martes, 1 de marzo de 2022

SIERRA DE MIJAS (Circular)

Paseando por Úbeda
        Una escapada por el sur de este bello país en el que tuve, hace muchos años, la suerte de nacer, nos acerca a la costa malagueña, tierra nutrida de contrastes, tanto en lo referente a su geografía como a sus gentes. Aquí se funde el mar con la montaña, el flamenco con el rock, la riqueza de unos con la miseria de otros, el sol con el viento y allá, a lo lejos, en el horizonte, vuelan aves y esperanzas, sueños y lágrimas de los que hacia acá quieren llegar.
        En el viaje realizamos escala en dos ciudades que teníamos apuntadas en la "libretica de cosas pendientes": se trata de Úbeda y Baeza, pueblos que cuentan con un espléndido patrimonio monumental del renacimiento.
Palacio de Jabalquinto en Baeza
Baeza. Fuente de Santa María
Jaen, un mar de olivos
        De camino al sur, Maite, Concha y yo, que somos los viajeros de turno, sentíamos una especie de goce visual cuando el buga, allá en tierras de Jaén, volaba sobre un mar de viejos olivos (dicen que 60 millones en la provincia). Más tarde, nuestros paladares probarían el sabor de ese oro líquido, como así lo llaman por estas tierras.
        Antonio Machado, que impartió clases de francés el instituto de Baeza, de 1912 a 1919, entre paseo y paseo por los senderos que unen la localidad con Úbeda, escribía:
¡Viejos olivos sedientos 
bajo el claro sol del día, 
olivares polvorientos 
del campo de Andahicía! 
¡El campo andaluz, peinado 
por el sol canicular, 
de loma en loma rayado 
de olivar y de olivar! 
Son las tierras 
soleadas, 
anchas lomas, lueñes sierras 
de olivares recamadas.
  Día 25 de febrero de 2022
Vista de Mijas
        La mañana ha salido muy nublada, el Calamorro  y el Cerro del Moro, picos que se alzan sobre Benalmádena, se esconden bajo una pesada nube. Como este y algún otro monte ya lo subimos en otra ocasión, allá en el 2015, Maite y yo no acercamos a Mijas, un bello pueblo famoso por los burros*, emplazado a 424 metros sobre un Mediterráneo del que tan solo lo separan escasos 5 kilómetros. En sus calles, de indiscutible trazo musulmán, se levantan viviendas (y garitos turísticos) de blancas fachadas plagadas de  coloridas macetas. Varios miradores nos asoman hacia el mar, allá de azulada agua y acá de ladrillos y más ladrillos. 
Sierra de Mijas, con una de sus "mordidas"
        Al otro lado, hacia el interior se eleva una serie de picos que, como el Cerro del Moro  y el Calamorro, también se esconden a lo largo de la "Sierra de Mijas". Esta sierra está compuesta de rocas de dolomías, de naturaleza calcárea, de las que se extrae un excelente material de construcción, por lo que se han sacado cantidades ingentes de material, testificado por las heridas que se observan en sus enormes canteras, algunas de ellas en periodo de restauración.
        Como no hace día de playa, ––¡hale Maite, vamos arriba!. Así que aparcamos el buga en las cercanías del barrio de Las Terrazas de Mijas (420 m.) para iniciar el ascenso por un sendero que se abre paso entre una vegetación compuesta por pino carrasco, encinas y algunos arbustos como romeros, jaras, aliagas e, incluso, algunos palmitos.
Vamos "p´arriba"
        Conforme vamos ganando altura el paisaje hacia la costa de Fuengirola se va abriendo, lástima que las nubes no nos dejan ver más allá. Más cerca, el conjunto del pueblo de Mijas, nos enseña su blanco semblante.
        Cruzamos una carretera que asciende hacia unas instalaciones de comunicación repleta de antenas, pero que ni vemos ni veremos.
        Llegados a la cota 800, tomamos la GR-249, un bonito sendero que se adentra en una espesa niebla que nos impide vislumbrar más paisaje que el terreno que nos rodea. Afortunadamente, vamos equipados con navegador, aunque la traza de la senda no lleva a engaños. No así una joven, de habla inglesa, que nos encontramos y nos pregunta si por aquí se va a Alahurin De la Torre (sin palabras), población muy conocida por albergar una cárcel muy visitada por el famoseo de la Costa del sol.
Niebla en el camino
Una pequeña trepadica
        Tras varias lazadas, alcanzamos el collado de Las Tres Caleras (855 m). A partir de aquí, el camino discurre por un cordal que en sus primeros metros, unas rocas nos exigen utilizar las manos para salvar una pequeña trepada que nos deja ante una mesa informativa explicativa de lo que desde aquí se ¿divisa?. De no haber nubes, aquí,  en el Cerro Valcázar (900 m.),  el paisaje se nos abriría sobre la Hoya de Málaga, el Valle del Guadalhorce y el Mar de Alborán, así como la cuerda que une esta parte de la sierra con el Cerro del Moro y el Calamorro. ¡Qué le vamos a hacer, así es de caprichosa la naturaleza!, nos conformamos con la fotografía del panel.
Mesa informativa: lo que veríamos y...
...lo que vemos
Acebo
        El cordal inicia un ligero descenso hasta alcanzar el collado de La Media Luna. 
        Dejamos dicho cordal para atacar una fuerte bajada por un sendero en el que la humedad depositada en las piedras nos exigen algo de cautela; esa misma humedad lava la densa vegetación que, en esta vertiente de la sierra, aporta un paisaje más atrayente: asoma alguna otra planta como el acebo y los troncos de los árboles se engalanan con vestidos de la colección "liquen".
        Así, entre esta variada vegetación, alcanzamos un camino que une, ahora sí, Alhaurín De la Torre con Mijas, hacia donde echamos nuestros pasos.
Pino del Puerto de las Grajas
    El camino se viste de amabilidad, no tardamos en alcanzar el "Pino del Puerto de las Grajas", catalogado por el ayuntamiento de Mijas como singular, no solo por su porte, que lo tiene,  sino también por ejercer de hito en un cruce de caminos que los de la zona llaman comúnmente "el pino".
        Seguimos descendiendo, a nuestra derecha va apareciendo una de aquellas canteras, esta denominada de los Arenales. Una especie de circo muestra buena mordida a la montaña, pero que al menos, se han realizado trabajos para integrar en el paisaje, esta enorme herida abierta en la sierra de Mijas. Para todo esto, en cada una de las terrazas han plantado árboles hasta la cantidad de 7000 ejemplares y unos 8000 arbustos. Esta labor ha llevado a la cantera de Los Arenales a recibir el premio a la mejor restauración, un galardón que se acentúa al tratarse de la primera recuperación en piedra caliza que se efectúa en Andalucía.
Cantera de Los Arenales
Entre la Niebla: Fuengirola
        La blancura del pueblo de Mijas y Fuengirola, a cada paso, se ve más cerca. Abandonamos la comodidad del camino para descender algo más bruscamente por un sendero, maltratado por las ruedas de los "tráileros", que discurre por un cortafuegos.
    Alcanzamos la carretera que sube desde Benalmádena, por la que retrocedemos unos metros para cerrar esta ruta circular de una agradable mañana, con unas nubes que nos han hurtado grandes vistas, nubes que la piel de la península Ibérica espera rieguen huertas y páramos.
            Hasta pronto

