jueves, 30 de julio de 2015

CARROS DE FOC (II)

...Continuación.
Día 21 de Julio de 2015
Estirando garras ( a ver si no cascan).
  Como el resto de jornadas, amanece sin una sola nube, la noche ha lucido con el cielo repleto de estrellas, espectáculo que solo podemos disfrutar quienes nos levantamos a visitar el excusado.
  Desayuno, calzado, estiramientos, crema protectora y, ¡a caminar! contra la ley de la gravedad.
   Lo hacemos en dirección N.O. por la pista en que ayer llegamos a Amitges, pero pronto desaparece para convertirse en senda. Esta pasa entre los estanys de Barbs y Munydera.
 Ya, en el extremo de los lagos, comenzamos a ganar nivel haciendo zigzag.
Por un nevero.
   La senda, ahora va por el canchal de la izquierda y, aunque cómoda de caminar, no deja de ascender metro a metro. Abajo, a la izquierda, va apareciendo la senda del GR-11 que pronto confluye con nuestro camino.
    Tras una fuerte subida en la que debemos atravesar algún nevero, llegamos al ancho Port de Ratera (2643 m.), frontera entre la Vall D´Arán y el resto de Cataluña. 
  A partir de aquí y por una jornada, recorreremos el inmenso Circo de Colomers en el que se encuentra la mayor concentración de lagos de todo el Pirineo, 32 lagos mayores y un sinfín de menores.
    Ya en el collado, hacemos una parada (la merecemos) para injerir alguna caloría y, como no, de nuevo: ¡ya q´estamos!...

De bajada.
   Al W. del camino tenemos la Tuc de Ratera (2862 m.) que hay que subir, pues ¡ale!. Como ya la subí en la anterior ocasión, me quedo con los que deciden no hacerlo y tirar para abajo. Además voy observando que Caco no anda muy cómoda que digamos.
   Un perro y su joven dueña, que ha subido corriendo desde Saboredo, aparecen en el collado, descansan y de nuevo tiran p´abajo. Son esos detalles que te recuerdan que una vez "fuimos jóvenes".
   Vemos partir a los compañeros, vamos a estar en contacto hertziano con ellos, así que poco a poco, con mucha parsimonia, vamos descendiendo por la GR-211-4.
    En tierras aranesas los lagos ya no se denominan estanys, sino lacs y de estos, no faltarán en toda la ruta.
Víctor, todavía con las garras sanas, en el lac Naut.
   Siempre siguiendo las marcas blancas y rojas, vamos perdiendo altura. Cruzamos algunos barrancos vadeándolos en algunas ocasiones. Como vamos tranquilos, nos detenemos a descansar un rato a las orillas del lac Naut. Una trucha nos entretiene en una impresionante demostración de como se caza un insecto.
  Más adelante, con un día inmejorable, pasamos otro lac, ¡sí, otro más!, el de Miei en el que oímos el llanto de un niño: con su madre y otra mujer, disfrutan de un buen baño en el "ibón" (déjenme reivindicar palabras de mi tierra).
Un pequeña cuesta entre pinos y ya estamos en el refugio de Saboredo (2319 m.).
Caco con el guarda del refugio de Saboredo.
    Nos reciben un par de guardas (y la joven con su perro), no es tan frecuentado como los otros y parece que les alegra la compañía, eso sí, la cerveza no está muy fresca pero las latas quedan vacías. Van llegando el resto del grupo que había ascendido a La Ratera.
   En el lugar, varias calaveras vacunas, adornan algún rincón que otro, una de ellas, sobre la fuente de agua fresca, indica el camino que debemos seguir si no queremos quedar así.
    Pues nada, queda camino para rato, asoman las nubes de todos los días, o sea que a caminar en dirección a el coth (collado en aranes) de Sendrosa.
Señalización.

