martes, 20 de febrero de 2018

CUBA (Enero de 2018) (Introducción)


Camino de Madrid.
       
Introducción
          Por esta vez hemos dejado las raquetas de nieve, los plumas, goretex, guantes, polainas, etc. en el armario y nos hemos ido, María Ángeles, Alfredo, Maite y yo, a "sufrir" este duro invierno a la que llaman, la mayor de las Antillas: Cuba.
          Antes de salir dejamos la mochila en casa, en las maletas cargamos otras muchas cosas más acordes con el lugar que vamos a visitar. Eso sí, en casa quedaron, junto con lo descrito, todos los prejuicios de los que, por "aquestas tierras", somos constantemente bombardeados. De hecho, subimos en avión, más vírgenes (de ideas) que la que habita sobre el pilar (columna) de mi amada Zaragoza.
¡A volar!
             Ahora, ya de vuelta, es cuando descubrimos que hemos viajado por todo un país lejano, no solo en lo geográfico, sino también en la "lejanía" de algunas certezas que nos han sorprendido en todo nuestro recorrido
         Haber prescindido de alojarnos en centros turísticos y haberlo hecho en casas particulares nos ayudó a, en la relación con sus propietarios, entender, aunque sea mínimamente, a las gentes cubanas.
       No sé si lo habremos conseguido, pero al menos lo hemos intentado.
Nuestro recorrido.
Huellas del pasado, esperanza del futuro.
           Las fachadas de sus casas, a veces destartaladas, esconden polvo de oro. Atrapada en el tiempo y tambaleante bajo un bloqueo económico que dura más de medio siglo. Es una nación en la que destacan, por encima de todo sus gentes.
        Cuba, hace seis décadas se enamoró de un personaje rico, fue un matrimonio de conveniencia (URSS), algo así como esas parejas que se ven por los alegres rincones de las casas de la Trova. Pero el esposo rico dijo –¡hasta aquí hemos llegado!. Si a esto le sumamos los pretendientes celosos (USA, UE)) que siguen zancadilleando a la amada con el mencionado bloqueo y, también, la torpeza del corazón (PCC) de la dama, ¡pasa lo que pasa!: un pueblo que intenta salir adelante como buenamente puede. ¿Será por eso el placer que el cubano siente por la conversación?; ¿será por eso que cuentas sus penas y glorias ante una copa de ron?; ¿será por eso que al foráneo turista le ofrecen mil y un productos y favores por un triste peso, una prenda o cualquier otra cosa que pueda servirle? y, finalmente, ¿será por eso que la música corre por las venas de los cubanos?.
La música.
          Así es, la música corre por las venas cubanas, una dinámica fusión definida por los entendidos como un idilio entre el tambor africano y la guitarra española. Tras macerar durante más de 500 años, estos sonidos diversos han dado lugar a una cultura compleja, teñida de ecos africanos, destellos de la España colonial, fantasmas de las tribus taínas y rasgos culturales importados de Haití, Jamaica, Francia e incluso China.
      Alquilamos un buga de origen más chino que el frutero de mi esquina, para recorrer la isla de occidente a oriente y descubrir sus ciudades coloniales que no han cambiado mucho desde que los piratas asolaran el Caribe.
         Caminamos, también, por senderos del Nicho y del Parque Nacional Alejandro Humboldt, disfrutando de una naturaleza eminentemente tropical.
            Especialmente estimulantes son el ambiente y la arquitectura de las urbes Patrimonio Mundial de la Unesco (La Habana, Trinidad, Cienfuegos y Camagüey), cuyas majestuosas plazas y calles adoquinadas narran relatos añejos de opulencia e intriga. En el resto de la isla, muchos edificios siguen maltrechos y en ruinas.
           ¡Y qué decir de sus "carros"! Haz clic aquí y podrás imaginarte montado sobre uno de ellos.
Haz clic aquí y podrás imaginarte montado sobre uno de ellos.
            Antes de seguir, quiero aclarar que no pretendo escribir una guía turística, internet y las librerías están llenas de ellas. Tan solo un breve repaso por capítulos y una buena colección de fotografías de los lugares que hemos recorrido. ¡Vamos a ello!

