jueves, 27 de agosto de 2020

LAS ENTRAÑAS DEL TOZAL DE GUARA (La Pillera y Las Cañatas)

Día 25 de agosto de 2020
         No, no nos olvidamos de que estamos viviendo una época especial en la que una rampante pandemia nos marca los tiempos; no, no nos olvidamos del remolino de gotas invisibles, del microveneno, de susurros distantes; no, no nos olvidamos de la fragilidad que nos habita; no, tampoco nos olvidamos de los miles de persona contagiados víctimas de este y otros virus.
              Ya son muchos los que yacen como ese ser de leyenda que, camino de Huesca, nos muestra su perfil tumbado. Es el "gigante Guara", víctima de la venganza de Gratal. Pero esta es otra historia que ya conté en otra ocasión (enlace)
Guara yace tapado con sábana
San Juan Bautista
        La de hoy, es la historia de una pareja, Maite y yo, que, huyendo del sofocante calor de Zaragoza, nos vamos al frescor que nos regalan la entrañas del Tozal de Guara a través de sus fuentes y ríos.
           En los altavoces del buga, el maestro Eliades Ochoa nos anima con sus sones cubanos, lo que, sin darnos cuenta, nos coloca en Nocito, bella localidad que duerme en la cara norte de la sierra. El río Guatizalema divide el pueblo en dos, división que salva un coqueto puente medieval. Las cuidadas construcciones son las típicas de montaña, de mampostería, con tejados de lajas de piedra. Como no hay pueblo que se precie, Nocito tiene iglesias como la se San Juan bautista del XVI, ermitas y hasta un santuario, el de San Úrbez.
Saliendo de Nocito
Tozal de Guara
        Pero nosotros nos vamos de campo: en las mochilas, además de lo reglamentario, llevamos material no muy habitual (bañadores, toallas, sandalias acuáticas...), pues vamos a remontar el barranco de La Pillera y "me´ paice" que alguna poceta que otra habrá para remojar las cachas.
        De Nocito, bajo la atenta vigilancia del Tozal de Guara, arrancamos por la margen derecha del Guatizalema (Guadix-alam, río tranquilo),  musicado por el amigo Joaquín Pardinilla, cuyas claras aguas suenan a melodías árabes.
           Caminados algo más de 2 kilómetros, cruzamos a la otra margen para abandonar el "Guadix-Alam" y adentrarnos el barranco de La Pillera.
Uno de los múltiples vadeos
       Una y otra vez vadeamos las aguas que descienden de lo más alto del barranco, el cauce, en esta época estival, nos facilita cruzarlo sin tener que recurrir al calzado de agua.
       El sendero discurre, barranco arriba, rodeado de árboles, vegetación y curiosas formaciones geológicas como agujas y atrayentes pozas, siendo la más bella la badina de Estañonero. El barranco de Abellada cae sobre La Pillera formando una cascada, ahora seca pero que en primavera es espectacular.
       Ya nos habían advertido, ¿de qué?, ya verás:
La Pillera
Badina de Estañonero
Quemar, lo que se dice quemar, no quema
           Este bello rincón nos anima a sacar de la mochila aquel material acuático al que hacia referencia y... ¡cagüen qué fría está!. Uno que no teme a meterse en las aguas de lagos y ríos del alto Pirineo, jamás había sentido dolor tan agudo en los pies y en las partes más nobles de mi veterano ser.
        Tras el raudo baño, esta vez las mochilas nos ofrecen unas buenas raciones de condumio que, acompañas de un generoso garnacha de Miedes (Calatayud) nos hacen sentir en la gloria. 
        Con las tareas cumplidas retomamos el camino. Lo fácil sería volver a Nocito sobre nuestros pasos, pero hemos decidido hacerlo de forma circular por lo que seguimos remontando la Pillera que ahora se esconde bajo un frondoso bosque hasta la surgencia de Fuendeguaril de la que, a los pies de un tejo, mana ese elemento, el agua, elemento que a partir de ahora va a brillar por su ausencia, incluso en nuestras células.
Hacia Fuendeguaril
Tozal de las Cañatas.
         El sendero, ausente, discurre por el barranco, ahora seco, de La Pillera cuyo trazado se abre paso bajo las paredes del Pico Posento.
      El calor es insoportable, nuestro ritmo, ansioso de salir de este horno, se acelera más de lo habitual. 
       Una fuerte pendiente ascendente nos saca del barranco para descender hasta cruzar los de Petriño y Las Cañatas (o cañadas) que son las auténticas ubres de las que se amamanta La Pillera.
       A partir de este punto se concentra la práctica totalidad del desnivel de la jornada, desnivel que, acompañado de la alta temperatura reinante, nos pone en nuestro sitio debiendo hacer alguna parada en las escasas sombras del trayecto, lo que aprovechamos para echar un vistazo hacia el Tozal de Las Cañatas, altozano que lo tenemos aquí mismo.
Vistazo hacia la cara norte del Tozal de Guara
        Llegados al collado de Las Cañatas, desde donde bajaremos a Nocito, el sendero se encuentra en "estado missing": erizones, boj, carrasca, etc. se han comido el camino lo que nos lleva a investigar, con la ayuda del GPS, el posible trazado que, finalmente localizamos.
        Afortunadamente, el lugar nos ha abierto un balcón hacia el Pirineo pudiendo contemplar los picos más altos de la cordillera. Hacia atras, la cara norte del Tozal de Guara nos anima a seguir la ruta.
        Recuperados de la calurosa e insoportable subida, con la mirada puesta en la sierra de Gabardiella, iniciamos el descenso por un denso bosque de robles y pinos que nos facilita sombra hasta casi la entrada de Nocito de cuya arquitectura ya he comentado al principio, pero lo que no he nombrado es del bar en el que, sentados en la terraza, recuperamos los líquidos perdidos en la ruta. ¡Qué alivio!
Ya queda poco
        Ha sido una ruta circular, hermosa en su primer tramo y dura en la subida hacia el collado, dura en estas fechas pues, seguro, en primavera es una delicia. Además, quienes tenemos la suerte (somos entrados en años) de salir al monte en días de poco personal, que en este año lo hay a patadas, añadimos un punto más de tranquilidad y seguridad tan imprescindible en esta dura época que nos ha tocado vivir.
          Ya de vuelta, en casa, volvemos a la realidad de la animosa pandemia de la Covid-19 con grandes deseos de que esto termine, de que hayamos aprendido cosas. Entonces y solo entonces nos quitaremos las mascarillas y ya no volveremos a darnos besos protocolarios, serán besos poderosos, fuertes, grandes... Las gentes playeras se irán a la playa; los de la montaña, por ellas nos veremos. Cuando regrese la vida, que regresará, que nos encuentre bien dispuestos  y con la lección aprendida.

Enlaces:

Datos técnicos
Recorrido
Perfil:
Distancia, 11 Km.
Desniveles positivo y negativo, 367 m.
Track