Lac Baish.
   Descendemos unos metros para bordear el lac Baish, saltando de piedra en piedra su desagüe.
  El camino va ganando nivel suavemente, al fondo se adivina por primera vez, algo de civilización: las pistas de Baqueira-Beret, la carretera que baja de La Bonaigua, algunas antenas, etc. Por primera y última vez, porque giramos hacia el W, en dirección a Sendrosa por la senda en la que el valle queda a nuestra derecha.
   No es que sea muy fuerte la subida, pero hace calor, el día se está poniendo más pesado que los anuncios de colonias en Navidad. Pero como siempre, hay que llegar y ya estamos en el Coth de Sendrosa (2451 m.).
Llegando al Coth de Sendrosa.
  Un bonito lugar, idóneo para que cada cual se busque la piedra más adecuada a la forma y tamaño de sus posaderas, abra la mochila, extraiga una cosa parecida a un bocadillo y en agradecimiento a Víctor, eche un trago (solo uno) del poco vino que contiene la bota, ¿será por el tema del peso?.
   Chema, que se alimenta de la nada, agarra el "ya q´estamos" y tira para arriba en dirección al tuc Grand Sendrosa, pero a medio camino, el primer trueno le hace dar media vuelta. El pico, allí queda, nosotros con las mochilas cerradas y protegidas, tomamos las de "Villadiego" y "p´abajo".
   Como el cielo se esta cerrando y los truenos se van sintiendo más cerca, recogemos las cámaras fotográficas, apagamos los móviles y, por una estrecha senda abierta entre arbustos de boj, vamos descendiendo. De momento no llueve, vamos teniendo suerte.
    Los GPS, nos indican que hemos de coger una senda a la izquierda, a fin de no perder altura, pero la vemos en mal estado, suponemos que al recorrer una fuerte ladera, ha debido quedar cortada por alguna avalancha, por lo que seguimos descendiendo en dirección al Pletiu dera Montanheta.
Lac Major de Colomers
   Abajo, caminamos bajo esbeltos pinos y como hemos bajado, ahora toca subir, cosa que hacemos rodeando un bello rincón a la altura del lac de Cloto de Baish en el que unos pescadores echan la caña y un pulso a la tormenta que ya está aquí. Nos protegemos y como suele ocurrir, cada vez que me tapo, ¡deja de llover!. Solo caen cuatro gotas.
   Pronto estamos en el Lac Major de Colomers. Solo queda cruzar la presa, tras la cual, a modo de monumento, se alza el refugio antiguo. Seguimos unos metros más y llegamos al refugio nuevo de Colomers (2135 m.) que ya estrenamos en el 2009.
   Definitivamente, el cielo se abre, los ángeles de allá arriba no se han podido contener y llueve. A algunos montañeros les ha pillado de lleno y llegan chipiados hasta los huesos y es que, cuando jarrea de verdad, no hay "goretex" que te salve.
    En el interior del refugio, unos y otros, improvisamos cuerdas para tender, creando un ambiente más parecido a la "verbena de la paloma" en cualquier corrala de Lavapiés. Afuera, antes de la tronada, el helipuerto parece un locutorio público, es el único lugar en que llega cobertura y hay a quien le cuesta desconectar en la montaña.
    La cena, a las siete de la tarde, cae de primera y como aquí no hay televisión y la noche no está para pasear, alguno se acuesta con las gallinas, el resto no tardaremos, eso sí, primero la partida de guiñote en las que unos ganan y otros no.
Buenas noooochessssszzzzrrrrrrrrrr.

Enlace al resto de fotos, haz clic aquí.
Datos técnicos:
Recorrido
Perfil (incluyendo subida a La Ratera): Distancia, 13 Km. - Desnivel positivo, 1005 m. . Negativo, 1180 m.

