sábado, 7 de enero de 2017

SERRA GELADA (Sierra Helada) (Alicante)

Día 5 de Enero de 2017
            Nada mejor que alguna que otra caminata para rebajar esas lorzas corporales que los fastos de estas fechas han tenido a bien regalarnos. Cambiamos de aires: de las nieblas y cierzo de mi tierra aragonesa, nos vamos más al sur, en donde el sol premia a los que, ya entrados en años, no andamos sobrados de calorías. Pues ¡mira tú! que como mi ser no está acostumbrado a la benevolencia climática mediterránea, va y pilla el primer catarro (tamaño trancazo) de este invierno. 
          Con un día de retraso, por eso de la afección, vamos a realizar una ruta que separa, o une según se mire, L´Albir (nuestra sede social para mayores durante una semana) y Benidorm. Se trata de La Serra Gelada o Sierra Helada.
Faro d´Albir.
         El día de llegada, tres de Enero,, nos dimos un paseo hasta el Faro del Albir caminando por una senda asfaltada y que, deteniéndonos a observar, descubrimos algunas plantas como el pino carrasco, arbustos típicos del mediterráneo como el palmito, el brezo, las jaras, el lentisco, la lavanda, la madreselva y, entre todos ellos  asoman unos narcisos amarillos.
Brezo en flor.
Narcisos
Restos de la vivienda del capataz.
         En el camino al faro, unas sendas te llevan a las minas de ocre y su cala. Las minas se las conocía como la Mina de la Virgen del Carmen y estuvo en marcha desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Aún se conserva la vivienda del capataz y una línea de pilares que bajan por el barranco que servían de soporte para los raíles de las vagonetas que llevaban el mineral hasta la orilla, para ser embarcado y transportado por mar.
Cala de la Mina.
         Llegamos al faro faro, el paisaje se nos abre hacia el mar y  a la tierra que parece querer penetrar en su fondo como, por ejemplo, el Peñón de Ifach. Desde aquí las vistas son impresionantes, la bahía de Altea, la piscifactoría, los cortados de Serra Gelada con la antena en su punto más alto y el mar Mediterráneo.
Peñón de Ifach.

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Sierra Gelada
Serra Gelada.
Nos saluda.
      Y hoy, quinto día del año diecisiete, Maite y un servidor, con el moco fuera, nos vamos a recorrer, de cabo a rabo, la Serra Gelada, cosa que comenzamos caminando bajo la atenta mirada de un par de juguetonas ardillas.
      El camino comienza en el mismo punto que, un par de días atrás, cogimos para ir al faro d´Albir, aunque hoy, al poco de comenzar, entramos por una senda que se dirige al "Alt del Gobernador".
      Por este camino, la pendiente es bastante pronunciada en los dos primeros kilómetros, así que la tomamos con tranquilidad, disfrutando del paisaje.
       Tras este primer esfuerzo, alcanzamos el Alt del Gobernador, un pico, como muchos otros, sembrado de antenas de todo tipo.
Desde el Alt del Gobernador.
       Un acantilado de 438 m. de altura nos separa de las aguas del Mediterraneo y, asomados al vacío, nos convencemos de que es mejor no medir.
        En el lado opuesto destacan la Sierra de Bernia y Puig Campana que con sus 1406 m. es el segundo en altura, tras el de Aitana, de estas tierras, con una brecha bien marcada en su cresta y que por aquí cuentan que fue (también) el amigo Roldán  quien asestó un puntapié al monte y su huella formó "El Tajo de Roldan". Es lo que tiene el amor aunque seas comandante de Carlomagno.          Los restos del monte quedaron en las aguas del Mediterráneo,  frente a Benidorm, en forma de isla. Esta historia me suena, es una vieja leyenda, pero tajo ¡lo hay! e isla ¡también!.
El Puig Campana y su "Tajo de Roldán"
Maite y, al fondo, "Alt del Gobernador y Peñón de Ifach)
         Un alto en el lugar para tomar una fruta y pronto estamos bajando por un camino asfaltado de servicio para las instalaciones existentes en el repetidor y antenas, y unos metros más abajo, giro a la izquierda para comenzar una senda de continuos sube y baja que, que sigue todo el cordal de la sierra.
          En algunos puntos el camino se torna bastante delicado, ya no voy a decir que peligroso, porque teniendo precaución, minimizas riesgos, pero esas ganas de asomarte al acantilado, sacar una fotografía al borde...
         Hace calor, un calor al que no estamos acostumbrados en estas fechas pero ¡bendito sea!, que en nuestra tierra del fondo del Valle del Ebro, hacía muchas jornadas que el sol brillaba por su ausencia.
Y debajo... el Mediterráneo.

