miércoles, 25 de octubre de 2017

PEÑA TOSQUERA Y PACINO

Día 21 de Octubre de 2017
       Hacía días que no salíamos al monte con los amigos de Esbarre y es que, ¡ya puedes subir montañas, ya puedes recorrer valles, ya puedes bajar barrancos! que sin estas gentes las montañas son más bajas, los valles más cortos y los barrancos más angostos.
       Con un bus recién "estrenadico" partimos de Zaragoza con el sol durmiendo en la soledad de la noche. De camino, paramos en Senegüé a recoger a tres colegas, tomar un café acompañado por unas dulces pastas que obsequio al personal (meus est natalis) y...
                Nos apeamos del carro veintidós personas con las botas puestas, la mochila preparada y la crema untada; hay un motivo: el bus nos deja en plena carretera A-136  y no puede esperar a que procedamos como en el resto de ocasiones.
Preparados, con Peña Foratata.
           Bajo la atenta vigilancia  de Peña Foratata y perfectamente guiados por los amigos Ricardo, Javier y Fernando comenzamos a caminar por la pista habitual de subida al Pacino, pero obviamos el cruce que, a la izquierda, lleva al mentado pico; nosotros continuamos por el camino que, en dirección suroeste, se adentra en el hayedo de la Selva de Sallent. El "veroño" que un año más nos visita, ha dado al traste con las hojas de las hayas y el bosque presenta un aspecto inusual en estas fechas.
        A nuestro paso, unas vacas observan el lento caminar de este otro ganado.
¡Ande vaiiiis!
La desnudez del hayedo.
Cordal de Punta  de la Tosquera.
         Poco a poco la pista se va difuminando para convertirse en un sendero de agradable trazado.
      Desaparece el bosque y, a nuestra derecha, ya vemos la Punta de la Tosquera que no tardaremos en alcanzar, tras salvar unos metros por su lomo suroriental.
        Una vez arriba y pese a las amenazantes nubes alcanzamos a divisar la Sierra de la Partacua presidida por Peña Telera bajo la que reposa un muy sediento embalse de Escarra. En el sentido contrario divisamos el trazado de la ascensión que realizamos al Puy Arcol en el pasado Junio. Con la imaginación adivinamos, al norte, el Macizo de Argualas e infiernos.
Peña Telera con los Arriel, Palas, Musales... desde el collado de la Tosquera.
Arco Iris sobre la Telera.
Avanzando hacia el Pacino.
       Qué bonito sería ver la silueta del Middi d´Ossau si "escampara". Al Oeste divisamos el próximo objetivo, el Pacino en espera paciente de que lo visitemos.
          De la misma manera que el grupo posa solemnemente para la consabida fotografía de cima, la lluvia, tímidamente, comienza a aparecer y la Peña Foratata luce hermosa bajo la extraordinaria luz del arco iris.
         Descendemos el cordal de subida para continuar en dirección Este hasta el Collado de Pacino, desde el que comenzamos a ver algunas otras gentes. Ha dejado de llover. Me llama la atención lo concurrido que suele estar el Pacino y lo solitario de su vecina Punta de la Tosquera de parecida cota.
Desde Punta de la Tosquera.
          Los cien metros que nos separan de la cima los ganamos, los unos con más esfuerzo y otros como auténticas cabras, pero todos con la satisfacción de haber superado ¡la mitad del recorrido! ¡uf!.
           De nuevo echamos un vistazo al panorama que parece ser mucho más amplio del que antes hemos disfrutado. Abajo, Sallent de Gállego duerme en espera de las nieves del invierno para convertirse en centro del esquí que los aficionados practicarán en las pistas de Formigal, que en este tiempo presentan un triste aspecto. Hacia el Norte, la frontera con Francia se encuentra abrazada por un mar de blancas nubes.
En el Pacino.
Descenso del Pacino.
         Antes de bajar de la cumbre del Pacino, las voces blancas de los cantores D´Esbarre me sorprenden cantando el "cumpleaños feliz" cosa que me produce cierta emoción y me traslada a esta misma fecha,  cinco años atrás en Tengboche (Nepal).
       No han debido entonar muy bien la canción pues una nube, triste ella, osa regar el entorno y sembrar la duda de si continuar la ruta prevista o descender por la ladera norte hacia Sallent.
       Una vez en el collado, los "angelicos" han desistido de mojarnos, el arco iris vuelve a lucir por partida doble y el grupo decide continuar con el programa previsto descendiendo la vertiente sur del collado, por una serpenteante senda que nos lleva hasta la presa del Embalse de Escarra.
Escasez.
Punta Cochata.
           ¡Qué tristeza da ver los lagos de la montaña con este aspecto!. Estamos padeciendo una histórica sequía y parece no nos importe. Abajo, en los valles, el consumo del agua no desciende. –Entre 5000 y 6000 m³/ha. (1 m³=1000 litros)  necesita el maíz para llenar de palomitas las salas de los cines. Algunos (pocos) ayuntamientos, ¡ahora! se les ocurre que hay que cerrar algunas fuentes, otros como los de mi encantadora ciudad baldean las calles a diario y... –Desde esta humilde "Viejamochila" hago un llamamiento al uso racional de este recurso cada vez más escaso.
          Abandonamos el embalse en dirección  Sur para rodear la Punta de la Cochata que algunos desearíamos subir, pero "hoy no toca", lo que toca es alcanzar el Collado de Tamañones y seguir descendiendo por el Barranco de Las Tallata hasta el desvío que lleva al Saldo.
Camino de O Saldo
         Como habrá que volver por el mismo sitio, algunos deciden pasar de acercarse hasta ese agradable rincón y descender hasta Escarrilla. El resto seguimos por una senda que las vacas se han encargado de "chapapotear" para poner a prueba la resistencia hídrica de las botas.
      Una valla de fabricación artesana anuncia al vacuno que "hasta aquí habéis llegado". Nosotros sí que pasamos y enseguida estamos en este sorprendente lugar regado por las aguas del Río Escarra: "O Saldo". Entre las rocas, el agua se precipita sobre una poza rodeada de grandes paredes de roca caliza labradas por las aguas, en las que crecen las "coronas de rey". Un bonito y agradable lugar para sacar los bocadillos de las mochilas y dar buena cuenta de ellos, El de Jaulín extrae una bota de vino que, como buenos compañeros que somos, nos repartimos.
O Saldo.
Hacia Escarrilla.
         Alimentados por tan ricas viandas y la belleza del O Saldo volvemos sobre nuestros pasos para descender por una senda de suelo pétreo regado por la lluvia, que lo ha convertido en pista de patinaje, asunto que dificulta mantener la verticalidad de los caminantes; más de uno hemos corroborado tal circunstancia.
         Por contra, esta vertiente muestra un aspecto más otoñal, la vegetación presenta los bellos colores otoñales: del oro al rojizo pasando por toda la variedad de amarillos. Ha costado pero la naturaleza ha sido altruista para con estos buenos mozos y mozas. Los que llevamos cámaras no nos podemos resistir a captar el milagro del Otoño.
Es el otoño, los pájaros se van...

