslovaquia".
Con las camisetas de Setau Sageth
        Bueno, que me estoy poniendo meloso.
              Paramos en un mirador en el que una vez asomados a el balcón, disfrutamos de un bosque rematado por húmeda niebla que acaricia nuestras retinas.
     Coincidiendo que Piedad, Maite y yo, llevamos iguales camisetas, las de la última travesía, nos fotografiamos con ellas, lo que me sirve para dedicar la foto a las gentes de los Valles de Arán y  Benasque que bien lo merecen. ¡Un abrazo desde Eslovaquia!.


Casa en Stefanova.
           Llegamos a una pista en la que ya vemos algo más de gente, aquí se cruzan varias rutas.
        Aterrizamos en Stefanova, nuestro pueblo, un pequeño núcleo de casas de madera, que recorremos, aquí el suelo debe de ser barato ya que pocas viviendas ocupan mucho suelo. En la hispania diríamos que "muchas viviendas ocupan poco suelo". ¡Jo! se nota que esto se va acabando.
          En el cobertizo, frente al hotel, sacamos la bolsa de comida y preparamos unas ensaladas que alguno engulle como si se fuera a acabar el mundo.

Castillo de Orava
            Y sin perder más tiempo de lo necesario, nos vamos de turismo medieval al Castillo de Orava (Oravsky Hrad). La ausencia de Marian ha sido cubierta por Peter que se incorpora con su minibús a la juerga.
          Sacamos la entrada, pero además  si quieres sacar fotos, hay que desembolsar 3 € y si es vídeo 6 €, ¡doña usura está presente!.
         A las orillas del río Orava, una roca alberga este impresionante castillo.
       Es una verdadera fortaleza que data de 1241. Los edificios están dispuestos en tres niveles.

Interior del castillo.
     En principio, de estilo románico y gótico  hasta que en el siglo de XVI la familia Thurzo se hace con el control del castillo y empieza a renovar los edificios en el renacimiento y es entonces cuando aparecen estilos neogóticos. La forma actual del castillo se logra en 1611. El castillo se quema en 1800 y es reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial. Se convierte monumento cultural nacional en 1953. Muchas de las habitaciones del castillo Orava están amuebladas como lo habrían sido en diferentes periodos de la historia del castillo. También hay una exposición sobre la historia natural de la región de Orava, y una exposición arqueológica que muestra las fases de la construcción en el sitio del castillo.
Añadir leyenda
            La capilla, del siglo XVII y XVI, está decorada en el estilo barroco, el preferido por los Thurzos. Para los cinéfilos de cierta edad, no le es difícil reconocer el castillo de la película "Nosferatu". Este impresionante plató fue utilizado como lugar de rodaje. Algunos muñecos en forma de vampiros, ubicados en rincones en penumbra, nos acechan a nosotros y nos invitan a rentabilizar la autorización de las fotos.
Actores.
        La visita es guiada y recorremos todo el castillo, a la entrada unos carruajes adornan nuestro paso, aunque uno de ellos tiene enganchado un remolque metálico del siglo XXI. No sé, no sé, ¿que quieres que te diga? una cosa es la historia y otra el uso que se hace de ella. En uno de sus patios, unos actores representan una obra que, sin entender el eslovaco, creo que iba de cuernos y celos.
            Seguimos el itinerario de tal manera que me recuerda a los pasillos de un gran almacén de muebles, aunque aquí los armarios ya están montados y desde luego, tienen mejor pinta que los suecos.
Mosquetón.
         Desde las más antiguas lanzas, pasando por escudos, cañones, escopetas, se muestran en este recorrido. Y cuando creemos haber llegado a la última planta, aún quedan más.
          Pasamos por un pozo en el que el personal arroja monedas de curso legal con la intención de ver cumplidos los deseos. Nosotros no participamos (así nos va), en taquilla hemos dejado nuestros deseos.
        Los que sí que verán cumplidos sus deseos (al menos por hoy), son los contrayentes que mezclados con los turistas, van a celebrar su boda en tan lúgubre lugar.
El castillo y río Orava sobre Oravský Podzámok.
           Bromas aparte, el castillo es impresionante. Incluso a mi, me sorprende. Y no solo su historia, su riqueza, Norferatu, la boda, etc. es su su ubicación sobre una roca que el río Orava ha tallado durante miles de años la que peovoca mi admiración. Y a sus pies, la ciudad de Oravský Podzámok, parece vigilar a las huestes turísticas que pretenden atacar su fortaleza.
         A la salida, la boda nos retiene en una de las puertas, no podemos pasar hasta que se realice uno de los ritos: "las damas entregan unas flores a la novia" (¿?).
             Volvemos a Estefanova, hay que cenar y preparar las maletas. Los trastos de montaña ya no los vamos a usar, así que "a recoger tocan". Mañana iniciamos el regreso hacia Bratislava.
                 Cenamos y a dormir.  Buenas noches.
              





