Día 22 de Julio de 2015
Retirada a tiempo de Caco.
   Una intensa niebla cubre el lago, el helipuerto esta animado. Ya hemos desayunado y, como todos los días, intentamos posar en grupo para la foto de la salida, pero -¡falta alguien!, ¿donde está el Morata?...¡allí está, en el locutorio!, alguien habrá madrugado al otro lado de la línea.
      Con las cámaras disparadas y L´Albada mal cantada, comenzamos a caminar por el mismo lugar que ayer accedimos a Colomers. A trescientos metros, encontramos la bifurcación que indica hacia el Port de Caldes, la niebla ya ha levantado y..., miramos atrás y observamos que Caco no va bien, lleva algún tiempo quejándose de una rodilla. La esperamos y en asamblea plenaria, con su aprobación y bendición de todos, concluimos que debe abandonar, es el sitio y momento adecuado, lo que queda es mucho y no puede continuar. Decidimos que yo, que conozco la zona, la baje hasta la pista que llega a la Ribereta desde baños de Tredos, hasta allí llegan taxis con turistas y luego ya me incorporaré al grupo con el que contacto de vez en cuando con la emisora.
Vacas en Caldes.
   Lentamente y con toda la precaución del mundo, vamos bajando Caco y yo, ella se apoya en los bastones con ese estilo que la caracteriza. Son alrededor de doscientos metros de desnivel que concluimos en la citada pista. La dejo en el primer taxi que hemos pillado para que la lleve a Salardú, me despido de ella y comienzo mi regreso y mi solitaria ascensión. Lo que había costado mas de una hora en bajada, lo subo en veinte minutos hasta la bifurcación de esta mañana.
   De nuevo, por tercera vez, cruzo la presa de Colomers y el viejo refugio, para desviarme en el mencionado cruce.
En el Pôrt de Caldes, al fondo el Montardo.
   No voy a correr, el día es largo y "ya los pillaré". Voy subiendo por la margen izquierda de un arroyo en el que las vacas han dejado su recuerdo. Poco a poco, el camino se va alejando del río y comienza un zigzag que llega a un amplio circo. Ya creo ver el Port de Caldes (2568 m.), pero antes voy a descansar un poco y tomar algo que me de fuerzas para llegar a él y de paso, comunicar y ver por donde andan lo demás. Han bajado el puerto y están comenzando a subir el siguiente. Pues nada, "yo sigo" y vuelta a zigzaguear para alcanzar el port. En este punto, de nuevo la frontera del Vall D´Arán y vuelta al resto de Cataluña. La verdad es que ni estas fronteras, ni otras, producen en mí ningún tipo de extrañas sensaciones, "hay a quien sí". Tan solo las vacas que han sembrado el camino y una joven pareja, habitan este impresionante balcón con vistas a dos grandes circos.
Uno de esos pétalos.
  Delante de mí, entre nubes, asoma el Montardo (2833 m.) que sin ser el más alto de estos valles, sí que es el más visitado por los montañeros. Detrás, el paisaje se asemeja a una especie de rosa gigante en una mañana de rocío con sus gotitas de agua sobre sus pétalos.
   Por las comunicaciones, deduzco que voy estrechando la distancia con mis queridos "estalentaos".
La bajada del port, la emprendo con alegría, un muchacho de un grupo de israelitas que nos han dado el "cognazo" un par de días, me ofrece café, les contesto -Thank you, I hope my friends.
La bajada concluye en el estany (sí, vuelven a llamarse así) del port de Caldes, para enseguida emprender la subida (¡ay! mis piernas) al Coll de Oelhacrestada. En la última comunicación me han dicho que algunos me esperan arriba y el resto bajan al refugio de Restanca a sellar el forfait, ya que el Montardo esta cubierto.
Allá arribita, me espera...
   Solo me queda subir el próximo collado, cosa que hago con alegría, máxime cuando oigo una voz a lo lejos gritando mi nombre. Echo la mirada arriba y es Maite, todavía muy arriba pero que su aparición acelera mis pasos y, lógicamente, mis pulsaciones, ¿porqué será?. (Por no tratarse este, de un blog del corazón, el reencuentro no lo voy a relatar).
    Los que me esperan, me cuentan que, finalmente, el resto no han bajado a Restanca, que como las condiciones han mejorado, han decidido atacar el Montardo.
En realidad, esto no es todavía el coll, se encuentra un poco más adelante.

