martes, 30 de diciembre de 2014

PICO GRATAL Y GORGAS DE SAN JULIÁN

Día 27 de Diciembre de 2014
Primeros pasos.
No hace el mejor de los días para salir al monte, pero el turrón, cava y demás cargas intestinales, nos animan a salir y darnos otro banquete, esta vez por la cara sur del Pico Gratal.
Las mozas Maite y Piedad van bien escoltadas por José Mari, José Antonio y José Luis (ya ves mucho José, santo poco valorado en los escritos).
Hemos elegido el destino por la cercanía de casa y por ascender por una ruta desconocida, por la cara norte ya lo hicimos Maite, yo y Atos, nuestro perro que ya no está para estos trotes. Además, de bajada visitaremos las Gorgas de San Julián.
Por la pedrera.
Tras tomar un café, nos desplazamos con los coches al norte de la urbanización Parque de Guara, situada entre Nueno y Arascués, una de las pioneras  de la fiebre especulativa del binomio golf-urbanización.
Echamos a andar y tomamos una pista en dirección Oeste, pronto vemos el cruce que indica el camino por el que descenderemos.
Más adelante, un atajo, nos desvía hacia el norte para retomar una nueva pista. Arriba, se adivina el Pico Gratal, una nube se abraza a la cima como enamorada de esta incomprendida montaña (invito a releer la leyenda de su amor con Gabardiella).
Lierta.
Tras de nosotros, se adivina la Hoya de Huesca con el embalse de la Sotonera, entre una pesada bruma que ni el cierzo es capaz de mover.
El largo camino, nos va haciendo ganar altura casi sin darnos cuenta. A nuestra izquierda, a la paridera de Bernazal, vemos que llega un camino desde Lierta, pequeña población de unos cincuenta habitantes. Más al Oeste se encuentra Puibolea, localidad situada junto a un  cerro en el que se encuentran varias cuevas, al abrigo del cierzo. Más al Oeste, todavía, se alza majestuosa la población de Bolea, de la que ya escribí en esta otra ocasión.
Subiendo entre matorral.
El camino transcurre entre encinas y carrasca, aunque conforme vamos ganando altura, el boj y erizón, se convierten en los amos y señores del monte. Tan solo la cicatriz del gasoducto, rompe el paisaje típico de la Sierra de Guara.
Cuando ya llevamos unos cinco kilómetros caminados, y  algo más de trescientos metros ascendidos, abandonamos la pista para adentrarnos en un sendero que alcorza bastante el trayecto y, aunque más empinado, es más entretenido. Atravesamos una pedrera, fruto de varios desprendimientos de una pared calcárea que se encuentra a nuestra derecha. De vez en cuando, alguna racha de viento, nos anuncia lo que vamos a sentir en la cima.
¡Hacia arriba!, entre nubes.
Más adelante, la senda se empina de lo lindo, sorteamos la subida bajo la mirada del Tozal Chico. Casi en su cumbre, llegamos a una especie de collado que nos vuelve a colocar en la pista que antes hemos dejado y que da más rodeo que las "comparecencias de Mariano" (sí, ese que ya sabes). Pero nosotros somos más burros (si cabe), decidimos equivocarnos de camino y, "charra que te charra", que vamos y pasamos de largo el desvío que debíamos haber tomado. Cuando miramos el GPS, nos damos cuenta de que estamos alejándonos del Pico, unos metros. Pero como somos "tozudos de pura cepa" (incluso la soriana), subimos por un barranco que, tras varios pasos de esos de ¡agárrate ande puedas!, nos deja en la mismísima falda del Gratal.
¿Paisaje?
Los ciento sesenta metros de desnivel que nos separan de la cima, los atacamos con la fortaleza que caracteriza a este quinteto. Algunos tramos están con la piedra húmeda, a la bajada nos divertiremos. Nos abrigamos hasta las cejas, aunque la temperatura no es muy baja, unos 4º C, las rachas de viento son muy fuertes, lo que dificulta en algún que otro momento, mantener la verticalidad.
Finalmente, arribamos a la cima del Tozal de Guara que, aunque no muy alto (1567 m.), hay que subirlo. Las nubes nos impiden ver el paisaje que a su alrededor se podría observar en día claro. El viento es insoportable, te mete el frío hasta el tuétano, por lo que nos hacemos unas fotos y sin perder el tiempo, nos vamos ¡p´abajo!, que "hace un día de perros".
En la cima del Pico  o Peña Gratal.
Entre erizones, por la buena senda.
Como decía, en el descenso, pese a tomarlo con precaución, algunas nalgas prueban el frescor de las húmedas piedras. Superado el tramo de bajada hasta el pie del pico, tomamos, esta vez, el buen camino, que en suave descenso nos lleva entre erizones (llamados también "cojines de monja"), poco amigos de los pantalones cortos.
Lo que sigue lo realizamos por el mismo camino de subida, han anunciado lluvia por la tarde y no es cosa de "andar con rodeos".
Nos detenemos a descansar unos minutos y, "en asamblea constituida", discutimos el asunto de la comida, resultado: ¡cinco participantes = cinco opiniones diferentes. Cada uno hacemos lo que nos apetece, unos come el bocata, otro la mitad, hay quien, solo, la fruta, etc.
Pico Gratal.
Ermita de San Julián de Andría.
Conforme vamos bajando, volvemos la vista para observar el Gratal y cada vez presenta un aspecto diferente en consonancia con la nube que toca cubrirlo, más tarde..., "simplemente desaparece entre ellas".
De bajada, tomamos la senda que nos llevará a las Gorgas de San Julián. Entre espesa vegetación, cruzamos el Barranco de Fenés. 
Subimos por una bonita senda hasta un conglomerado de piedra que encierra Las Gorgas y bajo las que se encuentra la ermita de San Julián de Andría.
Formaciones en el interior de la ermita.