ENLACES A LOS CAPÍTULOS
1.- La Habana
2.- Las Terrazas - Santa Lucía - Cayo Jutías
3.- Viñales
4.- Matanzas
5.- Cienfuegos
6.- El Nicho
7.- Trinidad
8.- Valle de los Ingenios
9.- Sancti Spíritus
10.- Camagüey
11.- Holguín
12.- Baracoa
13.- Parque Nacional Alejandro Humboldt
14.- Santiago de Cuba
15.- Regreso a casa

CUBA 2108 - 1º. LA HABANA

La Habana
Plaza Vieja.
        Tras aterrizar en el aeropuerto José Martí, ya de noche, en el camino hacia nuestra primera casa, la de Héctor (005353549126), los sentidos comienzan a percibir esa mezcla de olor a papaya, ron y humo de carro (coche), de sonidos de salsa y palabras, aromas de piña y malanga, y los mil colores de sus casas.
       Disfrutar de La Habana requeriría de mucho tiempo, por lo que nos centramos en Habana Vieja. Una y otra vez nos sumergimos en sus calles trasladando nuestra imaginación al pasado.
          Créanme, somos un cuarteto de los que nos gusta gastar suela y un poquito de buen humor.
Basílica de San Francisco.
          Esta parte de la capital, junto a su complejo sistema de fortificaciones, fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1982 y apenas un par de minutos de paseo nos pusieron de manifiesto el increíble valor histórico de la vieja ciudadela habanera, aún con los enormes problemas de conservación que hay, que no son pocos. Cuatro plazas articulan una trama urbana en la que se contabilizan más de mil edificios históricos . ¡Mas de mil!. Es una muestra de la importancia que tuvo esta ciudad para la América española durante cuatro siglos.
         Plaza de Armas; Plaza de la Catedral; Plaza Vieja y Plaza de San Francisco son los centros desde los que se organiza toda la trama urbana en la típica disposición en damero que alterna verdaderas joyas de la arquitectura colonial, palacios e iglesias barrocas y preciosos edificios. A partir del Capitolio, La Habana se abre hacia el Este con zonas más modernas: El Vedado, Miramar, etc
La mesa está preparada.
          El turismo se centra en los alrededores de las plazas y la calle Obispo. Lugares como la Bodeguita del Medio, hotel Ambos Mundos, Gran Hotel... son muestra de la historia más reciente, principalmente por sus ilustres visitantes de ahora y de antaño.
         Tan solo abandonamos la Vieja Habana para desplazarnos a la monumental Necrópolis de Colón, en El Vedado y a Miramar a llevar un encargo desde Zaragoza y descubrir a una gran mujer: Alina, que acompañada de familia y amigos nos hizo un recibimiento digno de alabar. La mesa con bello mantel y exquisitas viandas, fue seguida de una larga sobremesa en la que comenzamos a conocer la Cuba que el turista difícilmente puede descubrir. El último día de estancia en la isla nos alojamos en el apartamento de Alina (enlace a su web), en el centro  y que no solo nos dejó las llaves, sino que tras una larga charla aprendimos más de la situación en la que se encuentra sumergido el país, que  en las dos docenas de días en que hemos recorrido sus pueblos y ciudades.
ENLACES AL RESTO DE CAPÍTULOS
Introducción
1.- La Habana
2.- Las Terrazas - Santa Lucía - Cayo Jutías
3.- Viñales
4.- Matanzas
5.- Cienfuegos
6.- El Nicho
7.- Trinidad
8.- Valle de los Ingenios
9.- Sancti Spíritus
10.- Camagüey
11.- Holguín
12.- Baracoa
13.- Parque Nacional Alejandro Humboldt
14.- Santiago de Cuba
15.- Regreso a casa
Una muestra...
Castillo del Morro

El mar baña el Malecón de La Habana.