En el Coll de Oelhacrestada. 
   Aunque no lo vamos a cruzar, nos acercamos hasta él, al col de Oelhacrestada, vale la pena asomarse al circo de Restanca, en el que se encuentra su refugio que ya visitamos hace un par de años cuando realizamos la travesía de Setau Sageth (quien la quiera recordar, haga clic aquí). Desde arriba vemos el Estanh del Cap de Port y más abajo se adivina el de Restanca.
   A nuestra derecha (N), observamos como ascienden los que van en dirección a la cumbre del Montardo, nosotros giramos hacia el sur, en dirección al Estany de Monges, lugar elegido para comer y remojar nuestros esbeltos cuerpos (no pongo foto del momento para no herir sensibilidades). La bota de vino ha fallecido, una de sus venas ha reventado y un rojo derrame, ha teñido la piedra que aposentaba todo mi ser, DEP.
    Hemos buscado un sitio alejado del camino, por eso de la intimidad, pero no estamos solos, el lugar está plagado de pequeños anfibios, se trata de las "ranas bermejas" que saltan a nuestro paso, incluso alguna se deja fotografiar.
Rana bermeja.
Otro lago.
   Nos ponemos en contacto con los del Montardo y nos comunican que acaban de hacer cumbre, ¡Felicidades chavales! Nosotros vamos a seguir bajando de lago en lago: el Mangades, el Clot, el Travessani y no se cuantos más. A nuestra derecha (W), entre las nubes, asoman los Besiberris, nos acordamos de nuestro amigo Sancho, tantas veces poniendo el punto de mira en esa montaña.
    Y a la izquierda, justo encima de nosotros, apuntando al mismísimo cielo, se encuentran las Agujas de Travessani (2740 m., la más alta), como indicándonos que a la vuelta de la esquina está nuestro destino.
Agulles Travessani.
Fuente del refugio y Estany Negre.
   Y así es, como si de una rotonda se tratara, giramos detrás de las agujas y ahí está, es el refugio de Ventosa i Calvell (2215 m.).
   Mientras llegan "los alpinistas", Belén, la guardesa nos recibe con amabilidad, pero con firmeza (no perdona la señal de Caco, pese a que el refugio esta al completo, en el resto de refugios sí lo harán).
   Bajo el Ventosa i Calvell, se encuentra el impresionante Estany Negre, cuyo nombre lo adquiere de el tono de sus aguas producido por sus 35 metros de profundidad. Desagua con fuerza sobre el embalse de Cavallers.
   Al poco rato, ya estamos todos, a partir de hoy somos diez los "estalentaos".
Estany Negre.

Ahí viene el pájaro.
  Y ya se sabe: colada, ducha (fría), guiñote, paseo y...¡Cerrad todas las ventanas del refugio! - dice Belén. Les acaban de comunicar que llega un helicóptero con víveres (alguien les ha debido avisar de nuestro apetito, ¿o no?). Algunos salimos a observar la maniobra de como el pájaro descuelga la carga sobre una repisa del refugio y de como las guardesas la desenganchan. ¡Que pena!, no ha dejado cerveza.
Esta ha sido la primera sorpresa, la segunda se produce cuando les señalo, a lo lejos, "la tachuela" que hemos de salvar mañana y la cara que ponen: El coll de Contraix. Pero eso será en otra entrega. Nosotros como todos los días, a cenar, hoy tenemos un delicioso pollo acompañado de una sabrosa salsa. Tras la cena una charrada, subimos al dormitorio y entonam...
Buenas noches.


Datos técnicos (Se incluye la bajada a Caco y ascenso al Montardo):
Recorrido

Perfil:  Distancia, 14 Km.  Desnivel positivo,  1163 m. - Neghativo, 1072 m.
Por hoy ya basta, pronto finalizaremos la travesía...Continuará

martes, 28 de julio de 2015

CARROS DE FOC (I)

