domingo, 17 de agosto de 2014

BULGARIA - TREKKING POR LAS MONTAÑAS DE RILA Y PIRIN (Capítulo I - Días 2 y 3 de Agosto)

Todo parece volver a la normalidad, los días van pasando a velocidades de vértigo, estamos en pleno verano y las maletas estivales son víctimas de la presión que ejerce un cuerpo sobre otro. Las calles de Zaragoza, quedan desiertas. Poblaciones de la costa cercana, se convierten por unas semanas en la capital de "Oregón" (Aragón). Nosotros, los autodenominados "Estalentaos": maletas, petates y mochilas los cargamos en dirección a la península de los Balcanes, concretamente a Bulgaria. 
Curioso país, desconocido para mí, con una extraña lengua (cirílico) que dificulta el presente relato que un servidor va a intentar hacerlo digerible. Para ello, lo voy a ir publicando por etapas, siendo lo más fiel posible a lo que mis ojos han visto alimentados por la información que voy consultando.
Mapa de Bulgaria.
Bulgaria se encuentra en una encrucijada de culturas, cuenta con fronteras de cinco países diferentes: Turquía, Grecia, República de Macedonia, Serbia y Rumanía. Al Norte, su frontera viene delimitada por el Danubio, y al Este, por el Mar Negro. Esta posición geográfica la ha colocado en el centro de las numerosas disputas fronterizas típicas de los Balcanes a lo largo de su historia, y la sitúa, además, en el punto de contacto entre Europa y Asia, especialmente con Turquía.
En el siglo VII, los eslavos, apoyándose en la tribu de los búlgaros de origen centro asiático, establecieron el primer reino búlgaro. 
Artillero otomano.
Tras un período en el que fue uno de los más importantes poderes en el sudeste de Europa, sucumbió al imperio bizantino a principios del siglo XI. Aunque hubo varias revueltas, hasta el año 1185 no se estableció el Segundo Imperio Búlgaro, bajo la dinastía de los Asen con capital en Veliko Tarnovo. A finales del siglo XIV, la división del imperio en varios reinos permitió su ocupación por el Imperio Otomano. Éste ocupó toda la zona hasta finales del siglo XIX, en que le fue concedida la independencia a Bulgaria como consecuencia de la Guerra Turco-Rusa de 1877-1878. En los años previos, se habían dado diversas revueltas y levantamientos, el más importante de los cuales fue protagonizado por líderes nacionalistas de Koprivshtitsa. Bulgaria participó en las dos Guerras balcánicas y en la I Guerra Mundial, perdiendo en ambas ocasiones partes importantes de su territorio. En la II Guerra Mundial, participó en el Eje junto a Alemania e Italia, aunque luchó contra la primera, tras la entrada del ejército soviético en septiembre de 1944. Bulgaria se convirtió en una república popular de corte comunista en 1946, y permaneció como tal hasta 1990. En la actualidad, forma parte de la OTAN y, desde el 1 de enero de 2007, de la Unión Europea. Aunque es conocida por su reciente pasado comunista o por su nivel de desarrollo en comparación con Europa, en realidad es un país que tiene mucho que ofrecer en términos de su historia, gastronomía (lo certifico) y naturaleza. Por otro lado, sus constantes esfuerzos de modernización y su reciente incorporación a la Unión Europea, hacen que en estos momentos se pueda observar un país que cambia prácticamente día a día, con enormes contrastes entre unas zonas y otras. Seguro que en esta agitada historia, se pueden añadir muchísimos más detalles, pero hay otras páginas más aplicadas que esta para ello.
Geográficamente y en rasgos generales, Bulgaria se encuentra dividida en: la costa del Mar Negro. En esta zona se encuentra la tercera ciudad en importancia de Bulgaria (Burgas), así como Vrna, Balchiik, Albena y Neessebar. 
Rodopes y Tracia ocupan el Sur y Sudeste del país.
Al sur de la Cordillera Balcánica, las llanuras en las que se encuentra la capital Sofía y el Valle de Tracia
En el extremo norte, el Danubio ejerce de frontera con Rumanía y en el sur, emergen de la tierra las Montañas de Rila y Pirin. Y es precisamente en estos dos macizos, en los que nuestros cuerpos han disfrutado de unos de sus mayores placeres: "gastar tabas por el monte". ¡Ahí va!

