martes, 4 de febrero de 2014

POR EL VALLE DE ARAN CON RAQUETAS

Como si de una acto ceremonioso se tratare, un año más para estas fechas, los amigos del Stadium Casablanca, nos llevan de fin de semana a tierras aranesas, un valle en el que todo parece ser distinto, su paisaje, su cultura, sus gentes, su lengua...
Ya, en otras ocasiones (como por ejemplo, el año pasado), he comentado las particularidades de estas tierras. Y no hace mucho, el pasado verano, éramos una veintena de "estalentaos", los que recorrimos sus caminos, sendas, valles, collados y también, sus destrozados parajes que a fecha de hoy, el empeño de sus pobladores (y nuestros presupuestos), han dejado como si nada hubiere pasado.

Día 1 de Febrero de 2014
Pla de Beret.
Se celebra, un nueva edición, la 35º, de la Marxa de esquí de fondo de Beret y el autobús carga con algunos participantes, otros van a practicar el alpino y el resto cargamos las tripas del vehículo con nuestras raquetas y demás equipaje.
Arranca el autobús con más de veinte minutos de retraso, alguien ha preferido apurar cama, ¿estaría soñando con el resto de una cincuentena de viajeros?. Por fin aparece el susodicho y en pocos minutos, camino de los Pirineos, una centena de ojos deciden mirarse para sus adentros, el viaje es largo y la noche ha sido corta.

Vielha.
Ya ha amanecido y la parada en Arén, despierta a estos angelicales seres, deseosos de un momento de gloria, bueno, y de un feliz desayuno. Esta vez, son un grupo de jóvenes, los que olvidan que el autobús es compartido, o sea que ha montado más gente y tiene que continuar. Arrancamos, la carretera discurre por la margen derecha del Noguera Ribagorzana. Pasamos los trece túneles de Les Escales y casi sin darnos cuenta, tenemos bajo nuestros pies la capital del valle de Arán, Vielha.
Cae un ligero aguanieve, la temperatura no es muy baja, aunque las predicciones dicen que esto cambiará.
Comienza el paseo.
Múltiples curvas y contracurvas nos van elevando hacia los cielos de este paraíso del esquí. Incluso la monarquía dispone, al igual que el presidiario Bárcenas, de "una chabolita" para descansar entre rotura y rotura de huesos.
Los nuestros (los huesos), los ponemos a prueba en el Pla de Beret, calzándonos las raquetas bajo una suave nevada. Aquí, el personal nos dividimos, unos a deslizar sus tablas por las laderas, otros a prepararse para la competición del día siguiente en la modalidad de fondo, otros a mover las piernas con las raquetas como herramienta de trabajo. ¡Ah!, y algunos a probar las maravillas que ofrecen en sus barras, las típicas cafeterías de estación de esquí. Estos últimos, creo que terminaron la jornada sin más lesión que la producida en sus bolsillos.
Caminando.
La mayoría del personal, nos apuntamos al ya clásico paseo de ida y vuelta al santuario-refugio de Montgarrí.
La ida, la hacemos por el camino de la margen derecha del recién nacido Noguera Pallaresa, que junto con el Garona, como buenos amigos, se reparten una y otra ladera del Pla de Beret.
Arrecia la nevada, pero este ejercito del Stadium avanza con firmeza por el blanco suelo, dejando tras de sí, la huella de sus poderosos artilugios.
Pronto nos adentramos en un espectacular bosque de coníferas, que adornadas por la nieve, le dan un ambiente cuasi navideño.

...más cae la nieve y...
El citado refugio, dispone para sus clientes de un cómodo servicio de transporte, unas motos de nieve que a su paso, dejan el aire mas contaminado que el panorama institucional y financiero del país. En este caso, es el dióxido de carbono que no solo nosotros, sino también la flora y fauna del lugar, tienen a bien respirar, ¡a donde vamos a llegar!.
Es lo único que desentona en este maravilloso lugar.
Victor, que dirige el grupo, advierte de un paso en el que hay que tomar las debidas precauciones, ya que el peligro de aludes es alto. Uno a uno y guardando la debida distancia pasamos el barranco de la discordia.
En el santuario de Montgarrí.
La nieve ha cubierto algunas de las huellas y conquistamos Montgarri, por diferentes frentes.
No se si tiene algo que ver mi crítica de hace un año o es casualidad, pero parece que el establecimiento hostelero del lugar ha mejorado algo. La persona que nos sirve, de acento galo, lo hace con suma amabilidad e incluso, el cobertizo en el que malamente nos refugiamos, ahora lo han cerrado y al calor de una estufa, disfrutamos de las cervezas, caldo y sidra que acompañan a nuestra artillería gastronómica extraída de las mochilas.


El Noguera Pallaresa a su paso por Montgarri.
Ya, de vuelta.
Unos cuantos, decidimos volver al Pla, por la otra margen, que aunque algo más larga y pesada de andar, nos ofrece una panorámica diferente.
La nubes, no nos dejan ver los picos que nos rodean, pero si los valles y barrancos que los cauces van esculpiendo en la tierra.
La cabaña de Cabau, nos indica que vamos a cruzar por el puente en el que bajo sus pies, se abrazan el "arriu deth Horcalh" y la Noguera Pallaresa.
Aunque alguno se va quedando retrasado, llegamos al encuentro del resto de personal, casi al unísono.

