lunes, 18 de diciembre de 2017

PEÑA Y HUEVO DE SAN COSME

Día 16 de Diciembre de 2017
Las "piedras" de Vadiello.
          "Por más que uno deje parte de las suelas de sus botas por estos parajes, por más que la cámara fotográfica plasme los mil y un rincones de esta sierra, la de Guara, cada vez que la visitamos nos sorprende y nos hace más pequeños cuando nos encontramos rodeados de esas impresionantes moles calcáreas que la naturaleza ha labrado, dotándolas de curiosas formaciones.
             Es el comienzo de una de las primeras publicaciones en esta "Viejamochila". Fácil sería copiar y pegar aquella humilde crónica, pues los caminos de hoy pisaremos son los mismos de entonces, pero los compañeros de viaje son ejército y aquellos personajes, tres de los cuales también estamos en esta, andamos con más canas. Y es que las aguas y tierras del Vadiello merecen este esfuerzo.
Embalse de Vadiello.
         Embalse de Vadiello, obstáculo del río Guatizalema, un rincón atrapado entre grandes bloques de conglomerado, guardado celosamente por una vegetación mágica, rodeado de un territorio antes infranqueable y que, poco a poco, el paso de los carboneros y de la obstinada curiosidad de "pirados caminantes" como lo somos quienes hoy intentamos descubrir esos parajes enmascarados por obstáculos infranqueables, hemos sembrado con bellos senderos.
                  Puntuales como un reloj suizo arrancamos desde la inmortal Zaragoza para en Huesca, que presume de liderar la división de plata del pelotón de pinrel (fútbol), completar las dos docenas de mozos y mozas de Esbarre, selectos caminantes tragamillas (y "tragabirras").
En la oscuridad.
               No tardará el bus en atacar las siempre serpenteantes curvas de las carreteras de Guara. No tardamos en transitar por la margen derecha del río Guatizalema que con los pasos del tiempo ha labrado un profundo valle que deja la carretera muy por encima de su cauce.
       Aparcamos en las proximidades del embalse, tan solo un túnel nos separa de él. El espectáculo de acicalamiento montañero (botas, gorros, bastones, etc.) es observado por algunos ejemplares de cabra montés que, introducidas por el Gobierno de Aragón desde los montes de Beceite, se han mezclado con las de los corrales, ya asilvestradas,  abandonados en el último siglo.
Cabras.
El Guatizalema tras superar el embalse.
           Arrancamos a caminar y, tras cruzar el túnel, enseguida estamos sobre la presa de Vadiello que presenta un triste y escaso volumen de agua: ¡vaya sequía que estamos padeciendo!.
          El primer tramo lo hacemos con garbo y más frescos que la "bodega de pescanova". A nuestra izquierda las aguas del embalse reflejan la silueta de la peña que luego alcanzaremos, la de San Cosme. Atrás van quedando los gigantes de conglomerado: el Puro, San Jorge, La Mitra y el Borón, este último coronado por estos zagales en otra ocasión.

Vadiello y sus guardianes.
Santuario de San Cosme y San Damián.
             Alcanzada la primera de las ermitas que vamos a descubrir, la de la Santa Cruz, abandonamos la pista para descender por un agradable sendero en dirección norte y alcanzar la segunda de las ermitas, la de San Cosme y San Damián aunque esta tiene el honor de poseer el título de santuario pues fue, en antaño, un centro de peregrinación consagrado a divinidades paganas protectoras de la salud (hoy sería SALUD) para con el tiempo ir cristianizándose y encomendado a los santos Cosme y Damián, patronos de la medicina (que me corrijan los doctores de Esbarre si me equivoco). Parece ser que tras varios propietarios de linaje demostrado, en la actualidad es el último conde de Guara el amo del lugar: Don Álvaro de Urzáiz y Azlor de Aragón. En el interior, dicen, queda el recuerdo de aquellos peregrinos que, tras su curación, entregaban un exvoto representativo del órgano sanado. ¡uf!.
Ermita de San Úrbez
         Pero como "el garito" se encuentra cerrado al público de escaso linaje, nos conformamos con echar un vistazo desde el exterior y continuar el camino hacia otros lugares más accesibles: las siguientes ermitas. La de San Miguel presenta un estado ruinoso. La siguiente, San Úrbez, se sostiene hasta que el santo quiera. La más "guay" es la de la Fuen Santa regada por un manantial en el que se alojan unos "santos tritones". La siguiente, San Gregorio, si el santo no lo remedia, tiene los días contados. La última, Virgen de Fabana, algo más cuidada aunque con falta de tejas, no hace mella en mí, pues tras el paso por tanta santa ermita sigo cargando con los mismos pecados.
En la ermita de la Fuen Santa.
Por el Bosque Encantado.
              Tomamos un sendero que va ascendiendo con gratitud hasta adentrarnos en el Bosque Plano en el que predominan las encinas. Este entorno de árboles de caprichosas formas y espesura le llevan a ser conocido como el "Bosque Encantado" y es cierto, pues seguro que si no fuera por la bulla que metemos los "d´aquí" observaríamos a los "d´allá": elfos, duendes y hadas, jugar al escondite en tan sobrecogedor lugar. Es como si un trocito de cuento nos lo hubieran trasladado a la Sierra de Guara.
               El sendero desciende hasta los pies del "Huevo de San Cosme", que no sé si representa alguno de los atributos del santo o está dedicado en su homenaje, pero es desde un lugar más abierto de vegetación, al que accedemos tras alguna confusión, donde observamos la impresionante mole de conglomerado.
¿Será por huevos?

