jueves, 6 de agosto de 2015

DE PANTICOSA A BUJARUELO

Día 1 de Agosto de 2015
      Recién llegados de las tierras del granito y los lagos, ya estamos preparando la mochila para cambiar de ambientes y subir de nuevo al Pirineo y caminar por senderos algo más blandos.
       Los d´Esbarre, nos han preparado una de esas que cuando la describen en la convocatoria, hay que decidir una de dos: "ir o no ir, esa es la cuestión". Pues ¡si hay que ir, se va!.
        Maite y yo vamos hasta Sabiñánigo en coche, mañana tenemos otra más fuerte. Allí nos juntamos con Torrecilla y Marisa, Javier viene a despedirnos, está con la rodilla para pocos pasos y no puede acompañarnos.
Mucho ruido y...
     Desayuno en Senegüe y tiramos hacia Panticosa, lugar de arranque de la de hoy.
          Me parece un desastre lo que el boom inmobiliario produjo en esta población, aunque, muy a pesar mío,  entendiendo que eso de la nieve produce riqueza (a algunos más que a otros). ¿que a qué viene esto? Alucino cuando observo una pista de karst junto al telecabina. Si el turismo es entendido así, no tardaremos en ver chiringuitos de pollos fritos a las orillas del río Caldarés, tiendas de chancletas y flotadores, música chillout en garitos con sofás en la terraza. A lo mejor, marmotas amaestradas montan el número circense bajo la luna llena y un gran altavoz manejado por un DJ, nos invita a bailar al ritmo de las perseidas. ¡Alguien tiene que parar esto!. No creo que sea Aramón.
Primeros pasos.
     A lo nuestro: Veinticinco, somos los que nos hemos convocado, ni uno más ni uno menos, veinticinco los que cruzamos el puente sobre el río con la frescura propia de la mañana.
     No hace más que una semana que dejamos un duro terreno y ya pedía el cuerpo transitar por caminos algo más amables y este lo es.
La senda asciende suavemente entre una húmeda vegetación, ayer cayó una buena tormenta en la zona y se nota. A nuestra derecha, se escuchan las aguas del río Bolática, me asomo y observo como se va abriendo camino entre piedra y piedra.

Puente sobre el río Bolática.
   No sé si es el río o somos nosotros, pero hemos decidido separarnos los unos y el otro, lo hacemos al cruzar el puente La Zoche.
      Ahora, el camino gana algunos grados de desnivel por un hayedo en el que las hojas siguen fuertemente asidas a las ramas, pronto comenzarán a teñirse de amarillo y pintarán el bosque de los cálidos colores propios del otoño. Pero de momento, estamos en pleno Agosto y eso se nota: la temperatura y la humedad del suelo nos arranca las primeras gotas de sudor del día. Esto se aprecia en el brillo de las jetas montañeras.

Equipo auxiliar en el paritorio del 2006
   Estos parajes me suenan, recuerdo, ya hace nueve años, que los de Esbarre asistimos el parto de una vaca, el ternero se negaba a asomar al mundo, quizás supiera que su futuro era convertirse en chuletas.
    Vadeamos el barranco de Faceras sin ningún problema, unas "cuestecicas" más y un nuevo puente, el de Aulot, nos abre las puertas del valle Ripera. Amplio, verde, rodeado de montañas cuyas cumbres se encuentran cubiertas por nubes que, afortunadamente, son restos de ayer. El valle es regado por el río del mismo nombre. Una pista facilita el acceso con vehículo a los pastores.

El torito bravo.
   Debe de ser porque a quienes encabezan la marcha les agrada caminar por pistas, que no advierten que alguna vez habría que dejarla. Los de cola nos beneficiamos, tienen que dar la vuelta para cruzar un nuevo puente sobre el río.
    Un ganado y su pastor andan por estos parajes. De entre la manada, un buen semental se cruza por delante de nosotros, ¿será nieto de aquel que ayudamos a nacer?, no sé pero la cara del pastor me suena, creo que es aquel que agradeció nuestra presencia.
Delante, alguien ha pisado desechos de animal, ¡premio!.

Acónito
Cabecera.
    Nos detenemos en un refugio a tomar fuerzas, queda bastante trecho.
    Una vaca muge con gran energía, el pastor llama la atención de unas y otras y no sé si también de nosotros, pues a su voz, levantamos el trasero y proseguimos la marcha.
    Delante de nosotros, observamos como el barranco Tendeñera cae en cascada para alimentar con sus aguas, el caudal del río Ripera.
      Y es por allí, por la cabecera del salto, por donde tenemos que pasar, camino del collado. Pero eso será más tarde, de momento seguimos pista arriba.
Salto de Tendeñera.





























Ascendiendo.
    Con algo de dificultad, cruzamos por última vez el cauce del río Ripera, para comenzar a ascender algo más en serio por un empinado prado.
    A nuestra izquierda vemos, in situ, el salto de Tendeñera, el agua cae con fuerza golpeando la roca; nosotros, algo más lentamente, paso a paso, vamos ganando altura y abandonando este inmenso valle, el de Ripera. Abajo, ya a lo lejos, todavía se escuchan los gritos del pastor, intentando conducir el ganado por el camino adecuado, algo así como nosotros (guardando las distancias), solo que tenemos la suerte de contar con varios y buenos pastores.
La Ripera.
Pico Tendeñera
Hemos ganado altura, caminamos por la ladera de la Faja Sabuco, a nuestra izquierda. A la derecha, tenemos el pico Tendeñera (2847 m.), que da nombre a la sierra, cuyas paredes parecen retorcerse dentro de ella. Abajo van quedando las aguas del barranco y ¡anda tú!, también parece que alguien del grupo queda rezagado. Es Pedro, el fotógrafo y amante de las plantas, pero esta vez no es responsabilidad de las flores, anda algo indispuesto y le fallan las fuerzas. Ya en el collado, nos comenta que su estado le recuerda a un coche que tuvo, cuando le falló uno de los cuatro cilindros.


