lunes, 14 de abril de 2014

BECEITE A PEÑA GALERA (y vuelta)

Galera
Día 12 de Abril de 2014
Ya tenía yo ganas de mover las tabas en alguna que otra cuestecica que, aunque carente de romano-gótico-lombardas edificaciones, pasase a ser el paisaje, el mas bello de los monumentos. Y todo gracias a que los cabeza-pensantes de Esbarre, nos han preparado esta salida como aperitivo a las que en los próximos meses abordaremos.
Alguna nube tempranera (o trasnochadora, según se mire), ha mojado las calles de mi barrio. Atos (mi can), como cada día, me saca a pasear, son las cinco y cuarenta minutos y la "panadera de Sagasta" ya va regando el bulevar con toneladas de migas para que las palomas (aviones hércules, diría yo), lancen desde la altura, una especie de cócteles explosivos convirtiendo a bancos, farolas, coches y pavimento, víctimas de esta batalla primaveral.
Pocos días después, volvemos a la "Toscana aragonesa", lo hicimos cuando recorrimos la Vía Verde del Zafán
El autobús recorre hoy, en principio, la fértil tierra del Ebro que tras abandonar la noble Zaragoza, tiñe de verde pueblos como El Burgo, Fuentes, Quinto, Pina... Pasamos la "bienplantá" Azaila. A partir de aquí y en vísperas de la Santa Semana, el entorno huele a tambor y bombo, huele a tradición, huele a Buñuel.
Hoy estamos castigados, no hay parada para café ni para desalojo renal previo al "paseo". Nos vamos acercando a Beceite, lugar de arranque de la jornada esbarriana.
Un túnel y puente posterior, nos abren las cortinas de esta bella población, puerta de entrada al Parrizal, entorno en el que el río Matarraña invita a recorrer un atractivo rincón, preparado para todo tipo de visitantes (hoy no toca). 
Ermita de Santa Ana.
A la entrada de la villa, nos calzamos las botas y recorremos sus calles. Un perro desde lo alto de un tejado, contempla con estupor el paso de estos ejemplares con mochila. El conjunto urbano es hermoso y complejo, dado que se adapta a la orografía abrupta del terreno. Predominan, por tanto, las calles empinadas y de trazado irregular. Gran encanto le aportan sus numerosos callizos y los portales del antiguo recinto amurallado. En alguno de ellos se ha superpuesto una capilla superior (vemos una de la virgen del Pilar), dando como resultado la característica capilla-portal, tal como ocurre en el de San Gregorio y en el de San Roque. El interés de este conjunto se reconoció al declararse en 2007, Bien de Interés Cultural (BIC). Accedemos a la población por un esbelto puente de piedra situado junto a la ermita de Santa Ana. 
Antigua Fábrica Noguera.
Muy próxima a ella, en la otra orilla del río Matarraña, se encuentra la Antigua Fábrica Noguera: galería de arte y espacio cultural que utiliza una de las antiguas fábricas de papel que se instalaron, entre finales del siglo XVII y principios del XIX, junto al Matarraña para aprovechar sus molinos la energía hidráulica que proporcionaba el río. En el caso de la Font del Pas se ha rehabilitado y acondicionado como establecimiento hotelero.


San Bartolomé.
En el centro de la población, ya en una zona considerablemente alta, se localizan la iglesia parroquial de San Bartolomé y la casa consistorial con su bella lonja. Otro edificio interesante y singular es el Palau. Por su enclave también son destacables la ermita de Santa Bárbara y el calvario que la precede, situados en la zona de mayor altitud del conjunto, próxima a la vía de acceso al Parrizal.
Todo un lujo para comenzar la andada por estas bonitas calles, pero nuestra ruta es otra, dirigimos los pasos hacia el este, en dirección a la Peña Galera.

Peña Galera.
Recibe este curioso nombre por su parecido, dicen, a una de esas naves. La Peña Galera (negra naos, por el color de sus cascos) es un relieve, de fisonomía muy variable según la perspectiva desde la que se mire, que se levanta entre los ríos Algars y Ulldemó muy cerca de Beceite. No tiene la apariencia de los picos pirenaicos de forma mas o menos piramidal con collados que definen una cima principal, es mas bien un altiplano de perímetro sinuoso elevado sobre verticales murallas calizas, vamos, como si fueran las diferentes partes de una nave.


