viernes, 22 de agosto de 2014

BULGARIA - TREKKING POR LAS MONTAÑAS DE RILA Y PIRIN (Capítulo III - Días 5 y 6 de Agosto)

Días 5 de Agosto de 2014
Buen día.
Amanece, pronto el sol aparece entre las copas de los pinos, ¿durará?, ya veremos.
El desayuno lo tomamos como es  costumbre, o sea, unos por necesidad y otros por pura gula, nos comemos todo.
Hoy, la jornada comienza con un transfer conducido con gran habilidad por Dimitri (¡el rey de las curvas!). En el camino, nos detenemos en un supermercado a comprar la comida para hoy, y como vamos escasos de vino, en la sección de bebidas adquirimos un par de briks de buen tinto de la tierra. Tras más de una hora y media, estamos en Borovets (1430m.), población en la que el deporte de invierno es su mayor atracción.
Puente sobre el río Bistritsa.
Recuperadas las "garrillas" de nuestro tute de ayer, de nuevo nos despedimos de Lola (hoy se queda con buena compañía, la amiga Piedad) y echamos a andar cruzando el puente sobre el río Bistritsa, cuyo curso lo vamos a seguir, aguas arriba, durante un buen rato.
A lo mejor me repito, pero tengo que mencionar al agua. Vayas por donde vayas, el agua fluye por entre piedras y raíces, baña bosques y praderas, esculpe caprichosas formas en la piel y entrañas de la tierra, alimenta a las plantas y humedece el ambiente para que, junto a una buena temperatura, ayude a que los hongos salgan por troncos y tierra para alimentar (o envenenar) a quien los ingiere. 
Seta.
¿Senda o río?
Una larga, pero bonita pista, de manera suave, nos va ayudando a tragar kilómetros de distancia y metros de desnivel. A nuestra derecha asoman las instalaciones de esquí, a la izquierda varios picos que no voy a nombrar, pero que la cercanía de ellos los hace espectaculares a la vista.
Llegando a una instalación de un arrastre, ya a 2140 m. de altura, abandonamos la pista para adentrarnos en una senda por la que, como no, el agua se empeña en llevar el mismo trayecto que nosotros y en probar la permeabilidad de nuestras botas. En el cielo, aparecen las primeras nubes.
Nuevo cruce, ahora sin puente, del río Bistritsa.
La senda acuática desemboca en un prado adornado por pequeños pinos.
De nuevo, hemos de cruzar el río (ese de nombre complicado) y ante la ausencia de puente, lo vadeamos, bastón en mano, haciendo gala de nuestra destreza en estos menesteres y probando, de nuevo, el "guarretex" de nuestro calzado.
¡Menos cachondeo!, que el camino se empina y las nubes amenazan con mojarnos algo más que los pies. Nos parece mentira que no haya nadie por estos parajes tan asombrosos. Neli nos comenta que los lunes y martes no funcionan los remontes y ese es el motivo de que el personal no suba, mañana. será otra cosa.
Al fondo, el Pico Musala.
Metros (muchos) más arriba,  junto a un lago, encontramos una serie de edificaciones, algunas en construcción. La más antigua, alberga el Refugio de Musala. El sitio está en expansión, ya que con los remontes y una pequeña caminata, se puede acceder sin ningún esfuerzo hasta una cota de 2400 m. (nosotros ya llevamos un millar a patita.).
Un bonito lago, sirve de centro a un futuro complejo invernal y desde sus orillas se divisa nuestro objetivo para mañana: el pico Musala de 2925 m. de altura.
Comemos en el exterior del refugio cuando comienza a llover, el café lo tomamos dentro del garito.
Reflejos en el lago.
Llueve sobre la piedra.
Seguimos, queda mucho trecho. Impermeables, capas, paraguas y cualquiera de los plásticos que algunos portan en la mochila, cubren nuestros cuerpos para mantenerlos secos en la subida que ahora atacamos.
En estas alturas, que nadie espere encontrarse sendas alfombradas por verde césped, ni escaleras mecánicas que te colocan en la "planta de corsetería" de los "almacenes pinpanpún". Los mojados bloques de granito se hacen cargo de gastar las suelas de las botas y evitamos pisar los mas pulidos, no vaya a ser que un pequeño resbalón de al traste con la expedición.
Cartel del refugio de Ledeno Ezero
Parece que hay ganas de llegar a nuestro próximo refugio, el Ledeno Ezero (Dejo foto del cartel por si alguien quiere probar a traducir) que a sus 2720 metros de altitud (eso se entiende) y en un país en el que el único helicóptero que vimos está en un museo, pocas comodidades se pueden pedir, las literas y la amabilidad de la guardesa, compensan todas las carencias del garito, no todo van a ser hoteles de **** estrellas. Realmente este tiene muchas más, mirando al cielo, ¡todas!.
¿Que si nos duchamos?, pues no. ¿Que si fuimos a la toilette?, pues sí, era tan amplia como la montaña.
Llegada al refugio Ledeno Ezero.
Por no mentir, un pirado, a escondidas, se metió en el lago Ledeno, ¡en este ganado, estamos de todo!. Y digo de todo, porque hasta un par de ovejas descarriadas, impacientes ellas, van y se suben al Musala sin esperar a mañana, que es cuando lo haremos el resto de ganado. ¿ya sabes por qué nos llaman "estalentaos"?.
Algunos salen al exterior a ver unos rebecos (sarrios, se llaman en el Pirineo aragonés), que andan por las cercanías, cuando la jefa del garito toca a fajina. En la mesa hay buen ambiente "de invierno", la sopa nos sentará bien. Llegan los dos...
La gallina clueca.
Tras la cena, el animador del grupo prepara un "show vespertino": La última adquisición, José Antonio, ejerce de gallina clueca y empolla dos huevos. Finalmente, dos pollitas ven la luz: Maribel y Sara, ¡que imagen más emocionante!. ¡No!, no es mal de altura, "repito" ¿sabes por qué nos llaman "estalentaos".
A los pies de las literas, tres mantas. Dirás -¡que exageración!- Pues no, algunos valientes nos pusimos solo una y amanecimos con todo el equipaje encima. Un termómetro, en la puerta, marca 6ºC y...llueve.
Mañana subiremos el Musala. Zzzzzzzzzzzz...
Datos técnicos:

Mapa del recorrido

Perfil.- Distancia: 10,8 Km. - Desnivel acumulado de subida: 1327 m. - De bajada. 18 m.

Día 6 de Agosto de 2014
Nubes.
La mañana es fría y con lluvia, el cielo...¡bueno!, el cielo está cubierto por densas nubes que vaticinan que el día va  a estar pasado por agua. Nuestros guías Benito y Neli, que han debido reunirse clandestinamente, deciden con buen criterio, variar el itinerario de la jornada. Lo previsto era subir al Pico Musala por la cara sur y descender por la cara norte hasta Treshtenik, pero ante las previsiones meteorológicas, se decide ascender el pico y bajar por el mismo recorrido que nos trajo hasta aquí.
Día de paraguas.
Desayunamos, como siempre, con buena gana. Dejamos las mochilas en el refugio, bien vigiladas por la pareja que ayer... Nos colocamos las prendas impermeables y todos p´arriba. Los menos de doscientos metros que nos separan del pico, los hacemos sin darnos cuenta y en menos de cuarenta minutos y bien mojados, hacemos cima en el Pico Musala (2925 m.), el de mayor altura de la Península Balcánica.


Estación meteorológica del Musala.
En su cumbre se encuentra una importante instalación meteorológica. La estación fue proyectada por los arquitectos  Panaiot Kálchev y Guencho Skordev y la construcción fue realizada gracias a donaciones de turistas y ciudadanos.. Desde aquel momento, sin parar e independientemente de las condiciones atmosféricas, en la estación, generaciones de meteorólogos realizan observaciones del tiempo. Los valiosos datos meteorológicos ocupan un importante lugar en las investigaciones de las variaciones y cambios del clima regional y global.

En el Pico Musala (2925 m.)
Té en las alturas.
Ya sabemos que el Musala no llega a los 3000 m., pero hay que subirlo y bajarlo. Pero de momento, no hay prisa, sacamos nuestras fotos con los teléfonos (la cámara se ha quedado en la mochila para no mojarse) y además, no todos los picos albergan un garito en el que el guarda de la estación nos sirva un té calentito. Nos sabe "rico, rico", y a algunos nos viene a la memoria, el que nos servían en las alturas del Himalaya, junto a uno de los lagos de Gokio o en el campo base del Everest.
Ya calientes y secos, iniciamos el descenso con cuidado, la roca está mojada y resbala algo.