Hacia el cuello de Tendeñera.
      Ya hemos cruzado la barrera de los dosmil metros, arriba se adivina el collado, pero solo eso: "se adivina". Pero a estos zagales y zagalas no hay cuesta que se les resista y poco a poco, vamos acercándonos al punto más alto de la jornada, el Cuello Tendeñera (2339 m.).
        Ya en el collado, sentimos esa paz que estas y otras montañas nos ofrecen; sentimos, también, que allá abajo nos espera otro valle y como no, sentimos que el estómago anda algo falto de combustible y, tomando posesión cada cual de su asiento, aligeramos mochilas y cargamos panzas.

En el Cuello Tendeñera (Foto de J. Ruiz)
No son sarrios.
      La clásica "foto de grupo", es el toque de salida para iniciar el descenso que nos lleve al valle de Otal. Varias marcas, indican otros varios senderos que al final confluyen en uno. Queda salvar la Suerte Alta y ¡vaya suerte!. En los mapas, aparece una senda que desciende hacia el sur. Cuando estuvieron hace unos días a reconocer la ruta, "los ojeadores" no dieron con ella y descendieron por la "vía rápida", o sea cuesta abajo y sin frenos. Me acerco con Julián por ver si encontramos la primera que es la que llevo en el GPS. No está nada claro, el terreno ofrece alguna dificultad, así que se opta por la "vía rápida.

Así bosteza la bota de domingo.
     Unos con más y otros con menos dificultad, salvamos los quinientos metros de fuerte bajada por la que yo llamaría la "nueva vía", creo que excepto las cabras, no ha descendido por aquí más ser humano que los mozos y mozas de Esbarre.
    Y para colmo, al amigo Domingo se le ha puesto una de sus castigadas botas a bostezar, es decir, que se le ha separado la suela del resto del calzado. Con cuerdas, abrazaderas y no sé que más, algunos "zapateros" le hacen un apaño que "durará mientras dure", que no será mucho. Ya, en el refugio de Otal, el grupo espera a Domingo y a los zapateros.
Puerto de Bujaruelo, a su derecha, el Taillón.
   Hay algo de sombra en el sitio, algunos se cobijan bajo ella, hace calor y el sol castiga estos esbeltos y frágiles cuerpos.
      Maite, que como siempre lleva velocidad diesel, prefiere no detenerse por si se le cala el motor y nada, que algunos la acompañamos para que no se pierda.
     Por delante de nosotros, tenemos un bonito recorrido de punta a punta por el valle de Otal. En sus prados, pace tranquilamente el ganado vacuno, frente a nosotros se observa el puerto de Bujaruelo (2273 m.) bajo las paredes del pico Taillón (3146 m.), cuya cumbre se encuentra cubierta por las nubes.
Últimos pasos.
    Los cinco que vamos por delante, recorremos el valle en un santiamén y pronto estamos descendiendo por las sendas que atajan la pista que sube a Otal.
    Ya se oyen las aguas del río Ara, Luis se empeña en tatuarse el brazo con la rama de un escaramujo, y lo consigue, vamos, que va a llegar a casa como un cromo.
     Los alrededores de San Nicolás de Bujaruelo están animados, ha subido mucha gente a darse un chapuzón, como el que se van a dar algunos componentes de nuestra expedición bajo el sorprendente puente medieval.
Junto al puente se encuentra el Mesón de Bujaruelo, hospital que fue de peregrinos, construido en el siglo XII, en el que hay  una ermita de estilo medieval actualmente derruida. Este lugar fue testigo de muchas luchas entre los valles franceses con los españoles, durante el siglo XVI.
Puente medieval (foto de D. Urraza)
Taxi.
   En la cabecera del valle de Bujaruelo,  como comentaba, nace el río Ara, el único río virgen de España que no está represado por la mano del hombre (y no es que no se haya intentado). El río Ara nace en las faldas del Vignemale (3.298 m).
   San Nicolás de Bujaruelo, alberga hoy un cómodo refugio en el que sirven una buena y fresca cerveza (se me entiende ¿no?).
   Poco a poco van llegando el resto de personal, finalmente, aparece Julián que ha quedado atrás con Domingo al que no solo le duele la bota.
     Pronto aparecen los taxis que nos llevan hasta Torla en donde nos espera el autobús. Maite y yo, nos quedaremos en Sabiñanigo para subir a descansar en Canfranc, mañana tenemos otra, esta será más llevadera, menos cansada, parte de los desniveles los haremos en medios mecánicos y la compañía será diferente, algo más joven, más cercana. El orgullo de ser abuelos, se eleva a un grado superior, cuando se ejerce en la montaña.
    Ha sido, la de hoy, un jornada exigente, en la que unos y otras hemos demostrado que con compañías así, no hay "cuesta que cueste", ni senda que se resista, y si se resiste, pues eso: nos inventamos otra.
     Ahora con "Os estalentaos", ya estamos preparando la próxima, mientras tanto...
...Hasta pronto.

El resto de las fotos, las puedes ver haciendo clic aquí.
Y el track par GPS, haz clic aquí.
Datos técnicos:
Recorrido.

Perfil:  Distancia, 21,2 Km - Desnivel positivo, 1288 m. - negativo 1104 m

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