sábado, 20 de noviembre de 2021

BARDENAS REALES (Bardena Blanca)

Día 20 de noviembre de 2021 
Camino de la Blanca
        Hace tiempo que queríamos darnos un garbeo por estas tierras, pero por unas razones u otras (entre febrero y septiembre no se puede hacer esta ruta, es época de nidificación de las aves) no nos había sido posible acercarnos a tan real lugar.
        Lo verdaderamente cierto es que cambiar los bosques de las montañas por terrenos como estos, impacta fuertemente; es algo así como alunizar en nuestro satélite que, casualidad, en esta mañana, escondida entre unas pocas nubes, la Luna luce con todo su esplendor.
        
Relieves
        Pues nada, amigos, que nos vamos camino de Las Bardenas, cuya etimología más creíble parece que viene de la voz aragonesa "pardina" (zona de pastos, con corral, en zonas bajas).
        El buga, en el día de hoy, enfila hacia el SE de Navarra; en el camino por tierras de las Cinco Villas pasamos por Tauste y algunos pueblos de colonización como Sancho Abarca, El Sabinar y, antes de dejar Aragón, Valareña; comarca que me traslada a las raíces de mis antepasados.
        Tras unos kilómetros por pistas, comienza a aparecer esa especie de terreno, que si aconteciera leyenda alguna de su creación, narraría que un gigante la estrujó con sus fuertes manos, creando un desierto arrugado; un desierto que, además, es de posesión real.
Tras los cabezos, el polígono de tiro
        Sí, real porque Felipe V concedió, allá por el 1705, a 22 entidades navarras, los congozantes, el derecho de explotación, situación que sigue vigente, ya que este territorio sigue siendo patrimonio de la corona española (¿incluido en las posesiones del emérito?, ¡vaya usted a saber!).
        Con el polígono militar de tiro aéreo a nuestra izquierda, alcanzamos el desaparecido corral de Mendigacha (355 m.); digo desaparecido porque en todos los mapas aparece tal corral, pero nosotros no lo hemos encontrado, ¿estaremos ciegos?.
        La mañana está algo fresca, las nubes no dejan que el sol eleve el grado positivo de temperatura, así que no queda otra que comenzar a caminar bien tapaditos.
Maravilla de la naturaleza
        Iniciando a introducirnos en este mundo de clima estepario, asimilamos el porqué de denominar esta zona de las Bardenas Reales "La Bardena  Blanca": sus suelos se componen de arcillas, yesos y areniscas, que en su descomposición blanquean el terreno.
        Además, la erosión producida por el agua y el viento han esculpido sorprendentes formas; las más llamativas son sus cerros aislados llamados cabezos, mesetas de estructura tabular con múltiples viseras y terrazas, barrancos etc. Un paisaje que se asemeja a la piel curtida de aquellas gentes del campo en cuyos rostros se reflejaba la acción continua del sol, del aire y del frío.
Estructura con visera
Cabezo de Sanchicorrota
        A nuestra izquierda dejamos el cabezo de Sanchicorrota (419 m.), lugar en el que la leyenda cuenta, se escondía, allá en el siglo XV, el afamado delincuente, Sancho de Rota, al que llamaban "Sanchicorrota", el "Robin Hood bardenero", pues cuentan que robaba a los ricos para repartir entre pobres, asaltando a todo el que pasaba por el camino. Además Sanchicorrota, también debía ser un "figura" pues era moneda de dos caras, la otra le pintaba de personaje de aspecto justiciero, pues se cuenta una historia en la que se muestra un carácter frío y despiadado de malhechor. Se menciona que el "Robim Hood" mandó a construir la cueva donde se escondía, a unos vecinos y que, cuando estos concluyeron su trabajo, el amigo Sanchicorrota los asesinó para asegurarse de que nadie sabría  jamás el lugar de su guarida. 
Otro capricho     
        Pero eso es historia, los malhechores de hoy no andan por estos parajes, así que nosotros dos seguimos el sendero que va ascendiendo suavemente. 
        De vez en cuando, nos detenemos a admirar el paisaje, absortos desde los primeros instantes, que nos muestra los impresionantes relieves que la erosión, con la ayuda de la luz, a lo largo de los años, va esculpiendo en este frágil terreno.
    La vegetación que consigue desarrollarse en este terreno, allí donde la humedad lo permite,  está compuesta por ontinares y sisallares, espartales, romerales sobre yesos, algunas de las comunidades que integran los saladares, coscoja, escambrón, etc.
Despierta, estamos en la Tierra
Plana del Rallón
        La senda asciende un poco más vertical, para alcanzar la plana del Rallón (460 m.) que nos ofrece varios e inmejorables balcones. Un hito con forma de seta, delata que estamos en la cima (492 m.). Aquí nos detenemos a castigar las retinas con la vista puesta en el paisaje que tenemos a nuestros pies, esas arrugas en la tierra de tonos blancos y amarillos, coloreados por los rosados de las arcillas y los regueros profundos que ha surcado el agua y pulido el viento, dibujando este espacio único. Más abajo, donde se conservan los cultivos, el cereal comienza a pintar de verde los campos que rodean Las Blancas. Un poco más allá, en el polígono militar, exento de cultivo, la vegetación de monte bajo crece a sus anchas; incluso más lejos, entre nubes, por un momento el Moncayo permite que le rindamos pleitesía deseando que, sin tardar, la nieve cubra su rostro. Incluso llegamos a divisar el embalse de Malvecino que, en tierras de Aragón, alimenta el Canal de las Cinco Villas.
En la cima del Rallón
Barranco pulido por el agua y el viento
Embalse de Malvecino tras el cabezo y plana de La Raya
Por la Cañada Real de los Roncaleses
        Ahora atacamos un fuerte, pero cómodo, descenso hasta la Cañada Real de los Roncaleses (recorre una vieja ruta de transhumancia que descendía del Roncal para llevar los rebaños a orillas del río Ebro) que, dando la espalda al cabezo de la Raya (498 m.), recorremos en dirección a aquel otro cabezo, algo más solitario que los anteriores, pero reconocible por su perfil y por el hongo que le acompaña; me refiero al Pizquerra, o Piskerra, pues con ambos nombres se le conoce.
         Pues nada, Maite, vamos a por él. Dejamos la cañada por un sendero que parte a nuestra izquierda, camino que a uno y otro lado nos enseña rincones que mi cámara no deja de captar, incluido el que luego descenderemos, llamado Paso de los Ciervos en el que el sol, que ya ha salido, se refleja en pequeños cristales de sal, componiendo algo así como esas luces navideñas que para sí quisiera el alcalde de Vigo.
        Poco a poco vamos llegando a los pies del Pizquerra; echamos un vistazo a la senda de subida y ––¡uf!., ¿qué, subimos? ––ya q´estamos, ¡vamos pues!
Pizquerra
¡Hale, que ya queda poco!
        Ascendemos, con prudencia, por un terreno bastante descompuesto en el que hay que usar las manos en algún momento, pero, casi sin darnos cuenta, estamos en la cima del Pizquerra (472 m.). Nos asomamos al vacío, en el que el hongo queda por debajo de nosotros, Maite, como siempre, primera en asomarse ve partir un buitre.
        Ni que decir tiene la sensación que se siente al estar en esta cima, algo así debió de sentir Neil Armstrong, cuando puso pie en la Luna (si es que estuvo allá). Quien sí parece haber estado aquí para controlar el terreno, fue el amigo Sanchicorrota. 
Hay hongos más sabrosos, pero no tan enormes
¿Contrafuertes del Pizquerra?
Un descansillo a media subida
En la cima del Piskerra
Un vistazo al vacío
Adosado con vistas
A por el descenso del Paso de los Ciervos
        El astronauta no sé, pero nosotros aprovechamos para comer un plátano, tomar aire, cargarnos de energía y "p´abajo", asunto que si en la subida hemos sido prudentes, el descenso supera, con creces, el cuidado que merecen nuestros veteranos huesos.
        Volvemos sobre nuestros pasos, a lo lejos vemos a tres de las cinco personas que nos encontraremos durante toda la mañana. Es lo que tiene el introducirte en este mundo lunático.
     Ahora toca enfilar el descenso por el Paso de los Ciervos, una ancha garganta entre lomas que nos deja en el barranco de Cambrones.
Por el Paso de los Ciervos
Barranco de Cambrones
Ventana natural en el barranco de Cambrones
Lo que no se aprecia desde abajo
        Poco le ha costado al agua de las lluvias crear, sobre un frágil terreno, este barranco en el que asoman algunas oquedades y pequeños escarpes que difícilmente se mantienen en pie.
        Recorremos el barranco por su parte alta, la intención era regresar por el fondo, pero visto que hay barro en algunos tramos, decidimos remontarlo hasta su nacimiento y alcanzar la pista que delimita la Bardena Blanca y el polígono militar. Los 2,5 Km que no separan del coche los recorremos por este camino en el que observamos bastante movimiento de vehículos, cuyos pasajeros se acercan a capturar con sus cámaras esta bella estampa. Seguro que realizarán bellas fotografías, pero desde aquí les resultará imposible capturar las sensaciones que, en una solitaria mañana, hemos sentido nosotros dos.
        Hasta pronto