Día 2 de Agosto de 2014. (Por un problema técnico, todas las fotografías de este trekking, quedaron borradas. En desagravio dejo el reportaje en este enlace)
De pie y de izquierda a derecha: Benito, Chema, Maribel, Luis L, Lola, Javier Lamiquiz, Maite, Piedad, Fernando y Luis C.  Agachados: Sara, José Luis (o sea, yo), José Antonio y Javier Lacadena.


En El Prat, víctimas del retraso.
Los de Zaragoza vamos acudiendo a la estación del tren con rigurosa puntualidad, la misma que nos deja en Barcelona donde ya se encuentra el destacamento que, en coche, ha llegado desde el norte de Huesca.
Todos "escoscadicos" y con muda del día, nos colocamos en la fila de facturación del vuelo con destino a Sofía, que con más de una hora de retraso, tiene a bien abrir el garito.
Parece ser, por lo que nos cuentan, que a la gestora (Iberia) no le constaba dicho vuelo. ¡Horror!. Un miembro del grupo, se queda dormido en el suelo junto a una columna, ponemos una gorra a su lado y, lo prometo, una niña le echa dinero (que, lógicamente, devolvemos). El retraso se arrastra hasta la salida del avión, dentro del cual, en tierra, permanecemos una hora de espera. Me viene a la mente aquel anuncio de hace muchos años en el que un niño de la mano de papá, le dice -¡con Iberia ya habríamos llegado!- Sin palabras me quedo.
En tanto tiempo de espera, no es difícil entablar relaciones momentáneas con otros afectados y una feliz pareja nos cuentan que van a por una niña de adopción. La maleta más grande es para la niña.
Por fin llegamos a Sofía, una simpática joven nos recibe en el aeropuerto. Se trata de Neli, nuestro ángel de la guarda hasta que volvamos a despedirla en este mismo lugar.
A la una de la madrugada llegamos al hotel y como el horario de cena "es de ayer", nos dejan una mesa para que nos sirvamos nosotros mismos.
Con la comida en una mano y la bebida en la otra, atendemos el plan que Neli, ahora ejerciendo de guía, nos tiene preparado para la primera jornada de trekking.
Tomamos posesión de nuestras habitaciones y...zzzzzzzzzz. Buenas noches.
Día 3 de Agosto de 2014
Transfer hasta Zeleni Preslap.
Como no es caso de andar por el monte con una fuerte carga de desnutrición, el bufet libre es asaltado por "os estalentaos" como si de la conquista de una fortaleza se tratara.
En la puerta nos espera quien va a llevar nuestro equipaje y en algunas ocasiones a nosotros mismos, de un punto a otro. Se trata de Dimitar (nosotros le llamaremos Dimitri), tan buen bailarín como conductor.
Vamos hacia las montañas de Rila, nombre de origen tracio y que significa, más o menos, "montaña bien regada", y efectivamente, más adelante veremos el porque del nombre.
Neli nos explica...
Salimos de Sofía por anchas avenidas y edificios de tiempos soviéticos. Adivinamos algunas joyas que a la vuelta visitaremos.
Autovía, carreteras, baches, otra vez baches, obras, etc., nos demuestran que este es un país con mucho futuro por delante.
Pasamos por un pueblo-balneario. Se trata de Sapareva Banya, popular sobre todo por sus aguas minerales: en la ciudad brota el agua mineral más caliente de Europa, con 103°C. Aquí se encuentra el géiser, único, en Bulgaria,  por su esencia.
Tras pasar por Panichishte, el microbús nos deja en un lugar llamado Zeleni Preslap a 1600 m.
Primeros pasos.
Lola, que como sabemos se accidentó en semana santa, todavía en fase de recuperación, se va con Dimitri a esperarnos al final de la etapa. Hasta luego Lola.
Bien calzadas las botas, encremados hasta las cejas y bien dirigidos por Neli en cabeza y Benito en la retaguardia, en una bonita mañana, comenzamos a caminar por una pista engalanada por espectaculares pinos y abetos.
A nuestra izquierda, las aguas del barranco (o como se denomine aquí) Skakavitsa, suenan como suenan las secciones de viento en las grandes orquestas y, además, nos indica que debemos abandonar la pista y adentrarnos en una empinada senda que, adornada de múltiples variedades de flores, nos va acercando al refugio del mismo nombre (me niego volver a escribir tan complicado nombre) que el barranco.
Jardín de flores, paraíso de los insectos.
Voces búlgaras.
El aterrizaje en el refugio, no puede ser más espectacular. En la puerta, un grupo de paisanos entonan bellas melodías búlgaras acompañados de una acordeón y de un instrumento de percusión parecido a una copa del revés.
Una tras otra, canciones populares bañan el aire de semicorcheas y fusas. Un gato sentado en una silla, mueve el rabo al son de la música y nosotros movemos el cuerpo entero rumbo a la cascada del "mismo nombre que el barranco, el refugio, el..."
Más y más flores engalanan la senda, de tal manera que en algún momento, casi desaparecemos entre ellas.  Ejemplos:
Viola tricolor.


