domingo, 20 de julio de 2014

MÓNICA EN SU EVEREST PARTICULAR

Día 20 de Julio de 2014
Ya son muchas las jornadas que no gasto tecla, que no relato las idas y venidas por los montes, barrancos, valles, pueblos, cerros, tozales, etc. Hay veces que tienes que renunciar a tus aficiones por dedicar tu cuerpo y alma a un ser querido.
Pido disculpas a los que desde uno u otro lugar tenéis por sana (o no) costumbre de dar una vuelta por la Vieja Mochila y acompañarnos por esos paseos. De hecho, Maite y un servidor, tendríamos que haber estado de trekking por tierras catalanoaragonesas en compañía de una veintena de "Estalentaos", pero Mónica, mi hija, tenía una dura ascensión que llevar a cabo y necesitaba de "un par de sherpas" que le ayudaran a subirla.
En el Valle del silencio.
Tras varios años de luchar con su diabetes, combatiendo hipoglucemias muy fuertes, ingresó en el Hospital Clinic de Barcelona, para ser trasplantada de páncreas.
Solo quiero dedicar esta página a Mónica que tras varios días, parece salir de la importante intervención que le va a cambiar su calidad de vida. El equipo médico del Clínic, le ha informado de que la recuperación ha de ser a paso lento y constante, sin grandes esfuerzos pero sin pausa. ¿A quien no le vienen a la cabeza aquellos consejos de nuestras aventuras por el Himalaya?. "Paso lento, respiración profunda". Y así de esta forma y con estos humildes sherpas, Mónica va a hacer cima en su Everest particular.
Mónica y Maite.
No voy a entrar en los detalles de la complicada intervención, pero sí, el reconocimiento a los diversos especialistas médicos que han realizado el trasplante, a el personal del H.C. y a la familia del desconocido donante que han perdido una vida pero han creado otra.
Hoy, ya dada de alta en el hospital, aguardamos en Barcelona a pasar su primer control y volver a casa a retomar la vida más o menos normal, a uno ya le pide el cuerpo un poco de rutina (trabajo, paseos con Atos, zapatillas, etc.) y además, hay que preparar la mochila, que a primeros de Agosto se nos va el cuerpo de trekking por Bulgaria. Hasta entonces os remito al blog de mi amigo Chema, que en él nos contará las últimas calcetinadas.
Unos días, los pasados, en los que el alma se te encoge, el cuerpo se angustia hasta lo más profundo de él. Las jornadas parecen tener doscientas horas y dos mil minutos. Miras hacia atrás y solo ves dos metros, y hacia adelante, un muro infranqueable. Pero mira por donde, de pronto te das cuenta de la gente que te quiere, los amigos que desde la lejanía te dan aliento, la familia que siempre está en el sitio y momentos adecuados "y Maite".   ¡Gracias a todos!
Hasta pronto

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