Prólogo
Aunque la anterior entrada, podría considerarse el prólogo de esta travesía, me permito unos comentarios antes de empezar esta nueva aventura. Decía que "Os Estalentaos", entre el 1 y 6 de julio, íbamos a realizar la travesía Setau Sageth por la Val D´Aran. A ello:
"Seis días que nos han mostrado las dos caras de la naturaleza: el agua fluyendo de cualquier rincón, bajo las piedras, entre los helechos, en pequeñas fuentes, en grandes cascadas..., la nieve a bajas cotas y en pleno verano. Bosques pintados con los más variados colores que uno puede recoger con su humilde retina. Las más variadas de las especies de flores de prado, de montaña, de ribera, de rocalla... Vamos, que el paisaje aranés te deja los sentidos en un estado apto para seguir practicando esta afición mientras el cuerpo aguante. ¡Ah!, pero la naturaleza también es respondona y de la misma manera que nos ha mostrado su belleza, también nos ha enseñado que en otros tiempos, su sitio es ese, que si hacemos carreteras, ciudades, campings, granjas, cultivos, etc. que "muy bien", pero que las cosas no pasan por que sí. Hemos visto como las carreteras han sido engullidas por el Garona y sus afluentes; pistas por las que debíamos transitar, mordidas por la fuerza del agua; puentes que en pocos minutos han pasado a la historia; casas, naves, caravanas, presas, etc. han sido dañadas por "la fuerza de la naturaleza". Pero la Val d´Aran, lo mismo que la Bal de Benás, va volviendo a la normalidad y grandes máquinas reparan lo reparable y las fuertes escolleras que están ubicando en las márgenes de los ríos, alguna vez tendrán que echar un pulso, ¿quién ganará?.
Aunque no soy amigo de dar publicidad a firmas comerciales en estas páginas, esta ocasión sí que lo tengo que hacer. Ante las adversidades que nos hemos encontrado, tanto por la riada del 18 de junio como por la gran cantidad de nieve acumulada en las zonas transitadas, el apoyo de Camins ha sido fundamental para realizar tan bello circuito con la mayor facilidad y seguridad posibles.
El lector se preguntará: ¿cómo es posible que algunos miembros de Os Estalentaos, hace unos pocos meses durmieron en rudimentarios lodges, allá en el Himalaya, en los que se les helaba el agua a más de 5000 metros de altura, sin ninguna comodidad y ahora han postrado sus huesos en habitaciones de relativo confort? ¡Pues que no le hacemos ascos ni a una cosa ni a la otra!.
Finalmente, tenía mis dudas de que en un grupo tan numeroso y heterogéneo no hubiera algún problema, tanto físico como de convivencia. Unos del Stadium Casablanca, otros de Mayencos, otros de Esbarre, unos emparejados, otros..., unos andando como ferraris, otros con motor de gasóleo; no hablemos de las ideologías: cada cual de su madre. ¡Dudas disipadas!. Tanto los que ya llevamos tiempo como los que en este verano se han sumado al grupo, hemos sudado, subido, bajado, cantado, etc, siempre con buen rollo.
Vamos llegando al punto de encuentro, comento a los pasajeros de mi buga que lo hacemos media hora antes de la cita y habrá que esperar hasta... ¡soy un iluso!, llegamos los últimos, lo que demuestra las ganas con que la gente va a arremeter la travesía (o los huevos fritos).
Comento a los comensales que la excursión a L´Artiga de Lins no se puede hacer, el acceso está desaparecido por la riada. Propongo, ya que estamos cerca, acercarnos al Congost de Mont-Rebei que algunos ya visitamos no hace mucho y que ya describí aquí.
El calor reinante en el estrecho no amilana al personal que hoy sí, hoy transita por una zona tranquila que anima a acercarse a las cercanías de una de las pasarelas de Montfalcó para observar de cerca la espectacular obra de ingeniería peatonal.
La vuelta la hacemos sobre nuestros pasos para, en Puente de Montañana, bajar la temperatura corporal a base de zumo de cebada.
Nos dirigimos a Vielha a tomar posesión de nuestras respectivas habitaciones en uno de sus hoteles. Paseo por la ciudad y visita a las oficinas de Camins a recoger el material y documentación de la travesía. Cenamos y a preparar los bártulos para el día siguiente. Cenamos y ¡a ñoñón! que mañana comienza el tute.
Primera etapa del Setau Sageth, una de las dos jornadas en las que el río Garona, la naturaleza y pequeños y hermosos pueblos son protagonistas.
Estamos abandonando Vielha, y ya somos testigos de los daños producidos por la riada, de la fuerza con que el agua ha destruido todo lo que se le ha puesto por delante.
Nos alejamos de la capital del valle por la margen derecha del río en dirección al primero de los varios pueblos que la ruta nos va a mostrar.
Estamos en el terçon de Marcatosa, uno de las seis divisiones geográficas del Val D´Aran.
El primero de los pueblos es Mont, coqueta población con unas vistas impresionantes de Vielha, destacando su iglesia de San Llorenç en las afueras de casco urbano. Una adornada casa, llama nuestra atención.
Entre pueblo y pueblo, "Os Estalentaos" encabezados por la última incorporación, Chema Tapia, transitan por verde ladera en un sube y baja, cruzando barrancos, puentes, y en ocasiones maleza que la húmeda primavera ha regado.
En Montcorbau, cerca de su iglesia románica del s. XI, una fuente nos invita a refrescarnos y a la sombra del tejado del viejo lavadero, echamos al cuerpo el primero de los víveres.
Pronto nos ponemos en marcha, queda mucho camino.
En Montcorbau, una senda recién desbrozada, nos baja hacia Betlan, con su iglesia de Sant Pèir, de reciente restauración.
Alcanzamos el siguiente pueblo, Aubert, estamos de nuevo a orillas del Garona, en el que las máquinas de obras públicas se afanan en reparar los daños. Grandes bloque de granito son transportados por dumpers para reforzar las orillas con fuertes escolleras, en una dura batalla contra el río; ¡ya veremos quién gana!.
Una cómoda ladera, siempre por la margen derecha, nos lleva por un precioso bosque hacia Arros, conocido por albergar el archivo del Conselh Generau d'Aran.
Pronto, la senda comienza un suave ascenso entre castaños, robles y pastos pasando por Begós que, como todos que encontramos, posee una muy conservada iglesia románica.
Seguimos ascendiendo y algún que otro estalentao comenta que sus tripas no paran de clamar, que ya va siendo hora de que en lugar adecuado paremos a dar cuenta del bocata que nos han preparado en el hotel.
