Día 9 de Marzo de 2013
De momento vamos por la pista que llega al santuario que, lógicamente, no fue construida para el acarreo del trigo de los sanados.
La que mejor se mantiene a duras penas en pié, es la de la Virgen de Fabana (no confundir con la de Fabana, que sin virgen, se encuentra en las proximidades). Las tejas que deberían cubrir el pequeño pórtico, se encuentran es el suelo, por lo que mejor no asomarse.
Al regreso, un claro de ese espeso bosque, nos deja sacar una instantánea del Huevo que a mí, más que un huevo me da la impresión de ser otra parte anatómica del santo.
Añadir leyenda |
Ruta: Desnivel positivo 510 m. - negativo 500 m.
Por más que uno deje parte de las suelas de sus botas por estos parajes, por más que la cámara fotográfica plasme los mil y un rincones de esta sierra, la de Guara, cada vez que la visitamos, nos sorprende y nos hace más pequeños cuando nos encontramos rodeados de esas impresionantes moles calcáreas que la naturaleza ha querido darle formas de lo más curioso.
Hoy vamos Maite, Piedad, Luis y quien suscribe. El día esta despejado, solo alguna que otra nube jalonan el horizonte y por el momento ahí se quedan. En el aparcamiento que se encuentra al pie de la presa de Vadiello, dejamos el coche y nos ponemos las botas.
Añadir leyenda |
Hace un buen día, por lo que nos aligeramos de las prendas que en estas fechas sería normal acarrear en nuestros esbeltos cuerpos.
Las recientes y copiosas lluvias, este año le dan y le darán al paisaje una belleza que hace ya tiempo que no se veía. Por cualquier rincón, la tierra deja brotar agua cristalina, que deja caer por sus barrancos formando ruidosas e impresionantes cascadas.
Cruzamos el túnel que da acceso al dique del embalse de Vadiello, no sin antes asomarnos a observar el fuerte chorro de agua que, al fondo, la presa escupe. Desde su orilla, las aguas del embalse, nos reflejan los rayos del sol de tan agradable mañana.
Embalse de Vadiello |
El camino lo comenzamos por una cuidada pista, no sin antes girar la vista hacia nuestra izquierda para admirar los gigantes bloques conglomerados de El Puro, Pico de San Jorge, La Mitra y el Pico Borón.
Presa y conglomerados |
Abandonamos la pista |
En un lento ascender por la mencionada pista, el calor va calentando nuestros cuerpos, por lo que decidimos meter en la mochila la penúltima capa de ropa. Una, no se si ermita o esconjurandero, nos indica que debemos abandonar anchos caminos y descender por la senda que nos conducirá al fondo de barranco.
Mesa informativa |
Previamente, nos paramos a leer una mesa informativa, bueno, quien la lee es Luis en voz alta: Este gran santuario está dedicado a los santos mártires Cosme y Damián, hermanos y médicos de profesión, siendo los patronos de los médicos y cirujanos. Según la tradición, eran hermanos gemelos, nacidos en Arabia. Practicaban la profesión sin aceptar pago alguno por sus servicios, por eso se les conoció en el oriente, entre los santos llamados "los sin dinero"
El conjunto de edificios de San Cosme y San Damián, se encuentran dispuestos en torno a una plaza rectangular, apoyados en su zona norte por el muro de conglomerado calizo, propio de la zona.
Santuario de San Cosme y San Damián |
Adosada al santuario se encuentra la hospedería de peregrinos donde se hallaba "el cuarto del peso", con una gran balanza suspendida del techo y destinada a pesar a los sanados por los santos, los cuales debían entregar al santuario, en agradecimiento, su peso en trigo.
Ya vemos que lo de "sin dinero", tiene truco, pues el trigo también es una forma de pago. Ya por entonces se practicaba la medicina privada.
Secularmente la propiedad del santuario recae en el linaje de los Azlor, señores de Panzano, que con el tiempo adquiririán los títulos de duques de Villahermosa y condes de Guara entre otros. En la actualidad el conde de Guara es el titular del lugar, quién ya en 1792 nombraba a los eclesiásticos encargados de la gestión religiosa del enclave.
Esto es lo que decía el cartel porque ver, lo que se dice ver el santuario, pues como que no.
Una agradable senda, en descenso, nos va adentrando poco a poco por un barranco que ya nos anuncia que el árbol que vamos a ver durante toda la jornada, será el roble.
Luis marca un ritmo de bajada adecuado a quienes les seguimos..
Cascada |
El fondo del barranco nos lo señala una cascada de agua, difícil de ver en épocas más secas que la de este invierno.