¿Un ibón?
¡Que pequeña se te ve desde aquí!
       De nuevo nos detenemos a echar un bocado, este sube y baja agota las baterías y es preciso su recarga.
        Poco a poco van asomando los rascacielos de Benidorm. Hay a quien les gusta estas monstruosidades, a mí me parece un "gran monumento al pelotazo".
        La última de las bajadas nos acercan a un punto conocido como la "Cruz de Benidorm", ya en la población, aunque observamos que todavía estamos por encima de la mayoría de los edificios, así que toca bajar por una carretera asfaltada hasta el centro de la ciudad que, nos cuentan, la llaman la que "nunca duerme". Así es, pese a encontrarnos en pleno invierno, gracias a la benevolencia climatológica con que es premiada, Benidorm presenta un aspecto veraniego con sus playas con mucha gente tomando el sol, algunos se bañan, y un par de personajes algo "estalentaos", con botas por chancletas, sentados en cómoda posición, se toman un bocata con acompañamiento de birra fresca.
¡Y qué grande desde aquí!
        No ha estado mal esta ruta, no recomendada para quienes padecéis de acrofobia pues su recorrido discurre en buena parte sobre la vertical de respetables acantilados, algo así como las fajas a las que estamos acostumbrados los que pateamos las de Ordesa, solo que aquí no hay valle, aquí hay un inmenso ibón, -digo mar- el Mediterráneo, cantado y contado por juglares y poetas, y hoy con sus aguas manchadas de tragedia que no conviene olvidar cuando disfrutamos de ellas.
     




Datos técnicos:
Recorrido.

Perfil:
Distancia 9,3 Km.
Desnivel positivo: 682 m.
Desnivel negativo: 725 m.
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Torre de Guaita del Cap d´Or.
       Mañana nos iremos a dar un paseo hacia la "Torre de Guaita (vigía) del Cap d´Or", ubicada sobre una alargada y abrupta lengua de tierra que se adentra en el mar, en dirección norte-sur. Hacia su vertiente oeste cae de forma algo más suave, cerrando la pequeña bahía de Moraira y cobijando la playa del Portet de Moraira.
    Hacia su vertiente este, supone la terminación de una escarpada línea de costa, formada por acantilados, barrancos y calas, que se prolonga desde el Cabo de la Nao.
   Hacia el oeste, podremos disfrutar de un atardecer con vistas al Peñón de Ifach, la Serra de Bernia, Serra Gelada (la de ayer) al fondo, y buena parte de la costa norte de la provincia de Alicante. Una auténtica gozada!!!. Y de no ser por la bruma, podremos ver la isla de Ibiza.
Maite y la torre, mirando al mar.

        Aclaro que cuando escribo, ya hemos realizado el paseito que al igual que el de la Sierra Gelada, poco recomendado para quienes padecen de acrofobia. Es lo que tiene este trozo de costa mediterránea.

Hasta pronto.

1 comentario:

  1. Muy curiosas esas formaciones de bloques verticales en Benidorm. Podríamos ir algún día por allí con el Esbarre.

    Feliz Año Nuevo.

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