martes, 21 de marzo de 2017

ARAGÜES DEL PUERTO A HECHO POR LA GR.15

Día 18 de Marzo de 2017
Preparados.

"Quereria estar rio d'estos mons,
brincar entre las penas y cantar,
acarinar los chuncos de las marguins"

     No necesitan traducción estos breves versos extraídos de un bonito poema de Mariví Nicolás. Es la lengua que las gentes de los Valles Occidentales de Aragón han ido pasando de generación en generación, conservando sus raíces, hasta nuestros días.
    Y "Puen d'a Reina" (Puente la Reina en aragonés), es ese punto en el que, cada ocasión que visitamos estos valles, nos detenemos a cumplir con las necesidades de nuestros órganos vitales.
Arquitectura del Val d´Echo.
     Hoy caminamos con los zagales y zagalas del Stadium Casablanca, que se han empeñado, y lo conseguirán, en recorrer, "ora por aquí, ora por allá", el tramo aragonés de la GR.15. Esta senda que une, y "no separa" como algunos quisieran, Navarra, Aragón y Cataluña; al recorrer la zona prepirenaica atraviesa genuinos pueblos de montaña donde el tiempo parece haberse detenido y en los que es posible admirar interesantes muestras de arquitectura popular en un escenario de gran belleza y valor natural.
     Nuestro punto de partida es Aragüés del Puerto, localidad bañada por el río Osia, ahora tranquilo pero cuando su cauce se vuelve bravo muestra toda su energía.
Aragüés del Puerto.
    Atravesamos las calles empinadas y angostas, en algunas de ellas encontramos casales del siglo XVI. A nuestra izquierda dejamos la iglesia parroquial, con doble história, pues en el año 1610, un terrible incendió asoló la localidad de Aragüés del Puerto y destruyó por completo su antigua iglesia de El Salvador. A mediados de ese siglo se comenzó a reconstruir el templo, y las obras concluyeron en el año 1704. Hoy está dedicada a Ntra. Sra. del Rosario y está formada por tres naves separadas por pilares cruciformes. A los pies del templo se encuentra un coro elevado y la torre campanario.
Torre.
       Abandonamos la localidad, un florido almendro adorna el paso de este animoso grupo que comanda, con alegre ritmo, el "boss Félix".      A nuestras espaldas queda el Bisaurín (2670 m.), el más alto de esta zona del Pirineo, en cuyas faldas, cuenta una leyenda, habitaba la Mora (hada aragonesa) de Jasa y, cuenta también, que un caballero intentó apresarla persiguiéndole sobre su caballo, pero no pudo de lo rápida que era. Entonces el caballero la vio sentada en una piedra, como si estuviera descansando, y de que aquella piedra empezó a surgir el agua antes de que la figura desapareciera. Fue el origen de una fuente, la de la Zamputia, en Jasa, a la que se le atribuyen propiedades curativas para enfermedades del hígado y del riñón.
Bisaurín.
Caminante, se hace camino...
      Pero estas gentes del "Stadium" tienen un hígado a prueba de bombas y, el riñón más fuerte que una roca, pues lo aprietan y suben las primeras cuestas como si de un paseo se tratara.
         Una vez alcanzado el cuello Chilica descendemos hasta el barranco Bagües, a nuestro paso unos equinos observan el alegre caminar de estos zagales.
        No dejamos esta ribera hasta llegar a la ermita de  Catarecha, hace un buen día y es momento de realizar una breve parada. La marcha de hoy es un sube y baja continuo que nos exige conservar las fuerzas hasta el final. Esta ermita es parte del antiguo poblado de Catarecha. Reconstruida en 1659, es un modesto edificio de mampostería de una sola nave, coro alto a los pies, y pavimento de guijarros.
