martes, 15 de agosto de 2023

LINZA - PICO DE LA PAQUIZA DE LINZOLA (circular)

 Día 14 de agosto de 2023
Las Golondrinas
        Si hace un par de días nos acercamos al valle de Aisa, en esta ocasión tiramos hacia otros, aquellos donde Aragón se abraza con Navarra y el Bearn francés. Valles que fueron testigos de aquellas mujeres que emigraban a Mauleón, en Francia, a las que llamaban "Las Golondrinas"; iban a trabajar en la industria de las alpargatas al llegar el otoño, para regresar en primavera, en un movimiento migratorio coincidente con el de estas aves.
        Hoy también madrugamos; que "la calor" no nos pille de subida, así que antes del alba ya estamos camino del valle de Ansó, para, ya en el de Zurita, tomar la estrecha carretera que nos deja en el refugio de Linza, muy animado a estas horas, en las que los montañeros que han pernoctado dentro y fuera, se despojan de las legañas.
Por el "Camino de Francia"
        Nosotros dos nos tomamos un café y, en unos minutos, estamos subiendo las primeras cuestas de un camino al que llaman "de Francia", ruta que compartimos con algunas gentes que se dirigen, principalmente, a la Mesa de los Tres Reyes
        El sendero discurre por un amplio y florido prado, superando laderas moderadamente empinadas que Maite, ayudada de los bastones (¿serán eléctricos?), las ataca con ritmo vivaz. Tras de ella, voy echando la vista a las cumbres que ya asoman por encima de las amplias laderas: de frente, a la izquierda, asoman algunas cotas de la Paquiza; delante de nosotros, con el sol comenzando a lucir, se ven el Sobarcal y el Mallo de Acherito. De vez en cuando me vuelvo para admirar el pico Maz  y la Peña Euzcarre. La sierra de los Alanos, va asomando sus cumbres, poco a poco, en consonancia con nuestra altura.
Peña Ezcaurre, a la izquierda y Maz, a la derecha
Hacia la Paquiza de Linzola
        Seguimos ascendiendo por el Camino de Francia, vamos ganando altura de forma paulatina, de modo que ya tenemos una buena perspectiva del Barranco de Petrechema a nuestra derecha, pudiendo divisar en la ladera contraria el pequeño Refugio vivac de Petrechema 
        Tras ascender unos metros, en las proximidades de un curso de agua, realizamos un descenso suave hacia el mismo; se trata de la Fuente del Cubilar de Petrechema que se alimenta de dos ramales que proceden de los empinados barrancos procedentes de la cresta oeste de la Paquiza de Linzola. Nos encaminamos hacia este último ramal para vadearlo.
Desde el collado de Linza. Al fondo, la Mesa de los Tres Reyes
        Ahora nos toca ascender el tramo más esforzado, que discurre desde la Fuente del Cubilar hasta el collado de Linza (1937 m.), tramo que en algunos metros discurre sobre roca, aunque, por el contrario, en algún momento, la vegetación esconde algunas pequeñas dolinas.
        Alcanzado el collado se nos abre la panorámica de toda la zona del Pico de los Tres Reyes (2446 m.) y, más impresionante, el Petrechema (2371 m.) que se alza como un auténtico coloso. El primero de los dos tiene la importancia simbólica de unir Navarra, Aragón y el Béarn francés, antiguos reinos, cuya leyenda cuenta que: sus tres monarcas se reunían en este monte para sus encuentros y ágapes. Es solo leyenda, me gustaría ver subir a los monarcas al "piquito".
Maite y el Petrechema
Balidos cappela
        Dejamos el collado, bordeando la falda occidental, compartiendo unos metros con quienes se dirigen a la Mesa, pero pronto lo abandonamos para tomar una estrecha senda, a la izquierda, que compartimos con un enorme ganado de ovejas y cabras. A nuestro paso, nos deleitan con su "música balida acapella".
        Arriba ya se divisa el amplio cordal que debemos de salvar, pero antes de subir nos detenemos a descansar y echar el acostumbrado tentempié en esta espectacular e improvisada cantina "con vistas".
        Retomamos la marcha atacando el último tramo de la ascensión, que discurre por cómodas y suaves laderas cubiertas de hierba. 
Por la ladera
        Ante la ausencia de sendas claras, nos dirigimos hacia el collado que, en pocos metros, nos deja en lo alto del pico de La Paquiza de Linzola (2104 m.).
