martes, 20 de octubre de 2020

CABEZO DE SAN BOROMBON Y SENDA FLUVIAL DEL HUERVA (circular)

Día 18 de octubre de 2020

       Desde que uno abandonó aquello del mundo laboral, lo de desplazarse en busca del relax a lugares fuera de lo común, no sé si se le puede llamar vacación, escapada, desconexión, placer, desconexión... Es un estado del que, como hace unos días, en pareja o con amigos, solemos disfrutar y que asiduamente no suelo relatar en esta página. 
        Lo peor de esta situación es que cada vez ––los años siguen su curso–– cuesta más coger el buga, meterle unos cuantos kilómetros y retornar a esa afición de echar el cuerpo al monte.
Cabezo de San Borombón
        Pero, amigos, en casa, mientras no nos confinen, el cuerpo se vuelve comodón, así que ¡hale! nos vamos a las cercanías de Zaragoza a pasar una mañana  y descubrir una pequeña loma con nombre de santo: "San Borombón" (o Borombon), loma a la que no sé quién leches le bautizó relacionándola con un santo (Pablo VI lo eliminó del santoral) más ligado a los mares que a estos duros eriales de los que abundan en tierras aragonesas. Lo del acento lo explicaré más adelante. Como no conozco el sitio me apoyo sobre un track del amigo Alfredo Barberán.
        En media hora nos presentamos en la villa de Muel, concretamente junto a la ermita de la Virgen de la Fuente, obra barroca de 1770 asentada sobre los restos de otra románica que, cuatro años antes, la rotura de la presa de Mezalocha, de la que di cuenta en este enlace, con la consiguiente crecida del río Huerva quedó prácticamente destruida. La decoración de las pechinas fueron encargadas a un vecino de la cercana Fuendetodos, un tal Francisco de Goya.
Ermita de la Virgen de la Fuente

Por el sendero fluvial
        Iniciamos el camino recorriendo buena parte del tramo de la "Senda Fluvial del río Huerva" que discurre entre Muel y Mezalocha, un sendero que se adentra en un cañizal que tan solo se abre cuando nuestros pasos caminan bajo el arbolado del soto en el que no faltan álamos, chopos, fresnos, tamarices, etc., algunos de ellos de grandes proporciones o de singularidad probada.
        En su discurrir, el Huerva va remansándose formando algunos pozos, o "pocicos" como les llaman aquí y sí, cada uno tiene su denominación: el de las Manzanas, el del Avión,  el de los Maderos, el del Ombligo...
 
El ríol Huerva

 
Hacia la Galocha
        No andamos lejos de Mezalocha, nuestro objetivo es otro, así que giramos a la izquierda para abandonar este bonito y recomendable recorrido para volver en dirección hacia Muel por una pista que nos enseña, allá lejos, el cabezo de San Borombón.
        Antes de llegar a la población tomamos una senda que discurre por un erial y que, poco a poco, nos va adentrando por los viejos cauces que dibujan este terreno. 
        En principio, nuestros pasos caminan por el amplio barranco de la Dehésica para, ascendiendo unos metros, adentrarnos en La Galocha, un terreno dibujado por el barranco del Tollo. En algunos momentos, el sendero transita por una ladera que, con prudencia, carece de problema alguno.
Barranco del Tollo

A la izquierda, San Borombón
        Miramos arriba y vemos que ya estamos alcanzando lo alto de la sierra que presenta forma de muela, aquí se asientan campos de cultivo, unos brazos de la Plana de Jaulín.
        El sendero linda con los campos, gira, sube, baja... ¡Allí está!, un pequeño repecho y una minitrepada, nos sitúa  en lo más alto del Cabezo de San Borombón (632 m). Amigos de amueblar el monte, han colocado una cruz conmemorativa de un trail que se celebra habitualmente y que, parece ser, necesita de este símbolo para su buen desarrollo  ––¡qué cruz!––
        No es una cima de gran altura, pero sí una atalaya desde la que se contemplan grandes vistas como los pueblos de las orillas del Huerva, antes de su entrada en Zaragoza (Muel, Botorrita, Mozota, María); más allá, a pesar de la bruma, se aprecian las cumbres pirenaicas; giramos la vista hacia el oeste, ahora es el Moncayo que pese a las últimas precipitaciones presenta un aspecto libre de canas; a la cumbre de la Sierra Ibérica le acompañan otras de menor altura, pero por eso no menos interesantes, como las de la Virgen, Algairén, Vicort... 
En la cima.
Duro paisaje
Bella estampa

