Día 20 de septiembre de 2021
Por la rúa de San Pedro |
Hoy no compramos pan ni cargamos con jamón, hoy la navaja duerme en el fondo de mi "vieja mochila", pues probaremos algún manjar, allá en Arzúa.
Salimos de Melide por la rúa de San Pedro, para abandonar la ciudad pasando por las capillas del Carmen y Santa María de Melide.
Santa María de Melide |
Cruzando el río Lázaro |
El camino está perfectamente señalado, perfectamente cuidado, perfectamente adornado, perfectamente surtido de tenderetes en los que te venden desde una concha hasta unas birras, o te ofrecen unos masajes (es lo que tienen las peregrinaciones). Incluso, alguno de ellos, tiene como reclamo un colorido Seat 600, que a nosotros, "jóvenes peregrinos", nos transporta a aquellos populares coches de los que podría contar muchas de las historias que aquellos cacharros vivieron.
Pequeño oasis en el camino y Seat 600 |
Fuente y cruceiro en Boente |
A la salida del pueblo, a la altura del cruce de una carretera, pasamos ante una fuente y un cruceiro, al otro lado se encuentra la iglesia de Santiago.
Entre grandes ejemplares de eucalipto unas veces, otras por carreteras, también por cuidadas pistas, vamos atravesando las pocas casas de algunas aldeas como Castañeda, Pedrizo y Río, hasta cruzar el arroyo Ribeiral. Una ligera subida en la que vemos algún peregrino con las pilas bastante gastadas, nos cantan los pájaros que andan de rama en rama, algunos posando para que mi cámara capte su bella estampa.
Petirrojo |
Sobre el río Iso |
Ganado el terraplén opuesto, descendemos rápidamente hacia el río Iso y su puente romano. No sé que tienen estos ríos, pero con más o menos caudal, siempre reflejan a los que nos paramos sobre sus aguas, viendo el caminar de su curso, son ríos que andan tras de nosotros, buscando el reflejo a nuestras espaldas.
A través Ribadiso de Baixo y de Riba, de nuevo se salva la N-547 por un túnel y se entra en Ribadiso da Carretera.
Río buscando el reflejo a nuestras espaldas |
En Arzúa |
Es mediodía, ya hemos concluido la etapa, pero no la jornada. Ahora toca tomar posesión de las habitaciones, cosa que a Mª Ángeles y Alfredo consiguen, no sin mucho esfuerzo.
Duchaditos y luciendo trajes ínter-etapas, con tanto calor como hambre, nos acercamos a un garito que nos habían recomendado, "Casa Chelo", en el que recuperamos unas energías que hoy no han sido, que digamos, muy agotadas.
Por la tarde, nos damos un garbeo por la ciudad que no tiene mucho que enseñar, salvo la iglesia de Santiago y el queso de denominación de origen "Arzúa-Ulloa" que, lógicamente, adquirimos.
Iglesia de Santiago |
Buenas noches
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