lunes, 16 de julio de 2012

CASTILLO D´ACHER

El valle de Hecho y mas concretamente la Selva de Oza, es un lugar que atrae y enamora, no solo al montañero, sino también a personas amantes de la historia, cultura, naturaleza, arquitectura y de las gentes que pueblan estos espectaculares valles.
En poco tiempo hemos pisado estas tierras en cuatro ocasiones y una y otra vez nos han parecido tan diferentes las huellas dejamos en las rojas tierras que tiñen el Aragón Subordan, que seguro que sin tardar mucho volveremos a "lo lugar".
De aquí parten muchas ascensiones y rutas como la vieja calzada romana que , bien conservada, nos lleva al puerto de Palo, pasando por las cercanías de unas ruinas llamadas La Mina, junto a la desvencijada casa Cuartel de los Carabineros, que eran encargados de vigilar una vía fácil para el paso de pastores, contrabandistas, mercaderes, peregrinos, etc.
Nosotros, habíamos sido convocados por el doctor en patologías varias D. Luis, frente a lo que en su día fue el camping de Oza y sobre el que hoy ha resucitado un  establecimiento de bebidas y comidas varias. La finalidad era hacer piernas para la travesía que realizaremos dentro de unos días por tierras de Cataluña, concretamente "La Porta de Cel" y de la que ya daremos cumplido relato en su día.
Maite y yo que habíamos dormido en la casa que su hermano tiene en Siresa, acudimos al lugar a la hora convenida en espera de que nos veríamos ocho o diez colegas. ¡14! aparecieron en un momento y es que esto de la Montaña une un montón. Y para calentar músculo ¡ale!, botas, bastones, cremas y al Castillo D´Acher.
Esta cumbre caliza y de relativa poca altitud (2390 m.) por su forma de castillo natural, destaca en el bello entorno de la Selva de Oza. Pese a ser una ascensión mas o menos fácil, su duro desnivel junto con el paisaje que la rodea, la hace verdaderamente atractiva.




A las 9:30 h. y comandados por The Doctor, comenzamos a caminar, en principio, por la pista que rodea el viejo campamento de Ramiro el Monje para que en un cómodo paseo alcanzar el barranco Espata.










A partir de este punto, la cosa cambia. El bosque de hayas y pinos nos adentra en una zona umbría y con un ya fuerte desnivel que no por ello cambia el alegre semblante de los partícipes.








A Valentín que desde el comienzo de su jubileo se le ve "desmejorado", quiero agradecer de antemano los conocimientos que algunos hemos adquirido de él y que con su santa paciencia (dice que cada respuesta valen 5 €) nos detalla montes, collados, palas, chimeneas, etc., que desde los múltiples balcones que visitamos, se divisan a lo largo y ancho de Los Pirineos.
Cuídate Valentín.





Teresa, la petit enfant de la expedición, bien acompañada por su progenitora y Lola y escoltada por el veterano Luis, no pudo llegar a la cima ya que una indisposición la iba desarmando por el camino. Aún así, consiguió llegar al refugio para tras un descanso y en compañía de mamá, descender a esperarnos en Oza.
Esta es una de las llamadas "sabia decisión".








El resto y tras contemplar "el castillo" y la panzada que nos quedaba, reanudamos la marcha con la alegría y el buen rollo  que caracteriza a este grupo de destalentados.










Aunque algunos ya habían recorrido este camino, los que no lo habíamos hecho contemplamos una y otra vez la majestuosidad de esas paredes y la canal por donde accederíamos al castillo.El desnivel se acrecentaba y la sombra del bosque quedaba ya atrás si bien algunas nubes que por allí pasaban, protegían nuestras débiles pieles.







Con el fondo de la costatiza de la Faja Agüerri, Maite y el veterano Luis alcanzan el collado dejando atrás un fuerte canchal que luego habrá que descender.
En este momento y tras el esfuerzo realizado es cuando miras el camino recorrido y piensas aquello de ¡ha valido la pena!.






Y no es que lo diga yo, es que no hay mas que ver las caras de Maite y Piedad para confirmar mis pensamientos.
Hasta la cima, que ya divisamos detrás, solo queda un bonito paseo un poco oscurecido por las nubes que en la cara norte nos impiden ver el paisaje y como ya sabemos de su espectacularidad, todavía nos da mas rabia.









Ya en la cima, certifico que "yo también estaba" y  un alma caritativa nos fotografía a Maite y a mí junto al ya clásico buzón.








Como en las buenas bandas de música hay que hacer las presentaciones:

Arriba de pie: Luis Spilberg. Cupidos Victor y Caco. Los jóvenes Felix y Luis C. Arriba sentados: The Doctor Luis y la paciente Piedad. Abajo: Detras del desmejorado Valentín está Iñaki y tras Maite, José Ramón. Y en primer plano y junto a mí, Fernando I de Aragón y el ilustre Benjamin (no por la edad).
Lógicamente faltan Lola y Teresa que como ya dije, nos esperaban abajo.

Tras un breve descanso, realizamos un penoso descenso por la canchalera que a algunos nos producian relinches en nuestras preciadas y castigadas tabas.Empero, lirios como este y otros bonitos ejemplares de montaña, parecen engrasar hasta las mas viejas de las articulaciones.

Y no digamos el aterrizaje en el garito descrito arriba, en el que algunos sacamos nuestra artillería gastronómica de las mochilas, otros se pidieron unos productos típicos que dan las gallinas, acompañados de los procedentes de la raza porcina, esos sí, salvo un par de excepciones, abundantemente regados con unas jarras a rebosar de un líquido de color dorado y coronadas con un dedo de una espuma que recuerda a esas cumbres nevadas de nuestro Pirineo.
La próxima será al pico Castanesa y que no se si me dará tiempo de contar en estas páginas ya que con un solo día de descanso y de colada, emprenderemos "La Porta de Cel" doce mas un descelebrados.
Hasta otra
José Luis Gómez

1 comentario:

  1. José Luis, ¡que bueno este blog que me lleva de excursión!.Lo he agregado a mis blogs viajeros.
    Nos vemos en la red y en la calle.

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