miércoles, 22 de noviembre de 2017

ARCO DE PIEDRAFITA

Día 18 de Noviembre de 2017
          Un año más, que con las gentes de Esbarre celebramos esa salida en la que se entremezclan deporte, camaradería, buenas viandas y mejor vino. Un buen cóctel para celebrar que concluimos una temporada e iniciamos otra, con más canas en la azotea y no menos entusiasmo en el resto del cuerpo (y mente).
          Aún no ha amanecido, en las puertas de la Facultad de "Veterinaria" de la Universidad de Zaragoza, hoy nos reunimos más personal de lo habitual (me consta que aunque fuera otra la facultad de marras, seríamos los mismos personajes).
           Ya estamos en carretera, algunos nos ponemos los auriculares. En mi alrededor, cuatro colegas  debaten acaloradamente  en relación al "proces", asunto que no logra apagar las notas del Lago de los Cisnes de un tal Tchaikovsky que suenan en mi "smartphone", aunque un poco ¡sí!. Hay quien no desconecta ni "camino del monte".

¡Al ataque!
         En Huesca recogemos algunos miembros de la "expedición". Amanece en Yéqueda, duermen "mis niños", la paz reina a la altura del Monrepos.
             El Casbas nos acoge como de costumbre para tomar un café, bueno, algunos sacan unos bocatas tamaño "como si el mundo acabara ahora mismo". Se nos suma en este lugar el "boss" Javier, que ejercerá de digno dirigente en la batalla que vamos a librar.
             ¡Sea pues!. Nuestra hábil conductora, tras salvar unas complicadas curvas para tan tremendo bus, nos deja en las puertas del Parque Faunístico La Cuniacha, Aquí quedará a esperarnos Celia que anda algo cargada de "cálculos", el resto, tropecientos, tomamos la pista que en otra ocasión anduvimos con raquetas de nieve.
Espléndido "veroño".
             Pinos y robles se disputan los más bellos colores de este desconocido otoño que nos muestra un embalse de Bubal triste, lloroso, su caudal es tan solo una lágrima de su triste rostro.
           Pronto abandonamos la pista para tomar un sendero que se va tornando en pastizal y que nos abre un paisaje envidiable.
         De frente tenemos la majestuosa Sierra de la Partacua coronada por Peña Telera (2762 m.). A su izquierda Peña Parda (2649 m) y Corona del Mallo (2415 m.) y a la derecha el Capullo (2652 m.) (no se ofenda nadie) escoltan una cima que atrae nuestras miradas y... ¿quién sabe?.
Peña Telera.
Arco de Piedrafita.
        Pronto divisamos nuestro objetivo mimetizado con el entorno, un enorme mojón (fita) de piedra (petra) horadado por  la erosión al que, lógicamente, le llaman "El Arco de Piedrafita".
      Pues ¡allá que vamos!, unos con más, otros con menos destreza salvamos los últimos metros por una senda algo canchalera pero que no ofrece ninguna dificultad. Los primeros en llegar ascienden a lo más alto del arco, el resto lo vamos haciendo conforme vamos llegando.
        Las cámaras fotográficas echan humo, este mágico entorno lo merece.

Arco de Piedrafita, ventana al Valle de Tena.
En lo más alto.
El grupo.
Yo también estaba.
        Es un monumento a la naturaleza sobre el que nos encaramamos para disfrutar de un espléndido paisaje. Abajo, el Valle de Tena nos muestra un triste Embalse de Bubal en el que las truchas, de continuar esta pertinaz sequía, deberán portar cantimploras. Con menos nieve de la habitual en estas fechas, al Este, asoman grandes picos como los Palas, Balaitus, Argualas, Vignemale, Tendeñera...
         La temperatura es impropia para estas fechas, la mayoría vestimos camisetas de verano y, "como no hay mal que por...!, nos quedamos un buen rato contemplando estas maravillas. Pero, amigos, hay que volver, hoy toca juerga y tenemos garito reservado para tal fin.
Sobre el Arco.
De vuelta.
           Por un rato descendemos por el mismo lugar por el de la subida hasta el cruce que nos llevará, camino del Ibón de Piedrafita, por una suave y bonita senda manchada de algunos neveros de blanca nieve. Refresca en la cara norte de Peña Telera lo que nos invita a abrigarnos un poco.
         El Ibón se encuentra totalmente congelado. Algunos mozos no se lo creen y, como niños, arrojan piedras y –¡hombres de poca fé!– el hielo no rompe.
         El rincón que acoge esta depresión resulta sobrecogedor, sobre el hielo, arriba como una muralla, son 1200 metros de roca con unas oquedades en las que, quizás, se esconda alguna de las brujas del cercano Bosque de Betato.
En el Ibón de Piedrafita.
¿Ande vaaas?.
         Abandonamos el Ibón de Piedrafita por el desagüe natural del Barranco del Boj, con un pequeño caudal de agua que poco podrá aportar al embalse. Al de Jaulín se le ha ido "la olla" y se empeña en subir una roca. ¡Empeño abortado!.
         Pronto alcanzamos el lugar de comienzo, el autobús y Celia nos esperan para, en un corto viaje, encontrarnos sentados en las mesas del restaurante del Camping Valle de Tena en el que nos sirven un sinfín de entrantes, ricos todos, y unos buenos platos de ricas viandas que, regadas con un buen Somontano, dejan al personal ¡contento!.
Sin comentarios.
El Juli habla.
         Finalmente, el "boss" de los "bosses" Julian nos dirige unas simpáticas y animadas palabras para proceder al sorteo de algunas prendas de montaña y, creanme, tras muchos años de participar en busca de la fortuna, por fin  ¡m´a tocaooo!. Pero de no haber sido así, no importa; no hay mejor premio que el de salir al monte en compañía de estas gentes que, año tras año, se rompen los cascos para regalarnos un programa de actividades que es de agradecer.
   Hasta pronto.






DATOS TÉCNICOS
(El track, pulsando sobre "wikiloc")