Comento al grupo que Vilamós, próximo pueblo, es un buen lugar, la localidad es de relativa importancia y seguro que no les falta un barrilito de cerveza que degustar.
Preguntado a un lugareño, nos indica la dirección del bar. Un cartel dice que abren a las 13 h., son las 14 y ¡está cerrado! En su terraza apaciguamos los ruidos mencionados y como "Os Estalentaos", siempre portan varias botas de vino, "no problem".
Un todoterreno invade la replaceta y del carro descienden los amos de la taberna que, a petición, nos sirven unas ansiadas birras que calman nuestra sed, hace calor. Sí, ya sé que el agua también vale para eso, pero...
Nos detenemos ante el templo de Santa María de Vilamós, no cabe duda de su importancia. El conjunto de estelas funerarias de época romana, empotradas en los
muros románicos de la iglesia y de la esbelta torre, nos hablan de un
pasado mucho más remoto que el de la iglesia de finales del s. XI o
primeros del s. XII.
Le pido a Luis Casao que pose ante la vieja pila bautismal, ambos son piezas patrimoniales a conservar con mucha delicadeza.
Tras la visita abandonamos el pueblo, no sin antes contemplar la maravillosa vista que este mirador nos ofrece: "el macizo de la Madaleta y el Aneto".
Pasamos por los dos Arres, el de Sus y el de Jos, ya estamos en el terçon de Lairissa. En el trayecto adivinamos la subida que ayer no pudimos realizar a LÁrtiga de Lin.
Por un fuerte descenso volvemos a bajar a las orillas del Garona que recorremos por la misma margen hasta el Pònt de Hér, puente que debemos cruzar, el camino ha desaparecido y la carretera en obras es ahora nuestra senda.
Los vehículos que la transitan nos hacen tragar polvo pero ya vemos nuestro destino al fondo, estamos llegando a Bossòst y no hay polvo que nos amilane.
Me resulta imposible describir los daños producidos por la riada, pero es verdaderamente impresionante.
Un agradable establecimiento, la Hostería Catalana, nos alberga.
Tras quitarnos la densa capa pastosa que el sudor, junto a la crema protectora y las mencionadas partículas ha formado sobre nuestra piel, salimos a dar un paseo por la ciudad, algunos visitan la iglesia de Era Mair de Diu dera Purificacion, propia de la arquitectura románica, con las cuatro arcadas que separan las naves y los pilares circulares que las sostienen, todos ellos hechos de piedra trabajada y escuadrada, y coronados por impostas lisas. Un detalle que no nos pasa desapercibido es el testimonio de un fragmento de pintura mural ubicado en el ábside central donde se intuye la representación de la escena de la Epifanía; la fecha de estas pinturas se sitúa entre finales del siglo XIII y principios del XIV.
Como no hay mucha clientela por el valle, nos mandan a cenar a un restaurante cercano, ––¿qué hay de segundo? ¡butifarra!––. No será la última, ni la penúltima.
Comienza a llover y nos recogemos en nuestros respectivos dormitorios.
Buenas noches.
Esta etapa tiene alguna que otra complicación por el tema de la riada, me consta que varias sendas y caminos se encuentran en estado intransitable por lo que me pongo en contacto con José Luis García de Camins, sus indicaciones aclaran un poco la ruta que debemos llevar.
Tras cruzar el castigado puente de Bossòst, vamos por la orilla del Garona, la imagen es desoladora. Lo que era un bonito paseo, es ahora una cadena de desastres: árboles arrancados de cuajo, farolas tiradas, cables y tuberías descubiertas bajo un suelo que no es suelo, bancos arrancados....
A pocos metros, en el Pont de Cledes, no queda más remedio que abandonar nuestra ruta que transcurre por la GR-211.
Bajo el puente, el río se encañona y nos preguntamos: si ahora baja tan bravo ¿cómo lo haría el 18 de junio?. Nos encontramos a más de 10 metros sobre el cauce y el puente quedó por debajo del agua.
Volvemos a salir a la carretera N-230, siempre con cuidado por el tránsito que lleva.
Más adelante en otro puente que lleva a un camping, cruzamos a la margen derecha y volvemos a retomar la GR 211 que nos lleva a Les.
Ni los desastres fluviales han conseguido quitarle la belleza a esta ciudad, la última que el viajero se puede encontrar antes de cruzar la frontera hacia Las Galias.
Famosa por albergar en su subsuelo aguas termales de propiedades muy saludables para la piel, aguas que se explotan en las Thermas de la Baronia de Les.
El pueblo de Les ha mantenido sus raíces ancestrales a través de la
"Fiesta del haro" (tronco de abeto de entre 10 y 12 metros de largo). Cada año, la vigilia de San Juan, el 23 de junio, se quema el "haro" en la
plaza del pueblo. Se le prende fuego pareciendo que las llamas alcanzan
el cielo, un grupo de jóvenes hacen quemar "es halhes". "Es halhes" son
elementos de gran importancia en la fiesta y se confeccionan con pelas
de cerezo, unas encima de otras y atadas con hilo de hierro. Los más
jóvenes las hacen girar por encima de sus cabezas cómo proyectiles de
fuego simbolizando el reparto del elemento purificador por todos los
rincones del pueblo. La creencia popular es que este tronco fecunda a la madre tierra y pide la purificación y fertilidad de los campos y personas (no es nuestro caso).
Una vez "es halhes" se han quemado, el grupo folklórico del pueblo está preparado para alegrar la plaza de música y color, con sus trajes tradicionales, de vistosos colores y sus danzas alegres como "es Aubades", "eth Tricotèr", "eth Cadrilh" y el "Balh Plan". Vamos, que habrá que ir para el solsticio.
La ciudad de Les es también conocida por su piscifactoría de esturión que tan buen caviar da, ¡será verdad!
Salimos de Les por un bonito paseo cubierto por un bosque de robles. En el camino nos encontramos con la pequeña iglesia de Sant Blai. Sus reducidas
dimensiones, que incluyen un espacio absidial de forma semicircular,
parece indicar que la actual capilla formaría parte del encabezamiento
de una construcción en su momento más grande, o bien el resultado de una
reconstrucción hecha a partir de elementos originales.
Este edificio situado en el siglo XII, presenta un aspecto muy curioso que plantea interrogantes hoy por hoy difíciles de resolver con relación a su estructuración arquitectónica y funciones originarias.
De nuevo tenemos que abandonar los caminos y volver a la carretera por el Pon Dera Lana. El agua ha saltado el puente, debemos cruzarlo salvando sirgas, troncos y cintas de balizamiento, nada que estos jóvenes no puedan con ello.
