martes, 27 de noviembre de 2012

TREKKING C.B. EVERST POR GOKYO (Continuación y IV)




Dia 23 de Octubre de 2012

El vuelo de regreso a Katmandú ha sido placentero, acaso un poco triste por lo que dejamos atrás. Por otro lado, sentir que nuestros cuerpos vuelven a la normalidad también se agradece.
Esta vez, la avioneta tiene un aspecto como de más nueva, que yo tomara asiento junto a la puerta de emergencia, es pura casualidad.

Tras varios días de ausencia, la vuelta a Katmandú presenta un aspecto algo diferente.
Coches, motos, casas, se encuentran adornadas por flores naranjas. Los hindúes, sobre todo ellas,  lucen coloridos vestidos. Es la fiesta del Dashain que termina mañana.

Durante el mes de Kartik en el calendario Bikram Sambat (finales de septiembre y principios de octubre), el pueblo nepalés disfruta de la fiesta más grande del año, el Dashain. Los quince días de celebración se produce durante la brillante quincena lunar que termina el día de la luna llena. La diosa Durga en todas sus manifestaciones, es adorada con ofrendas abundantes y miles de sacrificios de animales para el baño ritual sagrado, por lo tanto, empapando a la diosa durante días en la sangre.


En el Dashain se conmemora la gran victoria de los dioses sobre los demonios malvados. Una de las historias de victoria  es la Ramayan, donde el señor Ram después de una gran lucha, mata a Ravana, el rey de los demonios diabólico. Se dice que el señor Ram tuvo éxito en la batalla sólo cuando la diosa Durga fue evocada. La celebración principal glorifica el triunfo del bien sobre el mal y está simbolizada por la diosa Durga y el terrible Mahisasur, demonio que aterrorizó a la tierra en forma de un búfalo  brutal. Las primeras nueve jornadas, significan los nueve días de batalla entre la diosa Durga y el demonio Mahisasur. El décimo día es el día en que fue asesinado Mahisasur y los últimos cinco días simbolizan la celebración de la victoria con la bendición de la diosa. El Dashain se celebra con gran regocijo, y la diosa Durga es venerada en todo el reino como la diosa madre divina.
En el Dashain cada casa se limpia y decora, como  invitación a la diosa madre, para que ella pueda visitar y bendecir la casa. Durante este tiempo el reencuentro de familiares lejanos y cercanos se producen en todos los hogares. El mercado está lleno de compradores en busca de ropa nueva, regalos, lujos y suministros para las ofrendas a los dioses, así como productos para la fiesta de la familia. Se sacrifican miles de ovejas, cabras, patos, pollos y búfalos.

Los primeros nueve días de Dashain se llaman "nawa ratri", se realizan ritos tántricos. En Nepal, la fuerza de la vida se manifiesta en la energía divina y el poder de la mujer, representada como la diosa Durga en sus muchas formas. En la mayoría de los templos de la diosa madre, la deidad está representada simplemente como un Kalash sagrado, una jarra de agua o una diosa esculpida con múltiples manos sosteniendo las armas asesinas. Durante estos nueve días la gente paga su tributo a la diosa. Si ella está contenta, da buena suerte en el camino y si por negligencia enfureció, las desgracias están alrededor de la esquina. La Diosa Madre es la fuente de la vida y la muerte.
Después de Dashain, en Nepal, se instala de nuevo  la normalidad. Después de recibir la bendición de la diosa Durga, la gente está dispuesta a trabajar y adquirir la virtud, el poder y la riqueza. El Dashain es la más esperada de todas las fiestas de Nepal.

Nosotros no somos Hindúes, así que a lo nuestro: Bajamos de la avioneta y en  "modernos medios de transporte" nos vamos al hotel, un establecimiento sencillo que tras los lodges que nos han albergado en estos últimos días, nos parece de lujo.
Ducha de agua caliente, afeitado y a la calle, que hay que aprovechar estos días que nos quedan.
Fernando G. nos conduce a una pizzería que ya teníamos en la agenda.
Acompañadas con cerveza, nos entran de primera. Las condenadas pizzas estaban buenas.


Con el postre todavía sin digerir, cogemos unos taxis y por polvorientas calles, callejuelas y avenidas, nos vamos a Swayambhunath o mas fácil: "templo de los monos".
En lo alto de una colina presidida por una gran estupa, se encuentra este complejo en el que vemos a unos monjes budistas jugando a lo que parece ser su deporte favorito: el fútbol.
Y es que también hay un monasterio y diferentes establecimientos en los que los artesanos manejan delicadamente sus herramientas. Un museo y una biblioteca completan este curioso emplazamiento.
Desde este punto tenemos una vista espectacular de Katmandú aunque para espectacular, la pose de nuestras chicas, delante de la estupa.








Y lo de "templo de los monos", es porque en este sitio, la concentración de macacos sagrados es impresionante.
Entre banderas de oración, árboles, tejados, cables y algún que otro turista, estos simios van ofreciendo al visitante espectaculares saltos y de vez en cuando un buen susto, ya que las peleas entre machos son de agresividad bastante pronunciada.

Damos un paseo por el sitio, montamos, de nuevo, en unos taxis y volvemos al hotel en el que nos espera un microbús. 
Al grupo de Valladolid y a nosotros, la empresa que nos ha proporcionado el tema de porteadores y guías, nos invita a cenar a un restaurante de su grupo de empresas y que su lujo contrasta con la miseria de Katmandú. Supongo que la invitación es por promocionar el sitio, pero visto lo visto, el mensaje no ha calado en mí.
Pero como "a caballo regalado no le mires los dientes", cenamos las viandas que el chef nos ha preparado y de paso celebramos el cumpleaños de Maite. Le cantamos el "cumpleaños feliz" y Piedad que está en todo, le regala una lágrima (de joyería) y terminamos la velada entonando canciones tradicionales de la variada geografía hispana.

Vuelta al hotel y a dormir.
Buenas noches.