Ermita de Catarecha.
Urdués.
     Abandonamos ermita y barranco, de nuevo vamos subiendo. En el camino, los pinos son víctimas de la temida procesionaria. Sus gusanos andan enfilados, bajo nuestros pies, en busca de una cálida tierra donde crear el capullo para convertirse en mariposa.
      Las nuestras, las mariposas, que lucen coloridas pieles, digo camisetas, enfilan la procesionaria humana, hacia Urdués.
     Sobre el resto de populares casas, en las afueras del pueblo, destaca su iglesia de origen románico (s. XII) dedicada a S. Martín. De la fábrica románica, edificada con sillares de pequeño tamaño, se conserva una mínima parte de los muros de la nave y el ábside semicircular.
S. Martín de Urdués.
      A comienzos del siglo XVII se labró la portada de influencia escurialense y fue probablemente entonces cuando se levantó la estrecha torre-campanario y se añadieron dos capillas en el lado sur para ampliar la nave románica. En el exterior aparecen empotradas algunas estelas con cruces y círculos. 
       Una fuente de frías aguas apacigua la sed del personal. Recuerdo una de las primeras entradas que publiqué en esta "Viejamochila" (está aquí): Describía lo que un lugareño de Urdués nos contaba: "-los que beben de esa agua fallecen, a lo que alguiencontestó, creo que fue Maite - ¡los que no la beben acaban igual!".
Entre muros de piedra seca.
         De nuevo estamos caminando, ahora por una pista, ¡cómo no!, "p´arriba", con tal ritmo que la cabecera del grupo se pasa de revoluciones y de camino.             Hay que coger un sendero a nuestra izquierda desde el que divisamos una granja con sus vacas, perfectamente alineadas, con la cabeza hacia el heno y sus nalgas hacia nosotros, disparando el gas metano hacia nuestras proximidades. El efecto invernadero, no solo nos lo producen estos herbívoros, la "cuestecica también sube la temperatura corporal".
         Afortunadamente, el barranco de las Piezas y la collada de San Lorenz, nos muestran, a lo lejos, nuestro destino, Siresa, y, aquí abajo Hecho (Echo en aragonés), pero para alcanzar la que da nombre al valle, aún tenemos que transitar el incómodo barranco de Don Juan.
Ermita de Escaués.
        Antes de entrar en Hecho nos detenemos a esperar a los rezagados en la ermita de Escaués para, una vez reunidos, cruzar uno de los pueblos, para mí, más hermosos del Pirineo.
      Aunque tan solo vamos a atravesar la villa, el que más y el que menos, ya hemos recorrido en alguna ocasión sus calles y no podemos retrasar la marcha. Sus casa disponen de elementos tan propios como las grandes balconadas que se abren en ricas fachadas de piedra, con interesantes detalles en los accesos y vanos, pendientes techumbres de pizarra, coronadas por las típicas chimeneas de la zona, de formas troncocónicas y varios metros de altura.
S. Martín de Echo.
         Y como no podía ser de otro modo, Hecho cuenta con una bonita Iglesia Parroquial románica, dedicada a San Martín. Sus orígenes se remontan entre los siglos XI o XII.
       Hecho tiene un especial interés en conservar las tradiciones populares y culturales de la zona, tanto es así que podemos escuchar a sus gentes hablar en su dialecto, el “cheso", una de las variantes de la lengua aragonesa más vivas y utilizadas en la actualidad. ¿Quién no ha oído "S´ha feito de nuey", bella canción de amor compuesta por Chusé Lera y que nuestro "Boss Félix" tan bien entona en algunas ocasiones? (Antes de seguir, recomiendo escucharla. La dejo aquí abajo.).

