miércoles, 8 de junio de 2022

SIERRA DE ALGAIRÉN (circular La Erilla-Falaguera-Valle Tiernas)

 Día 5 de junio de 2022
En La Erilla
        Uno que creía conocer toda la sierra de Algairén descubre que, como en  toda montaña, siempre quedan rincones que delatan nuestra menudencia en este mundo. Esta ruta, en alguno de sus tramos, coincide con caminos ya recorridos, pero la exposición  colorista que nos regala este mes, nos lleva a pensar que "estamos de estreno".
            Decidimos madrugar, queremos huir del calor de la tarde que en esta primavera nos está golpeando sin ninguna compasión (dicen que se están batiendo récords de "chicharrina").
        En menos de una hora nos encontramos rodeando el pueblo de Alpartir, situado en el piedemonte norte de la Sierra de Algairén. Del mismo nombre que el pueblo es el río que remontamos por una pista, durante seis kilómetros, hasta alcanzar el lugar de La Erilla (650 m.). Aquí dejamos el buga, nos ponemos las botas y, ¡hale!, vamos a darle al calcetín. 
Por el río Alpartir
        Los primeros metros los recorremos remontando las aguas (escasas) del río Alpartir en dirección SE. Recibimos el frescor de la mañana, bajo la sombra de grandes robles en los que trepa, enredándose en su tronco, la hiedra. Asimismo, la hiedra se encarga de tapizar las paredes de la casa construida por un tal José María Benedí, que vaya usted a saber quién era este personaje. Me asomo a la ventana y parece que esta casa es empleada como refugio o algo parecido a un rincón gastronómico.
        Seguimos remontando el río hasta que cambia el nombre de Alpartir por el de Tiernas. Será por el valle de este último por donde descenderemos; por ahora lo abandonamos girando a la derecha en dirección S.
La hiedra trepando
Aparece el pinar
        Lo que hasta ahora había sido un cómodo paseo ribereño, se torna en ascenso que, como es costumbre nuestra, atacamos a ritmo "Perkins".
    Afortunadamente, el haber madrugado nos permite disfrutar de una mañana fresca y echar la vista a uno y otro lado.
        Poco a poco, la zigzagueante senda va girando en dirección W.
        Conforme vamos ganando altura, los robles van dando paso al pino y, cuando este comienza a clarear, aparecen algunas flores, entre las que destacan la ferula común (thapsia velluda), la vivorera (echium vulgar) y sobre todo la lavanda (lavanda stoechas). 
Subí a lo alto de la montaña...
... busqué la flor más hermosa de las...
... que salían a nuestro encuentro...
... ¡habían despertado!
Seguimos el camino
        Esto me lleva a reflexionar sobre ese par de jornadas en las que el ayuntamiento de mi ciudad se ha gastado un fajo de euros (nuestros) para llenar el parque y alrededores de macetas y, a ser posible, arrancar algún que otro voto para las próximas elecciones, ¡p´a qué!
        Afortunadamente, a un servidor le atraen más las flores del campo, esas que no necesitan más maceta que la tierra que las ha visto crecer.
        Bueno, voy a salir del jardín en que me he metido y prosigo con lo nuestro: el sendero, que nos ha traído hasta aquí, desemboca en una pista, señalizada como SL-Z.53.3 que tomamos, girando en dirección S. 
Libando
        El desnivel de subida se va haciendo más suave; la pista, a uno y otro lado, es un auténtico jardín en el que las mariposas, a cientos, disfrutan del néctar que les regalan las flores a las que, por cierto, se les ha unido algún ejemplar de "ababol" (amapola en Aragón).
        Allá arriba, a lo lejos, se adivina la casa que corona la cumbre a la que hemos de subir, pero de momento seguimos en un sube y baja por la pista que nos acerca al collado de Valdecristina (1040 m). Un nuevo y reconocible paisaje se nos abre hacia el SO con el valle del río Grío con los pueblos de Codos y Tobed, punto de arranque y llegada de una de nuestras recientes rutas por esta sierra (enlace). Al otro lado se  eleva la Vicora (sierra de Vicort) con el pico de Rayo y el cerro de Santa Brígida luchando por protagonizar esta postal.
"La Vicora" con el pico del Rayo en el centro y Santa Brígida a la derecha
Vista de Tobed
Jara