Día 11 de Agosto de 2013
Comprando queso.
          Como queremos aprovechar la jornada de viaje y dar una vuelta por Bratislava, madrugamos de lo lindo. Ondrej nos tiene preparada otra sorpresa: En el camino ¡vamos a visitar otro castillo!.
         Al poco de salir con los dos minibuses, nos detenemos a comprar queso en un puesto de los que se encuentran a orillas de las carreteras. El queso que Maite compra, quedará olvidado en la nevera del hotel de Bratislava... ¡que cabecica tenemos!.
         Poco a poco las montañas van quedando atrás e inmensos llanos de cultivo cerealista son ahora los protagonistas del paisaje.
Castillo de Trencin.
        Pasamos por Zilina, ciudad a la que una fábrica de automóviles le ha dado vida industrial, grandes contenedores destinados a la fábrica (esto cuenta Peter), se apilan en la estación de carga del ferrocarril. Me recuerda a otra ciudad en la que también se fabrican coches cuyo nombre también comienza por "Z": (Zigueruelas). 
           Transitamos siempre por la orilla del río Vah que ya he nombrado al principio de esta historia. A mitad de camino se encuentra la ciudad de Trencin, el castillo la delata.

En el cañón.
             Tomamos un café en una fresca terraza y por empinadas calles, nos dirigimos hacia el Castillo de Trencin.
         Previo pago de la entrada, y derecho de pernada fotográfico, cruzamos la puerta (una más y van...) y nos encontramos con un patio en el que mercaderes medievales, amaestradores de halcones y un cañón, ambientan el lugar.
Fernando (Friede) probándose un sombrero.
          Vemos un profundo pozo y, como no, una tienda en la que se puede adquirir recuerdos del castillo y su entorno. Hay quien se empeña en probarse un sombrero cuando está demostrado que lo que mejor le va es el cachirulo. Bueno, en realidad no le sienta tan mal, pasaría por un personaje tirolés.
   


