        *Cuando hablo de burros, no me refiero a esos que se pelean entre ellos por discutir quien es más corrupto de entre la fauna del "Penoso Politiqueo", ni tampoco me refiero a los que invaden naciones, como Ucrania, a base de matar indiscriminadamente a niños, mujeres, ancianos y hombres, cuyo pecado es vivir en sus país (son más humanos los cuadrúpedos de Mijas).

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Enlaces a fotografías:

Datos técnicos:
Recorrido
Perfil:
Distancia, 9 Km.
Desnivel positivo, 550 m.
Desnivel negativo, 550 m.

3 comentarios:

  1. José Luis: En lo que te conozco, eres persona de ir siempre de frente y poco amigo de dar rodeos. Espero que a raíz de esta ruta no comiences a ir por los "Cerros de Úbeda". Muchas gracias por la descripción y las imágenes. Un abrazo.

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  2. Son muchos los recuerdos que me han venido de esas tierras de Jaén que tuve la fortuna de disfrutar hace ya cuarenta años. Excelente crónica y unas fotografías que no la pueden ilustrar mejor. Gracias y un abrazo amigo.

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  3. Como siempre una delicia caminar desde el sofá con vosotros. Yo no me he cansado, pero he visto paisajes preciosos y visitado terrenos desconocidos. Me ha gustado mucho la restauración de la cantera.
    Cuántos burros hay en este mundo en el que hoy todavía nos dejan vivir, no sabemos por cuánto tiempo más.
    Seguid disfrutando.

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