   Seis años más tarde, seis años menos jóvenes, más veteranos, seis años más expertos...
  Algunos viejos "Estalentaos" regresamos a el trekking que nos parió y, aunque con algunas ausencia, lo iniciamos como debe de ser: a las 9:30 am. de un día 18 de Julio de 2015 en Puente de Montañana, pequeña localidad a caballo entra Aragón y Cataluña, "con un par de huevos (en el plato)", acompañados de esos ricos productos que el cerdo tiene a bien ofrecernos. 
   Algunas ausencias de última hora dejan el grupo en once distinguidos y bien alimentados montañeros, dispuestos a tragar millas por esa espectacular ruta que recorre el Parque Nacional de Aigues Tortes y San Maurici.
   Ya, con la panza en condiciones y las ansias por las nubes, en los coches nos dirigimos por retorcidas carreteras hasta el embalse de Sallente en el que el funicular de la Vall Fosca nos dejará en el Estany de Gento, lugar en el que comenzaremos a desgastar las suelas de las botas.
"Estalentaos" de Carros de Foc: Félix, Víctor, Fernando Morata, Armando, Caco, Chema, Luis, Lola, Fernando Cebrián, Maite y José Luis.
   He d'alavetz emça, sigue iuern o ostiu, quanquauquarrés he era trauessada pendent eth dia, era votz que cor de refugi en refugi tan de pressa com eth vent trauesse es corets: ¡aué que passen es Carros de Foc! “... es aranés, lengua en la que mejor se puede expresar la filosofía de esta travesía en la que el único contrincante es uno mismo y como escenario el ya descrito. Fue en el verano de 1.987 cuando algunos guardas de la zona decidieron realizar la travesía Pallars-Aran-Ribagorza de un tirón, en un solo día, y... alguien la llamó "Carros de Foc".
Anagrama de Carros de Foc.
   Ahora, bastantes años más tarde del primer Carros de Fuego, la travesía sigue realizándose cada vez por más gente y quizás sea esto lo que lleva a los organizadores a animar a los montañeros  a conocer estas bellas tierras.
   Tan solo un par de "peros" totalmente ajenos al paisaje: Como antes decía, la afluencia de montañeros (y turistas) ha ido creciendo año tras año pero no así la capacidad de los refugios para alojar a estos, lo que origina luchar cada noche por encontrar un metro cuadrado en el que depositar tu mochila, botas y a uno mismo.
   El segundo de los "peros" es la actitud de la FEEC (Federación Catalana) de no participar en la reciprocidad de atención al montañero federado del resto del país e incluso de Europa. No voy a entrar en polémicas de si la culpa fue de unos, de otros o "del cha cha cha", pero me parece vergonzoso tener el mismo trato que cualquier turista de fin de semana. Hay que excluir de este tema al refugio de Colomers, dependiente del Consell General de la Vall d´Arán que no han entrado en diferenciar a unos y otros montañeros en función de su partida de nacimiento. Diferente el trato y esfuerzo con que los guardas nos atienden, hay que darles un notable.
     Y ahora que he introducido y me he desahogado, al grano:
    Ya de camino al refugio de Colomina (2395 m.), se adivina lo que vamos a encontrar en toda la ruta: agua, granito, más agua, más granito y, libertad.
Refugio y estany de Colomina.
   En el refugio nos recibe el guarda Gerard que nos indica nuestro dormitorio y mesa para los once.    
    Algunos nos damos un paseo alrededor del Estany de Colomina, pues aunque las predicciones son de lluvia, hasta las siete de la tarde no comienza, jarreará con ganas y con piedra, el monte se teñirá de blanco.
   Refugiaditos en el garito, algunos le damos al "guiñote", otros preparamos y explicamos la etapa de mañana y temprano, muy temprano, subimos al dormitorio que en pocos minutos se convierte en el escenario del Teatro Real en el que una gran coral interpreta una especie de Aida ronca.
Día 19 de Julio de 2015
Preparados.
   Se nota que todos menos una (Maite) nos encontramos en situación de jubileo, pues somos madrugadores (o de mal dormir) y a las siete en punto estamos untando mantequilla en las tostadas, para cuarenta minutos después, con las botas calzadas y la pesada mochila en la espalda, iniciar la travesía de "Carros de Foc".
   En el paseo de ayer, descubrimos que es mejor bordear el estany por la margen derecha en vez de la contraria que es la que marcan los mapas y, paso a paso, vamos dejando atrás el refugio que nos verá llegar dentro de unos días.

