Día 4 de Mayo de 2013 (Primera parte)
Como en el resto de actividades cotidianas, nuestros planes para con nuestra afición, no siempre salen como estaban previstos.
Como en el resto de actividades cotidianas, nuestros planes para con nuestra afición, no siempre salen como estaban previstos.
Nuestro objetivo era subir a la Muela del Horcajuelo por el barranco que las aguas del río Huecha, van labrando en las piedras que sustentan el pico del Moncayo.
Salimos de Zaragoza, Lola, Luis L. Maite, Piedad y yo, con destino a Alcalá de Moncayo.
El pueblo se encuentra vacío, solo dos personas en su calle principal. Son José Luis y Mª Jesús, que nos esperan para guiarnos por esas sendas moncaínas que tan bién conocen. Con los coches salvamos cinco kilómetros de pista, hasta un aparcamiento situado en la Fuente Latana.
Descendemos por la pista y pocos metros más abajo nos encontramos con la carbonera que abastecía la herrería.
Moncayo nevado. |
Frente a nosotros, al otro lado de la Huecha, (nombre que en los pueblos de la zona recibe la zona de huertos, regada por el río del mismo nombre), la localidad de Añón aparece como colgada en la roca y coronada por la magestuosidad del Moncayo. Hoy luce un hermoso manto blanco, que las recientes precipitaciones se han encargado de depositar en su cumbre.
Nos ponemos las botas y comenzamos a recorrer una bonita senda que discurre por la margen derecha del Huecha. En varias ocasiones, deberíamos haber cruzado el cauce, pero pasos alternativos nos han facilitado la tarea.
Acebo |
El monte está precioso. Pisamos suelos mojados por el agua que del suelo mana, alimentado por el derretir de las nieves. Se oye algún berrido de corzo que nos estará observando y que nuestros ojos no consiguen divisar. A lo lejos, mirando al Moncayo, varios alimoches y buitres leonados realizan espectaculares planeos en busca de carroña con que alimentarse. La vegetación luce color y porte exuberantes. Tomillos, acebos, romeros, carrascas, chopos, etc., pero hay dos plantas que nos han llamado la atención:
Erizón del Moncayo |
La primera es el "erizón" (Genista horrida) que al contrario que en lugares como la Sierra de Guara, donde la flor es amarilla, aquí florece dos meses antes y su color es lila.
La segunda es el "ombligo de Venus" (Umbilicus rupestris)
Es una planta vivaz que crece hasta dos palmos, según las condiciones en que se desarrolle. Tiene la base un poco engrosada y de ella nacen hojas muy carnosas y redondeadas. El rabillo se sitúa en medio o un poco ladeado dando lugar a esa especie de hoyuelo que recuerda a un ombligo. Florece entre Mayo y Junio (la foto es del 4 de Mayo, así que no hay flores) y da lugar a ramilletes de flores cabizbajas con el cáliz diminuto. La corola es tubulosa, angulosa, de color verdoso pero a menudo con algunas líneas purpúreas, dividida en lo alto en cinco lobilitos en forma de corazón. Los estambres son muy cortitos, y pegados por dentro a dicho tubo. Tradicionalmente el jugo de las hojas era utilizado para trastornos renales. Es comestible pero además tiene un buen uso externo: las hojas se pueden usar para tratar pequeñas heridas o llagas, no hay más que quitarle la piel y se aplica directamente a modo de tirita. Bueno yo, por si acaso, llevo botiquín.
Ombligo de Venus (Umbilicus rupestris) |
Mirando el Huecha |
Hemos ido salvando, como dije, diferentes pasos del río, pero uno de ellos en el que el agua baja con mucha fuerza, nos invita a desistir de nuestro objetivo, además con el calor del mediodía el caudal subirá más todavía y la vuelta puede ser penosa. Así que a desandar lo andado.
Otro día será.
Segunda parte.
Refugio |
Tenemos claro que hemos venido a caminar, así que retrocedemos con los coches hasta un cruce de sendas que habíamos visto y aparcamos en un lugar denominado "La Herrería".
Es un refugio construido donde, tiempo atrás se encontraba una herrería.
Es un refugio construido donde, tiempo atrás se encontraba una herrería.
Carbonera |
Descendemos por la pista y pocos metros más abajo nos encontramos con la carbonera que abastecía la herrería.
La carbonera, como es de suponer, no es la novia de un famoso portero de fútbol. Se trataba del aprovechamiento forestal para la elaboración del carbón vegetal. La leña que se había cogido en el verano, se dejaba secar y se cortaba. Alrededor de una estaca clavada en el suelo, se iban colocando los troncos hasta formar la olla que se cubría con hojas y barro. Se encendía por la parte alta, cebándola con leña poco a poco. Tras enfriarse, se sacaba el carbón con el gancho.
Centáurea montana. |
Tomamos una PR que conduce a Talamantes por un tupido coscojal. Vemos otra curiosa planta, la Centáurea de las montañas, cuyas flores nos llama la atención. Dicen que tiene propiedades calmantes, después de una gripe se ponen a macerar 30 g. de hojas en un litro de vino generoso, durante ocho días y se filtra. Un vaso antes de las comidas, te deja nuevo ¡ya lo creo!.
Seguimos avanzando y bajo las "Peñas de Herrera" (ver fotos), en las márgenes de la pista, vemos muchas plantas de Verbena.
Seguimos avanzando y bajo las "Peñas de Herrera" (ver fotos), en las márgenes de la pista, vemos muchas plantas de Verbena.
Verbena |
La verbena (Verbena officinalis) es una planta herbácea perenne y vivaz de la familia de las verbenaceas, delgada, más o menos ramificada, que puede llegar al metro de altura. Tiene los tallos cuadrangulares y las flores son pequeñas y de color rosáceo o lila, depositadas en espigas terminales. Su floración se produce entre los meses de Junio y Octubre, aunque la generosidad climática de este año ha adelantado el proceso.
Nos dejamos perder por varios caminos por eso de hacer gana de comer, cosa que tras cerca de 18 Km. de una ruta no señalizada en los mapas, hacemos en el bar de Alcalá de Moncayo. Acompañamos nuestros bocadillos con una agradable cerveza y tras tomarnos el café, regresamos por pista hasta La Herrería.
El sol esta en lo más alto del cielo y cae sobre nuestros cuerpos de lo lindo, tan solo la vista de Añon, en la otra margen de La Huecha, parece darnos algo de frescor.
Las nubes van apareciendo en la sierra y el Moncayo luce su acostumbrada boina. Un último vistazo al monte, despide una jornada que nada tiene que ver con lo previsto. Estoy seguro de que el Horcajuelo, seguirá allí, ¡esperanos!
Hasta la próxima
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Nos dejamos perder por varios caminos por eso de hacer gana de comer, cosa que tras cerca de 18 Km. de una ruta no señalizada en los mapas, hacemos en el bar de Alcalá de Moncayo. Acompañamos nuestros bocadillos con una agradable cerveza y tras tomarnos el café, regresamos por pista hasta La Herrería.
Regresando |
Las nubes van apareciendo en la sierra y el Moncayo luce su acostumbrada boina. Un último vistazo al monte, despide una jornada que nada tiene que ver con lo previsto. Estoy seguro de que el Horcajuelo, seguirá allí, ¡esperanos!
Añón. |
Hasta la próxima
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Hicisteis bien en recular. Otros no fueron tan sensatos y los tuvieron que rescatar. Es un barranco que conviene tener bien en cuenta: es muy fácil enriscarse.
ResponderEliminarSiempre nos acompaña una vieja amiga, "Doña Prudencia".
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