lunes, 23 de diciembre de 2013

CAMINO NATURAL DE LA HOYA DE HUESCA (Riglos a Linas de Marcuello)

Día 21 de Diciembre de 2013

El solsticio de invierno ya está aquí, las estrellas parecen querer alumbrar la oscuridad en que las circunstancias ajenas nos tienen sumidos, la mañana es fría, los hogares resplandecen con mil y una guirnaldas adornando sus balcones, Huesca está bonita, Zaragoza también. Camino de Ayerbe, al sur, el Moncayo también se suma a la celebración y cubierto de blanco manto, entona un bonito y desconocido villancico dedicado a los millones de personas que lo están pasando mal, al norte Gratal, Puchilibro y la Peña del Sol hacen los coros y en medio, Santa Claus nos transporta en su trineo hacia la última de las excursiones de este castigado año.
Preparados en las puertas del Refugio de Riglos.
No es la primera, ni será, creo, la última vez, que pisamos estas tierras. Los del Stadium Casablanca dentro del programado recorrido por el Camino Natural de la Hoya de Huesca, nos han preparado esta corta, pero interesante etapa, para ir preparando el cuerpo en pos del maltrato a que será sometido en las próximas fechas.
El desayuno, calienta nuestras entrañas en el mismo lugar que el pasado 25 de Noviembre, sirvió de final de la anterior etapa. Con algún grado por debajo de cero, las casi treinta almas, abandonamos el reino de la Giganta de Riglos. En alguna de las caras se adivina que los catarros están haciendo mella, pero no pueden dejar en casa a estos aguerridos senderistas.
Por el camino que lleva a ...
Sobre las últimas casas, las chimeneas escupen humo, huele a leña de carrasca, me viene a la memoria el que echaban las de Nepal, que alimentadas con excremento de yak, su aroma, nada que ver con el de esta lujosa madera.
Las paredes de los mallos Pisón, Cuchillo, Visera Chichín Magdalena y todos de esta cara sur, no dejan entrar, de momento, los rayos del sol. A nuestra derecha sentimos el rumor de las aguas del barranco de la Mota, arriba de frente, el Mirador de los Buitres espera a ser visitado por nosotros.

Paredes.
La senda se estrecha, una joven del grupo no se ha tomado el jarabe y la tos le ataca, seguro que al final de la jornada está curada. La cuesta se convierte en más cuesta y hay que ver lo que cuesta (subirla). El boj y los frutos de las peladas gabarras, adornan nuestro camino como si fueren seres inteligentes que han decidido sumarse a las fechas. 
También el astro Sol, se suma a la fiesta y toma la decisión de invitarnos a despojarnos de alguna de las capas de ropa con las que hemos partido. Por la orientación nos da de frente, cegando nuestros apreciados ojos.

Maite y Luis poniendo cara de -¡no veo nada!.






























Peñarueba y Los Mallos.
En algún claro, volvemos la vista atrás, allí van quedando Pañarueba, los Mallos de Riglos y los de Agüero, punto de partida de la anterior etapa.
Ya se adivina el final de la cuesta, el joven Manuel parece no haber sentido el desnivel (¿será por que porta mi brachirulo?). Llegamos a la Collada de Santo Román en el que en un cruce de caminos entre los que se encuentra el de Santiago (uno más), giramos en dirección sur por la pista, que por ser del santo, es de desnivel suave.
Pero, hete aquí,  que volvemos el cuello hacia el norte y, una vez más, los Pirineos alumbran nuestras pupilas.
Sobre la Peña Oroel, se apoyan blancas cumbres presididas por Collarada y su hermana menor, la Colladareta.
Vista al norte.
Por el camino del santo.
Abandonamos el camino que hemos tomado, para por ancha pista, dirigir nuestros pasos hacia el Mirador de Los Buitres.
La armada casablanquista, en pequeños grupos, arriba en tan impresionante atalaya.
En nuestro caminar hasta aquí, hemos dibujado un camino de perfecta herradura y de nuevo estamos frente a los Mallos de Riglos, eso sí, cuatrocientos metros más arriba.
Frente a nosotros, casi al alcance de la mano, el mallo mas oriental alberga una de las colonias más importante de buitres a los que vemos volar con su elegante planeo.

En el balcón.
Con Fernando, nos acercamos a la zona de la ferrata para, apartados del murmullo humano, disfrutar del paisaje y silencio de tan impresionante lugar.
De vuelta, ya en el mirador, sacamos el tentempié que portamos en las mochilas. Aunque la brisa es gélida, el sol calienta nuestros cuerpos y el personal disfruta de una panorámica ideal. A lo lejos se divisa el cauce del Gállego, Agüero y sus Mallos, Murillo y los siempre impresionantes Mallos de Riglos: el Colorado, el Aguja Roja, el Cuchillo y más lejos asoman el Firé y el Pisón. Y como no, al oeste el mismísimo Moncayo, que pese a la distancia, se deja piropear.
El Moncayo desde el camino de Os Fils.
El Tornillo

