Día 19 de septiembre de 2021
En el Alto O Careón |
Conforme vamos acercándonos a Santiago, el Camino va dejando atrás la magia que, escondida en la niebla, nos acompañaba en aquellas jornadas en las que la soledad del caminante, tan solo compartida con unos pocos atrevidos que, como nosotros, recorrían hermosas sendas, subían puertos y bajaban a los valles con el pensamiento puesto, no solo en lo que quedaba, sino en la belleza que se habría ante los ojos de unos y otros.
Hoy finalizaremos etapa en Melide, allí nos incorporaremos al Camino Francés, aquella soledad tornará en muchedumbre, aquellos puertos en cuestecitas, aquellos valles en llanuras y aquellos senderos en muchos tramos de asfalto. No importa, creo que lo vamos a acometer con gallardía.
En el Ponte de Ferreira |
Los primeros rayos de sol dibujan nuestras sombras alargadas sobre el asfalto de una carretera que nos guía, primero, por la aldea de As Balancas y más adelante, los desvíos a Pena da Galiña y Penín.
Por fin dejamos la carretera y atravesamos la aldea de A Leboreira y, a través de un bosque, llegamos a San Xurxo de Augas Santas, cuya denominación hace referencia, sin duda, a manantiales de salud espiritual.
Reflejos |
Sombras en el asfalto |
Hay que seguir |
Recompuestos de nuestras necesidades, volvemos al camino, salvando el rego de Merlín para tomar una pista que nos lleva a Casacamiño y al Hospital de Seixas
Aquí comienza la subida hacia el Alto O Careón, que marca los límites entre las provincias de Lugo y A Coruña, la última provincia de nuestra experiencia que nació en la de Guipúzcoa, luego llegaron Vizcaya, Cantábria, Asturias, Oviedo, Lugo y ahora esta que vio nacer, entre otros poetas, a Rosalia de Castro. ¡Quién nos lo iba a decir!
Avanzando |
Vamos hacia Vilamor de Arriba en donde teníamos puestas las esperanzas de proceder al acto de la comida, en un bar que nos habían comentado y ¡cerrado! No es problema, tenemos reserva acumulada de energía.
Sin dejar la carretera llegamos al lugar de A Ponte da Pedra para cruzar el río Furelos, afluente del Ulla.
Mientras vamos salvando varias aldeas como Curutelo, Compostela, Zaramil, O Ribeiro y Fonte Novo, siempre por carretera, nuestros aparatos digestivos elevan cánticos, no de gloria, sino de deseos de encontrar un garito, o digno lugar en que sentarnos a comer.
Entre aldea y aldea |
Plaza do Convento de Melide |
Como decía arriba, aquí, en la Plaza do Convento, se unen los caminos Francés y Primitivo y, créeme, se nota. Esta y las poblaciones que vamos a recorrer de Melide a Santiago, son una clara demostración de ellas al servicio del peregrino.
Nos recogemos en el alojamiento y como de costumbr: ducha, recogida de equipaje, descanso y ¡hale, a pasear!.
Portada de San Roque |
Deambulando por los "ruas" melidenses, llegamos hasta la iglesia de Santa María de Melide, del siglo XII, una de las joyas del románico gallego.
Como decía arriba, otra de las joyas de Melide es el pulpo por lo que nos acercamos a uno de los templos de este bicho a darle al carrillo. Estaba bueno, aunque no tanto como el que nos comimos en A Fonsagrada.
Santa María de Melide. Órgano |
Santa María de Melide. Nave |
Santa María de Melide |
Cruceiro |
Buenas noches
No hay comentarios:
Publicar un comentario