Vestigio colonial.

Una de las obras en la Necrópolis de Colón.

Teatro Alicia Alonso (antiguo Centro Gallego)

Capitolio.

Nuestro primer desayuno en casa de Héctor.

Colegio en la Plaza Vieja.

Blanco y rosa.

También en La Habana se pone el sol.
De lujo.
ENLACES A LOS DEMÁS CAPÍTULOS
1.- La Habana
3.- Viñales
4.- Matanzas
5.- Cienfuegos
6.- El Nicho
7.- Trinidad
8.- Valle de los Ingenios
9.- Sancti Spiritus
10.- Camagüey
11.- Holguín
12.- Baracoa
13.- Parque Nacional Alejandro Humboldt
14.- Santiago de Cuba
15.- Regreso a casa


CUBA 2108 - 2º. LAS TERRAZAS - SANTA LUCÍA - CAYO JUTÍAS

Las Terrazas, Santa Lucía y Cayo Jutías. (Caminito de la playa)
Las Terrazas.
       Los cuatro teníamos muy claro que no íbamos a poner el pompis a remojo en ninguno de esos centros turísticos que se ofertan en los folletos de viajes. Así que con el "carro" que alquilamos, tras cuatro días abandonamos La Habana dirección oeste por la ¿autopista? de Pinar del Río.
         En el viaje vamos observando la riqueza de sus cultivos, la gordura de sus "puercos" y las gentes que en el arcén esperan a alguno de los variados transportes.
          A pocos kilómetros de la capital, se encuentra Las Terrazas, un complejo turístico que debe su nombre a los bancales ejecutados para plantar su denso bosque. Se creó en 1994 siguiendo el proyecto de la Unesco, para los sitios que son reservas de la biosfera, y vincular a las comunidades rurales existentes con su entorno.
Antiguos secaderos de café.
         Hasta ese momento la región completa estaba deforestada debido a la minería, la agricultura indiscriminada y las plantaciones cafetaleras, queda una muestra en la que visitamos de Buena Vista (S. XIX).
          Tras la comida, nos ponemos en marcha camino de Santa Lucía pero ¡ay!, el GPS nos llevó por la carretera más lógica (en el mapa) la que pasa cerca de las minas de Matahambre. En primer lugar, el paso por Pinar del Río todo un poema por salvar a las gentes y después... Una carretera por la que Alfredo intentaba salvar lo insalvable. Tengo que aclarar que en los más de 2300 kilómetros recorridos, no encontramos nada parecido. Lo cuento por si alguien va por aquella zona.
Cayo Jutías.
       Entrada la noche llegamos a Santa Lucía para alojarnos en Villa Amaneceres, (maisbeldelavega@nauta.cu) regentada por Dani que como en todas las casas nos preparó un buen desayuno. Enclavada en una calle en la que los vecinos se afanaban por mostrarse complacientes con nosotros.
           Santa Lucía no tiene nada en particular, salvo que nos sirvió de alojamiento para acercarnos a pasar un día de playa en el tranquilo Cayo Jutías. Y ya se sabe: tumbona, baño, coco, mojitos, birra, sol, cangrejos ermitaños y ¡pachorra, mucha pachorra!

Una muestra:
Repostando


Complejo de las Terrazas.

Flamencos

Moliendo café.