Los de Esbarre ante "El Güebo" y el Borón.
Paso de Nartesa.
           Por segunda vez desandamos parte de lo andado para acercarnos hasta el Paso Nartesa, lugar apropiado para el descanso de algunos, principalmente de quienes no llevan "visado de vértigo". El resto dejamos las mochilas, bien custodiadas, y nos vamos a la conquista de la Peña de San Cosme ("joer con el santo").
          Pues bien, para empezar el Nartesa está equipado con un cuerda que mejor no fiarse de ella pues anda más despeluchada que la cabeza del "puigdemont ese", menos mal que unas ramas y el suelo de fuerte conglomerado nos facilitan el paso.
Faja (¿del santo?).
       Superado este obstáculo, caminamos por una faja aérea que doscientos metros más abajo nos muestra el santuario que el santo comparte con Damián, así como el Embalse de Vadiello. Unos con más destreza que otros superamos algunos obstáculos no técnicamente complicados, pero el patio que tenemos debajo tensiona las mentes de los de "dudoso visado".
                Alcanzamos la cima de la Peña de San Cosme (otra vez el santo) que con sus 1053 m. nos ofrece una bella panorámica de esta sorprendente Sierra de Guara. Nos ofrece, también, una buena ración de aire puro, de paz, de algo así como un sentimiento que desearía regalar a esos personajes que andan algo escasos de cordura.
En la cima.
El santuario desde la faja.
         Y nada, "p´abajo" que hay que recoger las mochilas y a sus guardianes para volver por el mismo camino de subida y alcanzar el punto de salida donde nos espera el autobús y, como es buena hora, llevarnos a Huesca en el que el "Montearagón" nos acoge con buenos caldos de vid y cebada para acompañar a las viandas que han resistido las embestidas de estos personajes de Esbarre.
       Y, finalmente, como estamos en vísperas del "Solsticio de Invierno" para unos (los paganos), de "Navidad" para otros (los cristianos), y de entrar en un nuevo año para todos, mis deseos de felicidad para los que tenéis la paciencia de seguir estos relatos y la esperanza de conseguir la "independencia", me explico: de que todos juntos nos independicemos de esos personajes, corruptos la mayoría, que nos andan vendiendo el enfrentamiento de unos pueblos contra otros. Pues, amigos, no nos olvidemos de los verdaderos problemas que tiene el ser humano: pobreza, guerras, hambre, explotación, expulsiones, muerte, desolación...
                 Pues eso, a currarse la:

               Antes de proceder a la despedida del 2017, me veo en la obligación de agradecer a los amigos de Esbarre, a los del Stadium Casablanca y a los del Nordic Walking CAI el haberse currado unos calendarios para disfrute de todos. A los amigos del autodenominado grupo "Estalentaos", gracias por, un año más haber participado en esos trekkings y, en algunos casos, haber soportado el genio de este humilde "benévolo". Lo siento si peco de empalagoso, pero gracias a mi compañera Maite, pues pese a su afectada rodilla siempre está allí animándome a seguir descubriendo otras tierras y empujándome a plasmar mis sensaciones en esta página y, no sé, me parece que nos tiene guardada una buena, ¡ya veremos!, mientras tanto:
                Hasta pronto.



Datos técnicos 
(Puedes descargar el track pulsando sobre la palabra "wikiloc" de abajo).



2 comentarios:

  1. Hola José Luis.

    Que parajes más bonitos esconde la Sierra de Guara, y en particular esta zona de Vadiello, con los mallos de Liguerri, el Borón, la Peña San Cosme y el embalse de Vadiello.

    Un recorrido sencillo, pero muy atractivo visualmente, lo hice hace unos cuantos años, y me encanto.

    Cuidado con los caldos de vid y cebada. Felices fiestas!

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  2. Buenas José Luis!! chapeau una vez más. Rincones preciosos donde parece que no los haya. Feliz Navidad y venturoso 2018, con mucha montaña junto a buenos amigos.

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