Día 24 de Octubre de 2012
Hasta mañana no cogemos el vuelo de vuelta, así que hay que aprovechar la jornada.
Tras el desayuno (europeo), de nuevo cogemos tres taxis y nos vamos a Pashupatinath, a las afueras de Katmandú.
Cuando llegamos, pasamos por una serie de tenderetes que nos llevan a una plaza en la que un gran columpio fabricado con cañas de bambú, llama nuestra atención. La altura a que ascienden los niños, asusta.
Pashupatinah es sin duda uno de los sitios que más me ha impactado de Kathmandu. La ciudad funeraria se encuentra a orillas del Bagmati, un río tan sagrado para los nepalíes como el Ganges para los indios.
La gran ciudad ceremonial hindú consiste en varias edificaciones y templos. El principal, destinado a Shiva, tiene la entrada vedada a los no hindúes por lo que tenemos que contemplarlo mirando desde su gran puerta. 
Sin embargo esto significa poco comparado con la aventura de caminar sin rumbo por la mística ciudad, salpicada de templos menores y esculturas, atiborrada de santones (saddhus), a los que por una pequeña propina se les puede fotografiar. 
Las orillas del Bagmati ofrecen una única y fuerte experiencia : La de presenciar las cremaciones muy de cerca. La vida y la muerte, la fortuna y la extrema pobreza, forman parte de un ritual emotivo, íntimo y escalofriante.
La mayoría de los nepaleses van a parar al fuego al término de sus días, pero no los “saddhus”, que al ser hombres sagrados no necesitan purificación: simplemente son depositados en el agua para que se los lleve la corriente directamente al “cielo”.
A mí, sinceramente, me causa un impacto muy fuerte, no ya las cremaciones en sí, ni algunas personas metidas en el río buscando dientes de oro, anillos..., sino lo poco íntimo de la despedida del ser que se va. Veo como un turista se mete, literalmente,  entre una triste familia por sacar fotos lo más cerca posible.
Para mis adentros pienso: -cuando yo...-
Hace calor y buscamos un sitio donde refrescar nuestras polvorientas gargantas, el polvo y el humo con olor a ..., han hecho mella en nuestras ya castigadas vías respiratorias. Vemos un local en el que por el equivalente a 0,25 €, nos tomamos lo que cada cual le apetece.
Posteriormente nos trasladamos hacia el sur, concretamente a Patan. Ya hace algún tiempo, en vísperas de iniciar este viaje, hablaba de Patan y de su plaza Durbar, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco. Unos jóvenes, tañen sin parar una campana.

Tras Maite, Piedad y Lola, vemos el Templo de Oro (Hiranya Varna Mahavihar), construido en el siglo XII por el rey Bhaskar Verma. Este monasterio budista de tres alturas está adornado con una fachada dorada, cuatro puertas grandes, una torre con reloj y dos esculturas de leones. En el interior hay imágenes doradas de Buda, esculturas de pared, y una rueda de oración.





Durante la dinastía Malla, los más famosos talladores y canteros recibieron la orden de engalanar el lugar. Patan fue consolidándose como centro básicamente budista. Su gran cantidad de templos y monasterios hace difícil detallarlos, además son famosas sus fuentes públicas y los patios ornamentados.
En Patan conjugan varios tipos de templos, entre ellos el que esta dedicado a la Diosa Real Taleju Bhavani. El estilo artístico importado desde la India resulta notable en la shikara (forma de barco) dedicada a Krishna Mandir, esculpido en piedra. Por su parte, el templo dedicado a Ganesh; el dios con cabeza de elefante que brinda fortuna, luce una excelente muestra de esculturas eróticas. Entre las pagodas que se pueden apreciar, se encuentra el Templo Dorado del Monasterio Nagi, con puertas y ventanas talladas y tejados recubiertos de dorado. El Templo de los Mil Budas resulta muy curioso, con una imagen de buda en cada uno de los ladrillos que integra el edificio. Así pues, Patan resulta una ciudad llena de cultura y arte arquitectónico.

Con nuestras cabezas inundadas de monumentos y las bolsas con té y sal del Himalaya, adquiridos en un establecimiento al uso, nos vamos al Thamel, los estómagos andan tocando a fajina y Fernando nos recomienda para hoy el "Everest Steak House"
Los taxis nos conducen por estrechas calles haciendo sonar constantemente el claxon, hasta el establecimiento. En una planta superior, nos colocamos en una larga mesa en las que unos piden cerveza y otros agua . Javier y el menda, nos levantamos a inspeccionar la bodega en la que una buena colección de vinos internacionales nos invitan a decidirnos. Lo hacemos por uno argentino que no debe de estar mal, algunos cambian agua por el sagrado producto de la vid.
Como la carne ha escaseado en los días de trekking, la pedimos en abundancia.
Nos sirven unos enormes bistec de búfalo importado de Calcuta con unas patatas fritas (que están buenísimas) y variadas verduras.
La carne que en principio nos parece que va a sobrar, nos entra como si no hubiéramos comido en mucho tiempo, esta rica, rica.

Y como es nuestra última tarde en Katmandú, nos vamos de compras. Pronto vamos a ver a nuestras familias y amistades y adquirimos diversos regalos: pashminas, abalorios, patucos, etc.
Tras tan agotadora jornada, algunos parecen no tener fondo y se van a cenar (no a todos les entra la cena en condiciones). Maite y yo que nos consideramos suficientemente alimentados por hoy, nos recluimos en el hotel a preparar el equipaje para mañana.
Buenas noches.

Día 25 de Octubre de 2012

Nos despertamos con la grata noticia de que el vuelo de Doha a Madrid lo adelantan de horario, lo que supone menos tiempo de espera en el aeropuerto catarí y llegada a casa antes de lo esperado.
Desayunamos y recogemos todos los equipajes en dos habitaciones que nos han dejado para tal fín ya que hasta las cinco y media de la tarde, no nos recogen.

Nos trasladamos a Bodhanath, allí se encuentra la mayor estupa de Nepal, emblema de la comunidad tibetana.
Se halla situada en el centro de una plaza redonda, rodeada de multitud de tiendas de recuerdos tibetanos, restaurantes y variados locales de artesanos.
Ciertamente, aunque no seas religioso ni realices ninguna compra, el pasear por la plaza mezclándose con multitud de gentes (hindues engalanadas por el Diwali, monjes budistas, turistas, etc), resulta agradable.
Nosotros, bueno Maite, aún hace alguna compra y tras retratarnos ante la estupa, volvemos a Katmandú.
La Gran Estupa de Bodhnath
Fernando nos lleva al restaurante en el que cenamos la primera vez, antes de comenzar el trekking, y que nos resultó muy agradable.
Comemos abundantemente (hay que recuperar peso), unos y otros tomamos la palabra, brindamos por lo bien que ha salido todo y volvemos a recoger el equipaje.








El resto lo voy a resumir en: aeropuertos, aviones, autobús y ya el siguiente día, 26 de octubre a las quince horas estamos en Zaragoza.
Algún familiar ha ido a recibir a "Os Estalentaos".
Aunque parece que cuesta un poco, nos despedimos, pronto nos veremos por el Pirineo.
Han sido tres semanas que en nuestros adentros (por afuera, se nos nota), no vamos a olvidar facilmente. Ya en su día,  cuando decidimos el destino para el 2012, intuimos que la cosa iba a ser completamente diferente a otros que teníamos en la cartera.
Hemos disfrutado de grandes paisajes, conocido un pueblo completamente diferente al nuestro, visitados grandes templos y monasterios, sufrido el mal de altura. Hemos dado rienda suelta a un montón de emociones, alguna lágrima, muchas risas.... Hemos subido y bajado cuestas, cruzado puentes, tragado  polvo. Pero lo más importante, todo esto y más, lo hemos compartido día tras día, un grupo de personas a las que nos une la afición por la montaña y que hemos sido muy bien guiadas por Fernando Garrido. También hay que hacer mención especial al  shirdar  Nuru, a los sherpas Pasang y Kaji y a los cinco porteadores cuyos nombres no se, pero si se de lo duro con que se las ganan. No me olvido de las familias que regentan los lodges, del esfuerzo que tienen que hacer para en cotas tan elevadas y con los medios mas rudimentarios, proveer a los que allí nos alojamos del mejor de los servicios. Gracias a todos
Y finalmente, a todos  "Os Estalentaos",  es un placer compartir todo esto con vosotros y digo yo: -si ser estalentao conlleva lo arriba mencionado, "yo m´apunto"
Hasta otra.
"Os Estalentaos en Barajas"





lunes, 19 de noviembre de 2012

TREKKING C.B. EVERST POR GOKYO(Continuación III)

Día 13 de Octubre de 2012.- Phortse (3850 m.)-Machhermo (4400 m.)
Distancia: 10,4 Km.
Ascenso acumulado: 1100 m.
Descenso       "        :  479  m.






























