viernes, 16 de diciembre de 2016

ERMITA DE ORDÁS

Día 10 de Diciembre de 2016.
Niebla en la Hoya de Huesca
        Última salida del año con los zagales de Esbarre. Cerca de casa pero lejos de la boira que lleva muchos días abrazada al Ebro, así como para esconderlo y que nadie lo encuentre.
     No será hasta más allá de Huesca que veamos el cielo, la tardanza de asomar Lorenzo (sol) y la niebla nos lo han impedido hasta ahora.
       Con un autobús con tres cuartas partes de su aforo completas, nos detenemos a los pies del Puerto de Monrepós. Unos tomamos café, otros parece que no han comido en un año, pues sacan el primero de los bocadillos. En el mostrador, toda su superficie nos muestra "las Tomasinas", unas magdalenas tan cargadas de energía que serían capaces de acabar con un ejército. Vamos, todo un museo dedicado a "la lorza de cintura". Además tienen historia:
Tomasinas
   "A comienzos del siglo pasado, la familia Lacal, que vivía bajo las faldas moncaínas en su vertiente soriana, ofrecía a los viajeros sus alimentos.
           El bajo control de natalidad de la época, les premió con gran descendencia y cuentan, también, que el cierzo arrastró a estas tierras a Alicia.
        Los comienzos en estas nobles tierras aragonesas no fueron fáciles, aunque los ingredientes que formaban la pasta ya estaban mezclados, tan solo quedaba esperar; La mezcla era de calidad: Austeridad, trabajo incansable y tradición familiar soriana. Nobleza, testarudez y materia prima de calidad aragonesas. Todo esto reposado y horneado se ha convertido en la maravillosa gama de repostería artesana".
Iglesia de S. Mamés.
      A lo nuestro: Con las tareas matinales cumplidas, nos dirigimos hacia Santalorieta (Santa Eulalia de la Peña) por una serpenteante carretera que atraviesa Sabayés y que el conductor la acomete con gran destreza y el mejor de los humores.
         Una vez en Santalorieta, que se encuentra en la ladera sur del Monte Tiacuto (o Piacuto), nos disfrazamos de montañeros a los pies de la Iglesia dedicada a San Mamés, del siglo XVIII construida en sillería y de una sola nave que se cubre con bóveda de lunetos. 
       Partimos por una senda que sale desde el mismo templo en dirección Norte, frente a nosotros observamos una pared rocosa que alberga algunas buitreras. A estas horas los bichos andan recogidos, hace frío.
Gratal.
         Pronto desembocamos en una pista que, conforme va ganando altura, nos deja disfrutar del paisaje que se nos abre hacia el Sur, un mar de nubes del que, a lo lejos, asoma el Moncayo con su testa teñida de blanco.
        En un cruce ubicado en la Colladeta de Piacuto, bajo la atenta mirada del Gratal, giramos hacia el Oeste, pues vamos a rodear el Piacuto, en el sentido de las agujas del reloj.
       Dejamos la pista para caminar por una agradable senda en la que la vegetación predominante se compone de pequeños pinos, sabinas, enebros, carrasca, tomillo y el invasor erizón.
Ante la cabaña de piedra seca.
       Las "huestes esbarrianas", con paso firme, vamos tragando millas.       Pronto llegamos a la ermita de Ordás, pero ahora no toca quedarse, seguimos por un sendero que nos lleva hasta una cabaña abovedada construida de piedra seca. Aprovechando que la excursión de hoy es "pa chicos", nos quedamos un rato admirando la maestría conque, piedra tras piedra, iban cerrando esta joya constructiva tradicional.
          Regresamos por nuestros pasos hasta la ermita pero, de nuevo, no nos quedamos, seguimos por un sendero que "al Richi", pese a haberlo reconocido días antes, no le es familiar; pero el ojeador no se equivoca...nos lleva por el buen camino que nos acerca hasta el Castillo de Ordás.
Castillo de Ordás
          Esta fortaleza se encuentra situada en un impresionante y estratégico enclave, cerca de Huesca y controlando la entrada al puerto de Monrepós. Era un recinto de planta triangular con el vértice dando al río y dos de sus lados protegidos por las peñas, que formaban murallas naturales. El único lado accesible está protegido por un muro de mampostería. En la mitad del muro se encuentra la puerta de acceso, adintelada y protegida por tres saeteras. 
       Por esta puerta, uno a uno, vamos accediendo a este trozo de historia. Quienes no padecemos de vértigo, nos asomamos a la pared norte y, efectivamente, el castillo es infranqueable. Abajo, junto al castigado río Isuela, una procesión de modernos carros de hierro transitan por la autopista Mudéjar camino de las pistas de esquí.
Las mozas y mozos de Esbarre.
Ermita Virgen de Ordás
        Por fin volvemos a la ermita de la Virgen de Ordás, adosada a otras dependencias complementarias. 
         En el exterior observamos su construcción de sillares, de una nave en cuatro tramos y capilla mayor, cubiertos aquéllos con bóveda de cañón apuntada sobre arcos fajones.
    Afortunadamente, cosa de agradecer, se encuentra abierta y tenemos la suerte de contemplar su bóveda de cañón de medio punto que cubre las capillas que hacen de brazos del crucero y la capilla mayor. Esta, de cabecera plana, tiene la bóveda ornamentada con trabajos de yesería a base de figuras geométricas en las que hay unas salientes pirámides.
Detalle del techo de la capilla mayor.
        Algunos subimos al coro desde el que se divisa toda la nave. Bajo él se conserva la pila bautismal de piedra toscamente labrada. 
        En el exterior, aprovechando este espléndido día, nos tomamos un descanso y algunas "chuches" y, poco a poco, vamos dejando estas edificaciones que no están ubicadas aquí por casualidad, pues son la huella de lo que fue la población de Ordás, ya citada en el siglo XII, y es posible que su castillo estuviera en funcionamiento por aquellas fechas. La extinción de Ordás como pueblo, dada su complicada situación a mucha altitud, parece ser del siglo XII o XIII, fecha última en la que se documenta su templo como perteneciente a la prepositura oscense. 
Pinos.
          Volvemos por el sendero de ida hasta un cruce de caminos para tomar el que se dirige hacia el NO.           Sobre nosotros asoma el Pico del Águila, cada vez más poblado de antenas. Es el precio que tenemos que pagar para poder comunicarnos a través de las modernas tecnologías.
     Tras ascender por una agradecida senda salpicada de grandes ejemplares de pinos, alcanzamos un pequeño collado, punto en el que giramos fuertemente hacia el Sur.
       A esta parte del camino la llamaría "el largo mirador". Y es que su recorrido nos va mostrando lugares y grandes montañas. Hacia el Norte, como siempre que se mira desde esta Sierra de Guara, asoman los picos más admirados del Pirineo. 
Panorámica de los Pirineos.
Tozal de Guara.
        Bajo nosotros adivinamos el curso de las aguas del río Flumen que en su larga vida ha labrado un impresionante cañón en el que destacan las paredes de Cienfuens.        Al otro lado del profundo valle, tras el Matapaños asoma, como con vergüenza, el Tozal de Guara con su pared Norte nevada.
       Más adelante, se adivina el profundo corte del Salto del Roldán, emblemático lugar de Huesca que cuenta con su leyenda.
       "China chana", alcanzamos un cruce que ya hemos transitado a primera hora. Ahora nos dirigimos a visitar uno de esos pozos de hielo que se conservan en esta sierra. Se encuentra ubicado en un "paco" que como he dicho en otras ocasiones, se trata de uno de esos lugares umbríos en los que nunca penetra el sol.
Pozo Paco Lapinosa.
       El corto sendero que nos acerca hasta el pozo, se encuentra con el entorno más congelado que mi pensión y la temperatura es totalmente opuesta a la disfrutada hasta ahora,
    Se trata de Pozo Paco Lapinosa donde antiguamente se almacenaba la nieve invernal para transformarla en hielo. Desde el siglo XVI, el comercio del hielo fue de gran actividad, se usaba en tratamientos terapéuticos, como conservante de alimentos y para la producción de helados y bebidas. Llegó a ser uno de los arriendos más beneficiosos para los ayuntamientos.


