lunes, 21 de abril de 2014

PICO GABARDIELLA

Día 18 de Abril de 2014
En Octubre del pasado año, ya contaba la leyenda de los amores imposibles de Gabardiella y Gratal, de como Gabardón, su padre, impidió con todas sus fuerzas la unión de ambos y, ayudado por el gigante Guara, los separó cortando la sierra en dos, dejándolos a uno y otro lado del Salto de Roldan.
Hoy, viernes santo, dejamos en la ciudad a procesiones, penitentes, cofrades golpeando tambores y bombos hasta altas horas de la madrugada, paseantes de vermut, etc., y nos vamos a consolar a la triste Gabardiella que ajena a estos fastos primaverales, goza de una inmensa tranquilidad.
Amanece cuando Maite y yo, recogemos a Piedad y Luis (el chaval) para emprender el corto viaje que nos dejará en el puente de Lúsera, no sin antes tomar un café en Arguís.
Embalse de Santa María de Belsué.
Aunque la mañana es fresca, el día promete ser cuasi veraniego y el chaval ya arranca de manga corta.
El resto, lo hacemos un poco más abrigados, los primeros tres kilómetros los hacemos por la sombra y no es cosa de pillar un catarro a esta alturas (3ªC).
No abriga, pero yo, muy chulo, luzco una bonita pulsera tricolor que mi sobrina Sara con ayuda de su madre, me hizo ayer con mucho entusiasmo y resignación.
Estamos en un entorno que en los últimos tiempos estamos frecuentando con asiduidad. Cruzamos el puente que salva el barranco de Cambón, para recorrer la orilla este del embalse de Santa María de Belsué, testigo de nuestros primeros pasos. A nuestra derecha quedan sus aguas y más allá, el refugio de Peña Guara, por el que pasamos en la citada travesía.
Primeros pasos con el refugio al fondo.
La soledad del entorno es el presagio de la cantidad de gente que vamos a encontrar durante la travesía, ¡nadie!. Con la tranquilidad que conlleva el no depender de transportes ajenos, llegamos a la presa del embalse. En esta ocasión no la cruzamos, seguimos la margen izquierda de río Flumen, que tras cargar sus aguas en la sierra de Bonés, salva estos obstáculos para desembocar en el Alcanadre.
Pronto estamos en el embalse de Cienfuens, construido para recoger las fugas del de Sta. Mª de Belsué y de los abundantes manantiales que la roca caliza, deja escapar por sus venas.
Primeras cuestas.
Maite nos da un pequeño susto, una piedra traicionera se ha cruzado en su camino, dando con su cuerpo al suelo, pero eso, solo es un susto ya que con gran coraje, se levanta y tras limpiar unas pequeñas heridas, "chino chana, vamos que nos vamos p´arriba".
Sí, comenzamos a ascender los primeros metros de millar que nos quedan. Lo hacemos por una cómoda senda cubierta de boj y algún pino. Los que aún no lo hemos hecho, nos despojamos de las mangas largas, el sol ya comienza a asomar entre las ramas, cada vez más escasas. Estamos subiendo por el barranco de Las Paules.
Narciso
Desaparecen los árboles y tres especies pasarán a ser las protagonistas de la flora a partir de ahora: el erizón, la violeta y el narciso. Este último, según la mitología, debe su nombre a aquel hermoso joven, Narciso, que se enamoró de su imagen reflejada en una fuente a la que se arrojó y en donde salió tan bella flor.
Una pradera totalmente florida, nos indica que hemos llegado al collado de Las Paules, camino de otros destinos como el realizado hace unos años, camino del Matapaños. Nos distraemos un momento para disfrutar del paisaje, ya asoman el Borón y el Tozal de Guara.
Collado de Las Paules.
Echamos los ojos hacia el sur y como siempre, el Moncayo nos sirve de perfecta brújula incluso adivinamos más hacia el norte de este último, los, por Piedad amados, Picos de Urbión, y es que el día está para disfrutar de buenas vistas.
Pero solo hemos superado 400 metros y hay que seguir. Ahora por una ladera en dirección norte, tenemos a nuestra derecha el impresionante valle que el río Guatizalema ha excavado en el territorio y que en pocas jornadas recorreremos. A la izquierda, el Monte Pueyo y el Pico de los Paules, son testigos de nuestras andanzas.
Pico se Luna.
Pronto, la senda desciende unos metros (¡cagüen!, luego habrá que subirlos de más) hasta el collado de la Luna del Pueyo, en donde comienza de nuevo la subida. Paso a paso, velocidad de crucero, vamos ganándole unos metros a esta cuestecica. A lo lejos se adivina la cumbre de nuestro objetivo, pero aún queda algo alejada. De momento alcanzamos el Pico de la Luna, principio del cordal que nos llevará hasta el Gabardiella.
En una pequeña antecima, nos detenemos para observar lo andado y lo que nos queda que afortunadamente es poco.