A estas alturas, las mañanas son frías hasta que sale el sol. Como todos los días, nuestros guías nos sirven un copioso desayuno que a algunos no nos entra. Comenzamos a perder el apetito casi todos ¿quien lo iba a decir?. Nos lavamos las legañas con un poco de agua, descongelada al efecto y tras recoger el petate, nos ponemos en marcha.
Antes de abandonar Phortse, subimos a lo más alto de la población a visitar el gompa. Como todos los visitados, luce en sus paredes decenas de escritos con oraciones, diferentes representaciones de Budas, montones de colgantes de un sinfín de colores y algún que otro instrumento de percusión.
Desde el exterior, oigo sonar una especie de tambor, el monje que oraba en el interior accede a que alguien del grupo demuestre sus habilidades con la baqueta. 

Adosada al gompa, veo una estatua que me llama la atención. Se trata de
Tony Freake o Papá Tony que es como le llaman en la aldea.
Haciendo trekking, como nosotros, se enamoró de Phortse y dedicose a realizar varias obras en la zona.
Como el mas cercano de los monasterios se hallaba en Tengboche, el Dalai Lama autorizó a construir este gompa. Papá Tony ayudó a los vecinos a su ejecución dirigiendo la obra.


Iniciamos el descenso por el bosque que el día anterior nos ha traído hasta Phorse, pero hoy tiene algo especial. Sus árboles que no se de que especie son, toman formas extrañas, parecen tener vida humana. En cierto aspecto, me recuerdan a alguno de los cuadros que nuestra amiga Mª Jesús Escuer suele pintar. Abajo dejo una de sus obras para el que quiera comparar.










Cuadro Naturaleza Viva (Mª Jesús Escuer)












Seguimos descendiendo hasta volver a cruzar el puente de ayer, vamos a llamarle "el de las montañeras valientes", y giramos a nuestra derecha. Ahora iniciamos una lenta pero fuerte subida por un bosque de rododendros y coníferas. En el río, que ahora lo llevamos a nuestra derecha, vemos una minicentral hidroeléctrica que alimenta a Phorse.
No es fácil encontrar por estos parajes algún que otro avance tecnológico.




Seguimos por un profundo e interminable valle,  poco antes de llegar a Dhole (4100 m.), nuestros GPS nos indican que ya superamos los 4000 metros de altura. Toca bajar el ritmo y hacer profundas respiraciones con el fin de compensar la falta de oxígeno con la cantidad de las aspiraciones.
Comemos (lo intentamos) en el enclave de Lhabarma (4330m). Allí conocemos a una pareja de Argentinos que mochila en mano,  recorren el mundo.
En el horizonte ya divisamos otro de los gigantes, el Cho Oyu (8201 m.), la sexta montaña más alta            del mundo. Pronto la veremos más de cerca.

En el camino nos cruzamos con varias caravanas de yaks y no veas el polvo que levantan. ¡Y nosotros respirando fuerte!
Hay que reconocer lo imponente de estos animales, lo de apartarnos para dejarles pasar, aseguro, no es por galantería.
























La tarde se nos echa encima y las nubes de todos los días esconden al astro rey. Hace frío y unos pequeños copos de nieve comienzan a caer. Tras pasar por Luza y un "collado con vistas" (foto de arriba), descendemos un poco hasta cruzar un torrente y en poco tiempo ya divisamos Machhermo.

Como muchas otras veces, la cara de estos niños nos ayudan a no pensar en el cansancio, el frío y el mal de altura.









La temperatura nos invita a repartir rápidamente  los dormitorios y refugiarnos en el comedor en torno a la estufa. Cambiamos impresiones, cenamos, estornudamos, tosemos, cantamos en voz baja el "Somos" de Labordeta y nos refugiamos en unos helados camastros embutidos en los sacos hasta los ojos.
Antes, intento lavar el cepillo de los dientes, pero el agua está helada. Lo lavo con agua mineral.
Algo que no me ha aportado el llamado mal de altura, es la dificultad para conciliar el sueño, así que...zzzzzzzzzzzzzzz.



Día 14 de Octubre de 2012.- Machhermo (4400 m.)- Gokyo (4800 m.)




Distancia: 7,5 Km.
Ascenso acumulado: 558 m.
Descenso acumulado: 97m.





























Despertamos, salgo del saco, voy a beber agua de la cantimplora y no sale, estaba congelada. El cristal del dormitorio se halla, también helado.
Salimos al patio del lodge y aparece como se ve en la foto derecha. Sabemos que cuando sale el sol, los rayos calientan al menos, la parte del cuerpo que los recibe, el resto lo hace el esfuerzo.
Hay que decir que los Fernandos y Javier, no llegaron a perder el apetito, el resto hacemos como que desayunamos, solo nos entra un poco el líquido.


 Y para no tener frío, nos ponemos en marcha. Con el fondo del Cho Oyu nos fotografiamos y comenzamos la remontada del Dhud Koshi, el río que no hemos abandonado, prácticamente, desde que dimos el primer paso.
Cierto que a esta altura, el caudal es menor. Poco a poco nos vamos acercando al glaciar que lo alimenta.
La etapa de hoy es corta y con un desnivel más pequeño que otras, pero no por ello menos exigente. Hay que recordar que a 4800 metros, el esfuerzo es mayor.
Pico Cho Oyu

El principio del camino es de suave pendiente, vamos en lento caminar, hoy comeremos en el destino. Pasamos por la aldea de Phang y remontando el valle, encontramos ya la morrena formada por el glaciar Ngozumba, el mas grande del Himalaya nepalí y mas adelante los "Tres lagos de Gokyo". El más pequeño es el Longpongo, el mediano el Taboche y el más grande en cuyas orillas se encuentra el complejo de lodges, el Dudh Pokhari.
 En uno de estos lagos, nos esperan algunos de los porteadores que termo en mano, nos ofrecen un caliente té que nos sabe a gloria.









Ya vamos llegando y vemos al fondo del lago, el Gokyo Ri, que mañana, si las fuerzas nos acompañan, intentaremos coronar.