De nuevo estamos en la carretera; divisamos, allá arriba, nuestro siguiente objetivo: Canejan.
En el complejo de Pontaut cruzamos un bonito puente y bajo una mina abandonada, paramos a "tomar fuerzas para el repecho que nos espera a continuación".
Un bonito camino de herradura, coloca a "Os Estalentaos", salvados los casi 300 metros, en un santiamén en la plaza de Canejan junto a una de esas fuents de las que surten de agua todas las poblaciones por las que vamos pasando.
Canejan pertenece al terçon de Quate Lòcs, se encuentra colgado sobre la entrada al valle de Torán, nuestra ruta de hoy y mañana. Las vistas desde su mirador es impresionante, tenemos ante nuestros ojos el camino que hemos recorrido, solo que abajo, muy abajo de nuestros pies.
Abandonamos el río Garona y nos adentramos en un mágico valle en el que el sonido se mide con el silencio. En una ladera repleta de flores, una dedalera parece mirar con asombro hacia el fondo del valle regado arriu (río en aranés) de Toran.
A nuestro paso, dos bonitas mariposas liban el néctar y recogen el polen de una flor para depositar la semilla a fin de hacer más florido este maravilloso paisaje. Atrás, Fernando Sancho está captando con su réflex, mil y una flor que espero nos muestre pronto.
La senda nos lleva hasta una pequeña aldea: Porcingles, que en el censo de 2009, tenía 5 habitantes pero a nuestro paso... ¿ánde están?.
En el barranco de Gotérs (por su cabecera pasaremos mañana), enfilamos un descenso por un hayedo que nos deja en San Juan de Toran, un pueblo pintoresco, con muchas de sus antiguas casas restauradas, respetando la arquitectura original.
La aldea está vacía, solo en el mes de agosto parece ser que es visitada por alguno de sus antiguos vecinos. Descubrimos, además, una capilla dedicada a San Juan Bautista y un bar cerrado.
Es la hora de comer, ya hace una eternidad que hemos comenzado la etapa y aunque nuestro destino está cerca, no conviene tentar a la suerte, no se nos vaya a desmayar algún estalentao.
Hace calor, el género masculino deja el torso al desnudo (ver fotos) luciendo cuerpos nacidos, la mayoría, a mitad del siglo XX, "todo un espectáculo". Fernando Cebrián conecta su móvil inteligente a un minialtavoz que ha adquirido en algún bazar y nos pone los pelos como escarpias con canciones de La Ronda de Boltaña, Labordeta, La Bullonera, etc.
Tras comer y visitar el pueblo, sus casas, su capilla, campo santo..., cogemos las mochilas y en un agradable paseo llegamos al refugi de la Honeria o Era Fonería (la fundición) o la fragua de Güerri, donde se trabajaba el mineral de las minas de Liat.
Ni que decir tiene que para cenar tenemos butifarra, nos entra bien y tras el lunch, la "polifónica Os Estalentaos", dirigidos por el maestro Torrecilla, partitura en mano y acompañados por una guitarra que alguien pone en mis manos, realizamos un gran concierto a la luz de las estrellas (y de los frontales).
El guarda Aleix y Daniel son los únicos componentes del público y como por la zona no se cultivan tomates, nos salvamos del bochorno.
Mañana madrugamos y hay que descansar, el personal nos ponemos los tapones de los oídos, aunque algunos deberíamos de ponérnoslos en la nariz.
La que se anunciaba como etapa reina (sin comentarios), se nos ha quedado en "etapa infanta". Me explico: la cantidad de nieve acumulada, tanto en el valle de Gerri como en el de Pedreda, desaconsejan transitar por la zona a un grupo tan numeroso, por lo que José Luis García de Camins, al que una vez más agradezco su esfuerzo, nos ofreció la posibilidad de realizar la etapa del Refugio de Honería hasta Canejan por la muga hispano-galaica con un guía y al final de la etapa, unos taxis, nos llevarían hasta Bagergue.
Así que guiados por Daniel de Camins, iniciamos la marcha por un fresco camino bajo la sombra de espectaculares hayas.
A nuestras espaldas, en la vertiente francesa vemos una población junto a la que un canal extrae agua del Garona para llevarla hasta la central hidroeléctrica de Arlos. Se trata de Fos.
Motivado de la riada, hoy también modificamos el trayecto previsto. A las 8:30 h. los taxis nos esperan a la puerta del Hotel Seixes que, regentado por Carmen y Montse, tan confortablemente hemos descansado.
En la damnificada población de Arties, por el camino de Valarties, los vehículos nos llevan hasta un socavón producido por la riada y que se ha comido la carretera.
Nos preparamos los trastos de andar y por una pista que provisionalmente han construido para dar paso a las máquinas comenzamos la ruta.
El primer obstáculo lo salvamos vadeando el barranco dera Aubeta, hemos colocado piedras que pronto son tapadas por el agua, aguas arriba deben de estar destaponándolo, el caudal crece, y alguien se moja las extremidades inferiores.
No importa, el día es espléndido y no tardarán en secarse, botas, calcetines y pinreles.
Por un momento la senda nos muestra un remanso de paz, un momento de tranquilidad, pero solo acabamos de empezar.
Segundo obstáculo: con la carretera, lógicamente, también han desaparecido los puentes. No hay mal que unos postes de la luz no puedan remediar y "Os Estalentaos" con la destreza que nos caracteriza, cruzamos el arriu (río en aranés) de Valarties. No hemos podido fotografiar a ninguno de sus miembros cayendo al agua. ¡otra vez será!.
Seguimos la ruta, hoy vamos por la GR 11 y para hacer la jornada un poco más exigente, en Pont de Rius abandonamos la Setau Sageth para por una senda en varias lazadas, acercarnos hasta el lago y refugio de La Restanca.
Los 400 m. de desnivel los hacemos por un magnífico bosque de coníferas, hayas, helechos...
Pronto vemos el dique que una vez en él, cruzamos hasta el refugio. Nos cuentan las guardesas que no hay mucha gente por el entorno. La travesía más conocida de la zona, Carros de Foc, se encuentra algo complicada por la nieve y son pocos los que la están haciendo.
Nosotros, lo que hacemos es sacar algo de la mochila con que salvar la mañana.
El entorno de Restanca es paradisiaco, desde el Lac de Mar que se encuentra por encima de nosotros, un arroyo lo alivia, formando una cascada que vierte en el de Restanca, en la orilla opuesta al refugio.
Nos quedaríamos más tiempo aquí pero queda mucho "tomate por freír".
