martes, 3 de julio de 2012

VUELTA AL MONCAYO

El sábado pasado habíamos quedado con José Luis M., Mª Jesús y unos amigos de ambos para realizar la vuelta al Moncayo pasando por varios picos y collados. Como ya es sabido, ya hemos estado por estas rutas varias veces pero de esta manera no la habíamos realizado, así que a las 9:30 h. comenzamos a caminar saliendo desde la fuente de los Frailes en donde a buena sombra, dejamos descansar los coches.


Los primeros pasos los dimos en una ligera pero agradable ascensión por el bosque en el que predomina el pino rojo y la planta de la frambuesa que no tardando mucho nos proporcionará el jugoso chordón.
El suelo que íbamos pisando, bien dirigidos por José Luis, es una alfombra de esas que algunos palacios quisieran lucir.







En un momento y sin darnos tan apenas cuenta, dejamos atrás el santuario, que en vísperas de la romería que las gentes de S. Martín realizan cada año para estas fechas y que precede a la de Quililay en la que lo vecinos de Tarazona ascienden al lugar a disfrutar de buenas y abundantes viandas, ya lucia abundancia de personal con mesa y mantel.






A estas alturas ya va cambiando la vegetación y a  las plantas descritas en nuestra anterior y reciente visita al lugar, le añado la Digital (digitalis) o dedalera, bueno, tiene un sinfín de nombres en función de la zona en la que se halle.








Y que decir del grupo, ya pasado el collado Bellido, el cansancio empezaba a notarse en algunos rostros no acostumbrados a estos "paseos" pero que con su esfuerzo y sacrificio lograban coronar primero el pico Lobera y..









..y tras una larga y costosa caminata ..... ............................................................,











....ya divisamos el pico del Moncayo que desde lejos inmortalizamos con esta fotografía que vale de presentación de los expedicionarios: José Luis M., Maite, Luis, José Luis (yo), Raquel, Ester, Mª Jesús y el fotógrafo Francisco que lógicamente no sale en el retrato y que en el próximo conoceremos.




Pues ya lo conocemos, el de la gorra es Fran y si me he entretenido en esto de las presentaciones es porque una vez más, cuando te echas la mochila a la espalda y castigas un poco a esa botas que te conducen por pistas y sendas montañeras, siempre lo haces en compañía de buenas gentes y estas a mí, al menos me lo parecieron.

En el pico y al abrigo de un ventisquero, aligeramos las mochilas de lastre dando buena cuenta de los alimentos y bebidas que estas portaban.
Lo que no sabíamos es el postre que que nos esperaba.




Y es que como no lo conocíamos, José Luis y yo decidimo cambiar el descenso y en vez de hacerlo por el sitio habitual lo realizamos por el collado de Castilla. A mí me pareció bonito (será por la novedad), variado en su paisaje  y menos transitado, aunque tengo que reconocer que mas largo que el clásico lo que hizo mella en algunas piernas.



Pero la sonrisa de sus rostros encubría el temblor de sus piernas y es que estos sufridos montañeros se habían echado al cuerpo, no solo las viandas de  la mochila, sino también 20 Km. de pateo con un desnivel acumulado de 1200 m. y ¡ya esta bien!
Eso si, había premio y al paso por el bar del santuario, ahora ya mas tranquilo, nos birrahidratamos con unas buenas jarras.

En un momento, nos presentamos en la fuente de los Frailes donde nos despedimos y felicitamos  a todos por el esfuerzo realizado.
A nuestra vuelta a Zaragoza, hicimos una parada en Alberite de San Juan donde nuestros amigos José Luis y Mª Jesús tienen una bonita casita y un enorme terreno en el que se crían unos calabacines que ya Maite a introducido en una fritada que hoy mismo caerá.
Y nada más, hasta otra.

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