La ermita, data del siglo XVI, en la que aunque también se venera a otros santos como san Lorenzo, está bajo la advocación de san Julián. En su interior encontramos curiosas formaciones calizas de estalactitas y estalagmitas, utilizadas como pilas de agua. Como corresponde a las fechas en que nos encontramos, en su interior se halla un belén rodeado de muchas velas. La luz, difícilmente nos deja contemplar el interior de la cueva.
A este lugar se acude en romería el día de Pascua de Pentecostés.
Cuenta la leyenda que entre estos muros vivió un monje anacoreta que se alimentaba de plantas, raíces y algunas gallinas que criaba él mismo. Un día, un águila atacó a una de sus aves, y cuando ya se la llevaba por el aire, el monje profirió un grito hacia el cielo pidiendo que el águila se convirtiera en piedra. Instantáneamente, ésta se transformó en el bloque pétreo que puede contemplarse en las cercanías de la ermita. 
Una vez afuera, contemplamos como los buitres permanecen quietos en el aire en su lucha contra el cierzo, ausente aquí abajo, en este cerrado entorno.
Gorgas de San Julián.
De nuevo, volvemos a descender camino del Barranco de San Julián, en el cruce de sus aguas que dan origen al río Venia, una zarza se encarga de arrancar el gorro que cubre la cabeza de Piedad (ver foto)
Un par de mozas, están sentadas junto al sendero que, en alguno de sus tramos, se encuentra totalmente cubierto por la espesa vegetación.
Con algo de cansancio en las piernas, llegamos a una gran galería del cañón, se trata de la Sala La Palomera. El lugar es sobrecogedor, nuestras voces rebotan en sus paredes como la pelota en el frontón. Una pequeña concavidad, deja entrar la poca luz que necesitan nuestros ojos para admirar el lugar. 
Sala Palomera.
En la sala se encuentra un belén, bastante poco agraciado en su diseño (de nuevo S. José sale malparado). además, este no es de temporada, es perenne. Con todos los respetos que me merecen quienes realizan estos cultos, de quienes siembran las montañas de símbolos religiosos y con la condena a quienes los destruyen, tengo que confesar que no soy muy amigo de estos ritos.
Al fondo de la cueva  observamos la última cascada del barranco que lleva un pequeño hilito, formando un remanso de agua cristalina. En la pared derecha se encuentran las antiguas clavijas que instalaban los cazadores para llegar a los palomeros. Efectivamente, entre las estrechas paredes, oímos el aleteo de varias palomas, cuyo sonido multiplica el entorno.
¿Quién tiró la piedra?
Hasta aquí, hemos llegado.,
Cargados de silencio, de paz, de admiración, de...¨las mochilas", tomamos el camino de regreso. En su primera parte coincide con el de subida. Caen unas gotas, las dos mozas siguen en el mismo lugar, protegidas por un enorme paraguas, las saludamos. Poco después, nos cruzamos con una persona que porta una manta. Comentamos, unos y otras, la extrañeza del asunto.
Las gotas que caían, han dejado de hacerlo y poco a poco, china chana, charrada por aquí, charrada por allá, llegamos al aparcamiento en el que hemos comenzado la jornada.
El establecimiento hostelero, que nos ha servido, por la mañana el café, deposita ante nosotros unas latas de cerveza para que acompañen al resto de metralla gastronómica que hemos conservado. Al entrar, vemos un helicóptero de rescate que sobrevuela la zona de las Gorgas. Deducimos que una de las chicas que hemos visto, debía de tener alguna lesión, si bien es cierto que no nos hemos enterado, tan solo nos han saludado con un ¡hola!.
"Y con esto y un bizcocho", damos por finiquitado este año de montañas y de estos relatos en los que he intentado llevarte conmigo para lo fácil y para lo difícil. En cada momento, he sentido tu presencia de una u otra manera. Seguro que no has compartido alguna de las opiniones y "puyas" que he dedicado a algún que otro personaje, pero me es imposible ir por la vida sintiéndome ajeno a algunas barbaridades que se están cometiendo aquí y allá.
¡Buen 2015!
Hasta pronto



