Día 10 de agosto de 2021
Lápida |
La cantidad de monumentos megalíticos que se encuentran por esta zona, a uno y otro lado del camino, nos hablan de que el puerto de Palo era un importante paso de las gentes que, hasta el siglo XI, viajaban en busca del fin el mundo, Finisterre. Una lápida hallada en el Monasterio de Siresa, habla de este importante paso, el Sumo Pyrineo, ubicado a 1942 metros, enclavado en la antigua calzada romana Cesaraugusta-Beneharnum (Zaragoza-Bearn).
Cuentan los historiadores que la menor altura del puerto de Somport (1792 m.), de más fácil transitar para los carruajes romanos, relegó este paso cheso a un segundo plano, lo que motivó que poco a poco fuera abandonado.
Aún se conservan una buena parte de los restos de la calzada romana que recorre parte del valle en el que, a duras penas, se mantienen algunos vestigios históricos como el Castillo Viejo.
Pues allá que vamos. Frescos y cargados de lozana madurez, tomamos la carretera que sube hacia la Selva de Oza siguiendo el curso del río Aragón Subordán, hermano menor de aquel que dio nombre a esta región. Tras cruzar a la otra orilla alcanzamos el parking de La Mina (1230 m.).
Chipeta Alto |
Un poco más allá, los Alanos, con sus crestas y sus achares, sueñan bajo las nubes, el sueño de lo imposible.
El camino remonta el barranco de Las Foyas, pero este lo dejamos para la vuelta, pues pronto nos desviamos a la izquierda para adentrarnos en las primeras "cuestecicas" de la GR-65.3.3, que tras varios zigzagueos nos coloca sobre Guarrinza. Abajo, el barranco de Aguas Tuertas desciende con sus aguas rojizas para dar alimento al Subordan; sobre él, intentando esconderse tras las nubes, aquel que subimos hace ocho días mi amigo Toño y yo: el "Castillo d´Acher" (2384 m.).
Maite y, al fondo, el Castillo d´Acher |
Valle de Guarrinza (camino hacia Aguas Tuertas) |
Paso Añarón |
Arriba, varios alimoches nos sobrevuelan, luciendo sus hermosas alas blanquinegras.
Alimoche |
Pero, amigos, hemos de seguir las huellas de aquellos romanos que iban y venían, dudo que en carros, de la Galia a la Hispania y de la Hispania a la Galia, huellas que en un último esfuerzo nos dejan en nuestro objetivo: el Puerto de Palo (o Col de Pau, según se mire) (1942 m.).
El fuerte viento de sur, nos invita a refugiarnos un instante en la cara norte, bajo la atenta mirada del Pic Cotdoguy (2025 m.).
Instalados en la cima, aparece el primer humano de la mañana, un montañero, maduro como nosotros, que se aviene a fotografiar a esta pareja salerosa.
En el Puerto de Palo |
Camino de la Libertad |
Descenso |
Hay que descender, no queda otra, así que recuperamos nuestro habitual tono y ¡hale, p´abajo!.
Los primeros metros los descendemos por el mismo sendero de subida para, posteriormente, dejarnos llevar por la gravedad hacia la cuenca que presenta Las Foyas.
Pasando junto al ganado que aquel pastor había reunido, nos preguntamos si habría sido para facilitar a un par de sementales la tarea del apareamiento, pues la actitud de ambos toricos no ofrece ninguna duda. Nuestra ignorancia pastoril, quizá nos haya llevado a una falsa conclusión.
Toro busca vaquita |
Por el pastizal de Las Foyas |
A partir de aquí el sendero se torna en procesión, son fechas en que el personal, de todo tipo, se acerca a los lugares más populares de las montañas: un par de zagales calzadas con "lindas nikes" nos preguntan aquello de que "cuánto falta p´alago". Como cantaba Pau Donés: "depende"; pero, amigas, cuidad esos tobillos.
Babor de la nave |
Nos cambiamos de calzado para volver a Siresa. Asusta la cantidad de vehículos que suben a la Selva de Oza, no sé si alguien nos tendrá que, como aquel ganado de Las Foyas, meternos en vereda.
Mañana, tres generaciones de la familia, haremos una ruta circular entre Gabardito y la Cuta Baja, dando los últimos coletazos a estos días pasados con la familia de Maite y con nuestra nieta Yaiza, días que nos dejan buen sabor de boca y algunos gramos de más, pues ¡no veas tú como se come por estas tierras!
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Datos técnicos
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Track |
Después de este parón de verano, retomo con agrado tus relatos, que son para mí extraordinarios.- Muy buenos José Luis, continúa con tus crónicas.
ResponderEliminarUn Saludo,
Roberto.