Una subida, en varias lazadas nos coloca en la explanada que los dueños del santuario de "los sin dinero" han ejecutado y para lo que, supongo, no se les habrá puesto muchos impedimentos por parte de los responsables del parque natural y resto de administraciones.
Llegamos a la puerta del santuario y una cadena sujeta por un candado, nos indica que sigamos el camino, que nosotros no necesitamos de ninguna curación y además, no tenemos trigo con que pagar.
Ermita de San Urbez |
Seguimos ascendiendo y varias serán las ermitas que veremos, San Urbez, Fuensanta, Virgen de Fabana ..., y es que en tierras de pecadores, cuantas más ermitas, mejor.
La de la Fuensanta es la de fachada mejor conservada, tras de ella, un manantial brota de entre unas rocas y más que por milagro, debe ser por asuntos más terrenales como es la facilidad que el agua encuentra para discurrir por el interior de terrenos calizos.
Fuente de la Fuensanta |
Cierto es que, el lugar bien merece una parada para disfrutar del entorno de la fuente, ya que la fachada de la ermita está construida con caravista del siglo XX o XXI.
Les saco una foto al manantial y a quienes lo observan y proseguimos la marcha.
De momento vamos por la pista que llega al santuario que, lógicamente, no fue construida para el acarreo del trigo de los sanados.
Otra pequeña ermita, de esta no se el nombre, nos guía en el camino que debemos seguir.
Ermita de la Virgen de Fabana |
La que mejor se mantiene a duras penas en pié, es la de la Virgen de Fabana (no confundir con la de Fabana, que sin virgen, se encuentra en las proximidades). Las tejas que deberían cubrir el pequeño pórtico, se encuentran es el suelo, por lo que mejor no asomarse.
Seguimos por la pista hasta que en pocos metros, tomamos la senda que nos lleva hacia "El Huevo.
Hacia la Peña de San Cosme |
El primer tramo sube en lazada por un bosque de jóvenes robles hasta que en un desvío, no señalizado, tomamos rumbo hacia la peña de San Cosme que preside la mole pétrea en que se apoya el santuario.
Valoramos subir a la cima, pero tras ver un paso aéreo (mucho) dotado de una cuerda que se esconde bajo la espesa vegetación que este año campa por sus anchas, las nubes que empiezan a amenazar y la prudencia de estos "jóvenes montañeros", decidimos no atacar y a refugio del viento dar cuenta del más famoso de los frutos canarios: el plátano.
Peña de San Cosme |
Encinar |
La senda que hasta aquí nos ha traído, nos devuelve al cruce que antes habíamos tomado, ahora lo hacemos en dirección al Huevo. De pronto nos encontramos en el interior de un bosque impresionante de encinas al que la escasez de luz que en él penetra, lo ha teñido de verde. Es como si una hada, con su varita mágica, nos lo hubiera sacado de un cuento y colocado en las entrañas de la sierra de Guara.
Llegamos a la base del Huevo de San Cosme, desde ese punto es difícil observar la grandiosidad de ese monumento natural.
El Huevo |
El Huevo de San Cosme |
Como el tiempo está amenazando borrasca, iniciamos la vuelta al ritmo que Luis nos marca y tras retomar la pista que habíamos dejado, seguimos subiendo y llegamos a un cartel que nos anuncia el camino a seguir en dirección a Nocito y Ermita de Fabana. Luis se acerca a ver si la encuentra pero la dejamos para otra ocasión, de hecho, ya la vimos en nuestra intentona de subir al Fragineto. Desde este punto, tenemos la vista de donde hemos estado poco antes y se aprecia mejor las peñas de San Cosme y su Huevo.
En primer término, las peñas de San Cosme y El Huevo |
El viento nos trae una diminutas gotas de un lejana nube, por lo que aceleramos el paso y nos detenemos en el alto de la Tejería, cruce de caminos que une ambos valles cubiertos por las aguas de Vadiello y Calcon
En poco tiempo llegamos a punto desde donde nos habíamos desviado en dirección norte, hacia las ermitas.
Sin parar, bajamos hasta el embalse donde nos espera el coche.
La Mitra de Maite |
Como es buena hora, decidimos tomar nuestros bocadillos en algún lugar que nos sirvan un buen zumo de cebada. Lo hacemos en el albergue de Castilsabas que aunque cerrado, su guarda nos sirve unas cervezas que tomamos en el exterior, mucho menos frío que el interior.
Y acompañado por tres somnolientos acompañantes, conduzco mi humilde vehículo hasta la Caesaraugusta.
Hasta pronto
Mas imágenes en el enlace de Fotos
Cada vez me gusta mas tu blog y me quedo mas enganchada de tus excursiones. ¡que bonito!
ResponderEliminarQue maravilla!!!
ResponderEliminar