Resto de mis fotos, haz click aquí.
Las de José Mari, dale aquí.
Tracks para GPS, haz click aquí.
Datos técnicos:
Recorrido.

Perfil: Distancia, 16,7 Km. - Desniveles: Ascenso acumulado, 1012 m., Descenso, 1012 m.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

FELIZ AÑO 2015

Parece que fue ayer, el amigo Noel, o San Nicolás, o St. Claus, o como leches se llame el señor ese de blancas barbas, pequeñas gafas, opulencia contrastada y todo vestidico de rojo, que descendía por las chimeneas, en mi caso por la campana extractora. Más tarde, solo unos días, tres profesionales de la magia, entraban por el balcón de nuestras casas (incluso de los que carecen de él), en sus monturas, unos camellos de joroba sencilla, comieron todo el arroz que habíamos depositado en nuestras  viejas "botas de montaña".

A los que habían sido "buenas personas", les dejaban los regalos que la situación económica por la que están pasando los cuatro (el Noel y los magos), permitían. A los que no nos habíamos portado bien, nada de nada, ni tan siquiera carbón de ese azucarado que venden en la esquina (no ha sido un buen año para la minería del país).
Eso sí, el 2014 ha sido tan productivo, incluso, como los inmediatamente anteriores. ¿Qué ha producido?. Pues mira tú, que a cada patada que dabas en un baldosa, de debajo de esta, han salido personajes de lo más variado: banqueros forrados hasta las cejas, consejeros millonarios, antigua
presidenta de comunidad dándose a la fuga para no pagar una multa, seudopolíticos corruptos, gentuza con tarjetas de crédito más oscuras que las minas antes mentadas; algunos otros que quieren independizarse del resto (caramba, yo también soy independentista, me quiero separar de todos estos ejemplares que acabo de nombrar, sean gallegos, catalanes, andaluces, yanquis, marcianos e incluso aragoneses. Con el resto, ¡p´alante!). Y para más postre, hemos batido un récord: desde este 2014, somos el único país, creo, con dos reyes, o sea "media baraja". Y estos no son magos.
Menos mal que los del monte tenemos una buena válvula de escape y allá arriba, en el pico, o en los barrancos, collados, pedrizas, prados, bosques..., allá arriba, no se ven muchos de estos ejemplares (Bárcenas ya no sube) y, además,  cuando cruzas mojones fronterizos, ¡na de na!, que sigue fluyendo la misma sangre por las venas de unos y otros.
En este año, con los mozos y mozas del Stadium Casablanca, hemos completado el recorrido del Camino Natural de la Hoya de Huesca, hemos desgastado los clavos de las raquetas por tierras aranesas, (herramienta que echamos de menos por el Valle de los Sarrios). Nos han acogido entre ellos como si fuéramos unos más.
El Stadium Casablanca en Beret.

