Día 18 de octubre de 2020
Desde que uno abandonó aquello del mundo laboral, lo de desplazarse en busca del relax a lugares fuera de lo común, no sé si se le puede llamar vacación, escapada, desconexión, placer, desconexión... Es un estado del que, como hace unos días, en pareja o con amigos, solemos disfrutar y que asiduamente no suelo relatar en esta página.
Lo peor de esta situación es que cada vez ––los años siguen su curso–– cuesta más coger el buga, meterle unos cuantos kilómetros y retornar a esa afición de echar el cuerpo al monte.
Cabezo de San Borombón |
En media hora nos presentamos en la villa de Muel, concretamente junto a la ermita de la Virgen de la Fuente, obra barroca de 1770 asentada sobre los restos de otra románica que, cuatro años antes, la rotura de la presa de Mezalocha, de la que di cuenta en este enlace, con la consiguiente crecida del río Huerva quedó prácticamente destruida. La decoración de las pechinas fueron encargadas a un vecino de la cercana Fuendetodos, un tal Francisco de Goya.
Por el sendero fluvial |
En su discurrir, el Huerva va remansándose formando algunos pozos, o "pocicos" como les llaman aquí y sí, cada uno tiene su denominación: el de las Manzanas, el del Avión, el de los Maderos, el del Ombligo...
El ríol Huerva |
Hacia la Galocha |
Antes de llegar a la población tomamos una senda que discurre por un erial y que, poco a poco, nos va adentrando por los viejos cauces que dibujan este terreno.
En principio, nuestros pasos caminan por el amplio barranco de la Dehésica para, ascendiendo unos metros, adentrarnos en La Galocha, un terreno dibujado por el barranco del Tollo. En algunos momentos, el sendero transita por una ladera que, con prudencia, carece de problema alguno.
Barranco del Tollo |
A la izquierda, San Borombón |
El sendero linda con los campos, gira, sube, baja... ¡Allí está!, un pequeño repecho y una minitrepada, nos sitúa en lo más alto del Cabezo de San Borombón (632 m). Amigos de amueblar el monte, han colocado una cruz conmemorativa de un trail que se celebra habitualmente y que, parece ser, necesita de este símbolo para su buen desarrollo ––¡qué cruz!––
No es una cima de gran altura, pero sí una atalaya desde la que se contemplan grandes vistas como los pueblos de las orillas del Huerva, antes de su entrada en Zaragoza (Muel, Botorrita, Mozota, María); más allá, a pesar de la bruma, se aprecian las cumbres pirenaicas; giramos la vista hacia el oeste, ahora es el Moncayo que pese a las últimas precipitaciones presenta un aspecto libre de canas; a la cumbre de la Sierra Ibérica le acompañan otras de menor altura, pero por eso no menos interesantes, como las de la Virgen, Algairén, Vicort...
Duro paisaje |
"San Brandán el Navegante, también llamado Barandán, Borondón o
Borombón, fue uno de los grandes monjes evangelizadores irlandeses del
siglo VI.
Cuenta una de las leyendas, propias de la cultura celta, que como buen irlandés, al buen hombre le iba eso de echar la barca al agua del Atlántico y, por si acaso, navegar en compañía de unos catorce monjes y, cuentan también, que pudo llegar a las costas de
Norteamérica o de Terranova, a Islandia y a otras islas del Atlántico
Norte (a ver si eso de Colón...).
Vivieron numerosas aventuras enfrentándose a demonios que
vomitaban fuego y monstruosas criaturas. Llegaron a una isla llena de
árboles y vegetación, celebraron el rito cristiano y, de pronto, la isla comenzó a
moverse; se trataba de una gigantesca criatura marina, sobre cuyo lomo
estaban los monjes.
Más tarde, en el siglo XV, en las islas
Canarias comenzaron a escucharse relatos de una octava isla, que a veces
comenzaba a divisarse al oeste de La Palma, El Hierro y La Gomera.
Cuando los navegantes trataban de aproximarse a ella, la niebla la
envolvía y desaparecía. Esta isla se identificó con la mítica
isla de San Brendan o San Borondón. La leyenda habla de la octava isla canaria".
Grabado en madera con la escena en la que el santo celebra una ceremonia sobre el cuerpo de un monstruo marino |
Hay que bajar |
Ahora toca bajar, los senderos que se ven desde aquí arriba llevan dirección norte y nosotros queremos volver a Muel. Nada que no se pueda solucionar, un vistazo al GPS y nos "transmutamos en cabras" para dejarnos caer por la ladera oeste, eso sí, con prudencia pues el terreno está compuesto (o descompuesto) por piedra suelta.
Una vez abajo, tomamos una senda que nace de la nada, senda que poco a poco se va tornando en una pista que nos va acercando hacia Muel. Antes de llegar nos asomamos a una antigua cantera convertida en circuito de motocross.
La cantera |
De nuevo en la ermita |
Ermita, presa y estanque |
Cascada |
Misión cumplida |
Sigue tu curso |
Suelo acabar estas crónicas con un "hasta pronto". En esta ocasión me permito ampliar mis deseos de que estos tristes momentos que estamos viviendo pasen cuando antes; que la ciencia (no creo en los milagros) avance hacia una solución mundial; empero, hasta entonces, nosotros los humanos, tenemos una gran responsabilidad: nuestro comportamiento es esencial para que el virus no se propague y mate (ya sé, cruel palabra), no solo a extraños, sino también a nuestros seres queridos.
¡Hala pues! hasta pronto.
Datos técnicos
Recorrido |
Perfil: Distancia, 14,5 Km Desnivel positivo y negativo, 340 m. Track |
Me alegro si te ha servido mi track para hacer la ruta.
ResponderEliminarPrecioso relato. Desconocía la historia del santo, la rotura de la presa de Mezalocha, etc.
Muy interesante y didáctico.
Saludos amigo
Como siempre, da gusto leerte. Saludos
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarDe vez en cuando suelo ir por Muel a dar un paseo y esa senda por el río, es una gozada, no descarto ir este fin de semana, que en Cuarte de momento, nos dejan movernos.
Un saludo
cada dia me sorprendes más, con tus descubrimientos y forma de contarlos.
ResponderEliminarHola José Luis, desconocía ese itinerario y me has inyectado esa dosis de curiosidad,
ResponderEliminarespero que sepa seguir la ruta que has marcado.
Abrazote RompeCostillas
Curioso, no me imaginaba encontrar algo relacionado con mi nombre tan cerca de casa. En cuanto saque una tarde libre subo.
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