El Moncayo (zoom)
         Es lo que tiene esta cima de San Borombón; ¿lo del nombre? allá va:
        "San Brandán el Navegante, también llamado Barandán, Borondón o Borombón, fue uno de los grandes monjes evangelizadores irlandeses del siglo VI. 
        Cuenta una de las leyendas, propias de la cultura celta, que como buen irlandés, al buen hombre le iba eso de echar la barca al agua del Atlántico y, por si acaso, navegar en compañía de unos catorce monjes y, cuentan también, que pudo llegar a las costas de Norteamérica o de Terranova, a Islandia y a otras islas del Atlántico Norte (a ver si eso de Colón...). 
    Vivieron numerosas aventuras enfrentándose a demonios que vomitaban fuego y monstruosas criaturas. Llegaron a una isla llena de árboles y vegetación, celebraron el rito cristiano y, de pronto, la isla comenzó a moverse; se trataba de una gigantesca criatura marina, sobre cuyo lomo estaban los monjes. 
         Más tarde, en el siglo XV, en las islas Canarias comenzaron a escucharse relatos de una octava isla, que a veces comenzaba a divisarse al oeste de La Palma, El Hierro y La Gomera. Cuando los navegantes trataban de aproximarse a ella, la niebla la envolvía y desaparecía. Esta isla se identificó con la mítica isla de San Brendan o San Borondón.  La leyenda habla de la  octava isla canaria".
Grabado en madera con la escena en la que el santo celebra una ceremonia sobre el cuerpo de un monstruo marino
Hay que bajar
        Pues eso, que me digan a mí a quién carajo  se le ocurrió bautizar esta loma con el nombre de un monje navegante. Sí, ya sé que estas tierras fueron mar pero de eso hace mucho más.
        Ahora toca bajar, los senderos que se ven desde aquí arriba llevan dirección  norte y nosotros queremos volver a Muel. Nada que no se pueda solucionar, un vistazo al GPS y nos "transmutamos en cabras" para dejarnos caer por la ladera oeste, eso sí, con prudencia pues el terreno está compuesto (o descompuesto) por piedra suelta.
        Una vez abajo, tomamos una senda que nace de la nada, senda que poco a poco se va tornando en una pista que nos va acercando hacia Muel. Antes de llegar nos asomamos a una antigua cantera convertida en circuito de motocross.
La cantera

De nuevo en la ermita
        No podíamos volver a casa sin echar un vistazo a este pequeño rincón del Parque de Muel en el que la historia, el agua y el pintor de Fuendetodos se abrazan a la presa romana sobre la que se construyó la ermita a la que hacía referencia arriba. Sí, amigos, esa presa fue construida en el siglo primero por los romanos con la finalidad de almacenar agua para el suministro de las localidades cercanas a la Caesaraugusta. La razón de que al otro lado de la presa no veamos un embalse, sino un montón de tierra y que el río se haya ido por otro sitio, es la acumulación de sedimentos, durante 20 siglos, que llegaron a llenar todo el cauce; las filtraciones han ayudado a construir un pequeño estanque a sus pies. El río sigue su curso, dejándose caer por una bonita cascada.
Ermita, presa y estanque

Cascada

Misión cumplida

Sigue tu curso
        Volvemos a casa, lo hacemos como el Huerva, con tranquilidad pero sin pausa, pues es río amigo, es río vecino pues moramos en sus cercanías, junto a sus orillas a las que nos asomamos rindiéndole el culto que se merece, pues es río, el Huerva, poco respetado, muy zancadilleado, pero por eso no menos hermoso pues en su recorrido riega la tierra, amamanta a sus pueblos, esculpe la roca y nos regala hermosos rincones. Gracias río.

        Suelo acabar estas crónicas con un "hasta pronto". En esta ocasión me permito ampliar mis deseos de que estos tristes momentos que estamos viviendo pasen cuando antes; que la ciencia (no creo en los milagros) avance hacia una solución mundial; empero, hasta entonces,  nosotros los humanos, tenemos una gran responsabilidad: nuestro comportamiento es esencial para que el virus no se propague y mate (ya sé, cruel palabra), no solo a extraños, sino también a nuestros seres queridos.
                ¡Hala pues! hasta pronto.


Datos técnicos
Recorrido

Perfil:
Distancia, 14,5 Km
Desnivel positivo y negativo, 340 m.
Track

6 comentarios:

  1. Me alegro si te ha servido mi track para hacer la ruta.
    Precioso relato. Desconocía la historia del santo, la rotura de la presa de Mezalocha, etc.
    Muy interesante y didáctico.
    Saludos amigo

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  2. Como siempre, da gusto leerte. Saludos

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  3. Hola.

    De vez en cuando suelo ir por Muel a dar un paseo y esa senda por el río, es una gozada, no descarto ir este fin de semana, que en Cuarte de momento, nos dejan movernos.

    Un saludo

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  4. cada dia me sorprendes más, con tus descubrimientos y forma de contarlos.

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  5. Hola José Luis, desconocía ese itinerario y me has inyectado esa dosis de curiosidad,
    espero que sepa seguir la ruta que has marcado.
    Abrazote RompeCostillas

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  6. Curioso, no me imaginaba encontrar algo relacionado con mi nombre tan cerca de casa. En cuanto saque una tarde libre subo.

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