En el Estany de Mar.
Hacia el Paso del Oso.
  Solo hemos ascendido veinte metros y ya nos encontramos con el milagro que se va a producir día tras día: dejamos el estany Colomers y aparece el de Mar y poco más arriba, vuelta de cabeza y atrás queda el de Frescau.
   Delante de nosotros, una fuerte pendiente eleva el sendero hasta el paso de L´Os (2500 m.). Es momento de echar un vistazo atrás y contemplar uno de esos regalos que la montaña realiza a quienes la utilizamos para expresar muchos de nuestros sentimientos: bajo impresionantes paredes, una escalera de lagos en los que las hadas y otras criaturas, bañar sus almas.
Chema y Luis en el Pas de L´Os.
Sobre granito.
  Un trago de agua, cuatro charradas y "todos p´alante". Abajo, tenemos que rodear un nuevo estany, el de Saburó, cuyas aguas descansan al pie del pico del mismo nombre y que pronto tendremos el placer de saludar.
   Por el momento, seguimos ganando metros, paso tras paso, piedra tras piedra, con la tranquilidad que la experiencia de los años ha dotado a los miembros de la expedición. Llegamos al Collado de Saburó (2667 m.).
   Aquí se divide el grupo, unos cuantos vamos a ascender al Tuc de Saburó (2912 m.), el resto esperarán en el estany del Cap de Port.
Tuc de Saburó desde el Estany de Mar.
En la cima, bajo el prisma de la Tuc de Saburó.
   En la anterior vez que lo intentamos, año 2009, un error en la cartografía nos impidió hacer cima por escasos metros, comenzamos en aquella ocasión, desde el lago para ir a parar al collado que se encuentra entre el Saburó y su hermano De Baix, entonces atacar la cumbre entrañaba alguna dificultad y como decimos muchas veces "la montaña no se mueve, ya volveremos". Y eso hacemos, esta vez la atacamos desde el collado, sin mochilas (recuerdo que llevamos despensa y ropero en ellas) y con prudencia.
   Comenzamos por la cresta, para en un arco por la cara Este, volver a crestear. Alguna que otra trepada y finalmente hacemos cumbre, bueno lo más alto del lugar es una roca en forma de prisma, imposible de subir.
   Y arriba, como siempre, respiramos profundamente, miramos a uno y otro lado intentando alcanzar lo inalcanzable y los de antaño decimos aquello de -¡por fin!.
El prisma de Saburó, desde la ladera de acceso..
   Y esta, como otras cimas, después de subirla hay que bajarla, además abajo, en el estany, nos esperan el resto de personal, la comida y la bota de vino que ha aportado Luis y de la que se responsabiliza Víctor (cada cual tiene su tarea). Así que con mucho cuidado, hay algunas zonas de fina gravilla, vamos descendiendo hasta la base de la tuca.
   Esto de los picnics de montaña no es, digamos, un "gran manjar" pero somos de buena boca y agradecidos: "nos comemos todo".
   Aunque vamos bien de tiempo, la posibilidad de que nos alcancen las tormentas, nos lleva a abandonar el mantel. 
Abajo, el refugio José Mª Blanc.
   Los viejos del lugar, ya avisamos que el próximo y cercano refugio de José Mª Blanch (2350 m.), se encuentra ubicado en un lugar privilegiado. 
   Quienes siguen este blog, recordarán que, aunque uno no es muy creyente de eso de "cielos e infiernos", en la imaginación anda construyendo su paraíso particular con trocitos de rincones de la montaña, pues bien, en el inventario vamos a añadir el refugio de José Mª Blanc y sus alrededores: los estanys Tort y Negre de Peguera.
No tardamos en llegar, una fuerte bajada nos deja en tan bello lugar, quienes no lo conocían lo corroboran. 
Estany Tort de Peguera desde el refugio José Mª Blanc.
Estany Negre de Peguera.
   Las venas de la tierra riegan este entorno mágico y su dura piedra de granito, la guarda en sus lagos para darnos un atracón de húmeda satisfacción, para que bebamos los que tenemos el setenta y cinco por ciento de nuestro cuerpo de agua, para bendecir y purificar nuestros cuerpos y, como no, para lo que ahora toca: hacer la colada y darse un chapuzón en un discreto rincón del Tort (todos tenemos derecho a purificarnos).
    Tras la copiosa cena, vuelta a la clásica partida de Guiñote, que por una vez, junto a Chema, tengo el honor de vencer.
   ¡Al concierto! Zzzzzrrrrrrrrrrr.