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        Aquí me detengo para explicar, a quien no lo sepa, el significado del nombre de esta montaña: Paquiza es un topónimo que corresponde al diminutivo de “paco” (así denominamos en el Pirineo aragonés a los lugares umbríos de las montañas). A su vez, Linzola procede de Linza, que significa juncal (del euskera lezkadi).
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Valle de Belagua
        A lo nuestro. Ya estamos arriba y, ¡leches!, qué paisajes! Son 360º de, valles, montañas y más montañas: al este tenemos los picos de Petrechema, Mallo de Acherito y Chinebral de Gamueta. Al norte, más allá de la umbría, observamos el Valle de Belagua pudiendo distinguir perfectamente el refugio y la carretera que asciende hasta el collado de la Piedra de San Martín, en la frontera con Francia. Girando la vista a uno y otro lado, contemplamos una magnífica panorámica de la Sierra de los Alanos. No menos espectacular es la espléndida estampa de toda la arista por la que hemos de descender, con el telón de fondo del Maz y Peña Euzcarre. Al igual que ya veníamos observando más abajo, ahora podemos obtener, en dirección noreste, buenas instantáneas de todos los montes que van desde el Anie hasta el Pico Petrechema, pasando por la Mesa de los Tres Reyes. Hacia el sur, la plana de Linza espera que bajemos hasta ella, pero primero, sentados sobre una piedra, hemos de respirar el aire puro de este lugar, empaparnos del paisaje y cargarnos de esa energía que, solo en sitios como este, la regalan a capazos.
En la cima de la Paquiza de Linzola
En la cima. Atrás la Sierra de los Alanos y Peña Euzcarre
En primer término, la Paquiza de Linzola
Crestas y cordales, ¡allá vamos!
        Nos ponemos en pie, apretamos las botas y ¡hale, p´abajo! Descendemos unos metros desde la cima, para iniciar el tramo, de unos dos kilómetros, más sorprendente de la ruta. Los primeros metros, hasta la arista, lo tomamos con precaución, debido a su elevada pendiente y al fuerte viento que, afortunadamente, sopla, pero que puede llegar a desestabilizarnos. 
        Una vez en dicha arista,  el tránsito es más cómodo, aunque no hay que bajar la guardia, pues el balcón de nuestra derecha (el paco) se cuelga de tal manera que en caso de medirlo, nos pondría en Navarra en pocos segundos. Especial mención cabe señalar de la espectacular caída del Barranco de Bitxitoza que desemboca en el río Belagua, con aspecto de un largo y empinado tobogán de 1500 m.
Lo peor ya ha pasado
Hayedo Las Tascas
        Poco a poco, la arista se torna en cordal, lo que nos da algo más de libertad de movimiento para admirar la flora que, aunque algo castigada por el calor, todavía nos 
regala variados colores.
        Finalmente, alcanzamos el hayedo de las Tascas; el sendero desciende fuertemente, pero tan solo el hecho de que, por primera vez, caminemos por sombra se agradece. Además, como tras abandonar el "Camino de Francia" no nos hemos encontrado ni un alma, somos algo así como un par de criaturas de las historias de los bosques, que al final del camino hallarán un soplo de esa libertad que contara Paul Éluard.
        Y ese par de criaturas llegan al refugio de Linza; y ese par de criaturas se cambian de calzado; y ese par de criaturas entran en el refugio y se zampan un par de huevos fritos con... y un par de birras "00", (hay que conducir hasta Siresa), ganados con creces en esta mañana recorriendo un bello e impresionante camino.
Con un par
        Mañana dejaremos estos valles, también castigados por el calentamiento global. No queda un metro cuadrado en la tierra que sea ajeno a los cambios climáticos que, a lo largo de la historia, se han producido, pero este, ¡leches!, este lo estamos acelerando. Como nosotros en el refugio, ¡habrá que echarle huevos!

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Datos técnicos
(El track, pulsando sobre la palabra wikiloc de mapa)



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