Puesta de la Mantis Religiosa.
        Tenemos la suerte de contar con la compañía de Pedro Rovira, amante de bichos y plantas (y gentes). Nos enseña una puesta de Mantis Religiosa, cosa que no había visto en mi larga vida. Este insecto, cuyas hembras, en algunas ocasiones, se comen al macho, en otoño pone sus huevos en montoncitos espumosos. La espuma se endurece pronto y protege los huevos hasta que se abren. Cada saco puede albergar entre 200 y 300 huevos, pero sólo unos pocos sobreviven ya que entre ellos impera el canibalismo juvenil, perecen los que tardan en escapar de sus hermanos, disminuyendo la tasa de supervivencia.
Pintura rupestre.
          Abandonamos este frío lugar para acercarnos al Covacho de la Raja, abrigo que alberga algunas pinturas rupestres de origen levantino. La más reconocible es la figura de un bóvido que mira hacia la izquierda.
       Ya solo queda volver a Santalorieta, cosa que hacemos descendiendo por un sendero poco frecuentado, pues la vegetación lo hace muy estrecho e incluso algunas zarzas dejan huella en más de un lindo brazo.
         El Salto del Roldán, con sus gigantes peñas de S. Miguel y Amán testifican la habilidad del conductor en el descenso hasta el mismo establecimiento de la mañana. "Las Tomasinas" no tienen la exclusividad del exceso de lorzas del personal son, también, las variadas viandas que cada cual ha traído. "Tocan las trompetas los ángeles anunciadores de los excesos de las próximas fechas".
            Camino de Zaragoza, con "boira pachanguera", damos por terminado el calendario de Esbarre al que deseamos un próximo año cargado de buen rollo montañero y salud para todos sus socios y amigos.
        Los mismos deseos los hago extensivos a los que seguís los pasos de esta "Viejamochila". ¡Y una petición!:
        Entre comida y comida, brindis y brindis, cotillones, reuniones familiares, etc. no olvidemos que hay gentes, como las de Alepo, que no van a tener más celebraciones que las de poder escapar de la masacre de que están siendo víctimas. ¡Alguien tendrá que responder por esto!.
Para ellos...¿es Navidad?


Nos vemos en 2017
El ratón de Viejamochila.










Datos técnicos
Recorrido
Perfil.
Distancia: 11,2 Km.
Desnivel acumulado +: 652 m.
Desnivel acumulado -: 652 m.

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