Día 21 de octubre de 2023
Mapa de las Cinco Villas |
Fue Alfonso I el Batallador quien otorgó su nombre, recogiendo así a las villas de Tauste, Sádaba, Uncastillo, Ejea y Sos (en la actualidad son 31, los municipios de la comarca).
Hoy, a lomos de un moderno autobús, conducido magistralmente por el bonachón Miguel, nos vamos a Luesia, a dar un garbeo por su sierra. En el camino hacemos una inmerecida, pero reglamentaria parada, para estirar las piernas que, a estas tempranas horas, conservan el calor de las sábanas de blanco satén.
Luesia |
Será al final de la jornada cuando tengamos una vista, casi aérea, de la Villa; pero ahora ya, la torre defensiva de su castillo, alzado sobre un espolón rocoso, corrobora una buena parte de esa historia a la que me refería. No menos gallardas, se dejan cortejar las iglesias de San Salvador, San Esteban y la ermita de la Virgen de Puyal, monumentos, todos ellos, construidos con la piedra arenisca, tan presente en estas tierras.
San Salvador y castillo |
Remontando el barranco de Aragües |
La mañana es fresca, un frío que, tras tantos meses de intenso calor, teníamos infinitas ganas de sentir en nuestros cuerpos; cuerpos que, en número de dos docenas más tres, comienzan a caminar por una agradable senda que no tarda en tomar camino hacia cotas más altas, siempre remontando el barranco de Aragües.
En la loma de Balsiruela |
El sol ya nos ilumina, cuando alcanzamos la loma de Balsiruela, cuyo cordal nos acerca a la collada del mismo nombre.
Allá arriba, por encima de un ganado de vacas, delatada por la caseta antiincendios, divisamos la cima del Puy Moné.
Por el cordal |
La senda, que hasta ahora discurría entre boj, carrasca, robles, pinos y algún arce, se abre mostrando un verde matorral con ejemplares de rusco y tomillo, así como abundancia de flores del género crocus, llamadas quitameriendas.
Crocus |
En el Puy Moné |
Peñas de Santo Domingo |
Puy Fonguera |
El "paseo" por la trocha finaliza en el collado Palomeros, desde el que vemos la villa de Biel, de la que ya di cuenta en otra de las ocasiones en las que hemos pateado estas tierras.
Poco a poco vamos descendiendo; a la izquierda veo el llamado "Mal Paso", un cordal que se sube, si se sale de Biel, pero nosotros seguimos hasta alcanzar las impresionantes "Ripas Altas", unas obras maestras que el cincel, formón y gubia de la naturaleza han esculpido, a lo largo de los años, en el frágil conglomerado que la vegetación no ha podido proteger.
Las Ripas Altas |
Por el bosque |
Los hongos, producto de la humedad reinante, han asomado para vernos pasar, principalmente cuando lo hacemos ante una cavera, o carbonera, signo de otras formas de vida que me niego a olvidar.
No tardamos en alcanzar el fondo del barranco de Val, por el que discurre la pista que hemos dejado al comienzo de la mañana, pero evitamos ir por ella tomando un sendero que transita paralelo, hasta alcanzar el popular espacio de recreo "Fuente de l´Artica".
Fayar de Gozopaño |
Denso bosque en el que, no solo se esconden las criaturas del bosque, también alberga una leyenda:
"Cuentan que un sastre de Luesia fue requerido para ir presto, no se sabe porqué, a Biel en plena noche. Habiendo alcanzado el collado del Correo notó la presencia de un bandolero en su retaguardia, ya que sentía que algo tocaba su espalda continuamente, entonces le grito varias veces sin volver la cara, ¡déjame en paz que voy a Biel! ¡Ay, amigos!, pero el bandolero no le hacía caso, así, que, harto de que le diera la tabarra, decidió girarse con sus tijeras abiertas dispuesto a herir al bandolero. Fue entonces cuando se dio cuenta de que en realidad no había tal bandolero, se había enganchado con una zarza y entonces le dijo muy serio a la zarza, pero a la vez todavía atemorizado: ––lo mismo me hubiera dado que hubieras sido un hombre”
(Releyendo esta leyenda, no sé si es mi imaginación, pero me ha trasladado a horribles acontecimientos que se están produciendo aquí y ahora, a la vuelta de la esquina de la calle del espanto)
Coqueteando |
Poco a poco, el haya va dando paso al pino hasta que el bosque se abre ante la Fuent´Iscar (Fuentisicar).
Tras una ligera parada, salvamos una alambrada por una puerta y ¡p´abajo!, que la meta ya está cerca, que Miguel ya nos tiene el bus abierto, que el bar de Luesia ya nos espera para que demos cuenta de su barril, contenedor de ese bendito líquido reconstituyente, cuyo color ámbar me recuerda al del oro con que pronto se pintará la Sierra de Luesia.
Acercándonos al final |
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*Puy procede del galicismo colina
Pues si yo también estuve por allí, tiempos ha, como uno de los “Estalentaos” de entonces. Abrazos amigo, y gracias, por refrescarme la memoria.
ResponderEliminarEnhorabuena, cada vez que los veo en una nueva aventura, me da mucha alegría y el deseo de acompañarles alguna vez, aumenta más.
ResponderEliminarEnhorabuena buena jose Luis. Tienes la hermosa capacidad de hacernos vivir a los lectores de tus crónicas no solo el paisaje q recorres, sus leyendas y vuestras vivencias. Además lo haces de forma muy bella. Abrazos
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