Dejo este enlace de las fotos de la jornada y de las que vendrán.
Datos técnicos:
Recorrido.

Perfil: Distancia 9 Km. Desnivel positivo, 773 m. - Desnivel negativo, 850 m.

Día 20 de Julio de 2015
    Como buen jubilado que soy, madrugo por eso de que "no se vaya a acabar el día" y me quede sin él. ¡Que va!, el alba despunta sobre las tranquilas aguas del lago, el cielo se abre para dar paso al astro que nos da vida y un intenso color dorado tiñe este trozo de ¡mi paraíso!.
Amanecer dorado.
Reflejados
   Sirve, también, el agua para quitarse las legañas y hacer el café del desayuno.
   Como todos los días, foto del grupo en las puertas del refugio, mientras entonamos horriblemente alguna estrofa mal aprendida de la canción "L´Albada" de Labordeta (si "el abuelo" reviviera, nos castigaría de cara a la pared hasta que nos aprendiéramos la letra. De la música, ni hablar).
   Los primeros pasos los hacemos por la misma ruta de llegada, la fuerte cuesta que ayer bajamos, hoy nos arranca el primer sudor del día.
   Tomamos el atajo que parte entre dos estanys: el de Llastra a la izquierda y el de la Coveta a la derecha. Transitamos por un verde humedal en el que ya nos comienza a dar el sol.
Estany Gran y pico de Peguera.
   Y como no, vuelta a la piedra. Bajo las paredes del Pico Monestero (2877 m.), la senda transita por su ladera ganando altura a cada paso que damos. A nuestra izquierda, varios lagos arropados por el pico Peguera (2984 m) y ¡anda!, la cara Este del que ascendimos ayer : el Saburó.
   Dejamos a nuestra izquierda el estany Gran de Peguera y tras una buena sudada, nos colocamos en el Coll de Monestero (2715 m.).
   Es momento de descargar las espaldas de esa especie de "roulotte" que portamos en el camino. Hay que alimentarse, queda mucho recorrido por delante.
Cima del pico Monestero.
   Y como no, ¡ya q´estamos!, ¿porqué no subimos el picacho?. Pues ¡ale!, la mitad menos uno tiramos ¡P´arriba!, eso sí, todos pendientes de Lola, Luis nos ha pedido que se la devolvamos entera y ¡vaya, como sube la Lola!. Alguna pequeña trepada nos deja en la cumbre del pico Monestero (2878 m.) desde el que saludamos al resto de expedición con la emisora. Ellos ya han emprendido la marcha, esperamos darles alcance antes del mediodía.
   Arriba coincidimos con tres componentes de un grupo de Azuqueca (Guadalajara), con los que pasamos un buen rato.
Fotógrafa fotografiada.
 

El descenso lo realizamos con la debida prudencia, en algún tramo hay gravilla fina y un resbalón podría...
   Hemos dejado las mochilas en el collado, las recuperamos e iniciamos otro descenso de unos doscientos metros de esos que nos gustan: zig-zag sobre grava con bastones y cuerpos culebreando, ¡que gozada de bajada!, si no fuera porque las botas se llenan de piedrecitas asesinas.
 Salvada la pared, paramos a desalojar el calzado, echar un trago de agua y...


Fumando espero...