No digamos nada de los zagales y zagalas de Esbarre. Las circunstancias laborales de muchos de ellos, no han sido obstáculo para que prepararan un calendario serio y atractivo, llevándonos por las tres provincias aragonesas, amen de la querida Soria y la acogedora Rioja. Y siempre con el buen rollo que caracteriza a sus componentes.
Con los de Esbarre.
Y que decir de ese coctel de uno y otro grupo, que hemos autodenominado "Os Estalentaos" y al que, en este año, se han sumado un par de Mayencos. ¿Que por qué "Estalentaos"?. Si tuviéramos, algo de eso, de talento, en vez de embarcarnos año tras año en aventuras de trekking por aquí y por allá (os invito a dar un repaso por fechas antiguas del blog), a lo mejor nos habríamos quedado en el sofá viendo el mundial de fútbol (nos lo perdimos), o algún culebrón, o en el mejor de los casos, cuidando de los nietos (algunos ya los tenemos algo crecidos), o ¡que sé yo!. Entonces no seríamos "Estalentaos".
Algunos "Estalentaos", en la cumbre balcánica del Musala.
Y aquí, a un servidor, que este año ha dado por concluida su larga vida laboral, y como ya sabéis algunos por los correos recibidos, lo ha pasado a caballo entre acompañar a su hija en el Clinic de Barcelona y las escapadas al centro de recarga psíquica y física que es "la montaña". Afortunadamente, todo va saliendo bien. Además tengo un ángel de la guarda, un pilar de apoyo, una viga sustentadora, un forjado que me sostiene: Sssssssssss, "Ahora que no me ve ni me oye, así "espacico, callandico y medio en susurricos", os diré que se llama Maite....-¡calla, calla, que no nos oiga!.
Y, finalmente, mis deseos de que en este año que entra, los que nos han sustraído la pasta, la devuelvan con intereses y se exilien en Laponia en paños menores. Que los que podemos, nos volquemos con los problemas de pueblos que las están pasando canutas y en fin, a ti y a los tuyos...
Con Maite.
...Mucha Felicidad y un Saludable
2015
Hasta pronto.