Volvemos por donde hemos llegado, solo que ahora lo hacemos por la senda de Os Fils, colgada sobre unas impresionantes formaciones rocosas entre las que podemos observar el Mallo Tornillo. La primera ascensión a este mallo, la realizaron en 1963 los míticos alpinistas Rabada y Navarro. Posteriormente el 15 de Agosto del mismo año, ambos perecieron en los Alpes suizos.
En los miradores que se encuentran en el recorrido, nos paramos a observar el paisaje de la Hoya de Huesca, presidido por el embalse de la Sotonera.
Corto pero agradable camino, el de Os Fils, que recomiendo recorrer a quien por estas lides campe.
Castillo de Marcuello.
Nuestro próximo objetivo son la ermita de San Miguel y el Castillo de Marcuello con su iglesia de Ntra. Señora. Este castillo, parece que fue fundado por Sancho Ramírez allá en el 1704. Después lo tuvieron Barbatuerta y Sancio Enecanes, para perder luego toda nombradía, pues sólo se conoce que estuvo en manos del omnipotente Antón de Luna a comienzos del siglo XV, Un documento de 1488 revela que Marcuello estaba habitada aún, pero sus vecinos descendieron después a Sarsamarcuello y Linás de Marcuello.

Ermita de San Miguel.
De la ermita de San Miguel,  del siglo XII, subsiste el ábside semicircular, construido en sillería y cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Una pequeña ventana dovelada con arco de medio punto lo centra. El tramo de la nave que todavía se conserva está cubierto por bóveda de medio cañón apuntado. La ermita carece de portada, le falta toda la parte de los pies y el muro occidental ha desaparecido. La imposta corre por la nave y ábside marcando el arranque de las bóvedas y remarcando las ventanas.
Nos asomamos al mirador que se encuentra bajo el castillo para observar por última vez, el paisaje de la Hoya de Huesca, presidido, a lo lejos por el Gratal.
Pese a todo, queda en pie.
En el entorno, se aprecian los restos del último incendio que asoló esta sierra, pero la naturaleza es fuerte y ya asoma la vegetación de monte bajo, el tomillo y el romero, desprenden su olor a nuestro paso. Nuestros andares, ahora  los dirigimos por una senda que en descendientes lazadas, nos deja en poco tiempo al final de nuestra excursión, en Linás de Marcuello.
Su casco urbano es accidentado, por cuanto tiene que adaptarse a las condiciones del terreno. Bajamos por la calle principal, que discurre transversalmente al caserío; sólo así es posible superar los distintos niveles y escalonamientos, con los edificios dispuestos a uno y otro lado y espacios abiertos por donde se cuelan el sol y el viento, teniendo el paisaje serrano como fondo.
Iglesia y vivienda.
Su iglesia parroquial está dedicada a Santa Ana. Fue construida, como la mayoría de los edificios del pueblo, con piedra sillar en las esquinas y estribos, data del siglo XVI.  El siglo pasado llevaron fama dos bandoleros de Linás, llamados Melchor y Tatón. Todavía existe la llamada "Casa Melchor" y la "Cueva de Tatón". En Linás se encuentra también un museo sobre la escuela rural que habrá que visitar en otro momento.
 El autobús nos espera para llevarnos hasta Ayerbe, centro de comunicaciones del reino de los Mayos, residencia de la infancia de Ramón y Cajal y cuna de reposteros del buen hacer. Si pasas por Ayerbe, pide un "refollao", luego me cuentas.
 Nos dividimos en varios establecimientos hosteleros para que nos sirvan unas cervezas para dar cuenta del "fondo de mochila". Nuestra mesa, compartida ella, por "los reyes de la intendencia", pronto se ve cubierta por frutos navideños, turrones, chocolates y un rico, rico licor de moras que Piedad tiene a bien compartir con sus amigos.
Resultado de todo lo antes expuesto, el regreso a la "inmortal", es entretenido y ya cerca del Ebro, Caco nos reparte el calendario de actividades para el primer trimestre del 2014 y nos desea en nombre del club, un feliz 2013.
Yo también quiero aprovechar estas humildes líneas para desear a los que con paciencia seguís las andanzas de este "viejamochila", a los que desde tierras tan lejanas, como EE.UU, Francia, Rusia, Argentina, Reino Unido, Colombia, Mexico, Chile, Eslovaquia, Alemania, Bélgica, Perú, Andorra, Brasil, Canadá, Uruguay, Suecia, Venezuela, Ucrania, Polonia, Italia, Portugal, República Checa, Ecuador, Australia, Marruecos, Rumanía, Islandia, Holanda, Israel, Suiza, Vietnam, Nepal, India, Hungría, Puerto Rico, Bolivia... y como no, los más recónditos rincones de España (incluida Toledo), a todos, junto con la persona que me anima a seguir caminando por todos los senderos de la vida, Maite:
Nuestros deseos de felicidad para los próximos tiempos.

Hasta pronto.
Más fotos para ver y descargar.
Y estas, más animadas

DATOS:
Recorrido

Perfil: Distancia 12.9 Km. Ascenso total, 681 m. - Descenso Total, 415 m.



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