Cima del Pico Gabardiella.
Pero hay que llegar y entre una alfombra de erizones, una agradable senda, nos coloca en la cima del Pico de Gabardiella de 1640 m., que no es muy alto pero que hay que subirlo.
Miramos a nuestro alrededor y las vistas son impresionantes: hacia el oeste allá lejos, Gratal llora lejos de su amada sin poder alcanzar su mano por la brecha que el gigante Guara abrió en la montaña de sus amores. Giramos la vista en el sentido contrario a las agujas del reloj y otra vez vemos el Moncayo luciendo su cana cabellera. El Borón, Fragineto, Petreñales, Guara, Nocito y como no "los Pirineos" en su inmensa totalidad.
Los Pirineos.
En la cima del Pico Gabardiella.
No voy a enumerar los picos, pues se ven todos los más importantes con una buena capa de nieve todavía, pero hay que reconocer que bastante menos que hace tan solo diez días.
Una vez capturado el paisaje con nuestras retinas y la cámara, descargamos las mochilas del lastre alimentario que hasta el momento han soportado y con un día espléndido, pasamos a disfrutar de la comida a pesar de que la cantimplora con vino que debería de llevar un servidor, se ha quedado en la noble ciudad de Zaragoza, ¡que le vamos hacer!: "jamón con agua" ¡puaf!.

Descenso.
Iniciamos el descenso y aunque viejos, cometemos errores de principiantes: sin recordar la famosa frase de que "no hay atajo sin trabajo", tomamos un alcorce que nos mete en un laberinto de boj y erizones. No sin esfuerzo, volvemos a la senda que hemos recorrido de subida hasta que antes de llegar al Pico de la Luna, tomamos una senda para realizar el descenso por la cara norte.
En principio es una suave pradera en la que el camino se perdería si no fuera por los mojones que alguien ha colocado, posteriormente una interminable lazada, nos deja en el punto de partida en poco mas de una hora.
En el puente de Lúsera.
Durante la bajada, hemos ido observando territorios recientemente recorridos por nuestras piernas, como Santa Mª de Belsué, el propio Belsué, Pardina de los Ascaso, Lúsera...vamos, que poco a poco, esta sierra nos está enganchando.
En las limpias aguas del barranco, nos remojamos los pinreles y poco más.
En Arguís, paramos a tomar unas cervezas y celebramos que el día ha sido excepcional y no solo por lo visto y andado, sino porque hacerlo en compañía de estos buenos amigos, bien merece la pena.

Con Lola en el hospital.
Únicamente faltaban, entre otros, Luis y Lola, que estaban pasando estos días vacacionales por tierras más altas, exactamente por la Jacetania. Y mira tú que "el chaval", lee en un periódico digital la noticia de que una montañera ha sido rescatada en Aguas Tuertas y que las iniciales ¡como que le suenan!, Pues sí, que Lola va y le apetece darse un viaje en helicóptero, para lo que se rompe tibia y peroné.
Aunque tiene para unos días, digo semanas, de recuperación, el humor de su S. Luis, seguro que le va a ayudar a llevar el tema con mejor ánimo. Ánimo que desde aquí te damos todos los que aun siendo un poco "estalentaos", deseamos que pronto estés con nosotros en esos proyectos que tenemos.
Te queremos Lola.
Y al resto, hasta pronto.

Resto de fotos, haz click aquí

Datos técnicos.
Recorrido

Perfil:  Distancia, 17,3 Km. / Ascenso acumulado 1030 m / Descenso acumulado 1030 m.

4 comentarios:

  1. Desde aquí un abrazo a todos y le dais recuerdos y ánimos a Lola,...que no es "ná",...

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  2. Seguro que se los daré. Un abrazo Oscar

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  3. Hola Jose Luis. Cuantos tiempo en distancia? y Cuantos kilometros? me interes. Un abrazo

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  4. Ánimo para Lola, seguro que con la ayuda de Luis pronto estará corriendo.

    un abrazo de marian y luis.

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