lunes, 15 de diciembre de 2014

PICO BORÓN

Día 13 de Diciembre de 2014
El dios griego Hypnos, ha decidido esta  mañana,  a  través  de  su hijo Morféo,  expulsar  de  sus brazos a veintitrés animosos y animosas esbarristas, a despedir  este complicado año que se nos agota. Y como colofón, la despedida no es de lo más flojo, se nota en el descenso de participantes en relación a la anterior salida, amén de que la juerga gastronómica no nos la sirven aquellos  productivos camareros, son nuestras mochilas, las dignas portadoras de nuestra intendencia. En estas fechas, la noche se resiste a dar paso al día, la mañana es fría aunque promete regalarnos una grata y templada jornada. 
Las calles de "Zaragonia" están desiertas, solo algunos  coches ocupados por compañeros    de viaje,  las transitan.
Hypnos.
Saliendo...
Manolo, el conductor del autobús, nos recuerda aquella ocasión en que nos dejo en Camarena de la Sierra y que, con su cámara, le saqué una instantánea pasando el vehículo por una de las calles en la que a ambos lados del mismo, solo un dedo cabría entre este y las paredes del pueblo.
Hoy nos deja en el aparcamiento del embalse de Vadiello, entorno con el que ya estamos familiarizados.
Con las botas calzadas, mochilas cargadas, guiados por el "fino Julián"  y con  más moral que el Alcoyano, comenzamos atacando las primeras rampas (ya nos habían advertido de que la cosa era fuerte, así que no vale quejarse).
...y subiendo.
La senda asciende fuertemente desde el principio, sin contemplaciones, entre bojes y alguna que otra carrasca, dirigiéndose hacia la espesura que cubre el barranco que se distingue a nuestra izquierda. Caminamos bajo la mole de los Mallos de Ligüerri.
En estas primeras rampas, el piso de roca y piedra suelta, dificulta en alguna medida el avanzar, además pensamos en lo delicado de la bajada, ya veremos.
El sendero se estrecha a medida que se adentra en la abigarrada vegetación que cubre la angostura.


Probando la fría roca.
Al roble, boj, carrasca, etc, se le suman, la aliaga y el erizón, que van a contribuir en dejar alguna señal en las manos de los esforzados trepadores.
El camino, poco a poco se torna, incluso, más empinado, y un par de pasos requieren de ciertas dotes de elasticidad y soltura gimnástica. 
Se nos han adelantado, los "sherpas" Julián y Javier, que ya conocedores de los que nos queda por delante, nos van a equipar un paso con cuerdas, pues aunque ya hay un pequeño tramo protegido con otras, toda precaución es poca.
Antes, atacaremos otros pasos a pelo, agarrando las manos en la fría roca y demás apoyos.
¡Jesús que cuestas!, menos mal a Jesús.
Si no es por la cuerda...
Ya vemos la fina silueta de Julían ("el fino silbido") y las del Javier ("la potencia humanizada"), que han colocado la cuerda con profesionales nudos y sujeta a un fuerte árbol, ¡vamos!, que no nos cabe la más mínima duda de la seguridad, que los que la vamos a usar, merecemos.
Y así es, uno tras otro vamos haciendo gala de las diferentes técnicas: torpes tarzanes, hábiles arañas, rostros desencajados, recién estrenados y viejos himalayistas, incluso alguien, todavía conserva la destreza que en su juventud le caracterizó en esos saltos de tapias en pos de "ricos frutos de huertos ajenos". 
Cabras de Guara.
Superados estos obstáculos, salimos al reino del sol y de los amplios panoramas en el que unas cabras producen la envidia de los presentes. Como ya expliqué en otra entrada del blog, se trata de cabras asilvestradas que el abandono de los pueblos y corrales, hace unos 40 años, dejó campando por estos montes. El problema de las cabras es que suelen adaptarse muy bien a la vida silvestre y multiplican su número constantemente, además ese problema se agrava porque hay una pequeño núcleo de cabra montés en la sierra con unos 50 ejemplares, que parece que empieza a desarrollarse, por lo que podría peligrar la pureza de la especie montés, cruzada con estas cabras domésticas.
Abajo, el embalse de Vadiello.
Por delante, las lomas de conglomerado que constituyen la parte superior de los Mallos de Ligüerri, con el Borón ya bien visible. Zona para trotar mientras los ojos van recorriendo el espectáculo de formaciones rocosas y agua que ofrece Vadiello.
Descendemos unos metros por la ladera del conglomerado, trazando una diagonal que permite alcanzar una zona de pasto y erizón justo al pie de la pala que se desprende de la cumbre. Poco más por delante, en el Collado Ligüerri, atacamos el último repecho, por senda bien marcada, hasta alcanzar el Pico.

