miércoles, 13 de julio de 2016

PICO GAZIÈS

Día 9 de Julio de 2016
La poción esbarriana.
       De nuevo echamos el cuerpo a tierras del Norte, intentaremos encontrar la poción mágica del pueblo galo de Astérix y subir a uno de los picos desde donde se contempla, mirando al Sur, una buena porción de esta hermosa cordillera de "Los Pirineos".
    En esta ocasión abrimos el paraguas organizativo de Esbarre y, con tres asientos por cabeza, ocupamos el autobús camino de tierras francesas.
     Algunas caras delatan que Morfeo no ha vencido a Vulcano y el fuego se ha adueñado de esta cálida noche de Julio. "Son los caprichos veraniegos de caloragoza".
       Camino de tierras oscenses, los Llanos de la Violada muestran el contraste del verde del panizo (maíz) y el amarillo de la mies en plena campaña de recogida; el Norte lo vigilan los tozales de Guara y, en Huesca, otro par de tozales, Elena y Jesús, pasan a sumar un par más en el grupo. Como siempre que vamos en esa dirección, parada en Senegüé a cargar pilas, vaciar vejigas y recoger a Elena II y Javier.
Middi D´Ossau.
       Ya estamos los veintidós de hoy, la cosa no da para más, el verano hace estragos en los grupos y, seguro, habrá gente por esas playas mediterráneas realizando buenas caminatas (de chiringuito en chiringuito).
A lo que vamos: los impertinentes mensajes de las telefónicas, nos anuncian que ya estamos en Francia, la cara Norte del Portalet está animada, mucha gente se dirige camino del refugio Pombie para sentir más de cerca el aliento del Middi D´Ossau (2884 m.). Nosotros seguimos hacia el lago de Bious Artigues, no sin antes soportar una buena caravana de coches ocasionada por varios vehículos con remolque, que acarrean el ganado a tierras altas.
           Nos apeamos de la "cámara frigorífica" (bus climatizado) y nos preparamos para comenzar el camino, ya se sabe: botas bien ajustadas, cupo reglamentario de agua , capa extra de crema, boinas bien colocadas y...¡p´arriba!.
Bendita sombra.
    En perfecta formación esbarriana, encabezada por el mismísimo Javi arrancamos ascendiendo por un bonito bosque de abetos y hayas. Hemos cruzado la Gabe de Bious dejando a nuestras espaldas el Middi D´Ossau que nos vigila constantemente para que no nos perdamos. Nos comenta Javier, que cuando estuvo explorando esta ruta era Otoño y, ya se sabe, el resultado era de cuadro impresionista. 
     Algunos barrancos, vierten el agua sobre el principal, el Arrec D´Aule, que estamos superando y que no tardamos en cruzar desde su margen izquierda a la contraria y, como no hay mal, corrijo, bien que cien años dure, abandonamos el bosque para dejar nuestros seres al amparo de las agresiones solares.
Entre flores
     En pocos minutos, el paisaje torna por completo, ahora la senda transita por un verde pastizal, adornado por multitud de flores regadas por varios pequeños torrentes de agua que pasan bajo nuestros pies. Y si no hay suelo, ni agua, ni verde, ni tierra, la roca nos enseña que también es portadora de bellas flores como la siempreviva, presa de las cámaras fotográficas del personal.
        Un pequeño error de cálculo nos lleva a la cabaña D´Aule en la que parece estén en plena faena de elaboración del queso que se da en el valle de Ossau de leche de oveja bearnesa. Más que ovejas, parecemos cabras, hasta que logramos retomar el sendero, algo oculto bajo la hierba.
Siempreviva.
¡Que perroo!!!
     Hablando de leche, la mala ídem del calor y las cuestas de este valle han llamado al "tío del mazo" y parece que va haciendo mella en algunas caras. Pero estos "jóvenes" tienen mucha cuerda y seguimos, dale que te pego, ganando metros de altura. En algún tramo, la descomposición del terreno se torna algo "esbaladizo" y, prudentemente, uno a uno,, alcanzamos un concurrido lago, el "lac, el D´Aule". Aquí realizamos una breve parada. Al olor de las mochilas, un mastín blanco nos visita, aunque a decir verdad, el animal no tiene síntoma alguno de hallarse desnutrido.
Por nevero.
      Como casi todo el recorrido, tenemos a nuestras espaldas el Middi y de frente, nuestro objetivo, el Gaziès, pero aun queda lejos y no es cuestión de dormirse, así que -¡zagales, hay que seguir!-.
       Ahora caminamos por el fondo de un barranco que, en estas fechas, todavía conserva algunos neveros que superamos sin ninguna dificultad.
      El pico, se ve cada vez más cerca, pero sigue alto y como he dicho, el calor aprieta, lo que nos lleva a ir perdiendo alguna unidad. Además, hay quien no es muy amigo de cumbres y prefiere esperarnos a la vuelta. El lago va quedando allá abajo, cada vez más pequeño o, a lo mejor, (¿quien sabe?), estamos creciendo.
¿Mal de altura de los 2000 m.?
Coll de Turon Garie
       El resto, dieciocho, mozos y mozas, seguimos ganándole metros a la montaña. Pronto estamos a merced de las faldas del Gaziès, pero alguno de los "inquietos velocistas" de costumbre, ha errado el camino y volvemos para tomar el correcto.
      Tras superar un pequeño nevero, alcanzamos el Coll de Turon Garie (2260 m.), nos asomamos a la vertiente contraria a la que hemos accedido y... ¡ohhh! ¡qué paisaje!. Luego lo veremos desde la cima.
