domingo, 29 de julio de 2018

VALLES DE ARÁN Y BARRABÉS


Estanh de Mulleres

         Adelantaba en la anterior entrada el asunto de que nos íbamos a patear otras montañas y, ya de vuelta, echo la mirada atrás y veo buenos momentos. Veo un paisaje pirenaico más bello que nunca. Este 2018 ha sido y está siendo un año prolijo en los detalles que amamantan las más hondas raíces de las montañas.
               La nieve permanece oculta entre las paredes que alojan los cuencos de viejos glaciares, glaciares que en otros tiempos arrastraron los bloques de granito que tanto nos gustan ––u odiamos–– cuando caminamos entre ellos. 
              Y es la nieve la que alimenta, gota a gota, esos barrancos, ríos, cascadas, lagos, manantiales..., gotas que permanecen en nuestras retinas como dulces lágrimas de alegría.
Cascada del río Calhaus.

              Y es el agua la que riega la tierra en la que nacen la mil flores que adornan los prados de montaña, flores que han colmado nuestros sentidos de multitud de colores.
Clavel del pastor.
Por las calles de Bagergue.
           Empero las montañas no son las únicas macetas que alojan la flor, los pueblos araneses lucen en sus balcones y ventanas pequeños paraísos multicolores.
         En fin, amigos, que hemos vuelto (con salud) de pasar nueve días por los valles de Arán y Barrabés, una cuadrilla de "estalentaos" que esta vez lo hemos montado diferente a otras ocasiones: en vez de realizar un trekking, con sus picos y valles, y alojarnos en diferentes establecimientos (albergues, refugios, etc.), hemos elegido unos alojamientos que en otras ocasiones nos dejaron buen sabor de boca (literal) y, desde allí, desplazarnos a las diferentes salidas a la montaña.
Bagergue.
              Quienes leen estas líneas saben que no soy amigo de promocionar negocios, pero "la ocasión la pintan calva", pues estas gentes se han volcado siempre para que nos encontremos con el máximo confort y "bien alimentados". Me refiero al Hotel Seixes regentado por las hermanas Carmen y Montse que, además, se encuentra enclavado en Bagergue que, como dice el proyecto "Viles Florides" que ha galardonado a este pueblo con el máximo premio (cuatro flores):
      "Al son del acordeón diatónico, Bagergue se llena de flores que dan vida y color a las piedras de las características casas de construcción aranesa. El pueblo más elevado del Valle de Aran, situado a 1.419 metros de altura, se caracteriza por sus calles engalanadas con flores de todo tipo; Surfinia, petunias, geranios, gitanillas, caliopes, etc. Sus vecinos destacan por su entusiasmo y su implicación en las tareas de embellecimiento de este pueblo tan acogedor".
Con Mario y Pilar de "Casa Moliné"
          Del Seixes nos fuimos al "Hostal Rural Casa Moliné" de Aneto, regentado por la familia compuesta por Mario, Pilar madre y Pilar hija, bonachón él, simpática una y emprendedora la otra.
           Aneto es un pequeño pueblo aragonés que, a orillas del Noguera Ribagorzana, da nombre a la montaña más alta de los Pirineos.
        Finalmente pasamos una noche en el refugio de Cap de Llauset  de la Federación Aragonesa de Montaña, que con sus 2425 metros de altura, pudimos comprobar que las cosas se están haciendo bien.
              Y, entre hotel, hostal y refugio, alrededor de 100 kms pateados y cerca de 8000 m. ascendidos y otros tantos descendidos (pese a los datos de wikiloc) con unos alegres y duros compañeros de viaje que le llenan a uno de satisfacción. 
                    Los largos valles, las altas montañas, los duros senderos, las rocas de granito, el sudor en la piel, los cuerpos castigados... no han sido suficientes enemigos para arrancar ni un ápice de ánimo de estas gentes curtidas en "aquestas montañas".
Compañeros.

        Además, el fin de semana se nos sumaron tres amigos con lo que ya éramos "cuadrilla" (14 almas).
La cuadrilla.
               Ahora me toca contar algunas cosas que por su duración ––intentaré ser breve–– lo haré en pequeñas dosis.

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Viaje y Bosque de Carlac
"Punto de encuentro"
       
           Iniciamos aquí esos días en que, una vez más, nos juntamos unos cuantos elementos autoproclamados "Estalentaos" y echarle al mes de Julio una pizca de sal, unas gotas de esencia y un canto al alba para dar rienda suelta a una de nuestras pasiones: la montaña. Es esta, la montaña, la que va a poner el resto, además en este año, así lo intentaré describir, la naturaleza está en uno de los grados de esplendor mas impresionante de los últimos tiempos.