Descendiendo.
Al pasar por el refugio de Ledeno Ezero, recogemos las mochilas, a los vigilantes, y seguimos descendiendo. En el siguiente refugio, el de Musala, paramos a echar un tentempié en el exterior (ayer lo hicimos subiendo). Se nota que hoy funciona la telecabina, hay algo más de personal. Comienza a diluviar y nos refugiamos en el interior. Ante el complicado clima del día, se decide acercarnos hasta las instalaciones para bajar en "el huevo". Así lo hacemos.
¡A la rica miel búlgara!
Un tenderete en el que un buen hombre vende productos de la tierra, es asaltado por algún estalentao, al que, afortunadamente, de pronto le acude un poco de conocimiento y recuerda que vamos con mochila y que su capacidad tiene un límite y además, quedan muchos días por delante. El lugar es espectacular, es un mirador hacia todo el macizo que ayer subimos y hoy bajamos, y para celebrarlo, sacamos el resto de artillería comestible de los rincones de las mochilas y ¡a comeeeeeer!
Al fondo, el Pico Musala.

¿Que habrán comido?
Ya no llueve, empero, por dentro, nos mojamos del rico vino que la guardesa del refugio nos sirvió la noche pasada. Una vez más, Neli saca una larga tela que la venimos usando de mantel y sobre ella (la tela), depositamos ricos fiambres, quesos variados, patés no se sabe de qué, chocolates...
A alguno se nos va "la olla" y nos subimos a unas piedras (¿será para sentirnos más altos?- no sé).
Recogemos la mesa y terminamos el descenso montados en las telecabinas que nos dejan en Borovets, lugar desde el que ayer iniciamos el ataque al Musala.
En el telecabina.
No ha salido como esperábamos pero "doña prudencia" es la que manda en la montaña y hay que obedecerla. No obstante y como siempre, la jornada está siendo entretenida y el buen humor no desaparece del grupo que ahora, monta en el microbús que Dimitri ha tenido a bien acercarnos, y un transfer de un par de horas nos deja en Bansko, ciudad turística al norte de la Montaña Pirin y que va a ser nuestro centro de operaciones por unos días.

Lavadora automática.
En uno de los balcones del hotel en el que nos alojaremos, dos bellas mujeres nos saludan y nos dan la bienvenida ¡son Lola y Piedad! de las que nos habíamos separado un par de días antes.
Nos cuentan que han hecho turismo por la ciudad, que han estado en un balneario y allí han conocido a Darina, una mujer búlgara que trabaja en la ciudad navarra de Tudela y se encuentra de vacaciones con su esposo y sus dos preciosas hijas.
Tomamos posesión de las habitaciones y tras asearnos, damos un paseo por la ciudad. Cerca del alojamiento, nos llama la atención una especie de fuente o molino o ¡que se yo!. Neli nos explica que es una lavadora y que no es de adorno, días después vimos como unas mujeres lavaban alfombras en la "lavadora automática".
Mehana exterior del hotel.
Volvemos a cenar en la Mehana del hotel. ¿Que qué es una mehana? A "meyhane" es un restaurante tradicional o bar en Irán, Turquía y los Balkanes. La palabra "meyhane" se compone de dos palabras persas: mey (vino) y hane (casa). La palabra derivó en los idiomas serbio y búlgaro como "mehana"·. Los restaurantes mehana utilizaban para servir principalmente vino junto al messe (aperitivos variados) hasta finales del siglo XIX, cuando la rakia se convirtió en la bebida nacional de Bulgaria (casi oficial). En Bulgaria se refiere a un restaurante de comida tradicional, con decoración tradicional y acompañamiento de músicos. En nuestra mehana exterior (en la interior cenaremos otro día), el menú lo comemos con agrado y somos víctimas de los músicos. El clarinete suena de primera, mezcla canciones tradicionales con el más puro estilo jazzístico. Dimitri se anima y comienza a mover el esqueleto con un movimiento de cuerpo que para sí, quisiéramos algunos, Neli se suma y el resto, que no tenemos ni idea del baile, nos quitamos el disfraz y ejercemos de "estalentaos bailarines". Bueno, al final no lo hacíamos nada mal: es como bailar una sardana al ritmo de jota.
Y, lógicamente, la suma de montaña, viaje, paseo, cena, vino y rakia nos dejan en la cama como bebés tras la teta, así debe de ser: ¡Buenas nooch...! zzzzzzzzzzzzzz.
Capítulos anteriores:
Capítulo I
Capítulo II

Datos técnicos:
Mapa del recorrido.

Perfil.- Distancia: 13.1 Km. Desnivel acumulado de ascenso: 303 m. - De descenso: 1660 m.
Nota.- Puesto que parte del recorrido lo hemos hecho en medios mecánicos, hay que descontar: 4,5 Km de distancia y 1000 m. de bajada.


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