Día 7 de septiembre de 2021
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| Primeros pasos |
Por aquello de evitar caminar por la ciudad, comenzamos a dar nuestros primeros pasos en el Parque del camino de Santiago de Oviedo. Un buen lugar para fotografiar el arranque de unas cuantas jornadas que prometen ser apasionantes para estas dos parejas de "cuestionables peregrinos".
Pronto alcanzamos la aldea de San Lázaro de Paniceres. El camino nos lleva por las faldas de la sierra del Naranco, camino con aroma de eucalipto, que nos enseña algunas de las ermitas que, día a día, nos van a ver pasar, como la del Carmen y la de Lloriana.
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| Hacia la ermita de Lloriana |
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| Cruzando el Puente de Gallegos |
Un paisano, de esos que gastan la suela de sus zapatos con los pedales del coche, nos dice: ––¡mañana ya veréis que cuesta tenéis para empezar! ––
Dejamos el barrio de Gallegos, introduciéndonos en un bosque de castaños y robles, especies que, durante todo el Camino, van a protagonizar el medio en el que nos movemos. Fuera de los bosques, no podemos olvidar que estamos en Asturias, el manzano espera la pronta cosecha que dará esa exquisita sidra.
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| Orillas del río Nora |
Una larga, pero cómoda ascensión nos acerca a Escampledo, aldea que, tras adquirir una barra de pan, abandonamos para, por el valle del Andallón alcanzar la aldea de Premoño. Esta aldea de la que dicen susurran a los caballos, existió una alberguería de la que aún se conserva la capilla dedicada a Santa Ana.
A su salida nos desviamos por un sendero boscoso, descendiendo hacia el valle del río Nalón, para alcanzar unas casas rurales adornadas con una agradable fuente.
Vacas y caballos, terneros y potros, gallos y gallinas, pollos y... nos ven pasar, observan el garbo que llevamos, no sé si lento o veloz, pero garbo alegre y maduro. Otras veces, desagradecidos animales, ignoran nuestra presencia.
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| Vaca vergonzosa |
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| Caballo desagradecido |
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| Panera |
Como en el establecimiento en el que adquirimos unas birras, no les parece correcto que saquemos nuestra artillería, nos llevamos las botellas a una fuente en la que, bajo la sombra de un gran castaño, nos sentimos como en el mejor de los restaurantes.
Aldea tras aldea, ermita tras ermita, bosque tras bosque, seguimos caminando, siempre por las orillas del Nalón, río que cruzamos por el puente antiguo de Peñaflor (siglo XII); tras cruzarlo, llegamos a la hermosa aldea de Peñaflor con su iglesia de San Juan Bautista que conserva restos de su antiguo templo románico.
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| Puente de Peñaflor sobre el río Nalón |
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| Ayuntamiento de Grado |
Una vez aseados, nos damos un garbeo por el casco histórico que conserva interesantes vestigios arquitectónicos especialmente de los siglos XVIII y XIX, lo que además le aporta un tinte muy romántico a nuestro paso por esta villa ilustre, donde cada rincón nos transporta a universos paralelos; nos transporta, también, a un restaurante (Pepe el Bueno) cuyo menú nos deja "p´al arrastre! y nos transporta a un mañana que nos regalará una exigente etapa.
Buenas noches desde Grado
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| Bonito edificio |
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| Iglesia de San Pedro |
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