martes, 4 de junio de 2013

PASARELAS DE MONTFALCÓ Y CONGOSTO DE MONT-REBEI

Día 2 de Junio de 2013

Mi madre, hace unos cuantos años, me enseñó aquel dicho: ¡El que no quiera polvo que no vaya a la era, que l´amo l´a burra tiene caguera!. Y ayer, ¡vaya!, ayer fuimos a la era.
La Federación Aragonesa de Montaña, convocó a pasar un día por este espectacular paraje, lo del polvo es que asistimos 300 almas.
Primeros pasos
Varios autobuses cargados de andarines, montañeros, alpinistas y algunos otros no clasificados, salimos de Zaragoza a altas horas de la mañana con destino a Viacamp (Ribagorza). En esta pequeña población, nos apeamos de la burra para que otras más pequeñas nos dejen en el Mas de Chiquet, lugar en el que comenzamos la marcha.
Algunos de los habituales compañeros de excursiones participan en el evento pero imposible encontrarnos, tan solo con  algún mensaje, vía móvil, nos informamos de nuestra marcha.


L´Estall
Una bonita senda (bonita sobre todo, porque es en descenso), nos deja en una pista con algo de tráfico (más polvo).
A lo lejos se adivinan las ruinas de una pequeña aldea, se trata de 
L´Estall, abandonada desde el año 2003. El ábside de la iglesia románica de Santa María es de lo poco que resiste a caer por completo.
Me adentro ligeramente en sus estrechas calles, pero la densidad de la maleza impide avanzar.





Iglesia de Santa María en L´Estall
Al fondo,  embalse de Canelles.

La pista, como todas, se hace interminable. Divisamos por vez primera el embalse de Canelles que a medio llenar, espera con paciencia las aguas que las nieves comienzan a verter sobre el Noguera Ribagorzana.
Por fin, tras mucho tiempo deseándolo exclamamos aquello que dice: ¡Que calor!. Y es que hay que vivir en Zaragoza en esta primavera y sentir el castigo del cierzo resecar hasta el más diminuto de los poros de nuestra piel. Sí, ya se, limpia la contaminación de la atmósfera pero "cagüen".


Casa Batlle
La pista da curvas a uno y otro lado, hasta que llegamos a la localidad abandonada de Montfalcó, cuya toponimia es Monte del Halcón, se encuentra en la margen derecha del río Noguera Ribagorzana, en la salida de éste del estrecho Congosto de Mont-Rebei al sur de la Sierra del Montsec. En una construcción restaurada, se encuentra el Albergue de Turismo Medioambiental Casa Batlle. Este albergue, que nos sirve de avituallamiento, genera la energía que consume. La localidad de Montfalcó se abandonó allá por los años 60, como el resto de pueblos de la redolada, como motivo de la construcción del embalse de Canelles. Contaba con 56 habitantes que dejaron para siempre, de golpe y porrazo estas tierras, ahora de "nadie"
Ermita.
Su ermita se encuentra en lo alto de una cresta que parte del pantano de Canelles,  misma cresta en la que en la orilla opuesta se levanta la ermita de la Pertusa de parecida hechura. Las vistas que desde lo alto de este precioso enclave se divisan son bellísimas. Hacia el norte la Sierra del Montsec y el Congosto de Mont-Rebei que permite divisar el Pirineo catalán, y al sur el pantano de Canelles rodeado de las sierras exteriores aún altivas, y por último el llano del Valle del Ebro.




¡Quien es el último, por favor?
En Montfalco, nos encontramos con Antonio, hermano de la amiga Pilar que en su blog Viajar a Ratos, nos transporta por la geografía de este planeta. Antonio va a realizar el próximo otoño, la aventura del Trekking por el Himalaya.
Comenzamos a descender por una senda cubierta de enebros, sabinas, pinos, carrasca,... camino de lo que a partir de ahora va a ser la parte espectacular de la jornada. Bueno, sería espectacular en cualquier otro día, más que una excursión parece la prueba de carga de las nuevas pasarelas de Montfalcó. Más de 300 pares de botas, tropecientas cámaras fotográficas (incluyendo la mía), invaden esta obra no recomendada para personas con vértigo.
Maite en la pasarela.
Por fin nos toca la vez y comenzamos a sentir la brisa del estrecho en nuestra piel. La verdad es que es impresionante salvar estas paredes de manera tan cómoda.
Subimos por una pasarela, bajamos por una resbaladiza senda y de nuevo ascendemos por la segunda de las pasarelas.
Parece ser que la obra ha pasado la prueba y ha resistido el fuerte examen a que ha sido sometida.







Puente sobre el embalse de Canelles.
Primera pasarela

En la pasarela

Segunda pasarela


No son hormigas

Puente sobre el embalse.
Tras reponernos de la experiencia, una fuerte bajada nos coloca en el nuevo puente que une las dos comarcas de La Ribagorza y cuyos habitantes, siempre han estado más comunicados que quienes hoy gobiernan la comunidades a que pertenecen, ¡habrá que construirles puentes sensatez!.
Volviendo al puente, nos recuerda a los muchos que pasamos recientemente en Nepal, únicamente que no creo que este resistiera el paso de ninguna de las caravanas de yaks, aunque hoy,  no ha ido flojo.



Congost de Mont-rebei
Un subir y bajar de los llamados rompepiernas, nos lleva a otro paso espectacular. el Congost de Mont-Rebei, un sendero labrado en la roca caliza en el que la "corona de rey" crece a nuestros pies.
Allá abajo, unos aficionados a la piragua nos saludan y les contestamos con una mano, la otra la utilizamos para sacarle brillo a la sirga que a modo de seguridad, se encuentra bien amarrada a la pared.
Ahora ya no somos 300, estamos en la parte catalana del embalse y gran número de turistas visitan la zona: ancianos, niños, perros atados, perros sueltos, zapatillas de marca...

Montañomoteros.
..., unos van, otros vienen, incluso un grupo de moteros con sus chalecos adornados con motivos cadavéricos y su pañuelo pirata, amenizan la función.
El cada vez más transitado camino y el cansancio, nos anuncia que estamos llegando al destino.
En un aparcamiento nos esperan los microbuses que nos devolverán al sitio de partida.
De vuelta, ya vemos la torre cilíndrica de Viacamp que ya en el siglo XI dominaba este ancho territorio del Montsec a fin de defenderlo de los musulmanes.
Al final nos espera una buena cerveza, que la hemos ganado con creces. La organización nos hace entrega de unas camisetas conmemorativas (otra más para el armario) y una comida en la que las autoridades de la zona nos deleitan con varios discursos agradeciendo a todos los que han contribuido a unir todavía más a los pueblos de ambas orillas.
Solo me queda valorar el esfuerzo de la FAM en tan compleja organización, pero yo, y es una opinión personal, no soy muy partidario de semejante carga humana en un solo día en la montaña. Confieso que también he sido protagonista del evento y un pequeño cargo de conciencia creo mostrar en estas humildes líneas.
Esta excursión la recomiendo realizar, eso sí, mejor en invierno, la zona es calurosa y con el frío muchos de los visitantes, se quedan al abrigo de la calefacción o estamos por otro de los bellos rincones que alberga nuestra geografía.
Hasta pronto

MÁS FOTOGRAFÍAS  


















3 comentarios:

  1. Qué buena mañana pasamos, eh? Buena crónica.

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  2. Impresionante la foto del paso por la ladera de montaña. Me encanta. Divertido el encuentro con Antonio

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