Cangrejo ermitaño

CUBA 2108 - 3º. VIÑALES

Viñales
Nuestras casitas.
     Abandonamos la playa, pues queda mucha Cuba por recorrer y por sinuosas carreteras, pero en mejor estado que la de Matahambre (o matacoches) nos vamos a Viñales, un pueblo muy pequeño, perfectamente abarcable en un rato. No tiene grandes monumentos pero es su esencia sencilla y tradicional lo que le confiere un encanto y una tranquilidad especial. Todas las casitas son de colores, con las mecedoras en el porche como denominador común. No hay casa sin mecedora.
       Nos alojamos en dos casas contiguas: "Villa Esperanza" Regentada por Exinidia y Yosbany (005348796109) y "Villa El Cachimba y Mayte" (005348696777). Mención especial a Exi y principalmente a Mayte por el esfuerzo que demostraron, no solo para que nos sintiéramos a gusto, sino también, para ayudarnos a resolver un problema administrativo relacionado con el alquiler del "carro".
Valle de Viñales.
        Pero Viñales se abre más allá de sus calles. Su verde valle (declarado por la UNESCO Paisaje Cultural de la Humanidad) escoltado por mogotes que algún poeta comparó con elefantes dormidos. Posee además otros encantos, al radicar allí los mayores sistemas cavernarios de Cuba, como es el caso de la Gran Caverna de Santo Tomás, mientras en la profusión de espeluncas sobresale la Cueva del Indio, atravesada por el río San Vicente.
         Pero no serán estas maravillas plenas de belleza –y de turistas– las que visitamos, nos decidimos por conocer las plantaciones y elaboración del tabaco (Viñales es la zona tabaquera por excelencia) y del café, y lo hicimos desde los más alto de cuatro caballos (Negrito, Chocolate, Confianza y Mojito) desde donde se tenía una amplia panorámica del valle.
Una muestra:
¿Jinetes?.

Control de calidad.

Proceso del café y. el ron de guayabita.

CUBA 2108 - 4º. MATANZAS

MATANZAS
Puente Bacunayagua.
         Algo más de 300 Km nos llevaron (pasando por La Habana a solucionar el tema del carro) a Matanzas. El último tramo discurre paralelo al mar, sopla un fuerte viento que embellece, más si cabe, el paisaje.
         Siete kilómetros antes de llegar, la autovía cruza el puente Bacunayagua, bajo el que corre el caudaloso río Yumurí que da su nombre a un profundo valle en el que asoma la palmera real, árbol nacional de Cuba. Existen varias versiones sobre el origen de la palabra "yumurí". La presencia en esa región de aborígenes y el contacto con los colonizadores españoles, dieron lugar a la leyenda que con más firmeza ha perdurado en el tiempo. Cuenta el mito que se trata del grito emitido por los nativos al lanzarse de uno de los elevados riscos, porque preferían suicidarse antes de tolerar los malos tratos que recibían de manos de los conquistadores. Según la fábula, al pararse en el peñasco proferían la palabra Yumurí o "yo muero", y de esa forma imitaban el castellano que escuchaban para que quedara claro a los enemigos el porqué de estas muertes. Existen otras teorías, pero como dije al principio no voy a escribir una guía, que relatada por este servidor resultaría totalmente infumable.
Río San José.
         A un tiro de piedra de las playas de Varadero y libre de los aglomerados tugurios y hoteles turísticos de semejante complejo se encuentra la que llaman la Atenas de Cuba, la Ciudad de los Puentes, la Venecia Cubana, la Bella Durmiente, la Ciudad de los Ríos (Yumurí y San José). Con todos esos sobrenombres se ha conocido a la ciudad de Matanzas.
      No olvidemos que Cuba recibió grandes y penosas cantidades de esclavos; la mezcla de blancos y negros dejó su herencia en Matanzas; no sólo los rasgos físicos de los lugareños de hoy la reflejan, también dejó en ellos el calor de África. Así, del sonido de los tambores  nació en Matanzas la rumba, el primer baile nacional de Cuba. El danzón, ritmo alimentado de danzas y cintradanzas europeos, también tuvo origen en esta ciudad.
Maite en la Farmacia Triolet.
        En Matanzas destacan, asimismo, sus decadentes pero encantadores edificios coloniales de estilo neoclásico. Iglesias católicas, un teatro y varios museos. Visitamos la antigua Farmacia Triolet, actual museo de esta botica colonial.
         Tras unos buenos paseos callejeros contemplando sus casas, edificios y gentes, nos tomamos unas piñas coladas (¡leches, estamos en Cuba!) en el bar de un precioso hotel para, finalmente,  retiramos a descansar en el Hostal "Cócteles y Sueños", una casa de vestigios coloniales regentada por la joven Zandra.

