martes, 10 de junio de 2014

DE VADIELLO A SIPAN POR EL CAMINO NATURAL DE LA HOYA DE HUESCA

Día 7 de Junio de 2014
Con gran pesar, por varias razones, Maite y yo, no podemos disfrutar de una etapa más con que los mozos del Stadium Casablanca nos obsequian, cuando nos acogen en ese mirador natural que en las faldas de Guara ilumina nuestros ojos con espectaculares vistas y engrandece nuestro conocimiento del tesoro que esconden sus pueblos más o menos habitados, pero que la huella de sus habitantes, ha quedado profundamente grabada en sus casas y calles.
Atos.
El hecho fundamental de no haber salido con los amigos, ha sido que Atos (nuestra mascota que más de una vez ha protagonizado algún episodio en estas páginas), ha sido intervenido de un tumor y, lógicamente, nos hemos quedado a cuidarlo.
Y como por esas sendas del diablo, siempre vamos con buenos amigos, mira tú que el buen Luis Casao (el chaval), ha tenido a bien ejercer de magnífico corresponsal de "Vieja Mochila" y nos relata de manera magistral la siguiente crónica que reproduzco de manera íntegra y que adorno con alguna de las fotografías de los que allí estuvieron:



Camino Natural de la Hoya de Huesca: X Etapa Vadiello – Sipan
(Información y datos para “Vieja Mochila” del corresponsal destacado en esta etapa)

"Amanece en una tranquila mañana, en la Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Muy Benéfica, Siempre Heroica e Inmortal ciudad de Zaragoza, mientras nos acercamos al encuentro con el autobús, el cual nos acercará a Vadiello para iniciar la travesía de hoy. Al contrario que en anteriores etapas encontramos pocos noctámbulos. ¿Serán los exámenes?
Partimos pasadas las siete de la mañana. Somos 37 y el conductor, esta vez, se llama José Luis. Nadie duerme y hasta la parada “cafetera” en Montearagón, se habla y se habla sin medida. Llegando a Huesca, a los pies del gigante dormido (Guara), podemos contemplar, ya, los rayos del sol que a través de la calima nos ofrecen una gama de colores, ya vista en alguna otra ocasión, que anuncian un día de fuerte calor.
Con algún que otro “tentenpíe” que nos echamos al cuerpo, adecuadas dosis de cafeína y nicotina, retomamos la marcha. Superamos la tortuosa carretera que conduce a Vadiello para una vez allí, en el barranco de Isarre: cambio de botas; preparar la mochila; gorras, gorros, pañuelos; bastones y sobre todo grandes dosis de crema solar. 
Tomamos una senda en sombra, con bastante vegetación y múltiples gabardas (rosal silvestre), que nos va mostrando a la derecha una impresionante pared y de la que Félix nos comenta es la Canal del Palomo con su vía ferrata y todo. El camino en constante subida nos lleva a un collado que deja a nuestros pies una amplia vista de toda la Hoya y nuestro próximo objetivo: la Atalaya o Torreón de Santa Eulalia. Hemos dejado a nuestra derecha, para otra ocasión, la visita a la ermita rupestre de San Chinés.




Atalaya de Santa Eulalia.
Subimos a la torre defensiva, primero por una escalera metálica que lo rodea y después por otra interior de uno en uno. La vista es privilegiada. En la bajada junto a la ermita de Nª Sª de Sescún damos cuenta de las provisiones que llevamos, que se comparten, una bota con vino de garnacha, de Borja, y hasta unas tentadoras cerezas.
Atravesamos Santa Eulalia la Mayor para llegando a la carretera tomar una pista, ya prácticamente llana. Antes de llegar a Castilsabás vemos un desvío que nos señala, a 500 metros, un molino de aceite y una ermita. Los líderes no dan opción y allá que vamos. Llegando a la ermita vemos que fuera están preparando un ágape que resulta ser de una comunión. Tal como vamos vestidos llegamos a la conclusión de que no encajamos en la fiesta.
Molino.
Pero de pronto una joven y guapa moza, que resulta llamarse Rebeca y que está allí para dar información, dentro de uno de los puntos establecidos para ello en el Parque Natural de los Cañones y Sierra de Guara. Se ofrece a enseñarnos el molino. De sus explicaciones del proceso, y de la recreación que se hizo en su restauración, quedamos encantados, así como de las de la ermita de Nª Sª del Viñedo que nos abre, explica el contenido, el uso actual y además nos cuenta la historia de la aparición de la virgen a unos pastorcillos. 
La citada Rebeca, a la que creo alegramos la mañana, nos informa que todo ello perteneció al Abadiado de Montearagón. Agradecemos su atención y continuamos el camino entre olivos, almendros, campos de cereal, amapolas y macizos de santolina (manzanilla amarga o camomila; si alguien tiene curiosidad en San Google hay información abundante de sus usos por nuestros abuelos)
Ermita de san Fertús.
Seguimos y llegamos a la ermita de San Fertús, prácticamente en ruinas. Nuestra próxima parada es Ayera, donde nos agrupamos, descansamos a la sombra un rato, mojada en la fuente y de nuevo en marcha para cubrir el último tramo de la jornada.
Cerca de Ayera y dentro de nuestra ruta visitamos la ermita de San Esteban sobre una plataforma rocosa. En su entorno se encuentra un cementerio medieval con tumbas antropomorfas excavas en la roca. Se observa que las cabezas estaban orientadas este-oeste.


Los hermanos Alonso.

Alcanzamos finalmente Sipán, algo sofocados después de una pista interminable; creemos intuir un bar en el pueblo. Los hermanos Alonso ganan la pole-position, pero resulta ser una fiesta particular, aunque ellos obtienen amablemente unos vasos de zumo de cebada.
Nos escoscamos. Bús a Huesca, parada en el Esperanza donde: degustamos el bocata; jarra de cerveza; cafés… Misión cumplida. Una buena jornada de senderismo. A las 18 horas llegamos a nuestro pueblo
Así fue, si así os parece."

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A uno, que no estuvo en esta etapa, le parece como si su cuerpo y alma hubieran participado de tan grata jornada. El relato de Luís Casao y las fotos que he robado del Stadium (espero que me perdonen) es de tan amena lectura, que este blog, desde hoy, ha subido el escalón que hace tiempo intento superar, ¡Gracias Luis!
Hasta pronto

Fotografías del Stadium casablanca, aquí.

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