Por fin llegamos a Gokyo, enclave de Logses en donde en invierno no queda nadie.
Cuando lo divisamos, todavía no humean sus chimeneas, el combustible es costoso y hay que estirarlo, el yak tiene sus límites.
Afortunadamente, nuestro lodge tiene unos grandes ventanales orientados al sur por los que entran los rayos de sol, siempre y cuando las señoras nubes tienen a bien permitir.
Comemos( ¿?) y damos una cabezada.














Lodge de Gokyo


Tras una dura negociación, por una módica cantidad de rupias, la señora del lodge, lava la ropa de los más pulcros. Una vez lavada, mientras escurre el agua, esta se va congelando. Mañana, cuando bajemos del Gokyo Ri, puede que esté seca.
Por la tarde llevamos intención de rodear el lago, pero la niebla baja y la noche llega pronto. Lo cambiamos por un paseo por la morrena.
Tras la cena, de nuevo al saco, pero esta vez una botella de agua duerme conmigo.
Ni que decir tiene que para poder disponer agua para el aseo, calientan agua y la echan en un bidón con un grifo para poder quitarnos las legañas por la mañana. El resto lo hacen las toallitas de los bebés. 
Buenas noches.

Día 15 de Octubre de 2012.-Gokyo(4800 m.)-Dragnag (4700 m.)
Con ascenso al Gokyo Ri (5357 m.)

Distancia: 7,9 Km
Ascenso acumulado: 846 m.
Descenso acumulado 838 m.

Buenos días, el agua de la botella está en estado líquido, ¡podemos beber!.        
Nos despierta el canto del perdigallo tibetano, un ave con forma de perdiz y tamaño de gallo que desde lo alto de las rocas, se lanza en picado emitiendo un fuerte cantar . Yo le llamaría el avemisil.
Son las 4:30 AM y hoy toca ascender el Gokyo Ri.
Desayunamos, el petate lo recogeremos a la bajada. No perdemos tiempo y en breves momentos, nos ponemos a andar.
Benjamín que dice estar algo tocado, nos espera en el lodge.

En el comienzo, salvamos la cola del lago por unas piedras cubiertas de hielo, por lo que debemos prestar atención, a estas horas un baño, como que no apetece mucho. Poco a poco, vamos ascendiendo por una lazada bastante descarnada y empinada.
El esfuerzo es alto. Un desnivel de 570 m. en cotas más bajas, diríamos que es una pequeña subida, pero a más de 5000 metros, el tema es mas peliagudo.


Si digo que es peliagudo, es porque una ascensión que en otras condiciones sería de una duración aproximada de hora y media, aquí son tres horas
Además te vas parando a respirar, fotografiar y disfrutar del espectáculo que se va mostrando en cada metro que subes. ¡Una pasada!








Todos, poco a poco, vamos haciendo cumbre desde la que entre otros, podemos disfrutar de la vista de cuatro de los picos más altos del mundo: Everest, Cho Oyu, Lhotse y Makalu
De la misma manera, vemos los lagos de Gokyo, sus aguas tienen  color esmeralda y nosotros, color de asfixiados.






 Cho Oyu desde el Gokyo Ri
 Con el dedo, intento señalar el Everest

La coronación del pico, es acompañada por grandes dosis de emoción, somos un grupo compuesto por personas entradas en años y para la mayoría de nosotros, llegar a estas cotas ha sido casi una hazaña.
Bueno, eso decíamos  el año pasado en el Alto Atlas y aquí nos tienes.
Algunos dejamos recuerdos de seres queridos, otros de su tierra, pero a cambio, nos llevamos el recuerdo de una cima entrañable.
Cantamos un par de canciones, un francés nos pregunta ¿sont d'une certaine corail? (¿sois de alguna coral?), nos damos cuenta de los conocimientos musicales del amigo: nulos.

 Cima del Gokyo Ri

"Os Estalentaos" con Kaji, en la cima del Gokio Ri
Valle de Gokyo y Glaciar Ngozumba (Al fondo el Makalu)

Tras un pequeño cresteo que realizamos por la cima, iniciamos el descenso. Con menos exigencia de oxigeno, bajamos rápidamente. Nos encontramos con un grupo francés con el que coincidimos varios días, uno de ellos había sufrido un esguince. Nos dicen que no necesitan ayuda, están casi abajo. Por la tarde se da un viaje en helicóptero.
Comemos en el lodge en el que hemos dormido, tomamos el té, recogemos el equipaje y seguimos la ruta.
En pocos minutos, estamos en el Glaciar Ngozumba subiendo y bajando entre morrenas, lagos helados, hielo y más hielo. De vez en cuando, vemos como el movimiento del glaciar expulsa toneladas del material que arrastra, todo un espectáculo.
Glaciar Ngozumba

Para hacernos una idea de las medidas del glaciar, solo cruzarlo nos lleva más de dos horas, una vez que llegamos a la orilla contraria, seguimos por él hasta una fuerte subida por la morrena izquierda, un poste nos indica el punto donde termina el ascenso.
Finalmente, con frío y una espesa niebla, llegamos a Dragnag.
Un rebaño de yaks, es recogido por el pastor. Es impresionante, las alturas en que te encuentras a estos animales.
No usan plumíferos, desconocen el gore-tex, duermen con las estrellas por techo, en los collados no se ponen el cortavientos.
Y es que la tecnología de las prendas de montaña, no ha descubierto el pelo de yak. La moda si, caras pasminas dicen estar compuestas por tal preciado cabello.
Cenamos pronto y pronto estamos metidos en el saco, los dormitorios son heladores y mañana tenemos la "etapa reina".
Buenas noches.

Día 16 de Octubre de 2012.- Dragnag (4700 m.) - Dzonglha
(4850 m.) con el paso  Cho La (5420 m.)

Distancia: 8,8 Km.
Ascenso acumulado: 884 m.
Descenso acumulado. 673 m.

La etapa de hoy no es la más larga del trekking, pero al discurrir por alta montaña la convierte en bastante dura. Esta jornada la consideramos importante, no solo porque técnica y físicamente es muy exigente, sino también, por ser fundamental para la cohesión del grupo. Si alguno de sus miembros no lograse llegar al Cho La, el traslado hacia un punto más bajo, sería algo complicado.
Por todo esto y para no tener dificultades con las condiciones meteorológicas (ya he dicho, que al medio día, el tiempo empeora), nos levantamos a las 3:45 AM, los perdigallos todavía no cantan por lo que es el despertador, quién nos invita a abandonar el lecho.
Las toallitas limpiabebés suplen al agua que a estas horas se encuentra en estado sólido. Nos sirven el desayuno y nada, que a la mayoría no nos entra. Ya nos hemos tomado las pastillas anti-dolor de cabeza. El despertar, a estas alturas es duro: dolor intenso de cabeza, necesidad de hiperventilación para salir del saco o ponerse las botas, algunos no pegan ojo en la noche, narices taponadas, garganta reseca.
Pero en cuanto nos ponemos a caminar, desaparecen casi todos esos síntomas, solo quedan los mocos.
Salimos de noche, con los frontales encendidos.
Nos abrigamos, la temperatura debe de ser de tropecientos grados bajo cero, el cielo viste la más hermosa de sus galas pero como si nos quedamos a ver las estrellas, nos vamos a quedar pajaritos, echamos la cabeza abajo y emprendemos la marcha.
Y como el llano aquí no existe, inmediatamente comienzan las primeras rampas. En la respiración de los colegas y en la mía propia, se nota que la concentración de O. va bajando. De vez en cuando, Fernando G. nos recuerda la necesidad de hacer profundas respiraciones para coger más cantidad de lo que escasea.

