Día 13 de Febrero de 2016
Seguimos en el recorrido del GR-1 a su paso por tierras del Sobrarbe o Supra Arbare (Arriba del Arba), comarca que lo es, y reino que lo fue, para defenderse de la invasión árabe de la península en el siglo VIII, que había llegado hasta Huesca, donde salían pequeñas tropas de bereberes que saqueaban e incendiaban las aldeas y caseríos. Pero unos 300 hombres de la pequeña nobleza goda se parapetaron en la cueva de los Paños (monte Oroel, Jaca) y vencieron a los moros. Ahí comenzó a fraguarse el Reino de Sobrarbe-Ribagorza, sobre el año 716.
Pero de eso ya daremos cuenta en otra ocasión, hoy toca darle al calcetín y disfrutar de la etapa que nos han preparado las "heads of Stadium Casablanca".
En Mesón de Ligüerre. |
En el Mesón de Ligüerre, pequeño núcleo con camping y restaurante, nos calzamos las botas para iniciar la marcha. Ha llovido toda la noche, la senda se encuentra embarrada pero no hay barro que detenga este batallón de una treintena de curtidos soldados.
Embalse de El Grado. |
Con las suelas reforzadas por el barro adherido a ellas, aterrizamos en Ligüerre de Cinca, propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que por acuerdo con el sindicato Unión General de Trabajadores, hoy es un centro de vacaciones ubicado en un lugar privilegiado a orillas del Embalse de El Grado. El topónimo sufrió variaciones, se llamó Ligüerri.
En 1380, el infante Juan (futuro Juan II) dio Ligüerri a Rodrigo de Mur, y en 1610 era de Juan de Latrás. En el pueblo encontramos el palacio fuerte, que era la residencia de los señores del lugar. Es una sólida casa con la torre aspillerada, que no parece anterior al siglo XVI.
Por la misma época se construyó la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Perteneció al arcedianato de Sobrarbe y al obispado de Huesca, hasta 1571 que pasó al de Barbastro. Tiene una nave y ábside rectangulares, crucero y dos capillas laterales, del siglo XVI al XVIII. La puerta la encontramos a los pies bajo tejadillo y la torre se levanta sobre la capilla derecha del crucero. En el interior hay pinturas murales que representan la Coronación de la Virgen de la Trinidad, y la Humanización del Espíritu Santo, entre otras.
Ligüerre de Cinca. |
Dejamos, Ligüerre, ahora el sendero desciende hasta, casi, la orilla del embalse, sendero que nos lleva a la carretera que va a La Fueva y que abandonamos al cruzar el puente sobre el río Cinca para, a la izquierda, adentrarnos en un tramo de esos que elevan las emociones por encima de lo políticamente correcto.
Es la zona del desfiladero de Entremón, las aguas del río Cinca, tras ser represadas en el embalse de Mediano, se encajonan en el fabuloso estrecho. Durante millones de años los agentes erosivos han modelado la montaña caliza, dando lugar al cañón que recorremos.
Niebla en el Entremón. |
Sobre nosotros se alzan los escarpes rocosos de la peña Picatiecho.
En la ladera orientada al sur se encuentra la Cueva de la Miranda. Dada la dificultad de acceso y su necesaria preservación, por el momento no es posible visitarla, pero sí merece la pena saber de su existencia.
La presencia de aves asociadas a los roquedos es constante durante todo el camino, entre las que se encuentran buitres leonados y, aunque de momento no las vemos, también alimoches, águilas reales o quebrantahuesos.
La primera parte del sendero atraviesa el tramo más estrecho de el Entremón. Aunque las laderas presentan una gran verticalidad, no impide que prospere el carrascal y diversas especies propias de ambientes mediterráneos, como el boj, el enebro, el lentisco o el durillo, entre otros.
Desfiladero del Entremón. |
Pronto comienzan las dificultades, el suelo está mojado y, excepto algún que otro clavo que alguien ha puesto en la roca, no hay sitio seguro para echar las manos, pero sí que nos agarramos a "doña prudencia" y uno a uno vamos salvando este tramo. Hoy no toca caerse al Cinca.
Una primera mesa de interpretación nos informa de la Cueva de las Palomas, situada frente a nosotros. Desde este lugar se contempla el impresionante farallón rocoso sobre el que se levantó, en el siglo XI, el conjunto defensivo de Samitier, formado por castillo e iglesia que, efectivamente, observamos al levantar la vista.
Cueva de las Palomas. |
A partir de aquí el sendero se estrecha y discurre por un tramo excavado en la roca.
