martes, 21 de diciembre de 2021

PICO EL PELAO (Valdemadera) POR LA SOLANA DE TOBED

 Día 19 de diciembre de 2021
Niebla en el valle
        ¡Uf!, ya son muchos los días que la bendita Zaragoza se encuentra sumida en una espesa niebla, bajo ese manto frío y húmedo que, como hacía tiempo que no ocurría, envuelve al Valle del Ebro. Además, a nuestras edades (je, je, je) la epidermis necesita exponerse a los rayos solares con el fin de capturar alguna dosis de vitamina D.
        ––¡Hale maña!, a tomar el sol. Nos vamos a la Sierra de Algairén, a subir al Pelao por su solana que allí, seguro que pillamos una "miaja" de vitamina.
    Así que Maite y un servidor tiramos hacia el sur; el buga, como árbol navideño, enciende toda su iluminación para ver y ser visto por la autovía Mudéjar. Al paso por Aguarón recibimos los primeros rayos de sol, más contentos que un gato con ovillo, pero el buga, que no es tonto, afloja la marcha en el puerto de Codos, pues en las umbrías el hielo cubre la carretera.
Vista de Tobed
        Ya estamos en el fondo del Valle del Grío, el termómetro marca –2 ºC cuando llegamos a Tobed, encantador pueblo que esperamos visitar al final de la jornada que en un momento vamos a emprender.
        Tenemos como objetivo realizar una ruta circular que nos lleve hasta el Pico de Valdemadera, al que los tobedanos denominan "El Pelao". Pues allá que vamos.
        Arrancamos, siguiendo las señales de la GR.90, para cruzar el río Grío y salir del pueblo por el Barrio de los Obradores; aquí se siente la huella que dejaron aquellos alfares que en otros tiempos congregó a varios artesanos de la olla de barro. Cuentan que, a finales del siglo XIX, este barrio llegó a tener cuarenta alfares.
Castillo de Tobed
        Una amplia y ascendente pista nos deja ante la ermita de San Valentín, atualmente sin uso alguno, y el torreón medieval, popularmente conocido com "el palomar", construcción ubicada dentro de la muralla del que fuera Castillo de Tobed. Desde este alto cerro se domina una buena parte del Valle del río Grío, cosa que certificamos subiendo a lo más alto del torreón. Efectivamente, bajo nuestros pies, Tobed comienza a despertar de la noche fría; sobre sus casas se elevan las torres de sus dos iglesias. Arriba, la Bicora (sierra de Vicort) nos enseña sus cimas más populares como el pico del Rayo y el cerro de Santa Brígida. 
        Antes de seguir la marcha, echamos un vistazo a una especie de ciudad encantada, construida por la mano de la naturaleza: Los Abuelos, un espectacular paraje natural en el barranco de Trascastillo, a espaldas de la que fue enorme fortaleza.
Los Abuelos
Torreón
En lo alto
Sierra de Vicort
Entre carrascas
        La pista por la que hemos accedido a este lugar,  se convierte en un sendero perfectamente señalizado, que se abre paso entre plantas de jaras, romeros, tomillos, aliagas, quejidos, carrascas, enebros, alcornoques, entre otras.
        La senda, algo castigada por el mundo del trial, va subiendo por un cordal que divide el valle del Grío, a la derecha (S) y el barranco de Valvillano, a la izquierda (N), este último de aspecto helador pues se encuentra en una profunda umbría.
        Llevamos caminados unos cuatro kilómetros, la vegetación va tornando en pinar de repoblación, cuando alcanzamos la Fuente de Collarte, en la que se encuentra, también, un bandalizado refugio y unas mesas. Un buen  sitio para descansar unos minutos y degustar unos bombones de origen "regalo navideño".
Un alto bombonera
        Para regalo, las rampas que comenzamos a atacar, rampas que en su primer tramo transitan zigzagueando bajo enormes pinos piñoneros (pinus pinea) que desaparecen cuando ––¡oh, qué es esto!–– Que alguien me explique como llegó aquí este viejo coche, quién tuvo la osadía de aparcar aquí, pues en el entorno no hay camino alguno. 
        No nos detenemos a indagar sobre el viejo buga de hierro; seguimos ascendiendo por un sendero muy, pero que muy poco amable para con esta veterana pareja que camina bajo el vuelo de varios buitres leonados, esos enormes pájaros que se elevan al cielo sin una pizca de esfuerzo ––¡cagüenlá, qué envidia!––
Valdemadera con su "ferrum antennae"
        Ya se ve otro bosque, este es de la especie "ferrum antennae", que crece en lo más alto del pico "El Pelao" o Valdemadera (1276 m.), cuya cima alcanzamos en unos minutos.