Por un momento el camino suaviza el desnivel, coincide con el amanecer.
En el momento que nos da el primer rayo de sol, paramos a beber, yo he dejado a mi compañera de saco, la botella, protegida dentro de la mochila, el resto del preciado líquido está congelado. Nos quitamos capa y media de ropa y seguimos en dirección a un collado que divisamos a lo lejos.









Volvemos a parar un par de minutos para echar un vistazo a lo que tenemos por delante y como los lagartos al sol, recuperar calorías para dentro de poco.







 Descendemos por una suave ladera, que en poco rato nos coloca al pie de la ascensión al paso.
Miro para arriba y me parece un muro.
Acompañados de varios perdigallos tibetanos, nos metemos al cuerpo alguna galleta que Fernando G. saca de su mochila mágica.







Ante la posibilidad de que alguien flojee, hoy llevamos refuerzo con uno de los porteadores que nos acompañan.
Efectivamente, la fuerte subida entre grandes bloques de granito y gravilla suelta, va pasando factura a algunos pero como lo importante es llegar arriba, los sherpas descargan de mochila a los que van más apurados, incluso echan una mano para poder superar este fuerte obstáculo.
Además, el sol calienta y hay que beber mucho liquido,

Pero repito, como lo importante es llegar, la visión del collado nos anima y tras un importante esfuerzo coronamos el Cho La (5420 m.).
Las caras van cambiando de estado, la satisfacción de haber superado este duro paso ha obrado de manera milagrosa.
 Y sino, veamos las fotos que siguen, nada que ver con los rostros de la subida.


 Maite y Piedad con el banderín de Esbarre, grupo de montaña al que pertenecemos algunos.
"Os Estalentaos" y los guías

 Atrás dejamos el valle de Gokyo, nos ha gustado por la experiencia vivida, que he intentado plasmar en estas páginas y por ser un valle tranquilo. Ahora desde arriba volvemos a ver el Ama Dablam, Everst, etc., nos dirigimos hacia el gran valle que hace unas jornadas dejamos, el Khumbu.

Con tan espectaculares vistas, comemos unas chucherías, otra cosa no entra.






Bajo un serac del glaciar del Cho La,  Maite muestra mejor semblante que en la ascensión.
¡Ánimo que ahora vamos a ir cuesta abajo!

Pero como en la montaña, todavía no han puesto escaleras mecánicas, el descenso no es un regalo.
Entre bloques de piedra que cubren el hielo del glaciar, la marcha hay que hacerla con cuidado.
A veces piensas que estás pisando tierra y un centímetro debajo, es hielo.
Pero el entorno es espectacular. Paredes de varias decenas de metros (no las medimos), sentimos bajo nuestros pies. En el Himalaya todo es de gran tamaño, solo nosotros nos quedamos diminutos.

Descendiendo el glaciar de Cho La


Tras un bajada algo peligrosilla por el hielo, ya vamos llegando a nuestro destino de hoy y ya queda olvidado el esfuerzo que ha supuesto concluir la "etapa reina".
Llegamos a Dzonglha y como siempre, nos reciben con the. El lodge está repleto de gente. Estamos cansados, a las 18:30h. nos sirven la cena y como hemos madrugado, nos vamos a dormir.


Buenas noches






Día 17 de Octubre de 2012.-Dzonglha (4850 m.)-Gorak Shep (5150 m.)
Distancia: 11,2 Km.
Ascenso acumulado: 665 m.
Descenso       "        : 230 m.

El despertar de hoy es una fotocopia del anterior: Hielo en el cristal del ventanuco del dormitorio, esfuerzo para calzarse, alguna cara inflamada, dolores de cabeza, poco apetito madrugón y ganas de ponerse a andar. Andando, desaparecen la mayoría de los síntomas del mal de altura, bueno, andando y con analgésicos.
Hoy, la etapa va a ser larga y superaremos los 5000 metros. Retomaremos el valle del Khumbu para pasar dos noches a los pies del Everest, Pumo Ri, Nuptse, etc.
El recorrido, al menos en su inicio, es con pendientes muy tumbadas por lo que pese a lo lento de la marcha, vamos avanzando.
De frente adivinamos el camino por el que dentro de tres días descenderemos, es el que dejamos cuando hace unas jornadas, abandonamos para girar hacia Gokyo.
A nuestra derecha, doscientos metros más abajo, tenemos una bella panorámica del lago Chola Tshe, cuyas aguas, verde esmeralda, contrastan con las nevadas paredes del pico Arakam Tse.
Echamos un nuevo vistazo atrás,  a la zona donde ayer hicimos el paso mas alpino que se puede realizar en estas latitudes. Allí queda Chola Tse y divisamos el glaciar del Chola Pas.
Más adelante, giramos en dirección norte y se abre el gran valle a nuestros ojos.




Ante la nueva imagen, nos hacemos una foto de grupo y como decorado, ponemos una bella imagen con el Pumo Ri destacando en lo más alto del Valle del Khumbu.
Al otro lado, adivinamos caravanas de yaks y gente que suben al mismo sitio que nosotros, pero por una ruta mas directa y transitada.







Siempre por la ladera izquierda, vamos progresando lentamente hacia el punto más septentrional de nuestra marcha, al otro lado el Tibet .
Paramos a comer en Lobuche, en un lodge de nueva construcción. ¡Sorpresa!, en el aseo tienen lavabos con grifos por los que sale agua, fría pero agua al fin y al cabo, jabón, hay espejo (hace días que no nos mirábamos) aunque yo hubiera preferido no verme reflejado en un cristal de esos -¡que barba! ¡que delgadez!-. Bueno, en la capital he dejado la guillete y ya engordaremos cuando regresen las ganas de meternos al cuerpo un buen filete.


Con Fernando José que para eso es suya la cámara.


Con Luis Casao y Maite.


Seguimos avanzando, pasamos por el desvío que lleva a la pirámide que montaron los italianos y que alberga un centro científico.
Unos metros más arriba, miro el GPS e indica que ya hemos superado los 5000 metros, lo hago saber al resto del grupo. Eso nos indica que solo nos quedan 150 . de subida. Como siempre, no es así.
De nuevo, el camino se mete en morrena, esta vez corresponde al glaciar del Khumbu y sube, baja, gira, vuelve a subir, vuelve a girar...
