A medida que avanzamos, el congosto va ganando amplitud al mismo tiempo que aumenta la presencia del carrascal y algunos quejigos.
Pronto llegamos al punto más espectacular del día, el "Paso de la Media Caña", protegido en sus inmediaciones por una sirga que facilita agarrarse a la vida por parte de quienes sufren vértigo. El nombre del lugar viene dado por la forma de semitúnel excavado en la roca.
A medida que avanzamos, el congosto va ganando amplitud al mismo tiempo que aumenta la presencia del carrascal y algunos quejigos.
Piedad, entre Soria y Toledo con los pies en la Media Caña. |
Pronto llegamos al punto más espectacular del día, el "Paso de la Media Caña", protegido en sus inmediaciones por una sirga que facilita agarrarse a la vida por parte de quienes sufren vértigo. El nombre del lugar viene dado por la forma de semitúnel excavado en la roca.
A este le sigue un nuevo paso, pero ahora unos peldaños metálicos y unos agarraderos anclados en la roca facilitan salvar el último de los obstáculos.
Gracias a la humedad y frescor de este lugar, prospera la oreja de oso (Ramonda micony), planta rupícola de hojas gruesas y peludas.
Tras superar este tramo de tanta belleza, al mismo tiempo que emocionante, el sendero prosigue hacia el norte. Las aguas del río Cinca siguen remansadas por el embalse del Grado, inundando el fondo del congosto. Bajo la presa, esperamos que lleguen los últimos valientes "hombres y mujeres araña", un cartel anuncia el final de la ruta ornitológica.
Orejas de oso. |
Maite y Piedad superando las gradas metálicas. |
El Entremón, era temido por los navateros del Cinca cuando descendían camino del Ebro para dejar la madera en el mismísimo Mediterráneo. Esta tradición se rememora en el domingo más próximo al 22 de Mayo de cada año.
Puente del Diablo. |
"Allá por el siglo VIII, cuando los musulmanes intentaban conquistar el Pirineo, el rey del lugar estaba atemorizado pues la única salida que tenía este pueblo era un barranco con el río Cinca abajo.
El paraje era tan inhóspito que, se decía, ni el propio diablo podría cruzar. Y fue el diablo el que se apareció al rey del lugar. Se ofreció a construirle un puente que cruzase el Cinca y que pudiesen escapar de los musulmanes.
A cambio le daría las tres jóvenes más guapas del lugar (dos de ellas eran hijas del rey). Al principio este se negó, pero luego comprendió que era preferible que se perdiesen tres que no todo el pueblo.
El trato fue que en una noche el diablo hiciese el puente. Debería concluirlo antes de que el primer gallo cantase.
¿Canta el gallo? |
Lo primero que hizo el diablo fue matar a todos los gallos. Y empezó a construir velozmente el puente. La gente estaba atemorizada y los novios de las jóvenes se recorrieron media sierra buscando un gallo. Cuando lo encontraron acudieron pero el gallo se negaba a cantar. Mientras tanto el demonio estaba concluyendo la obra, así que cuando felizmente iba a colocar la piedra definitiva se oyó el canto de un gallo.
El demonio palideció al comprobar su derrota y huyó del lugar. Quien había cantado no fue un gallo sino una de las hijas, atemorizada de ser llevada al infierno con Lucifer".
¡Uf, qué historias!, pero como decía, estamos al pie de la presa y hay que alcanzar su coronación, para lo que salvamos una fuerte pendiente que la última vez que estuvimos por aquí había que hacerlo por un incómodo pedregal, ahora encontramos que un sendero facilita salvar estos metros. El paso por unos túneles y tan solo queda subir una escalera metálica y ya estamos arriba, bueno en el embalse.
Ante nosotros tenemos el Embalse de Mediano del que emerge la torre del pueblo del mismo nombre que las aguas inundaron en aquella oscura época en que " había que inundar todo" (hasta la libertad).
Al fondo asoman, cumbres blancas, las montañas que, sin piedad, atraen una y otra vez la vista de los que en ellas, alcanzamos a ver que, lejos de lo que se nos presenta en mil y un noticiarios, también existe la paz. Como telón de fondo de este espectáculo (sin taquilla) se alza el macizo de Monte Perdido y la Peña Montañesa.
Embalse de Mediano. |
A partir de aquí, una agradable senda nos conduce por la margen izquierda del embalse, que a nuestro recorrido, poco a poco, va dejando de ser embalse para convertirse en río: el Usia, cuyas aguas unen, a través de un profundo desfiladero, las tierras de La Fueva con las de L´Ainsa.