Descendemos unos metros por senda poco gratificante hasta encontrarnos con el sendero que antes hemos abandonado en Pont de Rius.
Cada jornada que va pasando es más calurosa y el sol calienta nuestros cascos de la misma manera que funde la nieve que a partir de aquí vamos a ir encontrando.
Los neveros comienzan a estar infranqueables, por lo que a base de abrir huella los vamos salvando.
Hasta el Estanh de Rius, el camino se hace algo exigente. A esta altitud, unos 2000 m. y en estas fechas, no es normal encontrar tanta cantidad de nieve y agua.
Unos pocos hemos parado a comer antes del lago, nos quedamos hasta que el vino de la bota que nos han dejado pasa a ser aire.
El resto lo hace a la entrada del estanh. Posteriormente nos sumamos y terminamos los bocadillos regados con el mejor vino de la zona (no hay otro).
La imagen es espectacular, el Estanh de Rius (2200 m.) se encuentra helado y con nieve casi en su totalidad.
Todavía queda recorrido que salvar y la nieve nos retrasará por lo que pronto seguimos el camino. Lo hacemos bordeando el lago por la ladera de nuestra derecha, la nieve se encuentra poco estable y si no nos queremos mojar, hay que ir con cuidado.
Casi siempre por nieve, llegamos al Port de Rius (2340 m.) desde en el que, un descenso de unos 800 metros por la cara sur, en un entorno agreste y cálido, nos lleva poco a poco hacia el refugio de Conangles.
Las rocas, que en algunas ocasiones tenemos que palpar, se encuentran ardiendo; a pesar del año húmedo, esta zona es un infierno, menos mal que el entorno del refugio es un bonito bosque de coníferas y a sus pies el Noguera Ribagorzana, recién nacido, nos sirve a algunos para la noble función de bañarnos.
El refugio está más concurrido que el de Honeria, el acceso desde la boca sur del túnel de Vielha, anima a los montañeros a realizar alguna que otra ascensión desde aquí.
Nos acomodamos, cenamos butifarra y, como teníamos sacadas entradas, nos vamos al concierto del ensueño de "una noche de verano".
Bona nit.
Última y dura etapa, la de hoy, que recorre una ruta histórica.
Parte de la invasión napoleónica se produjo por el puerto de Vielha (año 1810) y Napoleón incorporó la Val dentro del Departamento Francés de la "Haute Garonne" para ser devuelto a la corona española durante el reinado en Francia de Luis XVIII (año 1815).
Hasta mediados del siglo XX, en el que se construyó el túnel de Vielha, este paso que hoy recorreremos, era usado por los habitantes de la Val D´Aran para comunicarse con las tierras de la Ribagorça.
Antes de iniciar el duro ascenso que nos espera, caminando junto a la boca sur del túnel, pasamos por unas construcciones ubicadas en lo que fue el Hospital de Vielha. En el año 1192 hay referencias de la construcción de este centro para dar cobijo a los viajeros que a uno y otro lado del puerto viajaban. Recientemente ha sido utilizado como refugio, aunque parece ser que se encuentra cerrado.
A medida que vamos ascendiendo, a nuestra izquierda divisamos el valle de Mulleres, coronado con el pico que le da nombre.
La cara sur, de la Serra de Fontfreda, por la que ascendemos, es tan seca y calurosa como la que bajamos el día anterior. Algunos pasos exigen echar mano a la pared.
Conforme vamos ganando metros el paisaje se vuelve más atractivo, ya asoman los Montes Malditos, la Val de Molières va quedando a la altura de nuestros ojos.
Vuelve a aparecer la nieve en algunos puntos, asimismo una ligera brisa alivia al personal estalentao.
En el paraje de Es Traueses, un pequeño lago refleja las siluetas de las tucas de Neres.
Arriba vemos un collado, creemos que es el de Vielha, pero no, es el Port Vielh del Toro.
Continuamos la marcha y girando hacia el este, ahora sí que ya se comienza a percibir el camino que nos lleva al puerto.
Ya vemos la Tuc deth Pòrt de Vielha, el paso hacia el Port se ve con algunos heleros que no podremos eludir. En el primero de ellos, instalamos un cordino de seguridad para que el personal se vea más seguro. Yo que estoy en la punta de salida, adivino quién pasa con soltura y quién pasa algo ac... Mirando hacia abajo el desnivel es importante pero, nada, con "Os Estalentaos" no hay quien pueda.
El último paso, a punto de coronar el collado, lo aseguramos de la misma manera, además una placa de hielo hace tomar todas las precauciones posibles.
Alcanzado el Port Vielh del Vielha observamos que la cara norte, por la que vamos a descender, no está tan mal como presagiábamos.
En el collado se está bien, corre algo de viento y el avituallamiento que sacamos de las mochilas, nos deja como nuevos.
Aquí nos dividimos, unos pocos inician el descenso (hoy es largo) y la mayoría ascendemos la Tuca del Port de Vielha de 2605 metros. Vale la pena subir, es un mirador de auténtico lujo. Hacia un lado, allá abajo, está el Lac Redon, rodeado de manchas de nieve, que le dan un carácter más alpino si cabe.
Y mirando hacia el oeste, un paisaje que nos ha acompañado durante varios días, pero hoy casi lo podemos tocar con las manos: Al fondo de la Val d´Mulleres, los picos más altos del Pirineo deslumbran nuestro semblante. Mulleres, Madaletas, Aneto, Coronas... y los impresionantes glaciares, que este año parecen recuperarse un poco.
En la cima, una pareja bastante más joven que el más joven de Os Estalentaos, creen estar en el Mulleres, ¡leches!, bueno ya tienen una experiencia más.
Nosotros volvemos al puerto en donde se ha quedado a esperarnos Mª Jesús, su rodilla así se lo ha aconsejado.
Los que hemos ascendido la tuca, bajamos por un valle de que mantiene mucha nieve, la senda está bajo ella y lo hacemos dejándonos caer (unos, literalmente hablando, más que otros) por el blanco elemento. Lo hacemos en poco tiempo; de haber salvado la nieve, bajar por los bloques de granito nos habría retrasado la marcha.
Abajo en una pradera, vemos al resto del grupo esperando, ¿para qué será?, respuesta fácil, es hora de comer.
Pues ¡hale!, vamos a darle al bigote.
No hay siesta, quedan más de 1000 metros que descender y la tarde promete ser achicharrante.
A nuestra derecha vemos el Lac de Fonfreda, pequeño pero no por eso menos bonito que otros. Nos sorprende que la bajada es más cómoda de lo que pensamos.