..., ¡horror!, mi GPS se ha quedado sin baterías, pero confío en el de Chema y en los mojones que ¿indican? el camino y, tras una joven pareja, continuamos el camino saltando de roca en roca, salvando los huecos que estas dejan. Cuando ya llevamos buen trecho, Chema me comenta -José Luis, el track va más a la izquierda. Y así es, "los expertos" estamos descendiendo por una ruta que alguno, y no digo quien, no olvidará en la vida. ¡Que pequeños somos, ante esas moles de granito!. ¡Que tiernas son nuestras piernas, ante la dureza de la roca!.
   Nos comunicamos, vía radio, con el resto y nos dicen que hace más de hora y media que han llegado al valle, ¿que valle?, ¡Ah sí!, por fin adivinamos una senda, la GR-11, allá abajo, pero la nuestra sigue ausente, siguiendo los mojones, vamos salvando un millón, creo, de grandes moles con sus correspondientes huecos que de caer en alguno, no te encuentra ni dios, es un caos de rocas. Por fin, una fuerte bajada nos coloca en el buen camino, quienes desde él nos ha visto bajar miran atónitos a los cinco seres que han aparecido por aquel paraje.
Prat y estany de Monestero.
   Nunca una senda de alta montaña me había parecido un paseo de esos que por mi ciudad recorremos en días de asueto, esta sí. Y de alcanzar al resto del grupo, ni soñarlo, ya han llegado al refugio de Mallafré y están comiendo. Nosotros vamos descendiendo por un bello valle, primero el Prat de Monestero, luego el Pletiu dels Cantals con sus pasarelas de troncos, lugar bañado por el río sobre el que emergen las dos agujas de Els Encantats.
   Ya he cambiado las pilas del navegador y, por fin, veo en la pantalla el refugio en el que nos esperan placenteramente el resto de "estalentaos".
Cascada de la ratera.
   Tras dar buena cuenta de la comida y visto que aparecen las nubes, emprendemos el camino.
   Enseguida estamos en el estany de S. Maurici que le da la mitad de nombre al Parque Nacional. Por el Norte de sus aguas, transitamos una concurrida senda que nos lleva hasta la impresionante cascada de La Ratera. Por su margen izquierda, una fuerte senda nos va haciendo ganar metros hasta llegar a la pista que emplean algunos todoterrenos para acceder al próximo refugio.
   Atrás van quedando els Encantats, su leyenda es muy curiosa. Dice que hace muchos años dos hermanos salieron a cazar. De camino hacia el bosque pasaron por la ermita que hay junto al lago, donde mucha gente había ido a rezar para pedir a San Mauricio que lloviera. Los dos cazadores empezaron a reírse de aquella gente y burlarse de la ermita y del santo ..., hasta que apareció un gran ciervo. Entonces, lo empezaron a perseguir, pero el animal trepó en una roca y desapareció de repente, sin dejar rastro. Cuando los dos cazadores llegaron al lugar donde había desaparecido el ciervo, les cayó un rayo que los convirtió en dos grandes bloques de piedra, dos montañas. Hoy se distinguen las figuras de los dos cazadores, en estas montañas ... Es leyenda.
Estany de S. Maurici y els Encantats.
Estany de la Ratera.
   Dejamos el estany de la Ratera a nuestra izquierda. Algunos se acercan al mirador del estany de S. Maurici, a casi trescientos metros sobre este, desde el que se contempla un espectáculo sorprendente.
   El resto nos vamos hacia el refugio de Amitges (2380 m.), comienza a gotear y no es caso de "chipiarse".
   Pasamos por la fuente de las Marmotas cuyas aguas, creemos, fueron la causa de un problema gastrointestinal de quienes apaciguaron su sed, hace seis años.
   El último tramo de pista se hace interminable hasta ver el refugio.
   Pronto van llegando el resto de personal, una cerveza apacigua nuestra sed, ducha calentita y, llueve, afuera jarrea. 
    En la cena, como ya sabíamos, la cocina de Amitges es algo así como "el Bulli" de la alta montaña y además, somos gente de buen yantar.
   Ha sido un día duro, sobre todo para los de "las piedras", así que no tardamos en pasar a la "suite" de más de cincuenta catres, en la que nuestro coro es reforzado con otras voces de origen internacional.
Buenas noches.

Datos técnicos:
Recorrido (Para no provocar confusiones, marco el camino correcto)

Perfil: Distancia, 14,5 Km. Desnivel positivo, 1240 m. - Negativo, 1199 m.
De momento, nos quedamos aquí, pero...continuará.
Hasta pronto