Una muestra:
"Cócteles y Sueños"

Hotel Velasco (el de las piñas coladas)

Museo provincial.

Banco Popular de Ahorro.

Río Yumurí.

Callejeando.

Plaza de la Vigía.

CUBA 2108 - 5º. CIENFUEGOS

Cienfuegos
Teatro Tomás Terry
         Viajamos del norte (Atlántico) al sur (Caribe). La idea era pasar un día en esta ciudad, pero el primero de los paseos nos convenció para aumentar nuestra estancia a dos jornadas, pues era mucho lo que había que ver.
           Al sur de la sierra de Escambray se encuentra Cienfuegos, rica en palacios (Blanco, Ferrer, Goitizolo…), parques como el José Martí, centro neurálgico, teatros como el Tomás Terry fiel reflejo de la época de oro de Cienfuegos, catedral...
               El Paseo del Prado, el cual se prolonga hasta el mar (3,5 Km. de ida y otros tantos de vuelta, medidos por nuestras zapatillas) se presenta, en su primer tramo, totalmente porticado. Las puertas abiertas de las casas son un escaparate en el que varios artistas exponen sus obras.
               Cienfuegos muestra al mundo los encantos del teatro Tomás Terry al que accedimos; o el Palacio de Valle, fiel exponente del eclecticismo arquitectónico prevaleciente en la ciudad, donde armonizan los estilos mudéjar y bizantino con el veneciano, el gótico y el barroco.
Maite con Benny Moore.
           Pero hay algo que se respira en cada uno de los rincones de Cienfuegos, se trata de la figura de Benny Moore, cantante y compositor cubano nacido cerca de aquí, en Santa Isabel de las Lajas, conocido como el " Bárbaro del Ritmo" o "El Sonero Mayor de Cuba" y que cuenta con una gran admiradora en esta expedición: Maite, que fotografié junto a su estatua situada en el centro del Paseo del Prado donde, de tamaño natural, el Benny pasea como otro transeúnte más por su Bulevar. ¿Qué hubiera sido de Benny sin Cienfuegos? ¿y Cienfuegos sin Benny?
Bailando rumba.
        El primero de los días y la segunda tarde los empleamos en visitar alguna de las joyas de Cienfuegos, recorrer sus calles, disfrutar de una buena sesión de rumba (más copas) en el Centro Benny Moore y probar los manjares del más puro estilo criollo, manjares que, como en el resto de casas, se hacían patentes en el desayuno que Betty y Jesús, nuestros anfitriones, nos sirvieron en el jardín de su preciosa casa (fjrumbaut@gmail.com).
         La mañana del segundo día, la empleamos para visitar El Nicho que comentaré a continuación.
         Antes de partir hacia Trinidad, visitaríamos el cementerio, con sus magníficas esculturas y curiosos mensajes necrológicos.

ENLACES AL RESTO DE CAPÍTULOS
Introducción
1.- La Habana
2.- Las Terrazas - Santa Lucía - Cayo Jutías
3.- Viñales
4.- Matanzas
5.- Cienfuegos
6.- El Nicho
7.- Trinidad
8.- Valle de los Ingenios
9.- Sancti Spíritus
10.- Camagüey
11.- Holguín
12.- Baracoa
13.- Parque Nacional Alejandro Humboldt
14.- Santiago de Cuba
15.- Regreso a casa
Una muestra:
Paseo del Prado.

Colegio San Lorenzo (preu)

Palcos y sala del teatro Tomás Terry.

Palacio del Valle

Desayuno tropical, en casa de...

...Betty y Jesús.

Curiosa necrológica en el...
...cementerio de Cienfuegos.