martes, 14 de diciembre de 2021

PICO BUÑERO-FORAU DEL COCHO-SANTUARIO DE LA CARRODILLA (Circular desde Estadilla)

Día 11 de diciembre de 2021
        Poco a poco se nos va otro año, próspero para unos, no tanto para otros, pero al fin y al cabo hemos llenado el saco con nuevas experiencias a las que nos agarramos para tornarlas en brillantes expectativas, entre las que, estoy convencido, el calendario montañero de Esbarre y resto de clubs no andarán escasas.
        Como colofón a este difícil año, nos vamos a ver que se cuece allá donde el Somontano oscense se abraza con la Litera, concretamente a lo más alto de la Carrodilla, prepirenaica sierra rica en vegetación, fauna y paisajes de extraordinaria belleza.
        Son las siete de la mañana: veintiún rollizos mozos y mozas esperamos al bus que ha errado en su primera aproximación al lugar de encuentro, sito en las puertas de la Facultad de Veterinaria de la "inmortal Caesaraugusta".
        Tras una maniobra llega y embarcamos para, ¡hale!, tirar para la Osca que allí, tras un nuevo despiste de la nave, recogemos a Jesús, que en otrora fuera comandante de las fuerzas esbarrianas, a Javi, y a su compañera, granadina ella, Ana. ––Pues, oiga, sin calculadora ni ábaco, me salen un par de docenas.
Sierra de Guara
        En el camino,  resulta difícil no echar, una y otra vez, la mirada hacia el gigante Guara, hoy tapado, "bien tapadico", con la sábana blanca que la nieve cubrió, nieve a la que hoy no toca visitar estas tierras, pues el cielo presenta un azul inmaculado.
        Paradica en las inmediaciones de Barbastro, para tomar un café con lo que se precie acompañarle y, en pocos kilómetros, estamos aparcados en la plaza del Portal del Sol de Estadilla.
        Tanto al comienzo como al final de nuestra jornada, atravesamos sus intrincadas callejuelas que evidencian su pasado musulmán.
Escudos de los Castros y Pinós
        Puestos en marcha, atravesamos un arco de medio punto en el que vemos unos escudos nobiliarios, relativos a la fusión que se dio entre las familias de los Castros y los catalanes Pinós. 
        Ascendemos por la Calle Mayor en la que se ubica el Palacio de Abbad y Lasierra, de estilo neoclásico, en cuya fachada se muestra el escudo nobiliario de la familia. 
        Esta noble calle, en la que también se asientan algunas casas solariegas, nos acerca hasta la porticada Plaza Mayor presidida por el Ayuntamiento, edificio de estilo renacentista del siglo XVI. 
Palacio de Abbad y Lasierra
Ayuntamiento
Tierras del Somontano
        Como la ruta es algo larga, dejamos la famosa Fuente de los Doce Caños para otra ocasión, aunque no de asomarnos al mirador, desde el que, por primera vez, vemos la inconfundible silueta, vestida de blanco, de Peña Montañesa.
        El camino, siempre en ascenso,  presenta una monotonía tan solo rota por el paisaje que, poco a poco, se nos va abriendo. Abajo, el Canal de Aragón y Cataluña marcha camino de La Litera para dar de beber a los cultivos de la "Francha". Conforme vamos ganando altura, vemos las construcciones de las afamadas bodegas en las que, cubas de roble, enriquecen esos ricos caldos del Somontano. Barbastro queda algo más lejos aunque, como Costean, se deja ver.
Peña Montañesa
Ganando altura
        Pero nosotros tiramos "p´arriba". La subida y el sol nos invitan a, quien lo diría hace una semana, quitarnos algunas prendas de abrigo; y a los buitres a meterse en una corriente térmica y, en círculo, elevarse majestuosamente hacia el cielo.
        La mencionada monotonía del ascenso, en ciertos tramos, se ve rota por algunas paredes como las que presenta la Peña Palomera, cuya estampa rodeamos por la derecha. Esta parte de la Sierra Cazorrilla, orientada a los vientos del norte, se encuentra poblada de plantas aromáticas como el romero, espliego y tomillo; también crece el "chinebro", enebro en aragonés, así como la coscoja.
        Chino, chano, como el que no quiere, divisamos las antenas que se asientan sobre nuestro objetivo, destino que en pocos minutos alcanzamos.
        Estamos en el Pico Buñero que con sus 1109 metros constituye la máxima altura de la Sierra de la Carrodilla. 
        Realmente ha valido la pena encaramarnos a esta atalaya pues, como se adivinaba durante todo el ascenso, las vistas son inmejorables: con sus faldas pobladas de encinas y quejigos, este pico nos  regala la vista con la contemplación de los valles del Cinca y el Ésera, las cumbres pirenaicas de Ribagorza y Sobrarbe, la sierra de Guara,  el Somontano, la Sierra de Montsec, etc., lástima de las nubes que, desde la vecina Francia, se agarran a las más altas cumbres del Pirineo, para impedirnos disfrutar de un paisaje que solo se puede observar desde balcones como este del Buñero.