  
Día 17 de Julio de 2018
           Somos once almas los que nos juntamos en nuestro punto de encuentro particular, Puente de Montañana, a cumplir con la sagrada costumbre de meternos en el cuerpo esos sanos productos que nos regalan las gallinas y los cerdos. Toda una ceremonia gastronómica.
Bausén.
Con los "bugas", camino del norte, nos dirigimos al pueblo que, junto con Caneján, se encuentran enclavados a uno y otro lado del río Garona, justo antes de que sus aguas emigren a tierras galas: me refiero a Bausén, pequeño pueblo de construcciones típicamente aranesas con sus casas coronadas por tejados de pizarra, construidas alrededor de la iglesia de San Pere (s. XVIII).
              En la entrada del pueblo nos echamos las mochilas a la espalda y comenzamos a caminar con la intención de recorrer unos de los bosques de hayas mas sorprendentes: el de Carlac.
San Roc.
             Abandonamos Bausén por su calle Mayor en dirección Este, pasando ante una pequeña capilla, San Roc, de piedra enlucida de blanco y coronada por una espadaña.
Poco más adelante, en un promontorio, nos asomamos a un mirador que nos ofrece una gran panorámica  del valle del Garona.
El cementerio de Teresa
             Nos acercamos a un lugar en el que se aloja una historia encerrada tras un muro de piedra, se trata del cementerio más pequeño de España pues, bajo un tupido robledal, acoge tan solo una tumba, la de Teresa. Dicen que este bello rincón encierra una bella historia de amor, aunque yo le añadiría que esconde también la crudeza de los actos de la iglesia católica que un siglo después presenta pocos grados más de madurez.
           En los primeros años del siglo XX, una adolescente Teresa se enamoró de su primo Sisco ––en los pueblos tan pequeños esto era cosa habitual––. La pareja quiso hacer las cosas bien y casarse por la Iglesia, como mandaban los rigurosos cánones de la época. Pero su grado de parentesco exigía una dispensa canónica que costaba un dinero (25 pesetas) que los jóvenes, de origen humilde, no tenían. Cualquiera con posibles habría obtenido el permiso eclesial sin mayor problema. No era su caso. A duras penas sacaban para sobrevivir trabajando la tierra. Ello no impidió que los dos enamorados mantuvieran su relación contra viento y marea, y fundaran un hogar juntos. El cura de Bausén les dio la espalda por pecadores, no así los vecinos que les trataron como a cualquier otro matrimonio, sin miradas inquisidoras, ni chismorreos a sus espaldas.
Tumba de Teresa.
               Sisco y Teresa tuvieron dos hijos y, aunque con apreturas, vivieron felices hasta que ella murió prematuramente por culpa de una neumonía. Ocurrió el 10 de mayo de 1916. No llegó a cumplir los 34. Él quiso enterrar a su amada en el cementerio del pueblo, pero el párroco se negó a “profanar” tierra santa con el cuerpo de “una pecadora”, pues así se consideraba a las que habían sido madres sin estar casadas por la iglesia.
           Allí yace Teresa, en un pequeña cementerio, con su rocoso cercado, su puerta enrejada y su árbol dando sombra a una lápida en la que aún se puede leer la dedicatoria (con una pequeña errata) de su marido: "Rercuerdo a mi amada Teresa que falleció el 10 de mayo de 1916 a la edad de 33 años", y otra de sus hijos "A nuestra querida madre".

El Bosque de Carlac
Las hadas Lola y Maite.
        Seguimos nuestro camino, el sendero se adentra en un espectacular hayedo con ejemplares centenarios y de caprichosas formas. Entre las hojas de su follaje se filtra la luz produciendo un entorno cuasi mágico. Las hadas, duendes y demás seres "encantados" los ponemos nosotros. 
      El agua del río de los Lavadores baja limpia y fresca, más adelante la maleza engulle las construcciones de las bordas de Carlac.
           Un fuerte giro nos sube hasta el Coret (corazón) del Pan, punto en el que descendemos hacia las bordas de Sacrotz, antesala de nuestra llegada a Bausén que, tras el recorrido circular, nos recibe con un pequeño bar en el que dejamos las reservas de cerveza bajo mínimos.
Haya del Bosque de Carlac.

El Aneto desde la ventana de la habitación.
A Bagergue
       Una parada en Vielha para realizar una consulta a los amigos de Camins, tomar unos cafés, y nos vamos a Bagergue para tomar posesión de nuestros nidos de ensueño.
       Tras pasar por la ducha nos reunimos para realizar un curiosos itinerario de orientación, similar a los de competición, que nos lleva a recorrer los más bellos rincones de este coqueto pueblo. Una idea exportable a otros muchos y bellos pueblos d´Aragón.
         La cena pondrá a prueba la resistencia gástrica de los "estalentaos" y la capacidad para dejarse mecer por los brazos de Morfeo.
Bona net, buenas noches.
Datos técnicos
El track se puede descargar pulsando sobre la palabra wikiloc del mapa

1 comentario:

  1. Hola José Luis.

    Hace ya unos cuantos veranos que estuvimos por la Val d'Aran y fue toda una sorpresa. El último día pensábamos realizar la circular a los 7 lagos de Colomers y al final cambiamos por el Bosc de Carla, todo un acierto!

    Muy bonita la entrada, me alegro que las disfrutes con tan buena compañía y que sea por mucho tiempo.

    Un saludo.

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