       Pero, amigos, aún queda el último tramo que nos dejará en Siresa. Algo más de una hora en la que algunos comienzan a mostrar sus carencias.
    -¡Hale! zagales, acometamos esta calurosa senda, que en su primera parte, discurrirá por el
barranco de Larrigato.
       Como todo camino que transita estos suelos, recorrerlos resulta incómodo, tanto que hay quien olvida que los humanos ya hace siglos que caminamos erguidos y se empeña en certificar la veracidad de la "ley gravitatoria", cayendo sobre tan agresivo suelo. Resultado: "nada que nuestro equipo médico habitual no consiga remediar".
         Reanudamos el camino, que sigue ascendiendo hasta el cruce que, al Oeste, se dirige hacia Ansó y Valdespetal. Desde este punto se observa el estrechamiento del valle que dirige su trazado hacia Oza, escoltado por la sierra de Agüerri con su pico de 2448 m. que ascendimos este pasado otoño Maite y un servidor, relatándolo aquí.
Siresa
          A partir de aquí abandonamos la GR.15 para bajar por la PR-HU.18. El descenso se desarrolla en un cómodo zigzag, bajo la sombra de un denso pinar.        A nuestra izquierda se escuchan las aguas del barranco del Hospital que nos indican que ya estamos llegando a Siresa y que nuestra sed va a ser apaciguada por unas birras que nos servirán en el bar del pueblo. 
     Nos acomodamos en las mesas que nos han preparado en el exterior para dar buena cuenta de los más variados y exquisitos manjares que las mochilas escondían.
        Hay que agradecer a las gentes de este establecimiento, a las que en el camino les hemos anunciado nuestra llegada, la buena disposición para que nos hayamos encontrados cómodos.
S. Pedro de Siresa.
      Comidos, bebidos, aseados..., nos acercamos a visitar una de las joyas de la corona: San Pedro de Siresa. Además, entre nuestras filas contamos con la presencia de José Antonio Mateos, profesor de historia de la Universidad de Zaragoza, que, ejerciendo de guía, nos habla de la historia de este monasterio, del que en la actualidad sólo podemos contemplar la iglesia. Fue construido el año 833, cuando el conde carolingio Aznar Galíndez se estableció en esta zona, en los inicios de los nuevos condados aragoneses. Se convirtió en cuna del reino de Aragón y recibió el favor de sus monarcas. En 1072 se estableció una comunidad de monjes agustinianos. Cinco años más tarde Sancho Ramírez lo designa como capilla real. El futuro rey Alfonso I el batallador, vivió su niñez en este monasterio, motivo por el cual posteriormente recibió muchos favores cuando éste fue rey.
Talla del Cristo crucificado.
     El templo actual tiene una única nave con planta de cruz latina. Se cree que originariamente tenía dos naves laterales, tal y como especifica la liturgia carolingia. Los grandes arcos ciegos que se pueden ver desde el exterior podrían ser los arcos formeros que separaban las naves. Probablemente fue en el siglo XIII cuando se eliminaron las naves laterales, durante unas obras de restauración que se realizaron, debido al mal estado en que se encontraba el cenobio.
      Me llama la atención, una talla policromada de un Cristo crucificado del siglo XIII, con  su expresión serena, sus cabellos y el curioso ombligo en forma de espiral.
       Ante la puerta lateral del templo se encuentra la talla románica de la Virgen de Siresa. Es del siglo XIII, con la imagen de María con el niño sentado a su regazo. 
Virgen de Siresa.

      Ha sido, la de hoy, una agradable caminata por una senda, la GR.15, algo exigente, principalmente en sus últimos kilómetros en los que el calor y el cansancio se ha dibujado en algún que otro rostro, pero a estas alturas, todo el mundo se ha recuperado y si alguien no lo ha conseguido, el viaje de regreso se encarga de ello, pues también en autobús viaja Morfeo.

"Quereria estar zielo, y que la luna
me dase un beso cada nuei en bier-me,
chugar con las estrelas y luzers,
apoyar a lo sol cuando s'aduerme."
Hasta pronto.

MIS CLICS







DATOS TÉCNICOS:
Recorrido

Perfil:
Distancia = 14,6 Km.
Desnivel acumulado + = 807 m.
Desnivel acumulado - = 822 m.

No hay comentarios:

Publicar un comentario