Llegamos a la Caban deth Pontet y un gran abeto nos acoge bajo su sombra. Seguimos descendiendo hasta un mirador que a la altura de la boca norte del Túnel de Vielha, nos enseña el valle por el que estamos descendiendo.
Una senda por un encantador y fresco bosque nos lleva hasta una pista que conduce hasta Vielha. Pero cuando todo el mundo empieza a saborear el final, una sorpresa nos espera: no nos alojamos en Vielha, lo hacemos en Betren por lo que tenemos que subir una senda de esas que transcurren entre helechos. A las cinco de la tarde, el húmedo suelo despide un vaporcillo tipo "olla magefesa" que arranca de Os Estalentaos una buena sudada, ¡es la última!.
A las puertas del hotel, nos espera Luis Casao, que con sus tropecientos y un años, ha viajado con el equipaje. Ha sido prudente y esta es una de las facetas de Luis en las que miramos los que, detrás de él, vamos cumpliendo años y recorriendo muchos, muchos caminos. ¡Te queremos!.
Lógicamente, la primera instalación que visitamos tras la toma de posesión de las habitaciones, es la piscina. Hay quien dice que "después de las comodidades que hemos disfrutado esta vez, ¿quién nos baja de este nivel?". ¡Así ya se puede ir a la montaña!.
Como los mineros antaño, ya hemos conseguido nuestro último sello por lo que tras la cena, nos tomamos unas copas de cava para celebrar el final de la Travesía de Setau Sageth (Séptimo Sello), que un año más y van...(ya no recuerdo), la hemos terminado sin ningún tipo de problema y que con este grupo de "Os Estalentaos", se pueden repetir mil y un trekking.
Finalmente y en un emotivo acto presentado por el "Enano Luis & Luis", hago entrega de las tarjetas de paso a cada uno de
Aunque no soy amigo de dar publicidad a firmas comerciales en estas páginas, esta ocasión sí que lo tengo que hacer. Ante las adversidades que nos hemos encontrado, tanto por la riada del 18 de junio como por la gran cantidad de nieve acumulada en las zonas transitadas, el apoyo de Camins ha sido fundamental para realizar tan bello circuito con la mayor facilidad y seguridad posibles.
El lector se preguntará: ¿cómo es posible que algunos miembros de Os Estalentaos, hace unos pocos meses durmieron en rudimentarios lodges, allá en el Himalaya, en los que se les helaba el agua a más de 5000 metros de altura, sin ninguna comodidad y ahora han postrado sus huesos en habitaciones de relativo confort? ¡Pues que no le hacemos ascos ni a una cosa ni a la otra!.
Finalmente, tenía mis dudas de que en un grupo tan numeroso y heterogéneo no hubiera algún problema, tanto físico como de convivencia. Unos del Stadium Casablanca, otros de Mayencos, otros de Esbarre, unos emparejados, otros..., unos andando como ferraris, otros con motor de gasóleo; no hablemos de las ideologías: cada cual de su madre. ¡Dudas disipadas!. Tanto los que ya llevamos tiempo como los que en este verano se han sumado al grupo, hemos sudado, subido, bajado, cantado, etc, siempre con buen rollo.
Y nada más, paso a contar someramente, estas jornadas de una, tan sorprendente como desconocida travesía que recomiendo realizar".
Día 1 de julio de 2013 (Viaje a Vielha)
El grupo parte desde Zaragoza y Benabarre en diferentes coches, destino a Puente de Montañana donde hemos quedado a las 10 h. para dar cuenta de, aproximadamente, cuarenta huevos con suculentos acompañamientos a base de productos de origen porcino.Con huevos, pan y vino, se anda el camino. |
Comento a los comensales que la excursión a L´Artiga de Lins no se puede hacer, el acceso está desaparecido por la riada. Propongo, ya que estamos cerca, acercarnos al Congost de Mont-Rebei que algunos ya visitamos no hace mucho y que ya describí aquí.
El calor reinante en el estrecho no amilana al personal que hoy sí, hoy transita por una zona tranquila que anima a acercarse a las cercanías de una de las pasarelas de Montfalcó para observar de cerca la espectacular obra de ingeniería peatonal.
La vuelta la hacemos sobre nuestros pasos para, en Puente de Montañana, bajar la temperatura corporal a base de zumo de cebada.
Nos dirigimos a Vielha a tomar posesión de nuestras respectivas habitaciones en uno de sus hoteles. Paseo por la ciudad y visita a las oficinas de Camins a recoger el material y documentación de la travesía. Cenamos y a preparar los bártulos para el día siguiente. Cenamos y ¡a ñoñón! que mañana comienza el tute.
Día 2 de julio de 2013 (De Vielha a Bossòst)
Recorrido Vielha a Bossòst. |
Perfil: Distancia, 22,5 Km. Desniveles: p´arriba 900 m. , p´abajo 1163 m. |
Carretera a Francia. |
Estamos abandonando Vielha, y ya somos testigos de los daños producidos por la riada, de la fuerza con que el agua ha destruido todo lo que se le ha puesto por delante.
Nos alejamos de la capital del valle por la margen derecha del río en dirección al primero de los varios pueblos que la ruta nos va a mostrar.
Estamos en el terçon de Marcatosa, uno de las seis divisiones geográficas del Val D´Aran.
Chema, Maite y Luis Casao. |
Entre pueblo y pueblo, "Os Estalentaos" encabezados por la última incorporación, Chema Tapia, transitan por verde ladera en un sube y baja, cruzando barrancos, puentes, y en ocasiones maleza que la húmeda primavera ha regado.
En Montcorbau, cerca de su iglesia románica del s. XI, una fuente nos invita a refrescarnos y a la sombra del tejado del viejo lavadero, echamos al cuerpo el primero de los víveres.
Fuente en Montcorbau. |
En Montcorbau, una senda recién desbrozada, nos baja hacia Betlan, con su iglesia de Sant Pèir, de reciente restauración.
Alcanzamos el siguiente pueblo, Aubert, estamos de nuevo a orillas del Garona, en el que las máquinas de obras públicas se afanan en reparar los daños. Grandes bloque de granito son transportados por dumpers para reforzar las orillas con fuertes escolleras, en una dura batalla contra el río; ¡ya veremos quién gana!.
San Peìr de Betlan. |
Pronto, la senda comienza un suave ascenso entre castaños, robles y pastos pasando por Begós que, como todos que encontramos, posee una muy conservada iglesia románica.
Seguimos ascendiendo y algún que otro estalentao comenta que sus tripas no paran de clamar, que ya va siendo hora de que en lugar adecuado paremos a dar cuenta del bocata que nos han preparado en el hotel.