...el día es más corto, el frío empieza ya...

...es el otoño las hojas caen...

...es el otoño...

...y una alfombra amarilla el suelo cubrirá.

¡Despertad!
        En Escarrilla, el autobús nos espera pero ¿"andestán el resto de compis"?. La comunicación telefónica nos informa de que no han terminado de comer,  –¿será que sus bocadillos eran más contundentes?, ¿será que la cerveza no consigue acelerar la deglución?, ¿será que la senda "esbaladiza" les ha retrasado en el descenso?, ¿qué será?.
       Con el autobús, los recogemos en las puertas de un bar y, todos juntos, llegamos hasta el camping de Sorripas en el que, ahora sí, todos nos tomamos unas merecidas birras.
     Y, amigos, con el deber cumplido volvemos a casa con la satisfacción de, una vez más, haber completado esta travesía sin ningún incidente.
Hasta pronto.
Si haces clic aquí, accederás al resto de fotografías.
El track para GPS, está aquí.

DATOS TÉCNICOS
Recorrido
Perfil:
Distancia, 17 Km.
Ascenso total, 973 m.
Descenso total, 1199 m.

2 comentarios:

  1. Bonita travesía, buena compañía y estupendo reportaje José Luis.

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  2. Hola José Luis.

    El Pacino, todo un clásico de la zona, para disfrutar de los colores otoñales. Muy bonita la travesía, eso de llevar un autobús, es una maravilla, para poder realizar este tipo de travesías.

    Una lastima la falta de agua, nosotros estuvimos hace una semana en la Pardina del Señor, y el bosque está bastante seco.

    Una pena.

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