Luis Lasala con el video y Fernado Sancho, con fotografía, capturan un bello rincón del glaciar

Pasamos el collado de Dhugla, y por fin aparece nuestro destino: Gorak Shep.
También divisamos el pico del Kala Patthar de 5545 metros que ascenderemos en un par de días.
Pese a su altura, la vista defrauda ya que se halla rodeado de varias de las montañas más altas del mundo. Pero como ya veremos, es el mejor mirador del que uno puede disfrutar.
Hace fresquete (frío) y tan solo se está un poco confortable en el comedor, alrededor de la estufa, las habitaciones parecen cámaras frigoríficas.
El equipo médico habitual que por fortuna llevamos en el grupo, nos hace a todos una revisión de saturación de oxígeno, tensión arterial, pulso, etc. y todavía estamos en condiciones de permanecer en esta altura. Se nota que somos "gente joven" y dura.
Intentamos cenar. En las primeras etapas, tras la cena, unos tomábamos the, otros café, ahora hemos pasado a tomar leche (en polvo) por eso de que nada nos quite el sueño, ya se encarga la montaña de hacerlo.
Nos metemos en la cama y afortunadamente, el saco hace el resto.
Buenas noches.

Día 18 de Octubre de 2012.-Gorak Shep (5150 m.)-Campo base del Everest (5350 m.)-Gorak Shep.

Distancia: 9,2 Km.
Ascenso acumulado: 385 m.
Descenso acumulado: 385 m.

Maite se encuentra algo agotada y la noche anterior comenta la decisión de quedarse en Gorak Shep, yo me quedo también a hacerle compañía, son los sacrificios de pareja. Aguantamos un rato más en la cama por lo que cuando nos levantamos, el grupo ya ha partido hacia el campo base del Everest. A Maite se le nota el haber pasado una noche a estas alturas, la cara delata que retiene algo de líquido en su cuerpo pero la cosa no reviste ninguna gravedad, es un síntoma normal.
Como lleva idea de no ascender el Kala Patthar en el día de mañana, nos ponemos las botas y subimos parte de la ladera hasta que la vista alcanza buena parte de las gigantes montañas.
A mí, tampoco me ha venido mal descansar, soy uno más de los afectados por congestión de las vías respiratorias y hoy lo noto más que otros días. Aquí, al igual que el agua, los pañuelos de celulosa son carísimos como todo, es normal, el transporte hasta Gorak Shep es de varios días de porteador o yak.
A las dos de la tarde, comienzan a llegar los compañeros de viaje. Salimos a recibirlos pero llegan algo tocados.
Nos cuentan que el trayecto transcurre por la morrena del Khumbu y como ya dije, andar por morrenas es agotador y máxime si estamos por encima de los 5000 m. Comemos (algunos) y presos del cansancio  los expedicionarios se acuestan.
Por la tarde nos cuentan la experiencia de su visita al campo base.
Por supuesto, la ida y vuelta por el glaciar de Khumbu, que si bien es espectacular, sus subidas y bajadas han castigado esos "jóvenes cuerpos". Eso sí, como los porteadores hoy no portean, les han llevado unos termos de the.
El campo base estaba semidesierto, las expediciones ya están de vuelta para casa y es en Mayo cuando esto es un hervidero de gente.
Nos hablan de la cascada del Khumbu, un escalonamiento maravilloso de grandes grietas y seracs que supone uno de los principales escollos de la escalada al techo del mundo. Han visto grandes losas de piedra apoyadas sobre un tronco de hielo, protegido del sol por estas. También, una mano humana que han fotografiado y que para no herir ninguna sensibilidad, no publico. En definitiva, si exceptuamos el esfuerzo físico, se les nota que han estado en un lugar en el que el silencio, tan solo roto por algún desprendimiento del hielo o del movimiento del glaciar, emana una magia especial.
No obstante, pese a la sofisticación de las actuales expediciones, la mayoría de ellas comerciales, ello no impide que en un paraje solitario y desgarrador, mis compañeros de viaje sientan una carga emotiva pensando en aquellos pioneros del himalayismo que en 1953 iniciaron desde ese mismo lugar, la primera ascensión al Everest.
Como no estoy capacitado para explicar mis sensaciones de un lugar que no he visitado y como más vale una (varias) imagen que mil palabras, dejo unas fotos del campo base del Everest.
 Benjamín, Lola, Piedad, Luis Casao y Fernando José

 Caminando por el glaciar del Khumbu

 Equilibrio de unas setas

 Cascada de hielo del Khumbu

 Tiendas solitarias


 Rotura de serac

En el campo base, el suelo se mueve.



Hoy la cena es rápida y pese a que "los aclimatados" se comen casi toda su ración, el resto dejamos que los guías y porteadores disfruten de abundante comida.
Pronto estamos en la cama, mañana es también un duro día, así que a dormir.
Buenas noches


Día 19 de Octubre de 2012.-Gorak Shep (5150 m.)- Periche (4250 m.) con la ascensión al Kala Patthar (5545 m.)


Distancia: 16,3 Km.
Ascenso acum: 679 m.
Descenso   "    : 1490 m.


































Hoy, como casi todos los días, desayuno tempranero. La etapa es larga y previamente ascendemos nuestra mayor cumbre.
Maite y Luis C. se quedan a conservar fuerzas en el Lodge, en la bajada se nos unirán.
Salimos temprano con un intenso frío. Las manos y los pies, pese a llevar la máxima protección disponible, se quejan de lo lindo. Al Pumo Ri, le comienza a dar el sol, yo miro p´arriba con grandes deseos de que, en su avance, el astro rey descargue alguno de sus rayos sobre este frágil humano.

El Kala Patthar, con sus 5545 metros, supone una altitud considerable para gente como nosotros pero comparándolo con los gigantes que lo rodean, le da una apariencia de una colina ubicada a la sombra del Pumo Ri. No obstante desde su cima se contempla uno de los mayores espectáculos que uno puede divisar a lo largo de su vida.
Lentamente y parando a tomar aire, vamos subiendo, en una de las paradas levanto la cabeza para ver a Javier que va delante y observo la impresionante estampa del Pumori tras la cima de nuestro destino, ya queda poco. Una vez arriba, uno se queda extasiado, tienes ante ti, entre otros, el Everest, Nupse, el mencionado Pumo Ri, cima del Lhotse, cascada y glaciar del Khumbu, campos base del Everest y , etc. ¡una gozada!.
Campo base del Everest y cascada del Khumbu

 Al fondo, el Everest, mas cerca el Nuptse

 Everest

 "Os Estalentaos" y detrás, los gigantes.

 Colocando un cachirulo en la cima del Kala Patthar.