        Desde aquí, hay dos opciones, o ascender por la cresta o por la vía directa. Como, para gustos hay colores, unos van cresteando y otros tiramos "p´arriba" encabezados por el "comandante Jesús".
Tocando cumbre.
       Metro a metro, zigzagueando unas veces y echando las manos otras, uno a uno, vamos accediendo a la cumbre del Pic Gaziès (2457 m.). Abajo vemos como van cresteando los de la otra opción, que pronto se reunirán con nosotros.
       Seguro que en el Pirineo hay montón de cumbres desde las que se divisa el que, para mí, es uno de los espectáculos más maravillosos que se puedan contemplar. Pero este es un punto privilegiado, algo así como el palco real del más afamado de los teatros.
   Además, uno que está acostumbrado a ver las montañas mirando al norte, ahora aquí, como con chulería, echas la vista al sur y ves la grandeza de esta cordillera.
Desde el balcón.
Los de la cresta.
     Al Este, muchos miramos el Pic Lurien (2826 m.) al que ascendimos el pasado Septiembre (la crónica está aquí), más allá el Balaitus (3144 m), Frondiellas (3062 m)... En la misma dirección, nuestro guardaespaldas el Middi D´Ossau. Giramos la testa al Oeste y vemos, o adivinamos, los más humildes, pero por eso no menos emblemáticos, picos que, desde Navarra, separan tierras y pueblos de decenas de valles: Anie (2507 m), Mesa de los Tres Reyes (2448 m.), Peña Forca (2309 m.), Castillo d´Acher (2384 m), Bisaurin (2670 m.)..., corta se quedaría esta página si tuviera, o supiera, enumerar toda esta maravilla, que tan solo se puede observar (y sentir) subiendo a estos magníficos balcones que nos presta la naturaleza.
-¿Carroñero yo?-
Y no solo balcón, también el Gaziés, en su cumbre, ejerce de improvisado restaurante en el que cada cual toma su asiento y, con tan maravillosas vistas, procedemos a engullir los alimentos que hasta aquí hemos portado. Un buitre que, desde cerca nos observa, al ver que no dejamos ni una miga, emprende el vuelo con la elegancia que caracteriza a estos bichos.
     -¡Ah compañeros!, nosotros no volamos, así que a cargarse las mochilas, ahora menos pesadas, y comenzar a descender, cosa que hacemos con mejor cara que de subida. Lo hacemos con la intención de transitar por la otra vertiente del barranco principal de este valle, el Arrec D´Aule.
         Unos caballos beben las aguas que derriten uno de los neveros, nos observan e incluso se dejan acariciar.
Nieve, caballos y...el Middi.
       Ahora el Middi, lo tenemos de frente, podemos contemplarlo, y de paso preguntarnos de porqué le apodan "Jean Pierre". ¿Será que puede significar “gigante de piedra”?. ¿O por sus dos puntas?, antaño, en el Valle de Ossau, el hijo mayor solía llamarse Jean y el menor Pierre... Y, asimismo, existe la leyenda que cuenta que varios milenios atrás, el Valle de Ossau tenía que hacer frente a unas hordas de invasores. Los habitantes, desbordados, fueron ayudados por dos gigantes, Jean y Pierre, quienes rechazaron a los asaltantes muriendo en el combate. Entonces, los habitantes del valle los sepultaron bajo piedras, creando pues a “Jean-Pierre”... -<Tranquilos, a mí no me ha dado el mal de altura>-.
De bajada.
     Ya, en el buen camino, nos detenemos en un prado, Iñaki anda con las tabas más afectadas que la estabilidad legislativa "d´Espagna", pero seguro que se soluciona antes  lo de la rodilla de Iñaki.
      El calor sigue dándonos de lleno, bebemos agua sin parar, abajo vemos dos cosas diminutas que, creemos, luego lo confirmamos, son Celia y Benja que no alcanzamos hasta el bosque, una vez cerrado el círculo que hemos iniciado por la mañana.
        Ya solo quedan unos metros para llegar al aparcamiento de Bious Artigues en el que, no solo nos espera el bus, pues cogemos las bolsas de recambio y nos bajamos al río en el que la alta lencería y la erótica de montaña, dejan en segundo plano el frescor de las aguas de la Gave d´Bious.
Bella estampa.
Último vistazo a Gaziès
    Como el agua de las cantimploras se ha agotado, pronto estamos camino del Portalet para dar buena cuenta de la cerveza de un establecimiento fronterizo. Algunos lo hacemos en una fresca terraza, comentando la fabulosa excursión que hemos realizado.
          Pero, como parece ser que ni el baño, ni el alcohol de la birra han podido con las bacterias pasamos a subir al proceso de congelación (bus).
        De camino a Zaragoza dejamos a los de la Jacetania y la Osca y, ya en nuestra ciudad nos apeamos del autobús y pasamos por una nueva experiencia: "Abandonamos a Hakaz Estsan (diosa del Frío) para ser abrazados por Vulcano (dios del fuego)".
Ahora nos toca preparar los bártulos para la próxima, a darle la vuelta a un macizo, que promete...
Hasta pronto

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El track lo dejo colgado aquí.








DATOS TÉCNICOS:
Recorrido. 
Perfil:
Distancia 10,8 Km.
Desnivel acumulado de ascenso, 1214 m.
Descenso, el mismo.

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