Día 6 de julio de 2021
Paisaje alpino |
Nos desplazamos en un par de "bugas" por unas espectaculares carreteras de montaña, atravesando algunas aldeas, en las que cada kilómetro se alza sobre el anterior, cada casa se torna más bella, cada curva se... ¡leches!.
Así llegamos a un parking que llaman "La Côte" (1090 m.). Hoy tampoco es necesaria la crema solar, pues allá arriba, en el cielo, tenemos techo nuboso.
Chalet d´Ayères |
Desembocamos en una pista en al que se asienta el refugio del Chalet D'ayères (1425 m.), provisto de restaurante y un buen menú de bebidas, en el que hacemos una breve parada.
Unas vacas nos observan, no sé si con extrañeza, no sé si con cariño; con "esos ojitos vacunos" ¿esconden ocultos sentimientos alpinos?
Seguimos por la empinada pista, otro animal, algo más pequeño, milagrosamente se salva de ser aplastado por las botas, se trata de un caracol de tamaño XL que parece volver de algúna travesía.
Simpática |
"Veloz" |
Los Fiz |
Dejamos la pista; poco a poco, el paisaje se torna en pasto en el que una genciana lutea ejerce de antesala de la colección floral que viste esta parte de la montaña, montaña que se torna pequeña ante esa sucesión de acantilados calcáreos que tenemos a nuestra izquierda, llamados Fiz, entre los que se encuentran el Marteau, el Ponte d´Ayères Sud, los Jumelles y el Pointe d'Anterne.
Pasada la aldea pastoril de Ayères du Milieu, alcanzamos el Chalet de Souay ubicado a orillas del torrente del mismo nombre, cuyo caudal cruzamos por un puente metálico.
La senda, que en estos momentos, unos trabajadores, andan desbrozando, nos va avisando de lo que llega ahora.
Dejamos a la izquierda el sendero por el que descenderemos y tomamos el de la derecha, que por el momento no va más allá del fuerte desnivel de su trazado.
Unas cadenitas |
Dejamos a la izquierda el sendero por el que descenderemos y tomamos el de la derecha, que por el momento no va más allá del fuerte desnivel de su trazado.
Bajo unas rocas, en una especie de cueva, vemos, no sé si un "animal con cuernos o unos cuernos con animal". Se trata de un macho de íbice alpino (capra ibex), bóvido que suele pesar más de cien kilogramos, cuya cornamenta supera el metro y medio de longitud.
Foto y... ¡p´arriba!. A partir de aquí "no se valen las quejas", pues los siguientes 300 metros de desnivel se salvan a base de trepadas tras trepadas, afortunadamente bien equipadas con grapas, escaleras, estribos, etc. (de este tramo no hay imágenes, tenía las manos ocupadas).
Íbice alpino |
Thalictrum aquilegiifolium (ruibarbo de los pobres) |
Como el resto de salidas por estas montañas, cuando transitamos por zonas de pastos, las flores adornan uno y otro lado del sendero ––toda una explosión de colores––.
Lo que nos queda hasta alcanzar nuestro objetivo es de "paseo agradable".
A nuestra derecha, con su cumbre tapada bajo las nubes, se esconde la Pointe Noire de Pormenaz (2323 m.), cuya traducción al español, hasta un servidor se atreve a realizarla.
Queda poco |
Difícil no quedarse como extasiados ante el lago, incluso las nubes colaboran en hacer más bella esta estampa.
Amaina, buen motivo para, a las orillas del lago, proceder a recuperar fuerzas y rebajar el lastre nutritivo que las mochilas han portado hasta tan hermoso rincón. Un par de miembros de la expedición osan meterse en la gélidas aguas del Pormenaz ––duran menos que un caramelo en la puerta de una escuela––.
Lago Pormenaz y los Fiz (imagen propiedad de rochagneux) |
En el lago Pormenaz |
Mirada hacia las agujas de los Fiz |
Como el tiempo no está seguro, recogemos los bártulos e iniciamos la bajada. Hacemos una parada en la que Ronan nos describe las agujas Fiz, que ahora las tenemos más cerca que en el ascenso.
No bajamos por el trazado de subida, ahora lo hacemos descendiendo hasta las orillas del Torrente Le Souay, cuyo curso no dejaremos hasta alcanzar el punto en el que habíamos comenzado las trepadas.
Afortunadamente, este tramo es mucho más fácil de caminar lo que permite fijarse en el entorno, máxime al cruzar la cascada que forma el torrente que desciende desde el Pormenaz. Al otro lado del valle, con los gritos de las marmotas, los Fiz siguen escondiendo sus cumbres bajo las nubes.
Sobre el valle de Souay |
Cascada del Pormenaz |
Lac Vert |
Llegados al punto en el que cerramos el círculo, volvemos por el mismo camino que de subida que tan solo abandonamos, unos metros antes del final, para visitar el Lac Vert ubicado en un sobrecogedor lugar.
Pese a no haber mucha gente, parece ser un lugar muy turístico, lo que no le salva de su leyenda, que dice: Es posible ver en movimiento, en ciertas noches con luna llena, una forma que se asemeja a una gamuza totalmente blanca que habría sido matada hace mucho tiempo por un cazador de Chamonix. Tras la muerte del animal habría aparecido la buena Señora de la Montaña y habría derramado una lágrima verde, como la legendaria esmeralda que duerme en las profundidades de los glaciares. Esta lágrima, finalmente cubrió por completo el cuerpo del animal y ahora le dio al agua del lago su color especial.
Con esta bonita leyenda terminamos esta dura, pero espectacular ruta y nos despedimos de una jornada en la que hemos tenido un poco de todo: agua (de arriba y de abajo), flores, bosque, montañas, fauna y mucho, mucho buen rollo.
Mañana, miércoles, anuncian jarreo a cántaros; aquí en el albergue ya cae. Así que, amigos, descansaremos y daremos un garbeo por Chamonix.
Datos técnicos
Recorrido |
Perfil: Distancia, 12,1 Km Desnivel positivo, 950 m. Desnivel negativo, 950 m. Track |
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