          La historia del castillo de Trenčín llega hasta la época de los romanos, lo cual es documentado por una inscripción en la roca que habla de la victoria de la II legión romana en Laugaricio en el año 179 de nuestra era.
Inscripción romana.
          El Castillo tiene construcciones que datan del s. XI, cuando era usado como castillo fronterizo con el reino Checo. A fines del s. XIII pasa a pertenecer a Matuš Ča, importante magnate húngaro que llegó a disputar la corona con el rey. A la muerte de Matuš Čak, el castillo pasa a pertenecer al rey.
           El castillo fue reconstruido y ampliado en varias ocasiones. La reconstrucción en los años 1540 y 1560 convirtió al castillo, junto con los castillos del Devin y Spiš, en uno de los castillos más grandes de Europa.Al castillo de Trenčín está unida una de las leyendas mas conocidas de Eslovaquia.
¡Aquí se asomaba Fátima?
        Se trata de "la leyenda de Omar y Fátima":
           Durante las guerras del imperio Austro - Húngaro con los turcos, cuando el castillo pertenecía a Štefan Zápolský, fue tomada como prisionera la bella Fátima, joven princesa turca. Ésta fue llevada por Zápolský al castillo de Trenčín y regalada como sirvienta a su esposa Hedviga. Al enterase de este estado el prometido de Fátima, un joven príncipe turco, viajó hasta Trenčín a ofrecer un gran rescate por ella. Štefan Zápolský no quería devolver por ningún motivo a Fátima. Omar insistió mucho y dijo "pídeme lo que quieras". Zápolský quedó pensando y respondió: "Si haces salir una lágrima de mis ojos o agua de la roca donde estamos parados te la entregaré". Omar le dijo: "Es más duro tu corazón que esta roca, por eso yo sacaré agua de ella". 
En la torre
          Se cuenta que Omar perforó la roca durante tres años sin desanimarse hasta que encontró el agua y de esta manera regresó con Fátima a su país. 
            El pozo del castillo de Trenčín con una profundidad de más de 80 metros, tiene agua hasta la actualidad, se le llama el pozo del amor, también admite monedas de curso legal y es el que describía al principio.
         Visitamos el castillo y ya en la torre, se contempla la vista de la ciudad y el río Vah con sus canales.

Comiendo en el Hotel Elizabeth
               Abandonamos el castillo y Ondrej y Peter, nos introducen en un lujoso hotel, el Elizabeth. Pensamos que es para visitar un yacimiento romano que se encuentra en el interior, pero no.
             Han reservado mesa en este lujoso establecimiento para comer. Es un detalle por su parte.
           Tras la comida, damos un paseo por la ciudad.
          Una fuente que escupe agua y una sinagoga, es lo más llamativo que vemos.
        Retomamos el viaje hacia Bratislava. Benito no nos lee la guía, Benito duerme.
Fuente
Maite ante la sinagoga.
Ondrej me pone la medalla.
            En Bratislava, damos un paseo por la ciudad, relato que que no repito porque ya la he descrito al principio de nuestro viaje. Nos llevan al hotel y tras acicalarnos convenientemente, pasamos a cenar. 
          En los postres Ondrej nos obsequia con una medalla con la flor edelweis a cada uno y nosotros le damos una insignia de cada uno de los clubs de montaña a los que pertenecemos "Os Estalentaos": Esbarre, St. Casablanca y Mayencos.


Luis Casao poniendo la insignia de Esbarre.
Chema pone la medalla de Mayencos a Ondrej.
          Tras la cena, nos damos una vuelta por la Bratislava nocturna y nos tomamos la última...
            Nos acostamos, no muy pronto aunque mañana madrugamos, vamos a embarcar en el avión en Viena y el personal quiere darse un paseo por la ciudad de Mozart.
            Buenas noches.

