Día 5 de junio de 2022
En La Erilla |
Decidimos madrugar, queremos huir del calor de la tarde que en esta primavera nos está golpeando sin ninguna compasión (dicen que se están batiendo récords de "chicharrina").
En menos de una hora nos encontramos rodeando el pueblo de Alpartir, situado en el piedemonte norte de la Sierra de Algairén. Del mismo nombre que el pueblo es el río que remontamos por una pista, durante seis kilómetros, hasta alcanzar el lugar de La Erilla (650 m.). Aquí dejamos el buga, nos ponemos las botas y, ¡hale!, vamos a darle al calcetín.
Por el río Alpartir |
Seguimos remontando el río hasta que cambia el nombre de Alpartir por el de Tiernas. Será por el valle de este último por donde descenderemos; por ahora lo abandonamos girando a la derecha en dirección S.
La hiedra trepando |
Aparece el pinar |
Afortunadamente, el haber madrugado nos permite disfrutar de una mañana fresca y echar la vista a uno y otro lado.
Poco a poco, la zigzagueante senda va girando en dirección W.
Conforme vamos ganando altura, los robles van dando paso al pino y, cuando este comienza a clarear, aparecen algunas flores, entre las que destacan la ferula común (thapsia velluda), la vivorera (echium vulgar) y sobre todo la lavanda (lavanda stoechas).
Subí a lo alto de la montaña... |
... busqué la flor más hermosa de las... |
... que salían a nuestro encuentro... |
... ¡habían despertado! |
Seguimos el camino |
Afortunadamente, a un servidor le atraen más las flores del campo, esas que no necesitan más maceta que la tierra que las ha visto crecer.
Bueno, voy a salir del jardín en que me he metido y prosigo con lo nuestro: el sendero, que nos ha traído hasta aquí, desemboca en una pista, señalizada como SL-Z.53.3 que tomamos, girando en dirección S.
Libando |
Allá arriba, a lo lejos, se adivina la casa que corona la cumbre a la que hemos de subir, pero de momento seguimos en un sube y baja por la pista que nos acerca al collado de Valdecristina (1040 m). Un nuevo y reconocible paisaje se nos abre hacia el SO con el valle del río Grío con los pueblos de Codos y Tobed, punto de arranque y llegada de una de nuestras recientes rutas por esta sierra (enlace). Al otro lado se eleva la Vicora (sierra de Vicort) con el pico de Rayo y el cerro de Santa Brígida luchando por protagonizar esta postal.
"La Vicora" con el pico del Rayo en el centro y Santa Brígida a la derecha |
Vista de Tobed |
Jara |
China, chano, vamos avanzando. Sobre nosotros vemos la mencionada caseta, pero hemos de dar un rodeo y salvar una fuerte subida por un camino de hormigón que nos deja en el cerro de La Falaguera (1215 m.), un auténtico mirador desde el que, en días menos brumosos que hoy, permite disfrutar de una gran panorámica. Aun así, podemos ver, ya sin nieve, el Moncayo y sus satélites (Morrón, Lobera, Peñas de Herrera, etc.), así como el mencionado valle del río Grío al que se suman otros pueblos como Inogés y Santa Cruz de Grío. No menos espectacular es el Campo de Cariñena, con la vid trabajándose la uva y la vega del Jalón, protagonizada en estos días por su magnífica cereza. Un poco más lejos se dibuja la sierra de la Virgen. Y bajo nuestros pies, muy abajo, el valle por el que hemos de regresar a La Erilla; pero, amigos, para eso aún queda tajo que cortar.
Descendiendo entre jaras |
Toca bajar, cosa que hacemos por la senda de la Peña Albardón, que en otras ocasiones hemos subido o bajado a esta cima. El primer tramo lo tomamos con prudencia, pues el terreno se encuentra bastante descompuesto y no estamos para caídas.
La senda se abre camino entre un bosque de jaras, en dirección NE, por un cordal que salva tres collados, el de Villido, el de l´Hoyo la Silla y el del Tío Francisco. En este último cogemos un desvío a la izquierda, en dirección SO, para tomar la senda de Valdejordán que, poco más abajo, enlaza con la del Mosomero o Mesonero. El camino nos introduce en un espectacular bosque de roble albar, lo que agradecemos por la sombra que nos obsequian estos árboles
La senda, de collado en collado. Abajo, el campo de Cariñena |
Seguimos bajando |
Me permito aportar al popular nombre, la sensación que se siente en estos parajes que, sí, que enamoran; más en estas fechas en las que la vegetación pinta de mil colores el paisaje, fechas en las que los pájaros trinan hermosas melodías, fechas en la que las flores rinden pleitesía a quienes quedamos prendados ante ellas, fechas en las que la fuente de Jordana aún mana un hilo de agua. En esta fuente nos autorretratamos por tercera vez, pues es un rincón que, como otros muchos, nos trae recuerdos de aquellos que marcharon.
En la fuente de Jordana |
Dejamos la casa y los campos que la rodean para seguir descendiendo por las orillas del Tienas que, a lo largo de su curso, nos ofrece una frondosa vegetación arbórea de fresnos, avellanos, acerolos, sauces, serbales, robles, arces de Montpellier y enebros.
Otra fuente, la de La Teja, nos indica que pronto cerraremos el círculo y que los últimos metros los recorreremos por la senda de subida, disfrutando del frescor por las orillas del río Alpartir, hasta llegar a La Erilla y dar por concluida otra sorprendente ruta por una sierra, la de Algairén, que siempre nos guarda algún que otro camino que recorrer.
Hasta pronto
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Datos técnicos:
Recorrido |
Perfil: Distancia, 15,1 Km Desnivel positivo, 667 m. Desnivel negativo, 667 m. |
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