viernes, 11 de septiembre de 2020

MONTORO DE MEZQUITA (PASARELAS Y MIRADOR DE VALLORÉ)


Día 5 de septiembre de 2020
Río Guadalope
         Aunque no lo son, las últimas entradas en estas páginas fingen ser una especie de trilogía sobre los ríos; ríos que no son navegables pero sí andables: del Guatizalema al Huerva, y del Huerva a Guadalope, tres ríos empecinados en esculpir impresionantes hoces sobre aquellas rocas que se dejan querer.  
        Nosotros, Maite y un servidor, camino del Mediterráneo, hacemos una parada en Montoro de Mezquita con la intención de realizar esta corta, pero intensa, ruta circular.
        El viaje hasta aquí es sumamente entretenido, máxime cuando, cobijado entre riscos, aparece el pueblo de Montoro de Mezquita, pedanía de Villarluengo, que hace un año no sobrepasaba los diez habitantes, eso sí, luce con orgullo su iglesia de la Asunción de estilo gótico-renacentista y un paisaje, como el que vamos a descubrir hoy, verdaderamente espectacular.
Iglesia de la Asunción
        Aparcamos el auto en el terreno habilitado a tal fin en la entrada del pueblo. Con el look montañero y acogidos por una mañana excelente, recorremos la calle Mayor hasta las eras, hoy convertida en parque; aquí un cartel indica el comienzo del recorrido de las pasarelas.
        El sendero, algo trillado por el paso del personal, desciende hasta las huertas para adentrarnos en el río Guadalope. Primero un azud y a continuación las paredes verticales, que caen del cielo al agua, las salvamos por las archifamosas "Pasarelas de Valloré", bello tramo que recorremos captando con cámara y retinas los rincones y pozas que, aunque algo escasas de agua, reflejan las rocas que las encierran.
Por las pasarelas

Hasta aquí hemos llegado


         
Barranco de Valloré desde el mirador
Llegados a la Boca del Infierno hemos de detenernos, aquí terminan las pasarelas y no es caso de continuar a nado, no portamos bañadores y, hasta el Mediterráneo, nos quedan muchos kilómetros, así que, tras admirar tan bello rincón, nos damos media vuelta hasta un cruce señalado que tomamos para encaminar nuestros pasos hacia el sur por el barranco de Valloré que nos muestra los riscos que hemos de salvar, riscos desde los que despegan, en silencioso planeo, algunos buitres que no tardan en perderse en el cielo, allí son bellas aves, en tierra voraces donde las haya.
        Un brusco giro en dirección norte, en pocos metros, nos encarama en las paredes que hemos visto desde abajo, paredes no recomendables para quienes sufren de vértigo; afortunadamente están equipadas con sirgas los que nos facilita alcanzar el Mirador de Valloré.
Ascenso hacia el mirador

Abajo queda el barranco de Valloré

Caprichos de la naturaleza
        Las vistas desde este balcón son verdaderamente impresionantes: abajo, el río Guadalope dibuja un camino nada fácil, piedra y hormigón le ponen a prueba a lo largo de su recorrido pero, amigos, el agua sigue su ansioso camino hacia la desembocadura. 
        Sobre los valles, dibujados por la erosión, emergen grandes dientes y murallas calizas que sin ser chinas, no desmerecen.
         Pero aquí arriba, sobre lo alto de una de esas murallas, se siente libertad, se olvidan los enojos que producen los descerebrados, jugamos con el viento sabiendo que nos esperan gratificantes días.
Muralla esculpida por el Guadalope
     
"P´abajo"
 
Montoro de Mezquita
        El descenso, por la pared este, de una de las murallas no es menos vertiginosos que el ascenso, ahora son grapas las que nos ayudan a ir perdiendo metros. Abajo ya vemos Montoro de Mezquita. 
        Aunque el equipamiento (grapas) desaparece, el descenso sigue siendo aéreo, eso sí, en ningún momento tenemos sensación de hacerlo sobre el vacío.
        Finalmente llegamos a la senda sobre la que hemos comenzado esta ruta circular, pequeña en su recorrido pero gigante regalando sensaciones a quienes hemos disfrutado de esta parada; nosotros como las aguas del Guatizalema, como las del Huerva, como las del Guadalope, vamos camino del Mediterráneo a dejarnos abrazar por sus aguas.
Solo nos queda, que ye es historia, acercarnos al club social de Montoro de mezquita y tomar unas cañitas. Luego...  hasta  otra.
"La mar"

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Datos técnicos


4 comentarios:

  1. Hola.

    Que recorrido más bajo, corto pero intenso, en esperiencias y paisajes. El tramo circular, en qué sentido es más "sencillo" hacerlo? o más o menos es parecido.

    Según tengo entendido, quieren ampliar las pasarelas y unirlas con las de Aliaga.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo, algún comentario me ha llegado, esperaremos a ver qué pasa. Un saludo

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  2. ¡Qué recorrido tan majo! ¡Felices días en el Mediterráneo!

    Un abrazo

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    1. Gracias Ester. Efectivamente, como decía en la crónica: corto pero, como apuntas, majo.
      Un besazo

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