Salardú.
Cada vez nieva más y ya montados en el autobús, nos vamos a Salardú, cuartel general de la expedición. Tomamos posesión de las habitaciones, una ducha y como de costumbre, nos vamos a ver la iglesia románico-tardía del siglo XII, de la que di cuenta en el relato del pasado año. Esta vez, se encuentra abierta y en el interior,  podemos contemplar sus pinturas del siglo XVI y la impresionante talla del Crist de Salardú, obra maestra del siglo XII y atribuida al taller d'Erill-la Vall, al que se le atribuye también la ejecución del Cristo de Mijaran. La talla muestra la imagen de un Cristo sufriendo, con la sección triangular de las piernas y los rasgos característicos de la iconografía religiosa románica. La escasa iluminación del interior causa una profunda impresión, que se verá culminada con el típico vino caliente que nos sirven en la pensió Montanha. Entonamos unas canciones de nuestra tierra, lamentablemente interpretadas (¿será el vino?) y nos recogemos a cenar en el albergue. Afuera, sigue nevando, la noche es... y

Día 2 de Febrero de 2014
Amanece en Salardú.
... la mañana,  fría y blanca. Los termómetros marcan -6º C., desayunamos copiosamente en el buffet del albergue, los esquiadores, toman el bus y se van para Beret. El resto de personal nos dividimos en dos grupos de raquetistas. Unos deciden dirigirse hacia Bagergue y Santa Margalida y otros, nos vamos hacia Baños de Tredos.
Se nota el frío en las calles, el suelo está helado y hay que recorrerlas durante un tramo en rampa (al contrario que a la infanta, a nosotros no nos dan a elegir si andando o en coche). Poco más de las nueve de la mañana, somos trece los que cruzamos el puente sobre el río Garona, siguiendo lo que en verano es una pista asfaltada.
El joven Luis en cabeza.
La nevada ha teñido este camino de un blanco inmaculado, el personal comenta que se podría comparar con algún rincón de la lejana Canadá.
A nuestra izquierda, vemos el serpentear de la carretera que el día anterior hemos transitado con el autobús, más abajo la que lleva hacia el puerto de la Bonaigua y más abajo todavía, adivinamos el río Garona a su paso con la bella población de Tredos, que tan castigada fue el verano pasado por la fuerte riada. Llegamos a la altura del Barratge (embalse) de Aiguamós, pero no paramos, tenemos el tiempo condicionado al horario de la comida.
Barratge de Aiguamós
Brasería
Pasamos por una antigua borda, convertida hoy en brasería. Se encuentra cerrada y ahora en pleno invierno, es el lugar en que los clientes del balneario de Tredos, cambian el todoterreno por las motos que les trasladan al centro termal.
Conforme vamos ganando altura, el paisaje se va grabando en nuestro "pendrive humano" a través del "usb" de las retinas.
El río Aiguamós, realiza un bonito baile entre la nieve, dibujando sobre ella una línea azul sobre fondo blanco.
Pese a la temperatura, comenzamos a sudar, nuestros cuerpos son así de caprichosos.
Sin comentarios.
Vaya abeto.
Ahora nieva más ligeramente, incluso en algún que otro instante, las nubes dejan unos pequeños huecos para que los rayos del sol alumbren más este impresionante entorno que, aunque ya lo hemos recorrido en otras ocasiones, no deja de sorprender.
El bosque se va cerrando, el camino comienza a serpentear, nos anuncia que no muy tarde, alcanzaremos nuestro destino a la vez que objetivo: nos tomamos unas cervezas para celebrarlo pero...¡faltan cuatro miembros de la expedición! ¿donde estarán?...



Bañós de Tredos.
...nada, que han seguido huellas equivocadas y se han desviado por un instante, pero listos y expertos que son, han corregido sus paso y llegado a los baños. Los primeros hemos acabado, pero estos últimos se toman un café y sin perder tiempo, iniciamos el regreso.
Ya ha pasado el mediodía y tenemos que comer, tras mudarnos, a las 15h. por lo que la bajada la realizamos a "tumba abierta". Atajamos por la senda que ya, en Tredos, nos lleva por la mismísima orilla del Garona. Impresiona solo pensar que estas limpias aguas, las traslada hasta el océano Atlántico.
Ya de vuelta, los que han subido hacia Sta. Margalida, nos cuentan que han tenido una buena jornada y que han saludado en Bagergue a Carmen, posadera que fue de "Os Estalentaos" por un día en el pasado mes de Julio, un abrazo para ella.
Con gran cariño, el autobús, acoge nuestros cansados cuerpos para el largo viaje de regreso. No hemos llegado a Vielha, que un servidor, ya se ha sumido en un profundo sueño del que no se despierta hasta que el "Guasap"suena. Mi hija, me envía unas fotos que acaba de realizar a nuestros nietos Noah y Yaiza. Con sus caras aquí, dentro de uno, y el cansancio, vuelvo a soñar hasta las curvas del Congosto de Olvena. Paramos antes de Barbastro a deshidratarnos y otra vez a caballo, terminamos el viaje en la inmortal Zaragoza.
Un año más en el que la nieve y las raquetas han sido indiscutibles protagonistas, pero el auténtico protagonismo lo transmiten los compañeros de batalla.
Hasta pronto

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DATOS TÉCNICOS DE SALARDÚ A BAÑOS DE TREDOS, IDA Y VUELTA.

Recorrido de ida y vuelta.
Perfil de la etapa:  Distancia, 16,1 Km.    Desnivel de ascenso, 572 m. y de descenso, lo mismo.

1 comentario:

  1. Gracias por compartir vuestros viajes con nosotros. Un saludo.

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