        No obstante, la mañana invita a calentar las cámaras fotográficas, captando tanto al paisaje, como a la cuadrilla de Esbarre, siempre en torno al vértice geodésico que se aloja bajo un bosque de antenas.
Turbón
Sierra de Montsec
En la cumbre
Hay que bajar
        Henchidos pulmones y espíritus, iniciamos el descenso que ahora sí, ahora es un poco más entretenido que lo acontecido en la subida: una estrecha senda, desciende bruscamente entre arbustos de carrasca, cuyas picudas hojas ponen a prueba la resistencia de los "calzoncicos montañeros", made in Taiwan. Algún que otro tramo, también pone a prueba la habilidad del personal a la hora de salvar ligeros obstáculos, de esos de alzar la garra.
        Doscientos metros abajo, un cartel informativo nos indica el desvío hacia los interesantes abrigos rupestres Forau del Cocho.
Pequeños círculos
        Algunos subimos hacia estas cuevas que albergan unas singulares pinturas pertenecientes al estilo esquemático (7000 a 3500 AP), obras de las manos de aquellos artistas de las edades del Neolítico y del Metal, que accederían a estas recónditas cavidades para plasmar en  la piedra sus creencias y su visión de lo que les rodeaba. Prueba de ello son las pinturas que observamos en un par de abrigos en las que se aprecian: en uno de  ellos una cabra rodeada de pequeños círculos; en el otro, el más importante, se ve con claridad un ciervo rodeado de puntos en líneas verticales, bajo una serie de puntos y trazos gruesos. Difícil entender qué les llevaría a plasmar, en este pequeño museo, estas figuras.
Ciervo
Cabra
En la faena
        Una vez contemplado un pequeño fragmento de la historia de la humanidad, retomamos el camino que, en un momento, nos acerca al "restaurante del día", ubicado en la campa del Santuario de la Carrodilla, cuyo bajo muro ejerce de mesa y banco para que estos hambrientos seres aplaquen su voraz ansiedad.
        Parece ser que algunos datos remontan la existencia del Santuario al siglo XIII, edificio que antes fue una hospedería que se encontraba en un cruce de caminos. Según la tradición, el santuario tiene su origen en una leyenda (o no) que dice que la Virgen se apareció a dos carboneros que iban en carro a cortar leña al monte. Dicha virgen, no muy amiga de pedir favores, ahora sí, ahora les pidió que se erigiera allí un santuario para venerarla (¿egocentrismo sagrado?). Dieron cuenta a los vecinos de Estadilla, pero estos, que eran gentes, de poco creer en lo de allá arriba, se burlaron de ellos. Cuando regresaron ante la Virgen, la buena mujer, faltaría más, hizo un milagro para que fueran creídos: la mano de uno de los carboneros quedó pegada a su mejilla de modo que no habría fuerza humana capaz de despegarla. Así les creyeron y se erigió allí un santuario. Lo que no cuenta la leyenda, es el momento en que la mano fue despegada de tan santa faz.
Santuario de la Carrodilla
Estada
        Quienes sí despegamos el trasero del muro somos nosotros, así que cargamos las aligeradas mochilas y seguimos el camino que en este tramo coincide con la GR.45, una pesada y monótona  pista de más de 6 kilómetros que, como novedad, tan solo nos ofrece la vista de Estada, que antes quedaba escondido, hasta llegar al punto de inicio en Estadilla.
        El bus nos espera en el mismo lugar que lo hemos dejado. Nos acicalamos, algunos más que otros, para asaltar los dos bares de la plaza del Portal del Sol (hace honor a su nombre) y aligerar el lastre de barriles y botellas de birra.

        Las terrazas, orientadas hacia el mencionado astro, las ocupamos para brindar y "charrar" de la excursión de hoy.
        Como decía en la introducción, este año se nos va; en el próximo prometemos ser buenos, saldremos a montañas, valles y barrancos a disfrutar de su existencia y portarnos bien con el entorno que nos acoge. 
        Cuando, tras dura jornada montañera, regresemos a la city seremos tan prudentes como el resto del día, pues aquí abajo, los nuestros nos necesitan enteritos y sanos, pues el peligro anda rondando a la humanidad y... ya sabemos a qué me refiero.
        Y a ver si el Noel, Santa Claus, Nicolas, o como leches se llame; o quizás los Magos, migrantes de oriente, nos regalan un poco de paz y salud porque ¡cagüenlá!, ¡vaya  con los bichos!
        Hasta pronto.

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Datos técnicos
Recorrido
Perfil:
Distancia, 16,8 Km
Desnivel positivo, 740 m
Desnivel negativo, 740 m.


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