martes, 19 de febrero de 2013

PELOPÍN (Con raquetas)

Día 16 de Febrero de 2013



Ruta realizada (desnivel acumulado: 690 m.)
De nuevo, doña prudencia se ha apuntado a viajar con nosotros a la correspondiente excursión de raquetas. La Pruden, nos ha dado el parte del manto nivoso de nuestro, en principio, destino y de paso nos aconseja desistir de acudir a la cita que teníamos con la zona Portalet-Pombie, el riesgo de aludes es alto.
Los responsables del grupo deciden que vayamos al Pelopín  y, una vez más,  aciertan. Una inmensa y larga caravana de coches detenidos, tapizan el pavimento de la carretera que les acerca a la zona de Formigal o Panticosa, núcleos estos, en los que maquinarias y ladrillos han dado al traste con la belleza del sitio. Por el camino, alguien nos cuenta que Bárcenas está esquiando en Canadá y Felipe (el Borbón) en Candanchú. ¡pobres!.

Anticipo de un día soleado
La mañana es espectacular, hacía bastantes jornadas que no lucía el sol con tanta intensidad, paramos en Biescas a recoger a Javier y a tomarnos un café. Piedad, celebra que cumplió años esta semana, nos invita a tomar unos deliciosos lacitos de la más alta repostería soriana y un trago de moscatel de Ainzón, que nos deja el cuerpo totalmente preparado para atacar las curvas del Cotefablo con alegría y buen humor.

A la salida del túnel, se halla un aparcamiento para vehículos, está  abarrotado, el chofer de nuestro autobús realiza unas maniobras y coloca el vehículo perfectamente dispuesto para que
desembarquemos con la máxima comodidad posible.
Varios montañeros se preparan para realizar esquí de travesía. Saludo a Enrique Lardies que realizó el trekking del campo base del Everest en solitario, un mes más tarde, me cuenta que hacía mucho frío.
Nosotros nos colocamos las raquetas y comenzamos a subir por pista nevada de ligero desnivel, pero dando un buen rodeo. Hay que hacer las cosas fáciles un poco atractivas.

La experta Carmen
En un fuerte repecho, nos adelanta Enrique que en un giro hacia el norte se desvía hacia el Torozue.
Nosotros lo hacemos hacia sur por un trazado cubierto de una buena capa de nieve, hace una 
mañana estupenda, se ve que nuestras plegarias han surgido efecto.
En nuestras filas, militan  gentes expertas en empresas como esta, del disfrute de la naturaleza en pleno invierno andando sobre unos artilugios que ubicados bajo las botas, te permiten el sano ejercicio de andar por superficies de variada orografía.
Girando hacia el norte
El día acompaña, el sano ejercicio de ascender, arranca de nuestros esbeltos cuerpos todas aquellas prendas causantes del acto refrigerante de nuestras células.

Tan solo un pero: El jefe Julián nos demuestra su carencia de dotes de mando, los "veloces rayos del monte", se le desmandan y tiran por  pista llana, supongo que con la intención de coronar primeros. Los que vamos por detrás, abandonamos la mencionada vía ¿pecuaria? y abriendo huella ganamos unos cuantos metros para pisar buena nieve.

Ya se ve la cima
Tan solo, en una zona ventisqueada en la loma que precede a la cima, pisamos unas placas de hielo que nos invita a tomar alguna pequeña dosis de precaución.
Ya cresteando, miramos dirección norte y a lo lejos, vemos la blanca silueta del Moncayo.

Ya en la cima del Pelopín, liberamos a nuestras espaldas de las mochilas y a estas de productos variados de origen gastronómico. ¡Hay que ver las sorpresas que contienen estas preciadas bolsas de viaje!.
Giramos el cuello, colocando la testa en dirección norte y nuestras retinas se emocionan con la vista de míticas cimas del Pirineo central: Taillón con la Brecha de Rolando, Monte Perdido, Cilindro, Sound de Ramond, vamos girando la vista hacia el este y a lo lejos la Peña Montañesa nos muestra una cara menos conocida que la clásica. Adivinamos los valles de Ordesa y Añisclo y más cerca, sobre el Toronzué, divisamos unos puntitos que deben ser los esquiadores que hemos saludado en la salida.

Sin palabras.... me he quedado

Contemplando la capa de nieve
Nuestras cámaras echan humo y es que el paisaje que tenemos ante nosotros lo requiere.
En el sur inmediato, adivinamos unas construcciones con tejados pintados de blanco nieve, se trata de Otal que con el conocido y abandonado Ainielle, Ayerbe de Broto, Basarán, Bergua, Cillas, Cortillas, Escartín y Sasa, cubren las laderas del Sobrepuerto, magullado por la triste realidad de la despoblación.
Lo confieso, no he leído todavía "La lluvia amarilla" de Julio Llamazares por lo que no me entretengo en redactar sobre el monólogo del último habitante de Ainielle.
Blanco manto
Tras recrearnos con los pies atados a las raquetas y estas que parecen no querer abandonar el lugar, comenzamos el descenso que en esta ocasión lo hacemos rodeando las placas de hielo, ya que si en la subida estaban delicadas, en la bajada...
La nieve está sujeta y disfrutamos bajando a buen ritmo.
Esta vez no vamos por la pista por la que habíamos subido, lo hacemos por la senda que transcurre por el bosque.

Con Luis Y Maite
El día sigue siendo excelente, llegamos al aparcamiento y ya pensamos en la cerveza que nos vamos a tomar en Biescas.
Pero...el autobús no puede salir, una autocaravana aparcada detrás, no le permite maniobrar para encarar el túnel. Tras varias maniobras y cuando vemos que ya no hay solución, ¡milagro!, la señora de la caravana, que estaba durmiendo la siesta en el interior de la casa rodante, se nos aparece como lo hizo la Virgen ante los tres niños pastores de Fátima, solo que no estamos a 13 de Mayo ni vamos a volver cada día 13 a rezar a la "nuestra señora de la siesta".

¿Que pasa?, para S. Valentín no vamos a los grandes almacenes
Efectivamente, paramos en Biescas, unos van al bar de la gasolinera y otros, cinco, nos metemos en las entrañas de la vacía población y sentados al sol que un velador nos brinda, damos cuenta de tan preciado líquido (la birra) y restos de comida que han quedado.
Subimos al autobús y en un momento son pocos lo ojos que quedan abiertos y que no lo harán hasta cerca de Zaragoza.

Maite y Piedad (Felicidades Piedad)

Tras pasar las placas, Maite encabeza la retaguardia

Maite y Julián, de vuelta



Ha sido una buena jornada en la que el monte nos ha brindado lo mejor que la naturaleza y la climatología nos puede ofrecer: Un bello cuadro paisajístico pintado por el pincel de" Doña Prudencia"
Hasta otra


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