Primera cuesta.
Perfectamente dirigidos por Ricardo, al salir por la pista asfaltada que recorre la vega del río Ulldemó, tomamos una senda que en agradables lazadas nos van elevando por una zona salpicada de florecientes tomillos, brezos y aliagas.
Abajo va quedando Beceite y sus huertos, muy fértiles en estas fechas. Me viene a la mente  el "acontecimiento de la semana", el ministro del agro-hispano, se quiere ir a vegetar a Bruselas y abandona su ruinoso ministerio. Hombre este, Cañete, de tan  enorme corpulencia como patrimonio.
Aliagas y tomillos.
A la cola del pelotón, Pedro Rovira, nuestro biólogo particular y yo vamos hablando de temas relacionados con su pasión, el medio ambiente. Me enseña la planta del brezo, comentamos temas relacionados con su gran afición como es la fotografía  de la naturaleza. Y chino chano, anda que te anda, que la cabeza del pelotón y los que tras ella transitamos, no hemos visto una senda por la que debíamos desviarnos y en consecuencia, hacemos un recorrido "de propina", que bien vale la pena por su entorno. Hemos dado una pequeña vuelta, que en descenso, nos deja a orillas del río Ulldemó.
Río Ulldemó.
Bonito paraje este, para proceder a la reagrupación de los cerca de treinta caminantes. Este es el punto en el que comienza el ascenso a la Peña Galera. Algunas nubes, cubren el cielo y nos protegen de los rayos que el Sol, que a estas fechas comienzan ya a castigar nuestras delicadas epidermis.
Vadeamos, no sin mojarnos algo de nuestro ser, el río. Dejamos atrás la poza de Toll de Pablet y comenzamos a ganar metros por una senda con el piso cubierto de piedras sueltas de canto rodado, que a la bajada contaremos.
Volvemos la vista y observamos el paisaje, las nubes se mezclan con los montes, casas y mases.
Unos miran el paisaje, otros posan, otros...
De la misma manera que ganamos altura, también ganamos buenas vistas.
El camino, recorre una espectacular ladera, a nuestra derecha tenemos una buena caída cubierta de espesa vegetación mediterránea. Miramos arriba y nadie se atreve a afirmar cual de las cimas visibles es nuestra meta, claro, desde este punto no se ve.
Pasamos un fuerte barranco, es la Canal Pedregosa, que, en su caso, nos dejaría con muy mala leche en el Ulldemó. Una fuerte lazada, saca la lengua a unos, el sudor a otros y algo de ropa a quienes lucían bellos modelos de la más alta costura montañera.
Tira p´arriba.
Típica fotografía de grupo.
El camino se suaviza, Fernando apunta hacia el norte. Hacia el este, vemos ya la cima que destaca entre otras, es la de Peña Galera. Queda algo distante, pero el camino es fácil, pasamos por una vieja construcción, "el Maset de Blas", que a duras penas, aun mantiene en pie alguno de sus muros.
Con un día primaveral, las tripas más vacías que las arcas públicas, pero con gran humor, hacemos cima casi todos los que hemos iniciado esta espectacular ascensión.
Echamos los ojos hacia los espectaculares Puertos de Beceite (Ports de Beseit, en catalán), intentando ver el Mediterráneo al que Serrat le puso  música, la cuna de la historia bien merecía. Lógicamente la cosa se queda en eso, en intento. Nos lo impiden majestuosos barrancos y numerosas cuevas, algunas de ellas con restos paleolíticos y neolíticos, que taladran este imponente macizo calcáreo, convirtiéndolo en un jardín de las mil y una noches. Aunque en esta ocasión, no la hemos visto, la cabra montesa es uno de los animales más abundantes en los Puertos de Beceite, sus escarpadas crestas y la numerosa vegetación hacen de los puertos, el hábitat ideal para estos animales.
Ports de Beceite.

Un alto en el descenso.
Un tentenpié, unas fotos y p´abajo.
Las torres del grupo inician un rápido descenso (abajo sirven un buen zumo de cebada), la mayoría siguen sus pasos, atrás quedamos no más de media docena. La ceguera cervecera, les ha desviado del camino y toman un camino equivocado, tanto que han arrastrado al fuerte del grupo a realizar unos metros de propina.
Nosotros, el resto, iniciamos la bajada con la tranquilidad que da el llevar detrás a los que siempre van delante.
Disfrutamos con la observación de narcisos, orquídeas mustias y otras flores.

Piedra ¿Perro o Cañete?
Incluso, nos da tiempo para imaginarnos múltiples figuras en las piedras que adornan el camino.
Piedad, nos señala una, dice que se parece a un perro de alguna serie de dibujos animados, a mí me recuerda de alguna manera al personaje que más arriba he mencionado: ¡ancho y duro como una roca!.
Y como decía, gracias a los cantos rodados que cubren el suelo, más de uno medimos la distancia que hay entre las nalgas y las suelas de las botas.
Encontramos un papel pinchado en un palo que dice "esperamos en el vado del río,  Fernando y Cristina", !viejos métodos de comunicación!.
Bella estampa montañera de Maite.
Maite se detiene creyendo divisar una cabra, Pedro saca su herramienta de campo, los prismáticos, y parece ser que ha sido una visión.
Arriba, muy arriba, tras de nosotros se adivinan las figuras de los que han errado el camino, -ya nos pillarán.-
Nosotros vamos tranquilos y relajados, exceptuando a Ricardo que ha reservado mesa a las 15 h. y, ¡ni de coña! vamos a cumplir con el horario.
Volvemos a vadear el  Ulldemó, para por una interminable pista asfaltada, llegar a Beceite donde nos espera el autobús.
Aprovechamos que vamos delante, para atravesar la población por su centro y disfrutar de tan bonitos rincones.
Poco a poco, van llegando los rezagados, eso sí, la cerveza la han pillado en el camino, pero de lata que se la han tomado sin detenerse.
Con una hora de retraso, hacemos puerto en la Fonda de Angeleta de Valderrobres que Lola, su regente, y una legión de competentes camareras nos atienden con gran celeridad, sirviéndonos variadas y ricas viandas que "a la carta" hemos pedido.
La vuelta a "la inmortal", se realiza con la alegría propia de los deberes cumplidos y de los licores ingeridos.
Hasta pronto.

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Y las de Fernando Cebrían, aquí están.


Datos técnicos:
Recorrido.

Perfil: Distancia recorrida, 17, 9 Km. Desnivel acumulado de ascenso,  889m. De descenso, el mismo.
Estos datos son de los que hemos transitado por "el buen camino".

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