––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––


Datos técnicos (track)
Recorrido
Perfil:
Distancia, 11,8 Km
Desnivel positivo, 345 m.
Desnivel negativo, 345 m.

7 comentarios:

  1. Muchas gracias José Luis. No descartemos que pueda ser aprovechable para nuestro Grupo N.W.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero que así sea, siempre a conciencia de que el recorrido transita un entorno sumamente frágil. Me consta que los componentes del grupo de NW son sumamente respetuosos con el medio por el que discurren sus salidas.
      Un abrazo amigo

      Eliminar
  2. Qué bonito recorrido y como siempre muy bien relatado. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hola.

    Me pasa igual, que muchas veces digo de ir, pero de momento nada, aunque si que conozco, la Bardena Negra.

    Un recorrido fantástico, que sin duda, es mejor realizar caminando o en bicicleta. Tomo nota de las fechas de anidación, y veo, que toca hacerla ya o esperar al próximo otoño.

    Aunque fotográficamente conocía el lugar, me han gustado mucho las que has hecho.

    Salud y montaña.

    ResponderEliminar
  4. Bonito paisaje!Hasta cuando se puede circular por la zona sin las restricciones debidas a las aves?

    ResponderEliminar
  5. Hola amigo anónimo. Como decía en la entrada, las restricciones comienzan allá por Febrero y finalizan en Septiembre, pero no siempre es así. En la página web de "Bardenas Reales" publican esta y otras informaciones que conviene consultar antes de visitar ese sorprendente lugar.

    ResponderEliminar