La senda rodea la montaña que alberga la ermita de Santa Bárbara hasta girar en dirección Sur. Al fondo asoman las casa de Palo, destino de nuestras andadas por hoy y mirador inmejorable del Valle de La Fueva.
Ya en Palo, algunos suben a visitar otra de sus ermitas, la de San Clemente. del más puro estilo románico, datada del s XII. Félix me facilita algunas fotos y, en consecuencia, me informo de que esta iglesia es una construcción cuyo aparejo es de sillarejo dispuesto en hiladas regulares y reforzado con sillares en las esquinas. Cubre con losa a dos aguas. Consta de nave única, tramo presbiteral y ábside semicircular orientado al E.
Por el exterior el elemento más destacado es la decoración de tipo lombardo en el presbiterio y en la cabecera: lesenas prolongadas hasta el suelo unidas en la parte superior mediante arquillos ciegos de medio punto (cuatro en la parte central y dos en las laterales, así como en los tramos del presbiterio), coronados en la zona del ábside por un friso de dientes de sierra.
La parte superior del muro Sur de la nave presenta una hilera de huecos cuadrados dispuestos alternadamente a modo de ajedrezado, para los que se ha señalado una verosímil función de saneamiento de las cubiertas.
Hay dos puertas de acceso, una en el muro S y otra en el de los pies, ambas muy similares entre sí: en arco de medio punto, presentando al interior dintel monolítico coronado por tímpano hueco que abarca toda la superficie del arco. La puerta de los pies pudo estar cegada temporalmente, con un cierre del que se conserva actualmente la parte inferior.
Al interior, la cabecera se cubre con bóveda de cuarto de esfera, y el presbiterio y la nave con bóveda de cañón, encontrándose el presbiterio delimitado por dos arcos fajones; el fajón que lo separa de la nave es doble.
Ya, junto al autobús, comienzan a caer las primeras gotas de una lluvia que nos ha respetado dejándonos una ventana abierta para que el sol nos haya acompañado en una buena jornada de "senderismo de aventura".
Tras una parada en El Grado para dar buena cuenta del barril del establecimiento hostelero, vuelta a Zaragoza.
El bus, nos deja en las proximidades de la histórica Puerta del Carmen, aquí sacamos de la mochila una prenda que no hemos utilizado en todo el día: "el impermeable". Parece que, definitivamente, llega la lluvia, la nieve, el frío de este invierno primaveral.
Hasta pronto.
Para ver un pase de diapositivas, haz clic aquí.
Para ver y descargar fotos, haz clic aquí.
El track de la ruta, está aquí.
Datos técnicos:
Cotiella. |
Tierras de La Fueva. |
Ya en Palo, algunos suben a visitar otra de sus ermitas, la de San Clemente. del más puro estilo románico, datada del s XII. Félix me facilita algunas fotos y, en consecuencia, me informo de que esta iglesia es una construcción cuyo aparejo es de sillarejo dispuesto en hiladas regulares y reforzado con sillares en las esquinas. Cubre con losa a dos aguas. Consta de nave única, tramo presbiteral y ábside semicircular orientado al E.
Ermita de San Clemente. |
La parte superior del muro Sur de la nave presenta una hilera de huecos cuadrados dispuestos alternadamente a modo de ajedrezado, para los que se ha señalado una verosímil función de saneamiento de las cubiertas.
Hay dos puertas de acceso, una en el muro S y otra en el de los pies, ambas muy similares entre sí: en arco de medio punto, presentando al interior dintel monolítico coronado por tímpano hueco que abarca toda la superficie del arco. La puerta de los pies pudo estar cegada temporalmente, con un cierre del que se conserva actualmente la parte inferior.
Al interior, la cabecera se cubre con bóveda de cuarto de esfera, y el presbiterio y la nave con bóveda de cañón, encontrándose el presbiterio delimitado por dos arcos fajones; el fajón que lo separa de la nave es doble.
Palo. |
Tras una parada en El Grado para dar buena cuenta del barril del establecimiento hostelero, vuelta a Zaragoza.
El bus, nos deja en las proximidades de la histórica Puerta del Carmen, aquí sacamos de la mochila una prenda que no hemos utilizado en todo el día: "el impermeable". Parece que, definitivamente, llega la lluvia, la nieve, el frío de este invierno primaveral.
Hasta pronto.
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El track de la ruta, está aquí.
Datos técnicos:
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