Día 1 de agosto de 2021
Castillo d´Acher |
Pero este es otro castillo, mucho más inexpugnable, mucho más alto, mucho más antiguo, incluso diría yo que más bello.
Sí, allá arriba, en lo alto de la Val d´Echo, sobre la Selva d´Oza, frente a la proa del Chipeta Alto y la chulería de Estibiella, se erige, altanera, la muralla del Castillo d´Acher.
"The jaulín spider" |
Aprovechamos que, acompañados por nuestra nieta Yaiza, estamos pasando unos días en Siresa con la familia de Maite, los Enfedaque, lo cual facilita el acercamiento a los pies de nuestro objetivo.
Despunta el alba, hemos aparcado en el lugar destinado a tal menester, a las orillas del río Aragón Subordán ubicado frente al viejo campamento de Ramiro el Monje.
Curiosa haya en la Selva e Oza |
Echamos una mirada hacia nuestro destino, cruzamos el puente sobre el río y allí mismo, indicado con un cartel informativo, tomamos el sendero que indica nuestra dirección.
Con nuestra clásica y reconocida valentía y con el buen humor que siempre nos acompaña, comenzamos a salvar alguna que otra cuestecica (lo otro ya vendrá).
Atravesamos una zona de pino y hierros (de la tirolina allí establecida), para salir a un pequeño claro de árboles donde cambiaremos nuestra dirección hacia la izquierda introduciéndonos en la “espesura” de la Selva de Oza.
Coníferas |
Afrontamos el último tramo de subida por la selva. Salimos a un hermoso y claro prado, adornado de bellos lirios. Toca hacer una parada, "se ha hecho la luz" y hay que proteger las pieles con crema, los ojos con gafas y la azotea con gorra.
Paciendo |
Aquí abajo, a nuestra derecha, queda un refugio pastoril.
Un buen número de vacas, entre bocado y bocado de fresca yerba, observan nuestro paso. Sobre todas ellas destaca el "amo del corral", un impresionante semental que también nos mira como queriendo decir: "estas chicas son mías" ––pues nada, todas para ti, pero que conste que nos miran con buenos ojos––.
Hay miradas que enamoran |
Sendero rojizo |
Continuamos ganando altura por terreno herboso y rocas rojizas, acercándonos al pie de la muralla. Ahora la pendiente se presenta más fuerte, la senda se divide en múltiples trazados; vamos eligiendo los más evidentes. No importa, todos ellos llevan a la misma canal de subida, bastante fuerte de salvar, que con poca dificultad nos deja sobre el valle colgado del Castillo d´Acher.
No es la primera vez que accedo a esta impresionante montaña, Toño sí, pero ambos quedamos prendados del paisaje que ofrece esta especie de barco ubicado más cerca del cielo que de cualquier mar.
Salvando la canal de acceso |
Valle colgado del Castillo d´Acher |
Cima del Castillo d´Acher |
Pero aún nos quedan unos cien metros de desnivel hasta alcanzar nuestro destino, cosa que realizamos caminando a media ladera por la parte alta el valle colgado, por la senda que rodea la muralla, hasta alcanzar la cima del Castillo d´Acher (2378 m.).
Poco a poco, el cielo azul va dando paso a las nubes que van cubriendo las montañas que nos rodean. Aun así, echando la vista hacia el oeste, los picos más cercanos permiten ser contemplados desde este inigualable mirador: Chipeta Alto, Quimboa, Estibiella, Sierra de los Alanos con Peña Forca reinando entre sus hermanos; hacia el sur, el Puntal d´Agüerri me recuerda aquella ocasión que subimos Maite y yo; un poco más hacia el este, Biusaurín se refugia bajo una nube. Y así, un sinfín de montañas, las unas con todo su esplendor, las otras algo cubiertas por esas nubes, cada vez más abundantes. Un buen momento para cargar energía, disfrutar del lugar, cambiar alguna "charradica" con los aquí presentes y "p´abajo".
En la cima |
Puntal y Peña Güerri |
Bisaurín |
Sierra de Los Alanos |
De vuelta |
No es un gran restaurante, pero los bocadillos de tortilla con relleno saben a gloria. Toño saca unas rodajas de chorizo y la bota en al que el tinto de Borja se deja querer; y si no que se lo pregunten a los componentes de un grupo de montañeros murcianos a los que les dejamos beber unos tragos de vino, porque el agua ¡ni lo sueñen!. Entre bocado y bocado, echamos una mirada a la ladera opuesta del valle, allí descansan aquellos sarrios que hemos visto en la subida, para ellos es la hora de la siesta.
Sarrios en la hora de la siesta |
Un último vistazo |
Enseguida estamos descendiendo por la canal, tarea que hacemos con suma prudencia, pues hay mucho material descompuesto.
Antes de introducirnos en la selva, echamos un vistazo al Castillo, d´Acher y sí, hemos superado su muralla, hemos gozado de su mirador y estamos descendiendo con energía renovada, fruto de la magia que se esconde tras esas cumbres de hermosas montañas como esta de hoy.
No tardamos en alcanzar el lugar de inicio. En estas fechas, mucha gente ha subido a pasar el día por estos rincones, los unos a ascender las cumbres que jalonan el valle, los otros a pasear junto a las aguas del Aragón Subordán y otros, ¡quienes sabe!.
Hasta pronto
Datos técnicos
(track pulsando en la palabra wikiloc del mapa)
Que buen día habéis pasado y que tipos tan legales, José Luis y Toño, tomando legendarios castillos pirenaicos.
ResponderEliminarUn gran abrazo a los dos!!
Pepe Navarro