jueves, 15 de junio de 2023

BARRANCOS DE VALDEMANZANO Y LA MORCA (con subida al Cabezo de la Mata)

Día 15 de junio de 2023
El Moncayo desde el Cabezo de La mata
        Debe ser por aquello de "recuperar el tiempo perdido", que Maite y un servidor nos hemos echado las mochilas a la espalda y ¡hale!, vámonos al Moncayo, que cuando fueron p´alla los d´Esbarre, nosotros estábamos en otro lío.
        Siempre que subimos a lo más alto del Moncayo para valorar el esfuerzo de cada cual y, de paso, admirar el paisaje que ofrece la mejor atalaya de toda la Sierra Ibérica; siempre que, una vez disfrutado de dicha ascensión, buscamos, una vez más, otros rincones que  se escondan en lo más recóndito de ese gran bosque que se aloja en las faldas del "Monte Cano", es entonces cuando nos damos de bruces con espectaculares rincones como este de hoy.
Una de las arterias del Moncayo
        Algo tiene esta montaña, pues no son pocos los poetas que le han dedicado algunos versos a sus leyendas, a sus historias, a sus brujas: Desde Becquer a Machado; desde Leicester a Labordeta. Hasta Marcial (s. I), en sus epígramas decía: “Videbis senem que Caium nividus” (El Moncayo, envejecido por las nieves), y Pérez Galdos, en sus Episodios Nacionales escribía, “… cuando el Moncayo se canse de estar en aquel sitio y se mueva, y venga andando hasta Zaragoza, y ponga uno de sus pies sobre nuestra ciudad, reduciéndola a polvo, entonces, solo entonces dejaré de quererte”. Lo cierto es que esta montaña es algo así como un gran corazón del que salen cientos de arterias y capilares, para regar ese gran macizo moncaíno.
Barranco de Valdemanzano
        Como decía, hemos cogido el buga y en poco más de una hora estamos sorteando la carretera que se adentra en el Parque Natural del Moncayo. Entristece ver, en su primer tramo, la huella que dejó en el año pasado aquel incendio que arrasó más de 6000 hectáreas. Afortunadamente, gracias a la intervención de vecinos y bomberos, el fuego no alcanzó el límite del Parque.
        A los pocos kilómetros, giramos a la izquierda para tomar la pista (asfaltada) que lleva hasta Añón de Moncayo. Aparcamos en la central eléctrica de La Morca (1000 m.), aquí nos calzamos las "abarcas de montaña" (¡ay, si las hubiera pillado mi abuelo!) y comenzamos a caminar, durante unos metros, por dicha carretera hasta tomar, a nuestra derecha (S), una senda que se adentra en un espectacular bosque que transita, aguas arriba, la margen derecha del barranco Valdemanzano.
Por el hayedo
        Las recientes lluvias le han aportado al barranco un buen caudal de agua; baja alegre, saltarín, se abre paso entre un hermoso bosque de robles, hayas, pinos y algunos arbustos como brezos y acebos. 
        Emulando al barranco, solo que al revés, los dos subimos alegres, sin llegar a mostrar nuestras dotes de saltarines, pero disfrutando de tan bello paraje.
        Las lluvias han animado a crecer la vegetación, cosa que se nota en la senda, pues en algún momento el trazado se esconde bajo un agradable follaje. No importa, el rumor de las aguas nos llevaría como si se tratara de una brújula.
        Tras un par de kilómetros de ascensión, la senda alcanza la pista que desemboca en la Fuente de los Frailes, a la altura de una envejecida "Aula de la Naturaleza" (1260 m.). En lo que fuera cocina se ha habilitado un refugio no guardado de uso público (de libre acceso) que dispone de chimenea, mesa  y leña. El lugar es acogedor, un rincón solitario ubicado a la sombra de grandes hayas.
Antigua cocina, hoy refugio
¿Panaeolus semiovatus?
        Un vistazo y reemprendemos el garreo, ahora más alegre, pues seguimos la senda en dirección a la Fuente de los Frailes, con su trazado prácticamente paralelo al de la subida, pero ahora en descenso. Toda una suerte para disfrutar de la naturaleza. A la izquierda de nuestra marcha, un pinar de grandes dimensiones nos anuncia que estamos por encima de los 1000 metros; a la derecha, el terreno se descuelga en busca del barranco de Valdemanzano. Bajo nuestros pies han crecido brezos, acebos y fresas silvestres con su fruto ya maduro; más adelante madurará el "chordón" (frambuesa). La humedad y el calor, han colaborado al crecimiento de multitud de setas que no me atrevo a nominar. A nuestro paso revolotean, no solo las pesadas moscas, sino también hermosas mariposas.
Blanca del majuelo (Aporia crataegi)
Tubería
        Caminar por estos parajes en jueves es un placer para el senderista jubilado (es lo que tiene poder elegir día): no se ve un alma. ¿Estamos solos?: lo cierto es que desde el comienzo hasta el final, no, no estamos solos, nos acompañan cientos de pájaros como el pinzón, la curruca, el carbonero..., todo un coro al que se añade la percusión del pico picapinos.
        La interminable pista, de unos cuatro kilómetros, concluye su descenso cuando pasamos bajo la tubería (1140 m.) por la que desciende el agua que moverá las turbinas de la Central de La Morca. 
        A partir de aquí, ¡hale, p´arriba!, además, sí, mucho bosque, pero justamente encima de nosotros el sol se abre paso en el hueco que ha dejado el camino.
Pinar
        Alcanzamos el puente que salva el barranco de La Morca, de aquí sale la senda por la que descenderemos, pero eso será luego; nosotros seguimos ascendiendo hasta, ochocientos metros más adelante,  dejar la dichosa pista de la Fuente de los Frailes y tomar el sendero que, abriéndoselos paso entre una densa vegetación, se dirige hacia el Cabezo de la Mata.
        Tomamos esta senda que pasa por un pequeño collado llamado de Juan Abarca (1355 m.), lugar donde comienza la ascensión a este pequeño, pero digno altozano. En este entorno encontramos algún ejemplar de "dedalera" (digitalis purpúrea), férula común y "tapaculos" (escaramujo)
Atravesamos un bosquete minimizado de roble albar, sometido al filo cortante del "astral" (hacha) de las gentes de Trasmoz, que calentaban su hogar con la leña de estos montes hasta no hace mucho.  Este monte fue objeto de disputa entre los trasmoceros y el  Monasterio de Veruela en 1255 por, precisamente, la provisión de leña (solo faltaría que el cister se quedara frío). La consabida excomunión de Trasmoz llegó poco después (ya somos más), que a día de hoy sigue gozando de tal estado. 
        También encontramos algún ejemplar de "dedalera" (digitalis purpúrea), férula común y "tapaculos" (escaramujo)
Dedalera
Cabezo de La Mata
        Maite se queda a mitad de la subida, yo sigo hacia arriba, unas veces por senda, otras siguiendo los mojones de piedra; en algunas ocasiones debo usar las manos (¿será por eso de tener las garras cortas?), pero alcanzo la cima del Cabezo de la Mata (1438 m.). 
        Monte humilde en su altura, pero grande como mirador, pues goza de unas vistas de 360 grados.      El Moncayo desde aquí nos recuerda la pequeñez de nuestro ser: el Pico de San Miguel con su circo glaciar, el Cerro de San Juan y el Circo de San Gaudioso, el Alto del Corralejo o Pico Morca con su gigantesco circo como escolta y, por último, el Pico Lobera, penúltimo de entidad de este kilométrico cordal a partir del cual empieza a perder altura sin remedio hasta el Morrón de Purujosa y las Peñas de Herrera de Talamantes. 
Asoman las Peñas de Herrera
        Y qué decir de los pisos bioclimáticos de esta vertiente del Moncayo: robledales, pinares y hayedos colosales que cubren con su manto vegetal desde las cotas más bajas hasta los últimos pinos negros que se aferran a los roquedos, a casi 2000 metros de altitud. Donde acaba el monte se extiende el Somontano moncaíno y la gran llanura del valle del Ebro con las primeras cadenas montañesas prepirenaicas y, si no fuera por las brumas estivales, el Pirineo asomaría allá a lo lejos.
    En fin, sé que me he extendido en demasía, pero digan lo que digan, este lugar hipnotiza. Así que me hago una autofoto (me niego a utilizar la expresión "selfie") para dar rienda suelta a esa pequeña dosis de narcisismo que todos poseemos, y "p´abajo" que me espera Maite.
Autofoto
Bosque en el barranco de La Morca
        Toca desandar, primero la senda y después la pista, hasta alcanzar el barranco de La Morca. Aunque algo escondida, nos adentramos en una hermosa senda.
    Si espectacular era el de Valdemanzano, este barranco lo supera. Además, como es de bajada nos permite disfrutar más, si cabe, de la naturaleza que lo rodea, del rumor de la bravura de sus aguas, del frescor del bosque, del concierto que los pájaros nos ofrecen, de la alfombra de hojas que amortiguan nuestros pisares.
        Chino, chano, vamos llegando al fin. Entre el espeso follaje ya se adivina la blancura del buga que quedó aparcado en la Central de La Morca; es obediente, no se ha movido.
        Este es el Moncayo pintado de verde por la primavera, habrá que volver en otoño a disfrutar de su paleta cromática.
Barranco de La Morca
        En esta ocasión no cumplimos con la liturgia de meternos en el cuerpo la consabida dosis de birra, otra vez será, pues siendo, que lo es, buena hora volvemos al calor, digo frescor, del hogar. Allí comeremos, sestearemos, descansaremos y si "ha lugar" me pondré a contar esta historia.


