jueves, 23 de septiembre de 2021

CAMINO PRIMITIVO, 14ª ETAPA.- DE O PEDROUZO A SANTIAGO DE COMPOSTELA

 Día 23 de septiembre de 2021
Amanece
        ¡A por la última! Nuestro particular reto de caminar hacia Santiago de Compostela por el "Camino Primitivo" va a alcanzar su final, apenas 20 kilómetros nos separan de la plaza del Obradoiro.
        El alojamiento en que hemos dormido, una pensión, no tiene comedor, así que, cargados con las mochilas, nos acercamos a una popular cafetería, abarrotada de peregrinos.
        La luna nos ve salir de O Pedrouzo. Con el fin de no retroceder recorremos unos metros por la carretera que pronto dejamos para incorporarnos al Camino, a la altura de la ermita de San Antón.
¡Ánimo que os queda poco!
        El cuidado y cómodo camino se abre paso entre frondosos eucaliptos; caminamos sobre una mezcla de arena y hojarasca, abriéndonos paso a través de un mar de helechos.
        Pasamos por el mojón de los 17 kilómetros (queda un paseo) y poco después dejamos atrás el bosque de eucaliptos, para avanzar entre maizales.
        Una fuerte y agradable subida por la que algunos peregrinos lo pasan "de canutas", nos deja ante el aeropuerto de Lavacolla. A partir de aquí, habremos de recorrer todo el perímetro del aeropuerto por la valla que separa al peregrino de las pistas.
Viejas casas nos ven pasar
Un fresco rincón
Horreo invadido
Por cómodos caminos
        Dejamos el aeropuerto y nos adentramos en San Paio, las urbanizaciones se van adueñando del camino y el cansancio, de los peregrinos. Ya llevamos en el cuerpo más de 300 kilómetros y, habiendo superado unos desniveles de más de 9000 metros, bien merecemos un descanso. 
        Ocurre más adelante de San Paio, en Lavacolla (pueblo), aquí nos sentamos en la terraza de un garito para tomarnos un café, acompañado de unas raciones de bizcocho casero.
        Reemprendemos el camino, pasando ante la iglesia y cementerio de San Paio de Sabugueiraen
San Paio de Sabugueiraen
Carretera tomada.
        Se nota que queda poco para llegar, digo se nota, porque el negocio del Camino se acentúa: chiringuitos, puestos e souvenirs, camisetas, disfraz de viejo peregrino para la foto, etc.
        Un buen trecho de carretera, tomada por el peregrino, que se pierde en el horizonte, nos lleva por las instalaciones de la TV Gallega y de RTVE. 
        Poco más adelante, por la rúa de San Marcos alcanzamos el Monte do Gozo, allí a falta de 5 kilómetros para llegar a Santiago se encontraba una estatua de Juan Pablo II (encubridor de pederastas, entre otros milagros) que, afortunadamente, ha sido retirada y sustituida por un agradable espacio verde, desde el que ya vemos Santiago.
En el Monte do Gozo
Santiago de Compostela desde el Monte do Gozo (zoom)
Entrando en Santiago
        Aún no hemos comido, hace calor, alguna cara delata necesidad de buscar un garito donde comer, pero hace tiempo que no lo vemos.
        Poco antes de ver el cartel que nos indica que estamos ya en la ciudad de Santiago, tenemos que cruzar un viaducto por encima de las vías ferroviarias y la autopista del Atlántico AP-9, cruzamos el Santuario de San Lázaro, ubicado en la rúa del mismo nombre.
         Aquí encontramos un bar en el que el agradable y servicial camarero nos sirve unas jarras de cerveza, para acompañarlas de la metralla gastronómica de costumbre, que sacamos de las mochilas.
Hacia el kilómetro 0
        Un 
café y seguimos, aunque estemos en Santiago de Compostela, nos quedan 3 kilómetros hasta el final.             
            Pasamos por un parque donde hay unas esculturas de los primeros templarios que realizaron el camino.                             
        Algunas calles están en obras; cogemos la rúa de Lugo, luego andamos por la rúa de Fontiñas y rúa de los Concheiros, la emoción nos envuelve a los cuatro pues nuestro destino está cerca ya, apenas un kilómetro nos separa de la gloria. 
        Llegamos a la plaza de la Inmaculada donde se encuentra el Monasterio de San Martín y cruzamos el Arco del Palacio en el que una gaitera aporta una grano más a la emoción de haber alcanzado la plaza del Obradoiro. ¡Hemos llegado al fin del camino!.
¡Objetivo cumplido!
Ante la Catedral de Santiago
        Han sido días en los que el esfuerzo lo hemos superado con el aporte de llevar la "cabecica atada"; días en los que los paisajes nos han regalado vida; días en los que hemos conocido a otras gentes, como Mirian y Lucy. En fin, días bañados de magia con olor a mies, con sabor a queso. Sensaciones que aquí, llegados a esta impresionante plaza, nos trasladan a un mundo en el que la historia que ha generado el Camino, hasta llegar aquí, supera muchas connotaciones religiosas  y nuestra experiencia demuestra, que "no hace falta mirar al más allá para emocionarte cuando llegas al más acá".
San Xerome (San Jerónimo)
        Tras inmortalizar el momento, echamos una mirada de 360 grados a la plaza para admirar todo el esplendor que nos rodea: la Catedral de Santiago, en torno a la que se fue construyendo la ciudad; el Hostal de los Reyes Católicos, antiguo hospital de peregrinos y enfermos, hoy parador nacional, hostelería para bolsillos plenos; el Palacio Rajoy, actualmente sede del Ayuntamiento de Santiago y de la Xunta de Galicia; el Colegio de San Xerome (San Jerónimo), actual sede del Rectorado de la Universidad de Santiago. En fin, no queda un rincón de la plaza que no guarde una piedra que maraville a los que llegamos allí.
Palacio Rajoy
Hostal de los Reyes Católicos
        Nos vamos a nuestro alojamiento para descansar un rato y, de tarde, salir a dar un garbeo y quedar con los amigos del Stadium Casablanca (Félix, José Luis, Armando, Caco, Ana, Pili y Carmen) 
que llegaron ayer y que el encuentro con ellos, en la plaza del Obradoiro, también aporta al Camino su ración de emoción.
Con los amigos del Stadium Casablanca
En el Mercado de Abastos
        Mañana lo pasaremos en Santiago para visitar 
algunos lugares en los que las largas filas no nos lleven a perder el tiempo (los cuatro ya hemos estado en Santiago en otras ocasiones); iremos a la Oficina del peregrino en la que emiten la Compostela a los creyentes; a nosotros, gentes de poca fe, nos firmarán un Certificado de Bienvenida y otro con la distancia recorrida desde Donostia (801 km); aquí nos encontraremos con Mirian y Lucy y nos regalarán unos recuerdos de su tierra, Costa Rica. Después iremos a un restaurante a dar buena cuenta de un chuletón de vaca y otros manjares.

Con las portorriqueñas Lucy y Mirian
        Por la tarde, con la tripa llena y la cabeza en su sitio, daremos unas vueltas por la ciudad para adquirir algún regalo para nietos y sobri-nietos, cenaremos ligeramente y "a la cama que mañana tenemos que madrugar" para regresar a casa.



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