        Hacia Tobed va este camino, pero nosotros no, pues hemos de tomar el que lleva al Pico del Pelao o de Valdemadera (más lógico el primer nombre, pues no está en valle y tiene más hierro que madera). Poco a poco vamos ganando altura y al jardín de Algairén se une una nueva planta en todo su florido esplendor, la jara (cistus). Para completar esta exposición floral, se suma esa especie de verde alfombra que es la gayuba.
        China, chano, vamos avanzando. Sobre nosotros vemos la mencionada caseta, pero hemos de dar un rodeo y salvar una fuerte subida por un camino de hormigón que nos deja en el cerro de La Falaguera (1215 m.), un auténtico mirador desde el que, en días menos brumosos que hoy, permite disfrutar de una gran panorámica. Aun así, podemos ver, ya sin nieve, el Moncayo y sus satélites (Morrón, Lobera, Peñas de Herrera, etc.), así como el  mencionado valle del río Grío al que se suman otros pueblos como Inogés y Santa Cruz de Grío. No menos espectacular es el Campo de Cariñena, con la vid trabajándose la uva y la vega del Jalón, protagonizada en estos días por su magnífica cereza. Un poco más lejos se dibuja la sierra de la Virgen. Y bajo nuestros pies, muy abajo, el valle por el que hemos de regresar a La Erilla; pero, amigos, para eso aún queda tajo que cortar.
Cerro de La Falaguera
Valle de Tiernas
A lo lejos, el Moncayo, ah, y...
... nosotros dos
Descendiendo entre jaras
        El sol ya hace un rato que comienza a calentar, así que aprovechamos la sombra que nos regalan las paredes de la casa de vigilancia de incendios, para postrar el trasero en su acera y mover el bigote. 
        Toca bajar, cosa que hacemos por la senda de la Peña Albardón, que en otras ocasiones hemos subido o bajado a esta cima. El primer tramo lo tomamos con prudencia, pues el terreno se encuentra bastante descompuesto y no estamos para caídas.
        La senda se abre camino entre un bosque de jaras, en dirección NE, por un cordal que salva tres collados, el de Villido, el de l´Hoyo la Silla y el del Tío Francisco. En este último cogemos un desvío a la izquierda, en dirección SO, para tomar la senda de Valdejordán que, poco más abajo, enlaza con la del Mosomero o Mesonero. El camino nos introduce en un espectacular bosque de roble albar, lo que agradecemos por la sombra que nos obsequian estos árboles
La senda, de collado en collado. Abajo, el campo de Cariñena
Seguimos bajando
        El sendero se encuentra en buen estado, en poco tiempo alcanzamos el río (aquí seco) de Tiernas que da nombre al valle, aunque también es conocido por el "Valle del Amor", pues en la década de los 70 del pasado siglo se estableció una comuna “hippy” en las cabañas de los hortales que quedaban en pie. Quizás, el sobrenombre venga originado por aquella consigna que decía: "haz el amor y no la guerra", frase que tan olvidada está en la actualidad.
        Me permito aportar al popular nombre, la sensación que se siente en estos parajes que, sí, que enamoran; más en estas fechas en las que la vegetación pinta de mil colores el paisaje, fechas en las que los pájaros trinan hermosas melodías, fechas en la que las flores rinden pleitesía a quienes quedamos prendados ante ellas, fechas en las que la fuente de Jordana aún mana un hilo de agua. En esta fuente nos autorretratamos por tercera vez, pues es un rincón que, como otros muchos, nos trae recuerdos de aquellos que marcharon.
En la fuente de Jordana
        Alcanzamos la casa de la Viuda de don Pablo Gil, arqueólogo, geógrafo e historiador nacido en Alpartir en el siglo XIX.
        Dejamos la casa y los campos que la rodean para seguir descendiendo por las orillas del Tienas que, a lo largo de su curso, nos ofrece una frondosa vegetación arbórea de fresnos, avellanos, acerolos, sauces, serbales, robles, arces de Montpellier y enebros.
        Otra fuente, la de La Teja, nos indica que pronto cerraremos el círculo y que los últimos metros los recorreremos por la senda de subida, disfrutando del frescor por las orillas del río Alpartir, hasta llegar a La Erilla y dar por concluida otra sorprendente ruta por una sierra, la de Algairén, que siempre nos guarda algún que otro camino que recorrer.
        Hasta pronto

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Datos técnicos:
Recorrido
Perfil:
Distancia, 15,1 Km
Desnivel positivo, 667 m.
Desnivel negativo, 667 m.

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