Pico Borón.
La cumbre del Borón es algo estrecha y alargada. Su ladera Oeste, bastante tendida y sin dificultad, contrasta con la verticalidad de la Este, cortada a plomo sobre el cauce del río Guatizalema que discurre por la base.
Y ya en su cumbre, nos acomodamos como mejor podemos, no somos muchos pero no nos podemos acercar al precipicio, no no es cosa de medir la altura. Nos deleitarnos con el amplísimo panorama que se contempla desde esta atalaya.
Frente a nosotros, se nos muestra con todo su esplendor el Fragineto, menos alto que el que le sigue en la vista, el Tozal de Guara, pero para mí, mucho más espectacular. No hace mucho que algunos disfrutamos de su ascenso. Aquí dejo el relato.
Fragineto y Tozal de Guara.
Cima del Pico Borón.(Yo también estaba).
Al norte, allá lejos, los picos pirenaicos más importantes. Más cerca de nosotros, El Proyectil, La Espada, El Huevo, San Cosme, Los Pepes, Matapaños, El Puro, La Mitra, etc. A nuestros pies pero metros más abajo, el río Guatizalema que hasta aquí ha ejercido de hábil escultor, se remansa en el inicio del embalse de Vadiello. Veo parte de la senda que recorrimos en su día en aquella inolvidable travesía desde Nocito hasta el punto en que hoy, hemos iniciado la marcha.
Algunos tomamos un pequeño aperitivo, bocatas, fruta, frutos secos, chucherías, vamos todo un lujo en este improvisado , aunque no menos espectacular, "Gambrinus".
Todos ¡p´abajo!.
Llega el momento de descender, lo hacemos por el mismo itinerario de subida, con la prudencia requerida en estos menesteres, lo que no es óbice para que alguien,  dé con la zona noble de su ser, en las incómodas piedras que siembran la primera parte de la bajada. Cada cual lo hace a su manera e integrado en el ambiente de una u otra manera, envueltos por la naturaleza que todo lo enhebra y asimila.
Tras los doscientos metros de bajada, la llegada al Collado Ligüerri, es todo un descanso. Pero no hemos hecho mas que empezar el descenso que alguna subida que otra, lo hace más entretenido.
Algunos descarriados con el Borón y Fragineto tras ellos.
Antes de acometer los pasos con cuerdas, nos detenemos a descansar, cosa que algunos, guiados por "El Fino Silbido", nos desviamos un poco a que nos muestre un paso equipado con cuerdas y clavijas en el Pico de San Jorge. Nos hacemos una foto en la que Piedad y Lola muestran una camiseta reivindicativa de la mujer, con una inscripción que dice: "Hoy ganan ellas".
El resto del descenso se hace trabajoso en la zona de los pasos estrechos por el barranco, creo que alguien tendrá que dar un remiendo a la trasera de los pantalones.
A buena hora, sin incidentes y con el bus a media entrada, nos trasladamos a algún lugar que tenga a bien servirnos unos cuantos litros de cerveza para acompañar a los restos de comida que hemos bajado desde el Pico Borón. Lo hacemos a la entrada de Huesca.
Bonita y algo exigente jornada, que los amigos del Grupo Esbarre, nos han preparado como colofón a  otras muchas que en este año nos han llevado por la geografía de Aragón, La Rioja y Soria, por sus montañas y valles, por sus collados y barrancos, por...¡que sé yo!. Gracias amigos.
Ahora, a esperar el próximo viernes en que, en el Stadium Casablanca, veremos una proyección de los trekkings de "Os Estalentaos" por "Los Tres Valles" y por las montañas de búlgaras de "Rila y Pirin".
Hasta pronto.
Esbarre, en el Pico Borón (Foto de Javier Lacadena).
Si tienes grandes deseos de ver alguna foto más, pulsa aquí.
Y el track para GPS, aquí.
Datos técnicos:
Mapa del recorrido

Recorrido: Distancia, 7,1 Km. - Desnivel acumulado de ascenso, 880 m., descenso, 880 m.