Sta. María de Vilamós. |
Preguntado a un lugareño, nos indica la dirección del bar. Un cartel dice que abren a las 13 h., son las 14 y ¡está cerrado! En su terraza apaciguamos los ruidos mencionados y como "Os Estalentaos", siempre portan varias botas de vino, "no problem".
Un todoterreno invade la replaceta y del carro descienden los amos de la taberna que, a petición, nos sirven unas ansiadas birras que calman nuestra sed, hace calor. Sí, ya sé que el agua también vale para eso, pero...
Luis Casao y la pila bautismal. |
Le pido a Luis Casao que pose ante la vieja pila bautismal, ambos son piezas patrimoniales a conservar con mucha delicadeza.
Tras la visita abandonamos el pueblo, no sin antes contemplar la maravillosa vista que este mirador nos ofrece: "el macizo de la Madaleta y el Aneto".
Pasamos por los dos Arres, el de Sus y el de Jos, ya estamos en el terçon de Lairissa. En el trayecto adivinamos la subida que ayer no pudimos realizar a LÁrtiga de Lin.
Por la carretera. |
Los vehículos que la transitan nos hacen tragar polvo pero ya vemos nuestro destino al fondo, estamos llegando a Bossòst y no hay polvo que nos amilane.
Me resulta imposible describir los daños producidos por la riada, pero es verdaderamente impresionante.
"El Chema" ya es "estalentao". |
Tras quitarnos la densa capa pastosa que el sudor, junto a la crema protectora y las mencionadas partículas ha formado sobre nuestra piel, salimos a dar un paseo por la ciudad, algunos visitan la iglesia de Era Mair de Diu dera Purificacion, propia de la arquitectura románica, con las cuatro arcadas que separan las naves y los pilares circulares que las sostienen, todos ellos hechos de piedra trabajada y escuadrada, y coronados por impostas lisas. Un detalle que no nos pasa desapercibido es el testimonio de un fragmento de pintura mural ubicado en el ábside central donde se intuye la representación de la escena de la Epifanía; la fecha de estas pinturas se sitúa entre finales del siglo XIII y principios del XIV.
Era Mair de Diu dera Purificacion |
Buenas noches.
Día 3 de julio de 2013 (De Bossòts al refugio de Honería)
Recorrido de Bossòst al refugio de Honería. |
Perfil: Distancia, 16,9 Km. Desniveles: 764 m. p´arriba y 472 p´abajo. |
Salida de Bossòst. |
Esta etapa tiene alguna que otra complicación por el tema de la riada, me consta que varias sendas y caminos se encuentran en estado intransitable por lo que me pongo en contacto con José Luis García de Camins, sus indicaciones aclaran un poco la ruta que debemos llevar.
Tras cruzar el castigado puente de Bossòst, vamos por la orilla del Garona, la imagen es desoladora. Lo que era un bonito paseo, es ahora una cadena de desastres: árboles arrancados de cuajo, farolas tiradas, cables y tuberías descubiertas bajo un suelo que no es suelo, bancos arrancados....
El Garona encañonado. |
Bajo el puente, el río se encañona y nos preguntamos: si ahora baja tan bravo ¿cómo lo haría el 18 de junio?. Nos encontramos a más de 10 metros sobre el cauce y el puente quedó por debajo del agua.
Volvemos a salir a la carretera N-230, siempre con cuidado por el tránsito que lleva.
Les. |
Más adelante en otro puente que lleva a un camping, cruzamos a la margen derecha y volvemos a retomar la GR 211 que nos lleva a Les.
Ni los desastres fluviales han conseguido quitarle la belleza a esta ciudad, la última que el viajero se puede encontrar antes de cruzar la frontera hacia Las Galias.
Famosa por albergar en su subsuelo aguas termales de propiedades muy saludables para la piel, aguas que se explotan en las Thermas de la Baronia de Les.
Eth Haro |
Video de la quema del haro en Les.
Una vez "es halhes" se han quemado, el grupo folklórico del pueblo está preparado para alegrar la plaza de música y color, con sus trajes tradicionales, de vistosos colores y sus danzas alegres como "es Aubades", "eth Tricotèr", "eth Cadrilh" y el "Balh Plan". Vamos, que habrá que ir para el solsticio.
La ciudad de Les es también conocida por su piscifactoría de esturión que tan buen caviar da, ¡será verdad!
Sant Blai de Les |
Este edificio situado en el siglo XII, presenta un aspecto muy curioso que plantea interrogantes hoy por hoy difíciles de resolver con relación a su estructuración arquitectónica y funciones originarias.
Cruzando el Pon dera Lana |
De nuevo estamos en la carretera; divisamos, allá arriba, nuestro siguiente objetivo: Canejan.
En el complejo de Pontaut cruzamos un bonito puente y bajo una mina abandonada, paramos a "tomar fuerzas para el repecho que nos espera a continuación".
Canejan. |
Canejan pertenece al terçon de Quate Lòcs, se encuentra colgado sobre la entrada al valle de Torán, nuestra ruta de hoy y mañana. Las vistas desde su mirador es impresionante, tenemos ante nuestros ojos el camino que hemos recorrido, solo que abajo, muy abajo de nuestros pies.
Libando. |
Dedalera o digital. |
Sección botánica. |
A nuestro paso, dos bonitas mariposas liban el néctar y recogen el polen de una flor para depositar la semilla a fin de hacer más florido este maravilloso paisaje. Atrás, Fernando Sancho está captando con su réflex, mil y una flor que espero nos muestre pronto.
Casa de San Juan de Toran. |
En el barranco de Gotérs (por su cabecera pasaremos mañana), enfilamos un descenso por un hayedo que nos deja en San Juan de Toran, un pueblo pintoresco, con muchas de sus antiguas casas restauradas, respetando la arquitectura original.
La aldea está vacía, solo en el mes de agosto parece ser que es visitada por alguno de sus antiguos vecinos. Descubrimos, además, una capilla dedicada a San Juan Bautista y un bar cerrado.
Mujer cañón. |
Hace calor, el género masculino deja el torso al desnudo (ver fotos) luciendo cuerpos nacidos, la mayoría, a mitad del siglo XX, "todo un espectáculo". Fernando Cebrián conecta su móvil inteligente a un minialtavoz que ha adquirido en algún bazar y nos pone los pelos como escarpias con canciones de La Ronda de Boltaña, Labordeta, La Bullonera, etc.
Luis Casao, Lola y Maite. |
Ni que decir tiene que para cenar tenemos butifarra, nos entra bien y tras el lunch, la "polifónica Os Estalentaos", dirigidos por el maestro Torrecilla, partitura en mano y acompañados por una guitarra que alguien pone en mis manos, realizamos un gran concierto a la luz de las estrellas (y de los frontales).