El descenso hasta Gorak Shep lo hacemos rápido, queda mucho camino que andar.
Tomamos el the, recogemos a los que nos esperaban y comenzamos lo que a partir de ahora será descenso. La verdad es que nuestros cuerpos están pidiendo a gritos perder altura,
Lo hacemos por donde dos días antes, en sentido contrario, lo habíamos hecho, el glaciar nos recuerda que andar por morrenas cansa.
Comemos en el mismo lodge que cuando subimos, en Lobuche. Descansamos poco, aún queda un
buen trecho, pasamos por el Memorial Stone, una zona llena de monumentos de piedra en recuerdo de alpinistas fallecidos en el Everest.
Pasamos por Dugla (4620 m.), una aldea de lodges enclavada en un profundo barranco bañado por las aguas que descienden del glaciar del Khumbu. Bajamos hasta cruzar las aguas por un puente metálico y tras una buena caminata por su margen izquierda y con ya poca luz, llegamos a Periche. El Lodge es acogedor, las habitaciones, como todas: heladas.
Nos juntamos con un grupo de Valladolid que seguiremos viendo en otras ocasiones.
Nos asomamos al exterior y la vista del cielos es impresionante, con unas estrellas mucho mas brillantes que otras noches.
Cenamos y alguien pide papel y bolígrafo, ¿para qué será?. Nada, que nos va preguntando a cada uno la edad y dividiéndolo por los miembros del grupo, o sea diez, le sale la media de edad.¡Ya lo sabíamos!.
Nos metemos en los sacos y a dormir.
Buenas noches


Día 20 de Octubre de 2012.- Periche (4250 m.) - Tengboche (3850 m.)
Distancia: 10 Km.
Ascenso acumulado: 349 m.
Descenso acumulado: 660 m.

Las habitaciones amanecen frías y húmedas, se nota particularmente en los sacos y en la capa de hielo que impide ver el exterior a través de los cristales de los ventanucos. Yo como las últimas noches, he dormido acompañado de mi botella de agua para poder beber por la mañana. Pese a que ya estamos de bajada, todavía nos despertamos a más de 4000 metros y nuestros esbeltos cuerpos siguen estando afectados por la altura. Hoy la etapa, no es larga y nos la tomamos con tranquilidad, sobretodo pensando en la llegada, se trata de una buena pechugada de subida.
Salimos por la ribera del río que ayer recorrimos, enseguida cruzamos un puente y en la orilla derecha, nos saluda el astro que más nos agrada en las frías mañanas del Himalaya: el sol. Nos aligeramos de ropa, echamos un trago, estornudamos, tosemos, algunos hacemos... y a seguir.

A nuestra espalda queda el Pumo Ri, al que le echamos un último vistazo.

El paisaje está cambiando, Lola se detiene a observar una vegetación que hace ya unos días que habíamos olvidado. Comienzan a aparecer pinos, matorral y el gigante rododendro, que ya dije en la subida que es un verdadero árbol.






Esta vez, el Ama Dablam lo tenemos tras de nosotros pero es lo mismo, lo mires desde donde lo mires, lo tengas de frente o de costado, se encuentre  lejos o  cerca, es una de las más bellas montañas que se pueden fotografiar. Otra cosa es quien pose en cada uno de los retratos que a la "Madre de las perlas" se le realizan.







Seguimos en un suave sube y baja (más de lo último) por un camino repleto de grupos y caravanas de yaks. Estamos en la estación seca y el terreno lo certifica, unos y otros en nuestro caminar y sobretodo los animales, levantamos un nube de polvo que penetra en nuestras vías respiratorias, ya de por sí bastante castigadas.
En las aldeas que cruzamos, se va notando el ambiente turístico. Tsuro Og, en la que a nuestra izquierda aparece un camino por donde bajan los que han ascendido el Island Peak (6189 m.), el seis mil más popular del trekking. En Pangboche, varios tenderetes de recuerdos del Himalaya nos hacen detener la marcha e incluso hay quien compra alguna que otra cosa. A la salida de esta última aldea nos llama la atención como una mujer baña a su hija en el exterior, aprovechando un rayo de sol.
Finalmente llegamos a un puente que estamos viendo hace tiempo, cruzamos por el las caudalosas aguas del Imka Khola. En realidad son dos puentes, el viejo por el que no conviene pasar y sobre él, otro de mas reciente construcción que da más seguridad (a casi todos).
Vamos transitando por un bosque al que varias aldeas le dan un ambiente de "casa de la pradera": Mililggo, Deboche, etc., hasta que unos escalones puestos por el hombre nos indican que aquello de la "pechugada" va a comenzar. Y es que para alcanzar el monasterio de Tengboche, nuestro destino, hay que hacer un último esfuerzo para salvar en un momento unos 140 metros.
El enclave en el que se halla  Tengboche es único, un gran prado bajo  grandes glaciares que parecen estar colgados entre el pico Thamserku y el Kangtega. El sitio rebosa  un ambiente de paz y tranquilidad que llevó a los budistas a elegirlo para construir en 1916 el monasterio más importante del valle del Khumbu. Posteriormente, dos tragedias lo destruyeron, la primera en 1934 un terremoto y la segunda en 1989 un incendio.
Una vez reconstruido por última vez, abrió sus puertas en 1993.
Por estas fechas, suele acoger una colorida fiesta: el Mani Rimdu que dura tres días en los que el baile y las máscaras son los protagonistas de la celebración de la victoria del budismo sobre la religión bön tibetana. Nos perdimos la fiestorra por poco.
Lo que no nos perdemos es la ceremonia de oración que por la tarde se celebra en el monasterio.
Un sonido largo y ronco llama a los monjes que se encuentran por los alrededores (algunos jugando un partido de fútbol) a oración.
Nosotros no somos monjes budistas pero la curiosidad nos llama y tras descalzarnos, nos adentramos a ¿participar? de la oración.
En un recinto abarrotado de turistas, los monjes susurran en una especie de triste cántico, sus oraciones que interrumpen con el sonido de varios instrumentos budistas.
No nos quedamos en toda la ceremonia pues debe durar como mínimo unas tres horas y los pinreles se quedan fríos.








Pese a no permanecer mucho tiempo en la ceremonia, parece que a algún estalentao le ha afectado profundamente el ambiente de paz, sosiego y meditación. Solo hay que ver a Fernando G. lo "colocao que se ha quedao". Bueno, no es el único.












Instrumentos de oración budista.













Antes de recluirnos en el lodge, en un atardecer cubierto por la niebla, nos damos un garbeo por una colina de las que rodean el monasterio, plagada como las demás, de banderas de oración, es un espectáculo.
A la vuelta, aprovechando que hemos comprado agua, miramos hacia la zona por la que hemos transitado por el día y vemos un espectáculo impresionante: La niebla va bajando y asoman el Lhotse y el Ama Dablam, ambos iluminados por un sol que nosotros no vemos. El personal saca su artillería fotográfica y dispara una y otra vez, captando una de las maravillas que la naturaleza nos puede enseñar.

Lhotse y Ama Dablam al atardecer, desde Tengboche.

En la cena, nos llama la atención un grupo muy numeroso de rusos cargados de material audiovisual y con aspecto curioso (sin comentarios). Pero este no es el motivo de que se haya producido un milagro:
¡me ha vuelto la gana de comer!, bueno, a mi y a casi todo el grupo.
Mañana cerramos el bucle y retornamos a Namche Bazar, ¡el consumismo nos espera!.
Buenas noches.


Día 21 de Octubre de 2012.- Tengboche (3850 m.) - Namche Bazar (3450 m.).

Distancia: 10 Km.
Ascenso acumulado: 513 m.
Descenso acumulado: 854 m.