        Estamos en lo más alto de la Sierra de Algairén; por su cara norte ya habíamos subido en algunas otras ocasiones, sin embargo, haberlo hecho por la solana, además de habernos permitido disfrutar del sol, nos ha descubierto otras sendas, para nosotros, desconocidas.
        ¿Qué decir de las vistas que tenemos ante nosotros? Hacia el noreste, la niebla, como un gran mar, cubre los valles de la cuenca del Ebro; frente a nosotros, hacia el norte, divisamos claramente la caseta forestal del Alto de la Nevera o La Falaguera
La Falaguera
En la cima de El Pelao
        Contrariamente a esta cima de El Pelao, las laderas que miran hacia el campo de Cariñena visten espesos quejigares; de la comarca, tan solo Aguarón se atreve a mostrarse en el límite de la niebla, meteoro que cubre por completo las comarcas de Valdejalón y Campo de Borja. En este mundo del manto blanco, únicamente sobresalen las Planas de María, la Sierra de Alcubierre. ¡Ah, amigos!, pero no hay niebla que tenga la osadía de cubrir el Moncayo, majestuoso como siempre y completamente vestido de blanco. Al otro lado Del Valle del Grío, bajo las faldas de la Sierra de Vicort se alojan Santa Cruz de Grío, su pedanía deshabitada de La Aldehuela de Santa Cruz e Inogés. Hacia el sur, la imagen de varias sierras recortadas entre la bruma, se aprecia Peña Modorra y bajo nosotros el pueblo de Codos, cerrando esta bella estampa que nos regala el Monte Pelao.
Sierras del sur
El Moncayo
Abajo, Codos
Con este no hemos venido
        Y, como todo lo que se sube, hay que bajarlo, ¡hale, p´abajo! 
        Hasta la Fuente de Collarte, pasando de nuevo por el viejo buga que sigue mal aparcado, descendemos sobre nuestros pasos hasta tomar el SL.Z-53. Este tramo discurre por viejos campos abandonados y restos de viejas parideras como las de Valdegarcía.
        La senda se adentra entre grandes carrascas, hasta alcanzar el cauce del Río Grío, que aquí se esconde bajo un terreno pedregoso, para brotar a las puertas de Tobed, donde ya hemos llegado.
        Nos acicalamos un poco, no mucho,  para adentrarnos en el pueblo, cuyas callejuelas delatan su herencia musulmana.
Iglesia-fortaleza de la Virgen de Tobed
        Nos acercamos a la iglesia-fortaleza mudéjar de la Virgen de Tobed, uno de los monumentos más importantes de Aragón. Lástima que está cerrada (las visitas hay que concertarlas), pero eso no nos impide admirar el exterior decorado con paño de ladrillo, bellas tracerias y cerámica vidriada, con motivos geométricos y vegetales, testigos de la tradición islámica. Habrá que volver en otra ocasión a visitar el interior de esta joya.
        Cabe destacar que desde diciembre del año 2002, la arquitectura Mudéjar de Aragón, entre la que se encuentra Tobed, fue declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Fachada principal
Detalle de la decoración
Palacio de los Canónigos
        Seguimos caminando en busca del "teleclub", que hallamos en el edificio del Ayuntamiento, antiguo Palacio de los Canónigos, siendo en su día sede de la Encomienda del Santo Sepulcro de Calatayud en Tobed. Junto al palacio se encuentra la iglesia parroquial De San Pedro, más modesta que la de la Virgen, pero no por eso menos digna.
        Concluimos la jornada con unas tapas, regadas con sendas birras, en el teleclub de la Villa de Tobed, que en épocas medievales llamose "Toved".
        De vuelta a casa, volvemos a sumergirnos en la espesa niebla que, cuando escribo, sigue robándonos esos afamados rayos solares que las Hispanias venden al mundo guirigiano. No importa, los zaragozanos estamos acostumbrados a fenómenos tan antagónicos como niebla y cierzo, como calor y frío, como... ¡semos cheposos!
        Hasta pronto
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Datos técnicos:
Recorrido
Perfil:
Distancia, 11,8 Km.
Desnivel positivo, 720 m.
Desnivel negativo, 720 m.

1 comentario:

  1. Hola.

    Pensaba que habría que subir el Puerto de Paniza, para disfrutar del sol, pero veo, que no hace falta subir tanto.

    A mí me pasa lo mismo, siempre subo por la otra cara. El buga, me da que tuvo que caer desde la pista de arriba, eso sí, cómo se precipito ...

    Felices fiestas.

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