El guarda Aleix y Daniel son los únicos componentes del público y como por la zona no se cultivan tomates, nos salvamos del bochorno.
Mañana madrugamos y hay que descansar, el personal nos ponemos los tapones de los oídos, aunque algunos deberíamos de ponérnoslos en la nariz.
Día 4 de julio de 2013 (Del refugio de Honería a Canejan)
Recorrido del refugio de Honeria hasta Caneján. |
Perfil: Distancia, 15 Km. Desniveles, P´arriba 1060 m., P´abajo 1005m. |
Bonito arranque. |
Entrada al Valle de Guerri |
Así que guiados por Daniel de Camins, iniciamos la marcha por un fresco camino bajo la sombra de espectaculares hayas.
Los 500 metros de desnivel que nos llevan hasta Es Graues, son espectaculares. El barranco de Ermet, una presa, restos de aludes, cuevas bajo el hielo que vomitan agua a raudales, puentes, bosque.
El camino que tan buen gusto de boca nos ha dejado, se convierte en una senda que en múltiples lazadas nos lleva 300 m. más arriba en la zona de Es Graues, lugar desde donde observamos la senda que hubiéramos tomado de ir directos a Bagergue.
Restos de material minero. |
Giramos en dirección N.O., seguimos ganando altura por un semiperdido sendero que atraviesa algún nevero y restos de lo que fueron instalaciones de las minas de zinc; estamos en zona minera.
La jornada alternativa está resultando agradable y calurosa, pues el árbol ha desaparecido y son prados los que ahora pisamos.
La cabeza del grupo ha tirado por la vía rápida, mientras el resto con Daniel vamos por la senda o algo que se le parece.
Antigua estación de Angulo |
Paramos a la sombra de un viejo edificio minero, la "Estación de Angulo", del teleférico que transportaba el material de extracción.
El sitio es sobrecogedor, si cierras los ojos y le echas imaginación, sientes el chirriar de las ruedas que movidas por sirgas, elevan las carretillas hasta la misma boca de la mina en la que los mineros, negros por el sol que reciben, entonan el estribillo de Santa Bárbara Bendita. Yo al menos, así lo he sentido.
Estalentaos por el prado |
Ahora el camino se hace más incómodo, el sol aprieta de lo lindo y caminar por ladera castiga las viejas rodillas de "Os Estalentaos".
Vamos por un prado, allá a lo lejos varios sarrios (isard en catalán) bajan de lo alto del monte a gran velocidad, cosa que arranca de nosotros grandes dosis de envidia montañera.
Entre retamas y gamones, llegamos al Pas de Potèria, frontera con Francia y principio de un sube y baja por un cómodo cordal que transita de un pilón de frontera a otro.
Entre gamones |
Daniel nos comenta que en la zona se suelen ver osos (de los de cuatro patas).
Seguimos cresteando, ahora bajo el Cap (pico) de Potèria en donde Fernando Sancho nos da un susto, un tropiezo ha dañado su castigada rodilla pero, como es un tío valiente, continuamos hasta la cima del Cap de Canarilhes, que con sus 1759 metros, es el techo de la jornada.
Seguimos cresteando, ahora bajo el Cap (pico) de Potèria en donde Fernando Sancho nos da un susto, un tropiezo ha dañado su castigada rodilla pero, como es un tío valiente, continuamos hasta la cima del Cap de Canarilhes, que con sus 1759 metros, es el techo de la jornada.
Un poco más abajo, en el mojón internacional nº 415, bajo un sol infernal, sacamos las provisiones de las mochilas y damos buena cuenta de las botas de vino.
Pausa gastronómica. |
Tras comer, comenzamos el descenso que, tras un caluroso cordal, nos baja por un hayedo cuyo suelo se encuentra tapizado de ramas que los árboles han soltado.
Con un calor de espanto llegamos a Canejan, nos tomamos unas jarras, mostramos a Daniel nuestro agradecimiento y unos taxis nos llevan hasta Bagergue por toda la ribera del Garona que de nuevo nos muestra sus cicatrices.
Con un calor de espanto llegamos a Canejan, nos tomamos unas jarras, mostramos a Daniel nuestro agradecimiento y unos taxis nos llevan hasta Bagergue por toda la ribera del Garona que de nuevo nos muestra sus cicatrices.
Damos un paseo por el bello y más alto pueblo habitado del valle de Arán, Bagergue, del que en otras páginas del blog, he descrito gráfica y literalmente. Tan solo comentar que desde la habitación del hotel Seixes la panorámica es única: Madaleta y Aneto nos darán los buenos días por la mañana.
En la cena, entre otros manjares, también ¡hay butifarra!
Buenas noches.
Desde mi ventana... |
Día 5 de julio de 2013 (Del valle de Valarties al refugio de Conangles)
Recorrido desde Valarties hasta el refugio de Conangles |
Perfil: Distancia, 17,1 Km. Desniveles, P´arriba 1010 m. P´abajo 900 m. |
Nuestro sendero. |
En la damnificada población de Arties, por el camino de Valarties, los vehículos nos llevan hasta un socavón producido por la riada y que se ha comido la carretera.
Nos preparamos los trastos de andar y por una pista que provisionalmente han construido para dar paso a las máquinas comenzamos la ruta.
Min-cho-lí (Manoli), cruzando el barranco. |
No importa, el día es espléndido y no tardarán en secarse, botas, calcetines y pinreles.
Por un momento la senda nos muestra un remanso de paz, un momento de tranquilidad, pero solo acabamos de empezar.
Aventura sin ticket de entrada. |
Seguimos la ruta, hoy vamos por la GR 11 y para hacer la jornada un poco más exigente, en Pont de Rius abandonamos la Setau Sageth para por una senda en varias lazadas, acercarnos hasta el lago y refugio de La Restanca.
Con Maite. Al fondo, la cascada del lac de Mar. |
Pronto vemos el dique que una vez en él, cruzamos hasta el refugio. Nos cuentan las guardesas que no hay mucha gente por el entorno. La travesía más conocida de la zona, Carros de Foc, se encuentra algo complicada por la nieve y son pocos los que la están haciendo.
Nosotros, lo que hacemos es sacar algo de la mochila con que salvar la mañana.
Lac de Restanca. |
El entorno de Restanca es paradisiaco, desde el Lac de Mar que se encuentra por encima de nosotros, un arroyo lo alivia, formando una cascada que vierte en el de Restanca, en la orilla opuesta al refugio.