Día 12 de agosto de 2013
Palacio de la Ópera
        Hoy es día de traslado, en Viena podemos pasar el resto de la mañana, antes de ir al aeropuerto. 
          Como los coches no pueden aparcar en el centro, Ondrej y Peter lo hacen en las afueras, justo al lado del metro, que cogemos para dejarlo en la Karlsplatz (plaza de Carlos).
           Como la visita tiene que ser ligera, vamos todos juntos. En primer lugar pasamos por el Palacio de la Ópera. Pese al bullicio de los alrededores, al igual que en el bosque, si cierras los ojos, puedes sentir la sinfonía 40 de Mozart mezclándose con los valses de Johann Strauss.
Ayuntamiento de Viena
           Seguimos el paseo por la parte trasera del Palacio Real en dirección al Ayuntamiento.  Fue construido en estilo neogótico entre 1872 y 1883, con el objetivo de sustituir al Antiguo Ayuntamiento.
           La fachada principal presenta cinco torres; de ellas, la central, una torre de aguja de más de 100 metros de altura, está rematada por una estatua de 3,5 metros de altura, el Rathausmann. Este caballero con armadura que porta un estandarte, se ha convertido en uno de los símbolos vieneses. También en la fachada cabe señalar la logia, de gran altura, donde destaca la curvatura de los balcones y la delicada tracería. Además, en todo su perímetro se abren arquerías con estatuas de las personalidades de la historia de Austria. En la plaza del ayuntamiento, cada verano se celebra el Festival de Cine Musical dedicado a la ópera, resultando que en nuestra visita, una gran pantalla cubre la casi totalidad de la fachada de uno de los edificios que mas me atraen de Viena.
Columna de la Peste.
         Seguimos la ruta y paramos a tomar un café en un garito en que nos meten un palo que nos dejan fundidos: un minicafé = 3,5 € (sin comentarios).
           Como el reloj no se detiene, nos dirigimos en dirección a la catedral, centro neurálgico del turismo internacional. En el camino, Benito decide realizar un estudio de mercado en un súper famoso de la zona.
         Como Maite, Fernando y yo ya habíamos estado por Viena llevamos al grupo por el camino más corto. Pasamos por la puerta de una famosa cafetería cuyo mostrador incita a castigar el cuerpo con uno de sus dulces; no es el caso.
        La Columna de la Peste se erige en recuerdo de las víctimas de la peste de 1679. El emperador Leopoldo I se comprometió a levantar una columna cuando la epidemia se habría terminado. La gestión del proyecto se atribuye a Paul Strudel, que basa su trabajo en el concepto de teatro  del ingeniero Louis Burnacini.
          La visita a la catedral de San Esteban es corta. Una multitud de gente entra y sale de contemplar la entrada al templo, para verlo completo hay que pagar una vez más. Además, tenemos que ir a comer, cosa que hacemos en un wok que se encuentra justamente frente a la boca del metro, que al terminar cogemos para acercarnos a los minibuses. Peter y Odrej nos dejan en el aeropuerto en donde nos despedimos de ellos.
                El resto, ya se sabe: facturación, espera, vuelo y eso sí, los de Aragón Aventura han fletado un microbús para que nos traslade hasta la estación norte del autobús que nos llevará a Zaragoza.
              Y la vuelta a la realidad no puede ser de otra manera. Las noticias son desalentadoras: Egipto en guerra, aquí los corruptos siguen siendo ricos, el personal de la alta política negando la evidencia, los vecinos del décimo, todos en el paro... ¡p´a que!
               Y nada, tras terminar con éxito y salud el enésimo trekking, ya hay quien piensa en el próximo, yo de momento me apunto a ver que pasa mañana.
                 Hasta otra.

              Y si has conseguido tragarte todo este relato, puedes ver más fotos AQUÍ
              Y si las quieres ver de manera más amena  pulsa AQUÍ

6 comentarios:

  1. Me ha encantado, muy buena memoria y muy buena pluma (la literaria, claro).
    Un placer compartir esos días con todos vosotros.
    Javier

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    1. Lo muy interesa los grupos esbarre y stadium gracias por su información, gracias para todos, unos saludos Domingo


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  2. Tienes muchos gusto para las fotos y los textos, espero hacer muchas montañas con vosotros.

    Benito Perez.

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  3. Gran maestría para el manejo de los nombres, y pluma ligera para el relato. Gracias por todo ello y por vuestra compañía. Tardaremos en olvidar esos días, esas gentes y esos paisajes.

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  4. Ya he visto, además de haber leído día atras la crónica, el vídeo que has montado con las fotos. Joer tío, yo quiero hacerme una copia, y, creo que no voy a ser capaz, después de verlo, de hacer otro, yo, con las fotos que tengo.
    ¡¡¡ D´akujem !!!

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  5. Como siempre un placer leerte, José Luis. Escribes muy bien, eres muy ameno y las fotos estupendas. Qué gran recuerdo para los participantes. Eres su diario.

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