Entre gencianas.
En la cascada de Skakavitsa
Tras salvar unos 200 metros de desnivel, el salto de agua de unos 80 m. de caída, sirve de decoración para ciento y una fotos. Por resbaladizas piedras (lo he comprobado), nos adentramos bajo sus aguas que con fuerza golpean los escalones graníticos por los que descienden.
Pero el ruido del salto con su bravura, no mitiga el que en lo más adentro de nuestras entrañas, nos reclama con sordina (gastronómica) por lo que volvemos al refugio y tras sacar el contenido de nuestras mochilas, damos cuenta de la mitad, la otra mitad hay que guardarla para mañana.
Quesos, embutidos variados, salsas de diversos sabores, chocolates...etc., remojados con buen vino y rica cerveza, cubren una larga mesa que su soledad nos ha regalado.
El postre.
Y como queda mucho camino, mochilas al hombro y a caminar. Cruzamos el río Ska...(ya sabemos: el nombre) e iniciamos una fuerte subida por senda provista de la consabida colección de flores y un batallón de mosquitos que se afanan en absorber la sangre más apetitosa de los 16 humanos que por sus campos andan.
El abeto sigue siendo el rey del entorno hasta la cota de 2000 metros, en el que el prado alpino cubre el suelo.
Unas instalaciones de esquí, nos indican el collado Viek Rislki Ezera (otro nombre que se las trae) y allá abajo divisamos el refugio del mismo nombre (2100 m.).
Refugio-Albergue Rislki Ezera desde el collado.
La jornada va tocando a su fin. Con alegría de colegiales descendemos por una empedrada senda, un miembro se adelanta al resto, es Luis, abajo se adivina el semblante de Lola que ha llegado en telesilla. En su encuentro, la saludamos todos y pronto, tomamos posesión de nuestras habitaciones en este refugio-albergue, el primero que he conocido en que te facilitan toallas para la ducha ¡que lujo!.
Cenamos los productos búlgaros que en los restantes días van a ser los protagonistas: shopska salata (¿y ahora qué, a que no sabes que es esto?) (¡ensalada!), musaka y el rey: ¡yoghurt!. En Bulgaria se descubrió el yoghurt  ¡y mira tú, si lo probaremos!.
Mapa de la etapa.

Perfil: Distancia, 8,6 Km. - Desnivel acumulado de subida, 847 m. - De bajada,  340 m.
Esto es todo por hoy, seguiré publicando las siguientes jornadas. Mientras tanto puedes ver y descargar las fotografías que mi humilde cámara realizó, haciendo click aquí.
Y si quieres ver una selección de ellas, más animada, dale aquí.

2 comentarios:

  1. Hola José Luis. Soy Héctor, el hijo de Don Luis C.
    Me ha encantado el primer capitulo de vuestro viaje por tierras búlgaras.
    Espero con ganas las siguientes entregas.

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  2. Enseguida va, Hector. Que sepas que con gente como "el joven" de tu padre, se puede ir a cualquier sitio y si en algún momento, uno piensa en tirar la toalla, le miro y me digo ¡p´alante!

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