Nos quedaríamos más tiempo aquí pero queda mucho "tomate por freír".
Descendemos unos metros por senda poco gratificante hasta encontrarnos con el sendero que antes hemos abandonado en Pont de Rius.
Cada jornada que va pasando es más calurosa y el sol calienta nuestros cascos de la misma manera que funde la nieve que a partir de aquí vamos a ir encontrando.
Estanh de Rius |
Hasta el Estanh de Rius, el camino se hace algo exigente. A esta altitud, unos 2000 m. y en estas fechas, no es normal encontrar tanta cantidad de nieve y agua.
Unos pocos hemos parado a comer antes del lago, nos quedamos hasta que el vino de la bota que nos han dejado pasa a ser aire.
El resto lo hace a la entrada del estanh. Posteriormente nos sumamos y terminamos los bocadillos regados con el mejor vino de la zona (no hay otro).
Bordeando el estanh de Rius. |
Maite y Lola, mirando donde ponen el pie. |
Todavía queda recorrido que salvar y la nieve nos retrasará por lo que pronto seguimos el camino. Lo hacemos bordeando el lago por la ladera de nuestra derecha, la nieve se encuentra poco estable y si no nos queremos mojar, hay que ir con cuidado.
Casi siempre por nieve, llegamos al Port de Rius (2340 m.) desde en el que, un descenso de unos 800 metros por la cara sur, en un entorno agreste y cálido, nos lleva poco a poco hacia el refugio de Conangles.
Este no ha resistido. |
Valentín y Min-cho-lí, bajando hacia Conangles. |
El refugio está más concurrido que el de Honeria, el acceso desde la boca sur del túnel de Vielha, anima a los montañeros a realizar alguna que otra ascensión desde aquí.
Nos acomodamos, cenamos butifarra y, como teníamos sacadas entradas, nos vamos al concierto del ensueño de "una noche de verano".
Bona nit.
Día 6 de julio de 2013
(Del refugio de Conangles a Vielha)
(Del refugio de Conangles a Vielha)
Recorrido del Refugio de Conangles a Vielha. |
Perfil: Distancia, 18,1 Km. Desniveles, 1153 m. p´arriba, 1689 m. p´abajo |
Principio del final |
Parte de la invasión napoleónica se produjo por el puerto de Vielha (año 1810) y Napoleón incorporó la Val dentro del Departamento Francés de la "Haute Garonne" para ser devuelto a la corona española durante el reinado en Francia de Luis XVIII (año 1815).
Hasta mediados del siglo XX, en el que se construyó el túnel de Vielha, este paso que hoy recorreremos, era usado por los habitantes de la Val D´Aran para comunicarse con las tierras de la Ribagorça.
Pasamos por er Espitau de Vielha. |
A medida que vamos ascendiendo, a nuestra izquierda divisamos el valle de Mulleres, coronado con el pico que le da nombre.
Con doña Prudencia. |
Conforme vamos ganando metros el paisaje se vuelve más atractivo, ya asoman los Montes Malditos, la Val de Molières va quedando a la altura de nuestros ojos.
Ibonet des Trauses |
En el paraje de Es Traueses, un pequeño lago refleja las siluetas de las tucas de Neres.
Arriba vemos un collado, creemos que es el de Vielha, pero no, es el Port Vielh del Toro.
Continuamos la marcha y girando hacia el este, ahora sí que ya se comienza a percibir el camino que nos lleva al puerto.
Maite en uno de los pasos de respeto. |
El último paso, a punto de coronar el collado, lo aseguramos de la misma manera, además una placa de hielo hace tomar todas las precauciones posibles.
Lac Redon |
En el collado se está bien, corre algo de viento y el avituallamiento que sacamos de las mochilas, nos deja como nuevos.
Aquí nos dividimos, unos pocos inician el descenso (hoy es largo) y la mayoría ascendemos la Tuca del Port de Vielha de 2605 metros. Vale la pena subir, es un mirador de auténtico lujo. Hacia un lado, allá abajo, está el Lac Redon, rodeado de manchas de nieve, que le dan un carácter más alpino si cabe.
Soñando. |
En la cima, una pareja bastante más joven que el más joven de Os Estalentaos, creen estar en el Mulleres, ¡leches!, bueno ya tienen una experiencia más.
Ensimismado. |
Los que hemos ascendido la tuca, bajamos por un valle de que mantiene mucha nieve, la senda está bajo ella y lo hacemos dejándonos caer (unos, literalmente hablando, más que otros) por el blanco elemento. Lo hacemos en poco tiempo; de haber salvado la nieve, bajar por los bloques de granito nos habría retrasado la marcha.
Abajo en una pradera, vemos al resto del grupo esperando, ¿para qué será?, respuesta fácil, es hora de comer.
Pues ¡hale!, vamos a darle al bigote.
No hay siesta, quedan más de 1000 metros que descender y la tarde promete ser achicharrante.
A nuestra derecha vemos el Lac de Fonfreda, pequeño pero no por eso menos bonito que otros. Nos sorprende que la bajada es más cómoda de lo que pensamos.
Llegamos a la Caban deth Pontet y un gran abeto nos acoge bajo su sombra. Seguimos descendiendo hasta un mirador que a la altura de la boca norte del Túnel de Vielha, nos enseña el valle por el que estamos descendiendo.
Una senda por un encantador y fresco bosque nos lleva hasta una pista que conduce hasta Vielha. Pero cuando todo el mundo empieza a saborear el final, una sorpresa nos espera: no nos alojamos en Vielha, lo hacemos en Betren por lo que tenemos que subir una senda de esas que transcurren entre helechos. A las cinco de la tarde, el húmedo suelo despide un vaporcillo tipo "olla magefesa" que arranca de Os Estalentaos una buena sudada, ¡es la última!.
Foto final de la Travesía Setau Sageth. |
Lógicamente, la primera instalación que visitamos tras la toma de posesión de las habitaciones, es la piscina. Hay quien dice que "después de las comodidades que hemos disfrutado esta vez, ¿quién nos baja de este nivel?". ¡Así ya se puede ir a la montaña!.
Como los mineros antaño, ya hemos conseguido nuestro último sello por lo que tras la cena, nos tomamos unas copas de cava para celebrar el final de la Travesía de Setau Sageth (Séptimo Sello), que un año más y van...(ya no recuerdo), la hemos terminado sin ningún tipo de problema y que con este grupo de "Os Estalentaos", se pueden repetir mil y un trekking.
Finalmente y en un emotivo acto presentado por el "Enano Luis & Luis", hago entrega de las tarjetas de paso a cada uno de
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