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Datos técnicos 
(El track, pulsando sobre la palabra Wikiloc del mapa)


Algunas otras salidas por estos alrededores


EL MONCAYO (Circular)

BERATÓN, ALTO DE LOS ALMUDEJOS, CABEZO DEL CAHÍZ (circular) Y ALGUNA LEYENDA

POR LAS ENTRAÑAS DEL MONCAYO

BARRANCOS DE MORANA Y HORCAJUELO (En otoño)

BARRANCOS Y MUELAS DEL MONCAYO (Horcajuelo, Morana, Morrón...)(Primavera)

LAS ENAGUAS DEL MONCAYO (Morana-Horcajuelo-Muela-Morrón-Los Moros)

A LA SOMBRA DEL MONCAYO CASTELLANO (Vozmediano, Aldehuela de Ágreda, Hayedo de Peñarrajada…)

PURUJOSA-CERRO GORDO-CUEVAS DE LA MUELA DE AÑÓN 

TALAMANTES Y PEÑAS DE HERRERA





3 comentarios:

  1. Nos alegramos amigos. Deduzco por la crónica que habéis disfrutado “en soledad”. Gracias por compartirlo. Luis

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    1. Gracias Luis, como comentaba no estuvimos en soledad, los pájaros nos acompañaron en toda la ruta. Bueno, si te refieres al personal te diré que en toda la jornada no vimos un alma. Un saludo Luis...¿?

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  2. Un placer, José Luis, volver a leer tus Crónicas. Nos alegramos mucho. Disfrutad de un buen verano y esperamos que pronto coincidamos. Un abrazo para ambos.

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