Hoy, el abajo firmante cumple años. Cumple los de la media del grupo, o sea "muchos" y me reciben en el desayuno con la típica canción de felicitación de los payasos (de la tele) a ritmo de rumba. Lógicamente ni la canción, ni el ritmo, ni los niños cantores arrancan una lagrima de mis legañosos ojos. Tras desayunar, comenzamos a caminar bajando por una fuerte pendiente desde la que a través de algún que otro claro del espeso bosque, observamos parajes que nos son conocidos. A lo lejos el hotel japones, Khumjung, Khunde, el camino de ida y otros parajes, nos recuerdan que ya va quedando poco para terminar el trekking.
La bajada termina en el puente de Phunki Tenga (nada que ver con que usted tenga un punki en casa).
Estamos muy bajos, por lo que tenemos que volver a subir por un bosque a rebosar de tráfico bovino y humano.
Pasamos por varias aldeas en las que una vez más, los niños nos saludan. Sacamos las últimas provisiones de material de papelería. Son tan modernas las pinturas que ha aportado Maite, que los peques alucinan con el sistema de cambio de los colores.




Pero como los occidentales, todo lo aprenden, pasamos por Lowisyasa y ya vemos a niños, papel en mano, haciendo sus deberes en una "gran mesa".
Hoy no hay escuela, no se si es porque es domingo o por otra razón.







Tras tantos días de ver porteadores cargando con el más variado de los artículos, pesos, volúmenes, etc., todavía me asombro al pasar delante de nosotros a uno cargado, no con una ni con dos, acarrea con tres mesas, seguro que para un lodge. Nosotros, los turistas no estamos capacitados para hacer los deberes como las niñas arriba mencionadas.
Seguimos nuestro camino hasta el punto en el que días antes habíamos cogido el camino que nos desviaba hacia el valle de Gokio.
Hemos cerrado el circulo, lo celebramos con mucha emoción. Ha sido duro, pero ampliamente compensado, no hemos sufrido ningún accidente y esto es para celebrarlo.
El camino que ahora llevamos ya lo he descrito a la subida, pasamos de nuevo por la estupa conmemorativa del 50º aniversario de la primera ascensión al Everest y comprobamos que la cinta que dejamos el día del Pilar, sigue ahí.
Seguimos y en poco rato ya estamos encima de Namche Bazar, nuestro destino de hoy en el que comemos.
Tras la comida, algunos nos duchamos, esta vez con agua caliente. Lo confieso, ya nos iba haciendo falta pasar por tal menester y a pesar de que el habitáculo a tal fin no es de la modernidad de los spa de nuestras tierras, a mí me lo pareció.
Nos abrigamos, hace frío, y sin perder un minuto nos vamos de tiendas y de locutorios, hay que comprar los últimos regalos y realizar las llamadas a la familia ya que hace días que no tienen noticias nuestras.
Nos han vuelto las ganas de comer y sacamos el arsenal de embutidos y quesos que todavía quedan en los petates, como aperitivo.
Al finalizar la cena, me sorprenden con una felicitación, esta vez bien cantada y es que hasta los sherpas entonan mejor el "happy birthday to you" que la coral (bueno, coral le pareció al frances del Gokyo Ri).
Los jefes Garrido y Nuru me colocan sendos khartas sobre mi cuello.
Uno, que ha celebrado decenas de cumpleaños con padres, hermanos, abuelos, esposa, hijos, nietos, amigos, etc., en esta ocasión ha sentido una emoción diferente, ni mejor ni peor, ni mayor ni menor, simplemente eso "diferente" y es que
todos los días no se cumplen sesenta y un años, a 10000 Km de casa, tras haber superado fuertes desniveles a gran altitud y disfrutado de tan buenos compañeros. Y encima, Piedad recogiendo una indirecta que le arrojé hace meses, va y me regala un precioso pañuelo que pienso lucir sobre mis largos cabellos.
También me regalan un papel con la siguiente leyenda: "JANMA DINKO SHUBHA - KAMANA.  NEPAL 21.10.2012"
Simplemente quiere decir "feliz cumpleaños", pero a ver a quien le felicitan alguna vez en nepalí.
Bien cenados y sin dolores de cabeza, nos retiramos a los dormitorios, mañana es la última etapa.

Buenas noches.









Día 22 de Octubre de 2012.- Namche Bazar (3450 m.). Lukla (2850 m.)

Distancia: 19 Km.
Ascenso acumulado: 826 m.
Descenso acumulado: 1315 m.
































Hoy retornamos al punto de origen, a Lukla. Este camino lo hicimos en dos etapas a la subida, por lo que en esta ocasión es mas largo.
No voy a repetir el paisaje, las emociones, etc., de cuando en dirección contraria nuestros ojos miraban asombrados a uno y otro lado ante un medio totalmente desconocido para nosotros.
Hoy, la única diferencia es que para ver el Everest, el Lhotse, el Thamseku, el Kangtega, hay que girar el cuello. Volvemos a cruzar el puente de Larja y  varios más, todos ellos sobre el Dudh Koshi.
Como novedad: "me tomo la primera cerveza tras muchos días". No soy el único que disfruta de ese preciado caldo que la cebada nos regala.
El último repecho se hace duro, son muchos pasos andados y el cansancio se nota.
Finalmente, escuchamos el ir y venir de las avionetas y divisamos la puerta por la que dos semanas antes habíamos cruzado.

En este punto es donde le damos rienda suelta a nuestras emociones. Y es que "Os Estalentaos" también tenemos nuestra fibra blanda allí adentro y  a pesar de nuestras lógicas diferencias, en ocasiones como estas las ponemos en el petate y como cuando lo abrimos cada noche ya estamos cansados, ahí se quedan.




Antes de la cena, en un emotivo acto, dirigido por Fernando Garrido, hacemos entrega a los porteadores de una pequeña contribución que reciben con una muestra de profunda gratitud.
Nos hacemos una foto todos los componentes que de una u otra manera hemos participado en el trekking.








El día siguiente, es el cumpleaños de Maite y en el desayuno es homenajeada de la misma manera que lo fui yo en Namche, aunque por la noche en Katmandú tendrá más agasajos.
También repetimos el acto de la noche anterior, pero esta vez con los sherpas Kaji y Pasang y su jefe (Shirdar) Nuru.
Con algo de retraso subimos a la avioneta (la última ya que a continuación cerraron, por viento, el aeropuerto) y p´abajo.
Aunque nos quedan unos días para volver a casa, que disfrutaremos en Katmandú, este es el punto final del Terkking por la Alta Ruta del Everest a traves del valle de Gokyo.
La experiencia de los próximos días, la contaré en otra ocasión, no quiero hacerme pesado.
Esta otra  que acabamos de vivir, me da la impresión de que va a costar mucho tiempo depositarla en el cajón ese de los recuerdos, que todos tenemos en algún rincón de nuestras mentes, si es que de esto tenemos...
                                                          ..."OS ESTALENTAOS".

Hasta pronto.